pablorhyal Pablo Rhyal

Una piloto en desdicha de la Federación de Sol, un cazarrecompensas de los Hijos del Cometa y el hijo de un líder galáctico tendrán que descubrir el misterio de un sistema a 80 años luz. Llegar hasta allí es el primer escollo.


Science Fiction Space opera Not for children under 13.

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De excursión

Las calles de Azorius estaban brutalmente concurridas por la hora punta del distrito financiero de la ciudad. Los coches, que se deslizaban por carreteras metálicas imantadas, creaban un flujo de tráfico silencioso. El ruido de la ciudad provenía de las propias voces de los transeúntes que se contaban por millares y de las naves que sobrevolaban los cielos de la ciudad acariciando los apabullantes edificios acristalados.

—¡Buenos días, Charles ayer vino tu madre a casa, no veas como se lo monta!

El comentario no pareció sentarle muy bien al propio Charles que estaba levantando cajas de cartón por lo que parecían, bastante pesadas. Giró la cabeza para ver de donde provenía la voz, seguramente para responder de una manera igual de obscena o peor. Cuando se dio cuenta de quien se lo había dicho, dejó caer la caja sobre la carretilla y levantó el dedo corazón.

—¡Que te jodan Lewis!

—¡Yo también te quiero amigo!—respondió Lewis.

Lewis era un hombre de estatura media, atlético y de piel negra. Tenía el pelo corto y rizado, bastante mullido. Su vello facial era extenso, apenas podía versele el cuello de lo larga que tenía la barba. Tenia los ojos pequeños y de color azul.

Lewis caminaba por los callejones, que no eran pocos, de los barrios bajos de Azorius. Iba ataviado con el característico mono beige de la Federación, las botas del mismo color y una mochila cargada de enseres a la espalda. Tras una breve caminata se plantó ante una casa poco cuidada con el número 090 bastante desgastado encima de la puerta. Llamó con un fuerte golpe.

—¡Vamos Jethro, abre de una maldita vez!

Esperó unos cuantos segundos y volvió a pegarle, esta vez con tres o cuatros golpes más fuertes.

—¡Abre de una jodida vez, tío!—dijo ahora gritando.

El pomo giró y se entreabrió la puerta, al otro lado estaba Jethro, al que solo se le veía media cara, demacrada por los golpes y los estupefacientes.

—¿Que quieres tio? Ya te he dicho lo que sé, no tengo nada mas para ti hermano y menos para la Federación—dijo Jethro mientras cerraba la puerta, pero antes de que pudiese hacerlo, Lewis la empujó con fuerza con un patadón en el centro de la misma.

Jethro recibió un fuerte golpe que lo tumbó en el suelo y lo dejó sangrando por una ceja.

—¡Tu quien te crees que eres maldito yonki!—gritaba Lewis mientras sujetaba a Jethro por la camiseta y lo zarandeaba—La Federación es quien te da de comer, no nos toques los cojones a ninguno de los dos. ¿Dónde tienes el Yotumm? Vamos ¡Responde!

Jethro estaba en el suelo medio inconsciente por el golpe sufrido, así que solo pudo señalar con el dedo hacia una habitación en el fondo de la pequeña casa. Lewis levantó la vista en la dirección que apuntaba el maltrecho dedo, soltó al hombre y caminó hasta la habitación. Abrió la puerta con el codo, encendió la luz y tras darse cuenta de lo que había, levantó las manos.

—Si de verdad hay algo en este sistema que me encanta es que los puto novatos federatas sois demasiado confiados—dijo una voz proveniente del final de la habitación—¿De verdad que no te enseñaron en la academia a asegurar el edificio antes de ponerte a hacer el imbécil con un yonqui?

Era una voz ronca, seguramente gastada por el tabaco que llevaba años fumando, Lewis se quedó viendo las armas que le estaban apuntando. Un total de tres pistolas de iones, una en cada mano. El hombre tenía tres brazos, dos de carne y hueso y uno de metal que empezaba en su hombro derecho. Tenía el pelo canoso, largo y alborotado, una barba descuidada igual de canosa y unas gafas que reposaba en su nariz.

