moonshenpai Moonshenpai

Estoy aquí contigo Estoy contigo en la misma habitación ¿Por qué no puedes recordar los días felices? Si te contará todo ¿podrías volver a mi lado? Estoy aquí sin ti bebé Pero tu aun sigues en mi mente solitaria.


Fanfiction Anime/Manga For over 21 (adults) only.

#otayuri #OtabekAltín #YuriPlisetskt #mpreg #drama
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MEMORY

Nikolái Plisetsky y su nieto vivián en París desde que el pequeño Yuri perdió a sus padres a los tres años, el sr Nikolái había decidido empezar de cero con su amado nieto, por eso se fueron de su nata Rusia y se fueron aquel país europeo que quedaba a miles de kilómetros de la tierra que los vio nacer. Nikolái trabajo como profesor de jardín de niños, cuando estudió para convertirse en profesor tuvo la oportunidad de aprender ese idioma, ese había sido uno de los motivos por lo cual había escogido dicha nación. Ese empleo le daba la oportunidad de pasar mas tiempo con su Yuratchka, como el solía decirle al pequeño.

Si bien el pan nunca falto en la mesa, tampoco tuvieron mucho, por eso Yuri se había esforzado muchísimo estudiando, el sueño del pequeño era poder darle a su abuelo la mejor vida, la que se merecía, sería su manera de agradecerle todo lo hecho.

Yuri era un niño por demás hermoso, era algo delgado, pero al lograr estudiar en la escuela estatal de ballet, su figura lucía estilizada, su melena era rubio era de envidia, pero sin duda su atractivo radicaba en su mirada, sus ojos eran de un verde esmeralda, tan únicos con su mirada determinada, pese a ser joven siempre tuvo una mirada fuerte, su abuelo decía que era la mirada de los Plisetsky.

Recién cumplía los quince años, cuando en una revisión medica rutinaria, pudieron darse cuenta que Yuri pertenecía a la minoría de hombres que pueden quedar en cinta, si bien eran escasos no era demasiado raros los casos. Le fueron explicados los cuidados en su vida sexual si es que el quería quedar embarazado en algún punto de su vida.

Yuri ahora tenía veinte años, cursaba su segundo año de marketing en una de las universidades más prestigiosas de la París, sus esfuerzos habían valido la pena, puesto que tenía una beca de excelencia, estaba enfocado en terminar sus estudios y graduarse con honores.

Su primo Viktor Nikiforov recién llagaba a la ciudad, se acaba de graduar como medico y estaba en la capital Parisina para estudiar su especialización como neurocirujano, vivía en el mismo complejo de departamentos que Nikolái y él rubio, pese a que el mayor no era familiar de él siempre lo había visto como otro nieto, sin embargo, Viktor no quiso abusar de su amabilidad, solo estuvo con ellos una breve temporada mientras encontraba su propio departamento.

Fue por él que Plisetsky fue a su primera fiesta, Yuri nunca salía, no tenía tiempo para ir a las fiestas universitarias, sin embargo, su primo y abuelo insistían en que debería de ir, que debía disfrutar su juventud. Viktor se encargo de su atuendo, resaltando su belleza.

Fue en esa fiesta donde lo conoció, donde vio por primera vez a Otabek Altín, el chico que cambiaria su vida por completo.





Otabek Altín era un chico que creció con todas las comodidades del mundo, su padre era rector de la universidad de Negocios Internacionales en Almaty, Kazajistán y su madre era una de las abogadas mas prestigiosas de dicha ciudad, tenía dos hermanos mayores Serik y Jacob, si bien sus hermanos habían seguido los pasos de sus padres, el menor de los Altín había decido que el quería estudiar algo diferente, él quería estudiar ingeniera del sonido, al principio su madre se negó, pero su padre logró convencerla de que si era lo que su hijo quería debían apoyarlo.

El kazajo siempre un espíritu libre, siempre le gusto estar soltero, nunca tuvo pareja, puesto que siempre argumentaba que solo lo haría cuando conociera a la persona indicada, sin embargo, si mantenía encuentros casuales, disfruta de su soltería. Cuando llego la hora de tomar la decisión de donde estudiaría, no lo dudo París fue la opción ganadora.

Su familia no lo tomo tan bien y es que esperaban que se quedará en Almaty a estudiar, aun así, su padre le compro un departamento en una zona prestigiosa de la ciudad.

