Vacaciones soñadas Follow story

— ¿Cuáles son sus vacaciones soñadas? — escuchó en su oído suavemente mientras veía a una desconocida frente a sus ojos. Una chica uniformada, bastante joven, que sonreía de medio lado — tenemos paquetes bastante interesantes y para todos los gustos. Si quiere aventura, tenemos tours acuáticos a la luna Europa en Júpiter… ahora, si solo desea descansar mientras aprecia un paisaje maravilloso, tenemos una misión turística que se dedica a recorrer los anillos de Saturno en un crucero espacial completamente adecuado para tener una espléndida vista de ellos con atención de lujo… — su voz era suave y seductora, a ratos sentía que lo hipnotizaba.

— No creo estar en condiciones económicas para tener unas vacaciones en un crucero, la verdad… prefiero un lugar menos costoso —respondió escuetamente.

— Veamos… — podía notar como las manos de la joven tocaban el teclado holográfico mientras buscaba opciones según sus requerimientos.

No recordaba porque estaba ahí, ni en qué momento llego a esa agencia de viajes espaciales. Ahora estaba sentado frente a la mujer, sin entender demasiado la situación.

Sabía que hace más o menos unos cien años, los viajes turísticos inter espaciales eran una realidad, pero jamás se había planteado tomar alguno porque simplemente estaban fuera de su alcance.

Además en su fuero interno, les temía.

La tecnología había avanzado a pasos agigantados, y los viajes cada vez eran más seguros, pero era aterrador para él pensar que cualquier falla, por mínima que fuera, los condenaría a una muerte terrible, dolorosa y alejada de la tierra.

— También tenemos viajes más económicos, Marte sigue siendo un buen panorama, aunque su clima desértico y las largas temporadas de tormentas de arena siempre son un problema…

— En realidad, señorita, no sé por qué estoy aquí… — pareció contrariado y confundido —que recuerde, yo no quería viajar — agrego buscando en la mirada de la joven comprensión, algo que no logro hallar porque ella simplemente lo observaba con una sonrisa congelada, como si no entendiera sus palabras.

Comenzó a darse cuenta de lo inhumana que se veía, no reaccionaba como lo haría cualquier persona al verse quizás contrariada porque su intento de venta no funcionaba. Simplemente sonreía con una mueca retorcida que lo inquietó.

— Señor, creo que es mejor para usted que elija un destino para disfrutar de sus vacaciones. Sabemos que ha trabajado duramente y es un justo premio a su esfuerzo que descanse y conozca nuevos parajes… además le servirá para distraerse… sino, podría volverse loco.

— No sé por qué estoy aquí… y quiero irme… — respondió a la defensiva haciendo un ademan de levantarse.

La joven sonrió nuevamente y la voz se escuchó en su cabeza.

— Dopamina al 30%, respuesta nerviosa anulada. Melatonina al 50% directa.

La joven ya no hablaba, solo parecía dar instrucciones sin mover sus labios. De pronto dejo de verla tan claramente. No solo comenzó a sentir sueño, también notó como la imagen de la chica se desvanecía como si fuera simplemente el efecto de un holograma extremadamente real.

Cuando movió su cabeza, percibió que no estaba sentado como creía, sino que recostado en un especie de capsula, su cuerpo ya no reaccionaba, estaba inmóvil. En el cristal que estaba frente a sus ojos percibió con dificultad los gráficos que indicaban los latidos de su corazón, su presión arterial, las mediciones de su retina.

— Cóctel de endorfinas, serotonina y oxitocina — seguía escuchando.

— Tranquilo, eso le hará sentir bien… — volvió a escuchar atravesando su cerebro y fue entonces que recordó vagamente.

La conquista del espacio no había sido fácil. Primero, la búsqueda de colonos que pasaran por las estrictas pruebas, se había reducido considerablemente. Luego, ante la escasez de voluntarios óptimos, se había recurrido a quienes podrían sobrevivir con un entrenamiento básico, acompañados por una tripulación experta. Pero cada vez era más complicado conseguir personas interesadas. Sobre todo cuando se trataba de viajes a nuevos planetas, lo que implicaba una serie de riesgos que pocos humanos estaban dispuestos a tomar.

Los destinos alcanzados hasta ahora habían sido el resultado de centenares de muertes. Los exploradores que en el 90% de los casos no volvía con vida y los colonos que debían terraformar el nuevo planeta, era otro frío porcentaje de caídos que nadie informaba por razones obvias.

Eran sacrificios necesarios para lograr el objetivo de llegar a las estrellas.

Finalmente, ante la falta de voluntarios comenzaron las misiones inducidas.

Mientras más lejos llegaban en la profundidad del espacio, menos humanos aceptaban el desafío, pero las misiones no podían detenerse, así que optaron por seleccionar colonos al azar filtrando sus datos, mientras escogían a los que tenían una salud relativamente apta.

Como si fueran ratas de laboratorio.

Este hombre había resultado escogido. Afortunado o no, ahora formaba parte de la tripulación de la misión colonizadora Ceres 2192.

— Registro 568, 28 años, salud compatible con misión — seguía escuchando en su cabeza sin poder moverse, la sensación de sueño cada vez era más intensa. Intentaba luchar contra ella, porque sentía que si cerraba los ojos todo estaría perdido.

Necesitaba estar consciente.

— Recurso asignado al Teniente Sánchez. Experimento K902: Supervivencia en territorio hostil, sin entrenamiento específico, instinto de sobrevivencia, estimulo insertado — con cada palabra podía notar el sonido robótico de la voz que hacía eco en su cerebro.

Con los ojos abiertos de par en par, una ola de sensaciones se transportaron por sus músculos, retorciéndolos. Imágenes interminables poblaban su cabeza mientras podía percibir, como estas reemplazaban a sus recuerdos.

— Proceso de hibernación al 96 %, signos vitales estables. Llegada a destino: 3650 días.

La luz sobre su rostro brillo con mayor fuerza y su rostro se iluminó mientras que sus parpados, simplemente se cerraron sin poderlo evitar. La capsula disminuyó la temperatura en su interior y su cuerpo se enfrió a 27°, sus signos vitales se aletargaron, los latidos de su corazón se redujeron a 30 latidos por minuto.

Clínicamente estaba muerto. Pero en realidad no.

— Proceso de hibernación al 100%. Inducción fantasía de vacaciones: completa.

La capsula quedo a oscuras y volvió a insertarse suavemente en la colmena con 600 colonos “voluntarios” más.