selai-andrea Selai Andrea

¿Qué harías si entregar criminales a la justicia dejara más dinero que el trabajo para el cual te capacitaste? ¿Suena a buen plan? Sí, el problema sería cómo los encuentras. Pero, ¿y si en eso consisten tus habilidades o las de tu amigo/a? Sí, lo sé. No sabes cómo los enfrentarías. ¿Y si en eso consisten tus habilidades o las de tu amigo/a? ¿Estaría bien? ¡Excelente! Lo mismo pensaron ellas. Una brillante doctora en química y una introvertida ingeniera en informática y programación (hacker en sus ratos de ocio) se unieron para capturar a los enemigos públicos y hacer dinero, en una profesión tan peligrosa como emocionante: ser cazarrecompensas.


#6 in Action Not for children under 13. © 2201210300500

#crimen #aventuras #peligro #justicia #hacker #cazarrecompensas #sebusca
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Prólogo.

Ahí estaba él. En su automóvil, como cualquier otra persona. Brillante, atractivo y carismático. Nadie pensaría que también era un psicópata asesino, torturador y violador. Nadie más que aquellos que conocían la enorme recompensa que ofrecían por datos que permitieran capaturarlo. E incluso de ellos lograba camuflarse, cambiando su aspecto y su vehículo. Su nombre y hasta su firma. Cambió todo excepto su huella en internet. Eso permitió que fuese reconocido, encontrado y secretamente acechado desde la camioneta negra que lo veía avanzar en estos momentos, mirando a través de la ventanilla abierta a las mujeres que pasaban. Buscando a su próxima víctima. Y la había encontrado.

A una distancia de 30 metros aproximadamente, caminaba una mujer joven, cosa que dedujo por su forma de vestir, de estatura cercana al metro setenta, delgada, de cabello largo y castaño que se ondulaba desde las puntas. Se acercó un poco más a ella para poder verle la cara. Oh, sí. Era toda una belleza, y eso que apenas iba maquillada. También tenía un cuerpo delgado, que podría manipular con facilidad.

Detuvo el vehículo e hizo algunos ruidos para llamar la atención de la joven, que de inmediato se volvió hacia él y le sonrió. Casi siempre pasaba lo mismo. Ninguna mujer podía negar su evidente atractivo, y solo unas pocas se le habían resistido. Y esta no formaba parte del segundo grupo. Al menos por ahora.

De la forma más educada que sabía, le ofreció llevarla en su automóvil, pues el sol y el calor amenazaban con calcinar a cualquiera. La muchacha fingió pensarlo, pero era obvio que terminaría aceptando. Ya podía notar el evidente sudor transparentando su ropa clara, ofreciéndole de manera involuntaria una imagen sensual. Él insistió un poco más, endulzando su discurso, y aludiendo indirectamente a su vanidad, así que ella ya no rehusó, y se subió gustosa. Primer error.

Durante el trayecto, él encendió el aire acondicionado y le hizo algunas preguntas casuales sin demasiada relevancia, mostrando cierto interés en su pasajera, quien al principio era discreta, pero el truco de la sonrisa ladeada no falló, y menos cuando realizaba este gesto el poseedor de una dentadura perfecta. Al cabo de unos minutos, aquella preciosura estaba contándole que había salido de una entrevista de trabajo, pero que la habían rechazado otra vez. Él le preguntó qué estaba buscando con exactitud, y ella respondió que, a esas alturas, cualquier cosa estaría bien. Segundo error. Nunca le des esa clase de información a cualquiera, y menos a alguien que, sin que lo notes, está buscando la forma de aprovecharse.