Pesé a que al menor de la dinastía Altín le gustaba divertirse y salir a fiestas, nunca abandono y descuido sus estudios, se esforzaba en hacer lo mejor que pudiera, por eso cuando recibió la carta de aceptación de “Le Fémis” pudo considerarlo como su mayor logró en sus dieciocho años de vida, no fue fácil, tuvo que estudiar mucho, noches en vela y sacrificar algunos fines de semana de reventón, pero valió totalmente la pena.

Hizo sus maletas, empaco lo necesario, y tomo el primer vuelo que lo llevaría a la ciudad donde seguiría su sueño. Estaba seguro que ahí se divertiría como nunca, que conocería gente interesante, quizá también ahí conocería a la chica que lo hiciera querer una relación seria.





Yuri fue arrastrado a “Le zéro zéro” el bar donde se llevaría acabo la dichosa fiesta, parecía un lugar de mala muerte, pero la música que podía apreciar desde fuera del establecimiento era prometedora.

- No deberías fruncir tanto el ceño Yuri – Viktor y él estaban en la fila para entrar al lugar- te arrugaras más rápido y nadie te querrá

- Cállate calvo – gruño el rubio – esto es tan jodidamente molesto.

- Mi pequeño Yuri ¿qué es lo que tanto te molesta?

- Viktor no tengo tiempo para esto, tengo tarea por hacer y tengo que estudiar para mis exámenes.

- Yuri es viernes todavía tienes dos días para hacer tus deberes y ¿exámenes? Yuri el semestre acaba de empezar, no hay pruebas o trabajos finales, deberías relajarte y divertirte.

- Para ti es fácil, no necesitas mantener un promedio.

- Yuri relájate, solo es una noche, incluso abuelito Nikolái quiere que salgas, dale esa alegría al abuelo ¿quieres?

El rubio no volvió a decir nada, si era por su abuelo, haría todo incluso ir a esa jodida fiesta. La fila comenzó avanzar y pronto se encontraban en la puerta del lugar, pagaron la cuota y entraron al bar.

El lugar estaba adornado de grafitis en las paredes, las luces neón y la música estridente, se alegró de al menos no escuchar las típicas canciones de moda, eran más bien canciones rock, grunge y metal, está acompañada de beats que lo hacían más llevadera, más acorde con el lugar y el momento.

Su mirada viajo hacia donde estaba la persona responsable de armonizar dicha fiesta, era un chico moreno, fornido, de rostro serio, no pudo apreciarlo bien ya que estaba algo alejado de la mesa de DJ.

- ¿quieres tomar algo? – Viktor tuvo que alzar un poco la voz, la música era bastante fuerte.

- Si, una cerveza está bien.

- Bien, espérame aquí, no te muevas.

Vio como su primo se perdía entre la multitud, recorrió con su vista el lugar – interesante – esa sería la palabra con la que lo describiría, su celular sonó, era el grupo de chat que tenía con sus compañeros, nada interesante y relevante, cerro el mensaje. Estaba parado ahí sin hacer nada, no conocía a nadie así que tuvo que esperar a que su familiar regresará.

De un momento a otro la música cambio y aunque no era mala no era de su total agrado, maldijo al DJ, su vista nuevamente viajo a la mesa donde estaba el responsable, pero esté ya no estaba, en su lugar estaba una chica pelirroja, ok el cambio en el ambiente tenía sentido, se percato que los hombres comenzaron acercarse a la mesa donde estaba la mujer – perdedores – pensó Plisetsky.

- Ten – un vaso con cerveza le fue entregado, fue el primero de muchos.

- Gracias Vitya.

Pronto los compañeros de Viktor estaban en la misma que ellos, contaban cosas triviales, anécdotas de fiestas pasadas, el peliplata se reía a carcajadas, pero él, Yuri no se estaba divirtiendo tanto.

- Ahora regreso – se levantó de la mesa, no espero respuesta y se encamino a los sanitarios, había demasiada gente, no podía avanzar, unos chicos de una mesa estaban jugando y entonces lo empujaron esto hizo que chocara con alguien y entonces sintió como como era bañado por un líquido frío – Mierda – dijo al sentir el olor de la cerveza caer sobre su ropa.

- Oh Joder, lo siento tanto, pero tu chocaste contra mí, aun así, lo siento – una voz grave sonó junto a él – ustedes chicos deberían tener más cuidad con sus estúpidos juegos.

