andypfrench Andy P French

Ante la muerte repentina de su padre, sus cuatro hijos quienes habían sido abandonados por él mismo, se reúnen en torno a averiguar en manos de quien quedan sus millonarios bienes. Lo que no tenían previsto es que su padre fundador de una juguetería, les hiciera una última jugada.


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Prólogo


Charles enviudó cuando la menor de sus cuatro hijos, Dina, nació. Poseedor de una juguetería exitosa, prefirió dedicarse al trabajo en vez de hacerse cargo de sus hijos. Obsesionado siempre por su labor y por la perfección en el mismo, los dejó al cuidado de un sinnúmero de niñeras y ayudantes, quienes fueron, con ayuda de su madre, las que los criaron.


Pasaron los años y ante los ojos de sus hijos, Charles cada vez se metía más en su trabajo, abandonandolos; muchas noches no llegó a casa o simplemente llegaba para seguir trabajando desde el sótano, aquel lugar que él mismo había acondicionado como su estudio y el cual era su sitio más sagrado. Siempre se ponía furioso cuando alguien se acercaba siquiera a la puerta.


—¿Por qué permites que se acerquen aquí madre? —gritaba Charles cada que alguno de sus hijos aparecía en el sótano en busca de atención


El hombre se tornaba color morado cada que sus demonios lo dominaban y empezaba a maldecir, ordenando que salieran de su sitio.


—Hijo, son niños, están jugando, tienes que ser tolerante —repetía siempre que su madre lo veía así.


Con el paso del tiempo la madre de Charles cada vez tenía menos fuerza, era más difícil para ella cuidar a los chicos quienes ya eran adolescentes, rebeldes. Vivían deprimidos, la falta de atención de su padre impactó muy fuerte en ellos, haciendo que siempre se metieran en problemas.


—Madre, tienes que controlarlos —repetía Charles a la anciana mujer, dado que los chicos cada vez estaban más fuera de control.


—El que debe controlarlos eres tú —replicaba, agotada por la falta de responsabilidad y consideración de su hijo.


Llegó el día en que un infarto fulminante atacó a la desgastada mujer mientras dormía, dejando a la disfuncional familia peor de lo que estaba.


George el segundo de los cuatro hijos, tenía 16 años, era el más cercano a su abuela, así que su muerte fue la peor tragedia de su vida. Estudiaba en un colegio público, a pesar del millonario patrimonio de su padre. En este colegio el tráfico de drogas era algo de todos los días, así que no tardó en caer en este terrible vicio para tratar de callar todo el dolor que lo llenaba.


Amber la mayor, tenía 19 años, ganó una beca de estudio, ya que siempre se había refugiado en el estudio desde que su madre murió. No dudó un solo segundo en mudarse al campus universitario en cuanto tuvo la oportunidad, decidiendo desconectarse de su familia. La muerte de su abuela le había caído como un baldado de agua fría, pero había preferido quedarse en el campus antes de ir a su funeral.


Megan y Dina quienes aún estaban en el colegio, quedaron en manos de la ama de llaves, que podría compararse con muchos de los peores personajes que ha tenido la ficción como la directora Troncha Toro o Misery Chastain. Megan fue la más afectada de las dos ya que generó un desorden alimenticio que ocultaba de su hermana menor quien la veía como su única aliada, ya que todos la habían abandonado.


Pero a los chicos no era a los únicos que había afectado la muerte de la abuela. Charles se encontraba destruido. Si la muerte de su amada esposa había acabado con gran parte de su ser, la muerte de su madre se terminó de llevar toda la humanidad que quedaba en su corazón.


✦•······················•✦•······················•✦


Habían pasado cinco años desde la muerte de su madre Charles inmerso más que nunca en su trabajo, no quiso notar como sus hijos lo habían abandonado uno a uno, hasta que un día llegó a su casa y nadie lo recibió. Ese día se maldijo por haberle fallado a su esposa y a su madre, empezó a volverse errático y su trabajo en la juguetería decayó.


Un día estando en su oficina principal recibió un llamado de la junta directiva de su empresa.


—Charles, comprendemos que has tenido días bastante fuertes y todos, más que socios, somos tus amigos. Queremos que te tomes un tiempo para ti —soltó Roger pausadamente mientras veía como Charles empezaba a enrojecerse.


Roger este hombre moreno y robusto, no solo era socio de la juguetería, era amigo íntimo de Charles y además su abogado.


—¿Me están echando de mi propia empresa? —preguntó Charles mirándolo por encima de sus redondas gafas.


—No, hombre no lo pongas así, pero sí creemos que a ti te serviría mucho tomar la opción del retiro. Además tenemos a Kevin, tu aprendiz. No puedes negar que es un diamante en bruto y que puede darle una visión fresca a la empresa —respondió acomodándose en el mullido sillón.


—Ya es una decisión tomada —afirmó quitándose las gafas, dejándolas en el escritorio, mientras se paraba, pasándose las manos por su canoso y descuidado cabello—. Pensé que tantos años de amistad eran suficientes para que me dijeras las cosas de frente.


Charles agarró el portaretrato que tenía de madera con una foto de su esposa, agarró su laptop prácticamente arrancándole los cables y se paró en la puerta de la oficina.


—Su oficina queda desocupada, desde este instante puede Kevin tomarla. Si Steve Jobs pudo con esto, yo también —gruño enfurecido mientras salía de la oficina por el pasillo caminando extremadamente rápido.


—Charles, hombre, siempre vas a ser el fundador, siempre vas a ser uno de los socios principales… No te vayas así...


Charles no quiso escuchar más. Sin voltear a mirar hacia atrás le enseñó el dedo de en medio a Roger y salió hacia su casa.

Nov. 6, 2020, 7:34 p.m. 2 Report Embed 7
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Betty Johnnes Betty Johnnes
No puedo parar de reírme con el parrafo final
November 08, 2020, 15:26

~

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