—Ahora vas a contarme quién eres y por qué cojones entras en mi casa y le das de hostias a mi subordinado—siguió inquiriendo el hombre.

—Eeeeeeh... soy Lewis Wright, piloto de la Federación. Ten cuidado con esas pistolas amigo, no querrías matar a un soldado federado y acabar buscado en 5 sistemas.

—Oh vaya fijate tu por donde. ¿Estas pistolas?–el hombre miró hacia ellas y disparó con la de su brazo biónico-¡CIERRA LA BOCA!

El disparo apenas sonó. Las pistolas de iones emiten un ruido como un silbido grave. El láser acabó en el hombro de Lewis, tirándolo al suelo y haciendo que sangrase sin control. El hombre canoso hizo un ademán a Jethro y este empezó a curarle el hombro a Lewis.

—Voy a ponerte las cosas claras chaval. La próxima vez que te vea rondando la zona, el tiro no acabará en un hombro, sino en tu cabeza. Es más, para asegurarnos de ello, te vienes con nosotros—dijo el hombre a Lewis.

—Irme contigo a donde maldito sicopata. ¿No ves la insignia que tengo en el hombro?—respondió Lewis mientras se dejaba curar por Jethro.

—No te pongas asi chaval, vas a conocer Arcturus. Déjame que me presente, soy Fizz Herald. Cazarrecompensas de los Hijos del Cometa. ¿Vaya sorpresa, verdad? Andando.

Jethro levantó a Lewis y siguieron a Fizz por una puerta que conducía a la parte trasera de la casa. Al salir vieron una pequeña nave interceptora sin capacidad de salto de distorsión. Era de color blanca y pertenecia a la Federación. Abrió la parte trasera de la nave pulsando un botón en un lateral de la misma. La pequeñísima bodega tenía sitio para dos personas, bastante apretujadas y la cabina del piloto. Jethro lanzó a Lewis al interior y este, tras tropezar, se dejó caer contra la pared de la pequeña bodega de la nave. Jethro cogió sitio frente a Lewis, mientras Fizz se subía a la cabina por la parte delantera de la nave.

—Ponte cómodo chaval, el viaje va a ser largo. Ahora te presentaré a tus nuevos amigos—dijo Fizz mientras tocaba los botones del interceptor para poner en marcha la nave.

La nave comenzó a vibrar y a encenderse. Los motores traseros se iluminaron desprendiendo calor y una llamas internas de color azul. Se elevó en el sitio y salió a toda prisa hacia el cielo.

—Interceptor 6b-01, por favor confirme intenciones y destino—una voz masculina salía en la megafonía de la pequeña nave.

—Aquí el Interceptor 6b-01, con des...—comenzó a hablar Fizz hasta que fue interrumpido por los gritos de Lewis.

—¡Me están secuestrando!

Fizz cortó la megafonía para girarse.

—¡Haz que se caye, Jethro o estamos jodidos!—encendió la megafonía otra vez tras cerciorarse de que su subordinado le tapada la boca con las manos.

—Aquí el Interceptor 6b-01 con destino al Hércules 0034. Misión de protección interna. Cambio—respondió por fin Fizz.

Tras una breve espera, la misma voz contesta a través de los interfonos.

—Permiso para salir y atracar en el Hércules 0034. Código de atraque ALFA-LIMA-FOXTROT-INDIA-LIMA. Buen viaje. Cambio y corto.

El interfono dejó de emitir y una sonrisa se esbozó en la boca de Fizz. Tiro de la palanca hacia él y el interceptor emprendió su subida hasta la atmósfera, donde debía encontrarse la nave Hércules que esperaba a todos los interceptores de protección. Tras una breve subida de un par de minutos, alcanzaron por fin la estratosfera, donde una gigantesca nave de casi 800 metros de longitud y 200 de altitud esperaba. Alargada y con un puente de mando en forma de cabeza de martillo.