En ese momento, el hombre le preguntó si le interesaba modelar, ya que tenía la altura adecuada, un rostro hermoso y la complexión física adecuada. Como si hubiese sido moldeada para ello. La muchacha respondió que no, pero antes de que pudiese hacer la réplica, indagando el motivo de su curiosidad, sacó la conocida carta: que él trabajaba en una agencia como fotógrafo. Al decir esto, desvió la vista del camino hacía su pasajera, a quien notó un brillo en los ojos, que se asemejaba a dos tanques de gasolina ardiendo en llamas. Le gustaba ver esa mirada, aunque disfrutaba mucho más el hecho de apagarla. La mujer sonrió. Tenía bonitos dientes. Ya podía imaginar su tenaza arrancándolos de a uno. O sus pinzas quitándole de raíz cada una de sus cuidadas uñas acrílicas antes de clavar agujas en las heridas de sus delgados dedos.

No debía fantasear tan pronto. Ella estaba hablando. Había dicho que sentía vergüenza, pero que, si él lo decía, podría internarlo. Estaba un poco desesperada, teniendo en cuenta su situación: le contó, como si fuesen grandes amigos, que había abandonado la casa que compartía con su novio posesivo y se mudó a casa de unos amigos, quienes le insinuaron varias veces que se había vuelto un parásito. Si conseguía un trabajo, cualquiera fuese, podría independizarse. Pobre cosita. Sí, definitivamente dejaría de vivir con sus amigos, pero no del modo que ella imaginaba.

Cambió de rumbo hacia el estudio, que… en verdad no era tal. Ella se sorprendió al ver que estaban frente a una casa. Él se excusó diciendo que momentáneamente armaron anexo en otro lugar por reparaciones en la agencia. La mujer se mostró comprensiva con eso y accedió a bajar el automóvil, siendo guiada por él hacia el interior, que estaba acondicionado para concordar con su mentira, ya que no era la primera vez que lo hacía. Y el truco siempre funcionaba.

Antes de la “sesión”, se sentaron sobre unos sillones que se ubicaban en una suerte de recibidor donde estaba encendido el aire acondicionado. Conversaron un momento, sobre todo para que ella pudiese beber agua y refrescarse. La muchacha parecía confiada y simpática, más que cuando había accedido a subir en el automóvil. No parecía estar en guardia. El ratón no ha reconocido a la serpiente.

La mujer se puso de pie y le pidió indicaciones para llegar al baño, donde se refrescaría el rostro y quería retocar su maquillaje. Él le dijo que ya había avisado a la maquilladora, y no tardaría en aparecer, por lo que la joven se marchó confiada hasta el sanitario, dejando en el sillón su bolso, del cual solo extrajo el porta-cosméticos. Una vez que escuchó la puerta cerrarse, tomó la cartera y la escondió en el hueco del sofá, que estaba debajo de los cojines del asiento, del cual también sacó una soga y la cinta para cubrir su boca. Caminó hasta el mini bar con estos objetos a mano, y de allí agarró un par de guantes de látex y una inyección, que estaba ya preparada y bien refrigerada. Cerró bien la entrada principal y las ventanas.

La puerta del baño fue abierta con cuidado. Él ya la esperaba. Se imaginó que se acercaría con curiosidad, lo vería con sus elementos y se daría cuenta, demasiado tarde, que había cometido el peor error de su vida. En su mente, le deleitaba esta idea, hasta que escuchó algo que le pareció extraño.

—¿Listo para comenzar? —preguntó una voz robótica…

Él se dio la vuelta, encontrando a la mujer con una máscara química que, al parecer, también tenía un modificador de voz, y que llevaba una peluca en la mano. Era su larga y hermosa melena castaña, una farsa que encubría el pelo rubio que en verdad poseía… ¿Qué estaba pasando?

—¿Qué te creíste, estúpido? —dijo la voz robótica, como si contestara a su expresión de desconcierto… ¿es que acaso había hecho una?— ¿Qué este encuentro fue casualidad?

El hombre decidió acercarse a ella rápidamente para inmovilizarla, como había planeado a pesar de este percance, pero… notó que el aire comenzaba a volverse pesado, y su visión, borrosa. ¿Qué estaba pasando? Observó que un gas, o algo parecido, brotaba de una bola metálica que la mujer tenía en su mano. Era eso…

Las piernas le fallaron y aterrizó en el suelo. Se sentía mareado, asqueado, y estaba a punto de perder el conocimiento cuando notó que la enmascarada se agachó en cuclillas cerca de él, mostrándole algo en su teléfono. Un anuncio de se busca con su cara.