- Maldición Kristen, deberías tener más cuidado, nuestro amigo esta bastante ebrio, lo sentimos por eso, déjennos invitarlos a una ronda de cervezas a modo de disculpa.

- Por mi esta bien, ¿tú que dices? Eres el más afectado en esto – El chico bajo su mirada para ver al rubio y se quedo pasmado, era la persona mas hermosa que había visto.

- Gracias, pero no gracias – Yuri estaba enojado y quería irse – con su permiso.

- ¡Hey espera! ¿Cómo te llamas? – el tipo con el que había chocado lo tenía sujeto del brazo

- ¿Eh? – no entendía que demonios pasaba con ese sujeto, fue entonces cuando alzo la vista y lo reconoció era el DJ – Yuri ¿ahora me puedo ir?

- Claro, un gusto Yuri – su brazo fue soltado, dio media vuelta para regresar por donde había llegado, ya no quería estar en ese lugar – Maldición no pude decirle mi nombre.

- Viktor, me largo ¿vienes conmigo o te quedas? – bramo enojado.

- ¿qué? ¿porqué? – el peliplata lucía algo ebrio. - ¿por qué apestas a cerveza?

- Unos tipos me empujaron, lo que hizo que chocara con otro tipo y me tirara cerveza encima

- ¿Quién fue el idiota que se atrevió a meterse con mi primo? – Oh no, lo que me faltaba, pensó el rubio, en ocasiones cuando su primo bebía se ponía un poco impertinente.

- Nadie se metió conmigo, todo fue un accidente – El rubio se sobo el puente de la nariz, estaba comenzando a enojarse.

- Ellos debieron responder y compensarte.

- Lo hicieron, se ofrecieron a invitarme a mi y al otro sujeto a una ronda de cervezas, pero lo rechacé, andando, vámonos.

- ¿QUÉ? ¿CÓMO PUDISTE HACER ESO YURATHCKA? – Viktor se colgó del cuello de su primo – la cerveza nunca se rechaza, vayamos con esos chicos y aceptamos sus disculpas apropiadamente, tiene que hacerse responsables.

- Joder Viktor, me quiero ir a casa, apesto a cerveza.

- Oh gatito, todos en este bar lo hacemos, re-la-ja-te

Yuri quiso golpearlo, patearlo hasta que se cansará, y lo hubiera hecho, pero no podía, no podía porque contrabajo podía caminar entre la multitud – Me las vas a pagar calvo.

- No puedo escucharte Yuri.





Ahí estaban, sentados con los responsables de que apestará, con su molesto primo y con el chico con el que había chocado, Otabek dijo llamarse, pero no era como si eso le importará.

- ¿Tú también estudias medicina Yuri? – preguntó uno de los acompañantes.

- No, para nada, yo estudio marketing.

- Oh vaya eso es interesante, pensé que, al estar en esta fiesta, bueno pues eras de la facultad.

- No, no, no, el que estudia ahí soy yo – dijo Viktor con orgullo.

- ¿tú? – preguntaron un poco asombrados.

- Si, lo sé luzco un poco…

- Luces como un maldito viejo decrepito, así luces Viktor – Los presentes en la mesa soltaron una carcajada ante lo dicho, pero también se debió a la reacción que tuvo el mencionado. El DJ incluso se atraganto y comenzó a toser.

La velada transcurrió tranquila, pero llego el punto en donde Viktor no podía mas con su alma, estaba tan malditamente borracho, Yuri lo saco cargando del bar, le estaba costando trabajo, su primo era muy pesado para él.

- Déjame ayudarte – Sintió como alguien tiraba de su estúpido familiar, el rubio miro rápidamente a la persona que le ofrecía su ayuda, y ahí estaba nuevamente Otabek – parece que estas a punto de dejarlo caer sobre la banqueta.

- Bueno, eso es por que de verdad quiero dejarlo caer – Su frente estaba un poco sudada y sus cabellos se le pegaban en esa zona – este maldito se embriago y me hace responsable de llevarlo a casa.

- ¿Viven juntos? – pregunto con curiosidad.

- No, sin embargo, vivimos en el mismo edificio.

- oh, ya veo, ustedes – dudo un poco con lo que estaba por decir - ¿ustedes son pareja?