Fizz miró hacia los lados y se puso un casco Federal para no levantar sospechas antes de atracar, el casco era de color blanco con el símbolo de la Federación de Sol marcado con pintura azul a ambos lados del mismo. Las naves iban desapareciendo por los hangares laterales, antes de entrar una pantalla roja se iluminó en cabina donde requería un código con cinco espacios que debía ser tecleado. Fizz la miró e insertó la palabra "alfil". Automáticamente la pantalla se volvió de color verde y un número se proyecto sobre la pantalla holografica. Tras poner el número y activar el piloto automático de atraque miró hacia atrás y levantó un pulgar hacia su "tripulación".

—Muy bien, Jethro, ponte el uniforme y explicale el plan a nuestro nuevo amigo—dijo Fizz mientras le pasaba los ropajes a su subordinado.

Jethro asintió y mientras se ponía el uniforme comenzó a hablar con Lewis, que escuchaba, amordazado, estaba vez con un cacho de tela.

—El plan es que estarás calladito en la bolsa de Fizz. Te meterás por tu propia voluntad e irás bien quieto hasta su camarote. Yo me haré pasar por un novato al que acaban de conceder su primera misión de piloto protector. La verdad es que puedes hacerlo por tu propia voluntad o ir inconsciente, tú decides.

—¡Que os jodan a los dos!—replicó Lewis, dejando claro que su intención no era obedecer.

—Como quieras—respondió Fizz, dándole un golpe secó en la cabeza a Lewis y dejándole seco.

La nave estaba a punto de atracar mientras Fizz y Jethro metían a Lewis en un saco que posteriormente llevaría el Cazarrecompensas con él hasta su camarote. Cuando estaban preparados y la nave por fin tomó tierra en el hangar, Jethro abrió la parte trasera y Fizz salió escabulléndose y llevando el saco con Lewis a la espalda, que no le resultaba para nada pesado gracias a su brazo biónico que cargaba con él. El cazarrecompensas por fín encontró la salida del hangar hacia los pasillos de los camarotes. Caminaba tranquilamente buscando el número 2091, los pasillos eran kilométricos, así que llegar le iba a costar un buen rato.

Mientras tanto, Jethro trataba de no llamar la atención en el hangar y salir de allí lo más rápido posible. Buscaba el mismo pasillo que Fizz había cogido pero a él no le iba a resultar tan fácil.

—¡Eh, compañero!—dijo una voz a su espalda

Jethro comenzó a sudar, no sabía muy bien si eran los nervios o el calor que le estaba dando el mono. Se giró muy despacio y vio a otro piloto ataviado igual que él.

—¿Si?—preguntó con voz temblorosa.

—Haz el favor de cerrar la maldita bodega del interceptor, tío. Luego pagamos justos por pecadores por no cumplir los controles de seguridad.

Jethro resopló y asintió con la cabeza. Se acercó al interceptor, cerró la compuerta de la pequeña bodega y se dirigió hacia la salida, esta vez sin ninguna interrupción que lo hiciera sudar de nervios.

Mientras tanto, ya en los pasillos y Fizz llegó a su camarote, 2091, pasó una tarjeta de identificación con el nombre de Iggor Kortanov y la puerta se abrió. Entraron él y el saco y cerró la puerta con el interruptor a un lado de la misma en el interior.

—Bienvenido al camarote 2091 de la nave de carga Hércules 0034—una voz metálica y femenina retumbaba en la habitación—Soy Aoxi y seré su asistente personal en este viaje hasta el Sistema Sol con una duración de 2 días terrestres.

—Aoxi, no deseo tu presencia en este camarote—dijo Fizz tirando el saco sobre la cama.

—Como desee. Desconexión del servicio de camarote efectuada. Buen viaje.

La voz dejó de sonar y un piloto rojo con el símbolo "A" se encendió sobre la puerta.

Fizz se quitó las enormes botas, encendió la televisión sobre la cama y esperó la llegada de Jethro.

Dec. 24, 2020, 1:03 a.m. 0 Report Embed Follow story
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