—Tu cabeza vale mucho dinero. Y nos lo vamos a cobrar…

¿Nos?

La pregunta se quedó en su garganta, ya que perdió el conocimiento sin poder decir nada.

La mujer tomó las sogas que él mismo tenía en sus manos y las uso para atarlo, mientras enviaba un mensaje a su cómplice, quien los había seguido en la camioneta negra a una prudente distancia y se encontraba esperando afuera. El cerdo está listo. Mientras esperaba una respuesta, rastreó su otro teléfono y lo encontró debajo del asiento del sofá.

Casi de inmediato, de la camioneta negra descendió otra mujer, de cabello largo, lacio y negro, que no era tan alta como su compañera, pero sí un poco más joven. Se colocó una máscara química también e ingresó a la casa para encontrarse con la primera enmascarada y felicitarla. El plan había sido exitoso. Ahora solo quedaba trasportarlo en el vehículo y entregarlo para obtener el cheque de quinientos mil. Sí, un cheque era algo tan arcaico, pero era así como pagaban.

Cuando ya tuvieron todo listo, arrancaron la camioneta para entregar al cerdo, nombre clave de esa operación, que era solo una más de las que ya habían realizado. Hacía solo dos meses ellas se habían conocido, en medio de una revolución de sus vidas, y comenzaron a trabajar juntas, recorriendo poco a poco la jungla urbana de la ciudad, en busca de depredadores que terminaban siendo presas, y ellas iban en su caza para obtener la recompensa. A eso se dedicaban.

Y en esta jungla, aún había muchos depredadores por cazar.

Dec. 26, 2020, 2:12 a.m. 10 Report Embed Follow story
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JF Juan Ferreira
Me gusta, creo que la historia promete …
July 02, 2023, 16:07
Nadia Alejo Nadia Alejo
Hola! Bueno me decidí por seguir con esta, que ya tiene ma primera parte terminada. Interesante comienzo! Te sigo leyendo!
April 30, 2022, 23:34
domingo pereira domingo pereira
muy buena historia, se parece a la que hice "agente samurai"
January 24, 2021, 00:07

  • Selai Andrea Selai Andrea
    Hola!! Me alegra que te guste la historia!! Muchas gracias por el comentario!! January 27, 2021, 00:43
Alfonso Sánchez Alfonso Sánchez
Bellas, inteligentes, y cazarrecompensas... ¡Seguiré leyendo la historia para ver como les va a estas chicas..!
January 07, 2021, 06:25

  • Selai Andrea Selai Andrea
    Hola! Inteligentes y preparadas, jep. Muchas gracias por el comentario!! Espero que la historia sea de tu agrado. January 08, 2021, 00:00
Jancev Jancev
¡Qué buen prólogo! Te has creado una historia muy atrayente sin duda, me he enganchado con estas chicas. ¡Arriba el Girl Power!
January 01, 2021, 14:16

  • Selai Andrea Selai Andrea
    Hola! Que te hya gustado es en verdad un gran halago para mí, gracias!!! Y Muchas gracias también por el comentario. (Se aprecia que te guste el girl power, porque mis historias están llenas de eso) January 03, 2021, 14:46
ASHLEYCOLT 777 ASHLEYCOLT 777
muy buen, prologo, siento una enorme curiosidad por saber la historia de estas tres mujeres. Saludos SVA MR y feliz navidad.
December 26, 2020, 02:29

  • Selai Andrea Selai Andrea
    Hola!! En realidad, son solo dos las protagonistas, jep. Muchas gracias por el comentario y el voto!! Felices fiestas y próspero año. December 26, 2020, 04:46
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Todo comienza con Rumbo al abismo, sigue en Consecuencia, Las cazarrecompensas, La red secreta, Los hijos del eclipse, hasta llegar a La liga, que será el gran crossover Read more about Femiverso.