Narra Sofía:
No recuerdo nada. Sólo... ¿oscuridad? Era como si me hubieran borrado de la memoria todo lo ocurrido en este último tiempo. Lo que sí que recuerdo es que ahora mismo tengo once años, una familia en Valencia, y una hermana gemela. A esta última la he confundido con un monstruo. Cuando he abierto los ojos, todo estaba iluminado, pero daba vueltas y lo veía todo borroso y difuminado.
Gracias a Dios, todo esto se ha acabado tras dos minutos de espera. Cuando he podido ver y observar con claridad, me he dado cuenta de que, tanto Rebeca, mi hermana gemela, como yo, nos hallábamos en una habitación desconocida, con un ventanal enorme abierto. Había una puerta blanca, y justo enfrente, una camilla de hospital, junto a unos estantes llenos de medicamentos, jeringuillas... De todo, vaya.
¿Estamos en el hospital? No, seguramente no. Tanto Rebeca y yo nos hemos levantado sin ningún tipo de esfuerzo. No hemos notado ninguna especie de dolor o rotura. Íbamos a ponernos a investigarlo todo, porque somos muy curiosas, y más si no sabemos dónde estamos, cuando se han oído unos golpecitos en la puerta. Hemos esperado a que quien fuera que hubiera llamado entrara. Hemos visto a una señora que debía de tener unos cuarenta o cincuenta años, pelirroja, con el pelo recogido en un moño, y los ojos verdes. Además, iba vestida con una bata blanca, y con un maquillaje muy exagerado.
Nos ha mirado y se ha sentado en la camilla, y ha reposado una de sus piernas en la otra.
-Hola, chicas. Veo que por fin habéis despertado. Se ve que la anestesia hizo demasiado efecto, en fin... Soy la Dra. Tilly, y soy la directora del Laboratorio Géminis.
Rebeca y yo nos miramos. La verdad, creo a las dos nos importa bien poco como se llame o si la anestesia hizo efecto o no.
-¿Qué es el "Laboratorio Géminis"?-ha preguntado mi hermana.
La señora le ha mirado y ha contestado:
-Es un laboratorio, como dice el nombre. Pero en este laboratorio, lo que hacemos es coger grupos de gemelos, para examinarlos y hacerles pruebas que pueden ser de utilidad para la humanidad.
-Pero ¡nosotras no queremos estar aquí!
-No me importa, niñas. Os vais a quedar aquí, porque es donde hacéis falta.
Nos ha mirado por última vez, y, tras abrir la puerta e irse, mi hermana y yo nos hemos vuelto a mirar.
-Hay que hacer algo: yo no me voy a quedar aquí. Tumbaré la puerta si es necesario.-Ha asegurado Rebeca
Mejor que no lo haga, porque sé que es perfectamente capaz.
Podemos escapar ahora...
O esperar a la oportunidad perfecta.
*Nota de las escritoras: estas son dos decisiones, lo que pasa es que, por alguna razón, no nos dejan ponerlas como tal, así que votad en los comentarios hasta que nos permitan poner decisiones ;)*
Thank you for reading!
We can keep Inkspired for free by displaying Ads to our visitors. Please, support us by whitelisting or deactivating the AdBlocker.
After doing it, please reload the website to continue using Inkspired normally.