Me devoras con la mirada y yo sé que no te puedes resistir.
Entre más niegas tu deseo, más se muere tu piel por gritarlo.
No hay forma de ocultar aquello que tratas de no dejar fluir.
Sé que te mueres por aunque sea una vez, sin temor intentarlo.
Las ansias previas a la entrega te nublan por completo la mente.
El más puro deseo va inundando poco a poco el ambiente.
Las prendas caen y quedan en un rincón apartado del piso.
No finjas que mi presencia a tu serenidad de golpe desquició.
Tus labios me cuentan a gritos lo que tu boca insiste en callar.
Tu ansioso andar transmite aquello que tu alma muere por contar.
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