- ¿Qué? – los rusos nunca aclararon que tipo de relación tenían - ¡No! Maldición no, que asco – la cara de Yuri era de genuina repulsión. – Es mi primo, eso es todo, Dios ¿de verdad lucimos de esa forma?

- Amm bueno no tanto, pero Viktor luce un poco apegado a ti.

- Es porque es como una ladilla, no deja de decir que soy su pequeño hermano, y que es su responsabilidad cuidarme, puras mierdas.

- Ya veo – el kazajo sonrío, el rubio le parecía bonito y había llamado por completo su atención, por fuera parecía un chico delicado, pero estaba seguro que si lo hacían enojar era capaz de romperte unos cuentos huesos, eso le gustaba – Yuri ¿puedo preguntarte algo?

El ruso menor estaba mirando su celular, estaba pidiendo un taxi para poder irse a su casa - ¿Eh? Claro, claro – dijo no prestando mucha atención.

- Bueno en realidad son dos preguntas la primera es ¿me darías tu número?

- ¿eh? – Yuri no esperaba eso.

- ¿Estas saliendo con alguien?

¿eeeehhh?? – y mucho menos eso….





Habían pasado dos semanas desde la fiesta en “Le Zéro Zéro”, durante todo ese tiempo el celular de Yuri recibía demasiados mensajes, el grupo de chat de sus compañeros de escuela, también tenía unos cuantos de Viktor y también tenía mensajes de Otabek.

El DJ le mandaba mensajes saludándole, platicando de cosas triviales, mandándole fotos de cosas que encontraba en su camino, Yuri sin querer hacerlo comenzó a sonreír con cada notificación que anunciaba un mensaje del kazajo, sin embargo, Yuri siempre se negaba a las invitaciones del chico, no tenía tiempo para eso.

Un día al salir de clases lo vio parado en la entrada de la facultad - ¿qué haces aquí?

- Hola Yuri – Otabek estaba apoyado en un flamante BMW serie 7 - ¿tus clases terminaron?

- Si, mis clases han terminado – Yuri no podía dejar de ver el vehículo – Otabek quítate de ahí, ese auto vale más de lo que tú, yo, Viktor y mi abuelo podemos pagar.

- ¿tienes algo hacer? – Otabek ignoro la petición del rubio.

- No, realmente.

- Bien, entonces vamos por un café. – dijo por fin separándose del auto para después dar media vuelta y abrir la puerta del mismo. Yuri lo miraba boquiabierto.

- ¿Es tuyo? – su mirada se alternaba entre el kazajo y el automóvil.

- Si, creo que deberíamos apresurarnos, escuche que llovería el día de hoy – al ver la reacción del rubio entonces se dio cuenta de quizá había exagerado un poco con el auto, pero es que esa era su arma secreta, siempre conseguía que alguna chica dijera si a todo mientras vieran el automóvil que poseía, pero al parecer se equivocó con el chico.

- ¿En verdad es tuyo? – quizá no se había equivocado, eso lo hizo sonreír - ¿eres narcotraficante? ¿o porque alguien de tu edad tiene este carro? – el ceño se Yuri se frunció.

- ¿Qué? ¡No! Claro que no, mi padre me lo compro ya sabes para poder ir a la universidad.

- Ya veo, así que eres un chico rico – dijo Yuri con burla – eso no lo vi venir – el celular de Yuri sonó anunciando un mensaje, leyó lo que decía – Mierda, maldito Viktor – guardo su móvil y se ajusto la mochila en su hombro, miro al moreno y le sonrió – Lo siento, no puedo acompañarte, aun así, gracias.

- Oh vamos ¿Qué sucede? – el kazajo estaba decepcionado - ¿Por qué siempre me rechazas?

- Tengo que ir por los medicamentos de mi abuelo, así que no puedo ir por un café – no mentía debía ir por los medicamentos para la presión arterial que debía tomar Nikolái y también debía ir por su insulina – Nos vemos luego.

Yuri hubiera seguido su camino si no hubiera sido por la lluvia que comenzó a caer, se vio obligado aceptar que Otabek lo llevará a la farmacia, y también que lo llevará a casa.

- Gracias, no debiste molestare.

- Es todo un honor Yuri, nos vemos – el kazajo antes de subir a su auto deposito un beso en la mejilla del rubio, y se fue.

Un muy sonrojado Yuri subió a su departamento – ¿Te encuentras bien Yuratchka? Estás muy rojo ¿tienes fiebre? –

- No, no es nada abuelito – sacudió su cabeza, obligándose a recomponerse – Viktor me envío un mensaje, dijo que no podría pasar por tus medicamentos así que los traje

- Gracias Yuri. – el anciano acaricio su melena dorada – por cierto ¿Quién era el chico que te trajo? – Nikolái había visto todo desde la ventana de la sala, estaba preocupado por su nieto, así que vigilaba por su regreso.

- No es nadie, solo un conocido, me hizo el favor de llevarme a la farmacia, pero como la lluvia no cesaba me trajo a casa.

- Ya veo ¿tienes hambre? Prepararé la cena…





Otabek había aparecido unas cuantas veces en el campus, pero nunca pudo concretar una cita con el rubio, muchas veces era porque tenía tareas pendientes, y en esas últimas semanas fue debido a los exámenes.

Yuri le dijo que ese día presentaría su ultimo examen, pero que debía ir a casa porque su abuelo había enfermado y debía cuidarlo, aun así, Otabek se apareció en la facultad, dijo que estaba por el rumbo y pensó en pasar a saludarlo, una vil y gran mentira.

Llegaron al complejo departamental del ruso, se despidieron pero esta vez, Otabek espero hasta ver como su rubio favorito se metía al edificio, arranco el vehículo, estaba feliz de poder compartir esos pequeños momento con él, estaba enamorado de él, no podía negar esa verdad, amaba sus humor negro, su risa extremadamente ruidosa cuando algo de verdad le causaba risa, como se preocupaba por su abuelo, el como siempre se burlaba de Viktor, incluso amaba a su gata, aunque no la conociera mas que por fotos, amaba todas y cada unas de las manías de Yuri.

No se había alejado demasiado cuando su celular anunciaba una llamada entrante de Plisetsky – Yuri ¿ya me extrañas?

- ¡Otabek necesito que me ayudes por favor! – la voz del rubio se escuchaba entrecortada, en clara señal de llanto – mi abuelo, dios mi abuelo – no podía hablar

- Cálmate Yuri en un minuto estoy contigo. - Otabek regreso a la dirección del rubio, manejo los más rápido que la ley se lo permitía.

Ahora se encontraban en la sala de urgencias de un hospital privado donde Otabek lo había llevado, el medico dijo que no era nada grave, que debido a la infección que tenía en la garganta la fiebre había subido demasiado lo que provoco un desmayo, aun así, había sugerido dejarlo en observación hasta que su condición mejorara.

Viktor había llegado lo más rápido que pudo, salió de la escuela apenas leyó el mensaje de su primo - ¿Cómo podré pagar esto? – Yuri se mordía las uñas, estaba sentado junto a su familiar en la sala de espera, era un hospital de lujo y aunque tenía algunos ahorros sabía que sería imposible cubrir con todos esos gastos.

- ¿Por qué lo trajiste aquí? – Viktor estaba seguro que ninguno de los podría pagar la cuenta.

- Yo fui quien los trajo – dijo el kazajo llamando la atención del peliplata, Otabek se acerco a Yuri y se agacho hasta quedar a su altura, tomo sus manos entre las suyas – No te preocupes por esto Yuri, yo cubriré los gastos, lo importante es que tu abuelo se mejore – Vio como los hermosos ojitos verdes de Plisetsky se llenaban de lágrimas, el rubio se lanzó abrazarlo.





Nikolái fue dado de alta tres días después de su ingreso al hospital, durante su estancia en el nosocomio conoció a Otabek, fue durante una de sus conversaciones a solas donde el kazajo le confeso que estaba enamorado de Yuri, “amor a primera vista” fue lo que dijo el chico.

Como agradecimiento Nikolái lo invito a cenar una noche, hizo su mejor platillo, Yuri esperaba piroshky, pero en su lugar había borsch para cenar. Altín llego puntual, llevo un pastel para que pudieran disfrutar del postre, Viktor también estuvo presente.

Cuando la velada finalizo Yuri acompaño a Otabek a su auto – La cena estuvo deliciosa.

- Me alegro que te gustará, es solo una pequeña forma de darte las gracias por lo que hiciste por mi abuelo, él, mi abuelo es lo único que me queda, Viktor es mi primo pero no es lo mismo, siempre hemos sido mi abuelo y yo, mis papás murieron cuando apenas era un niño, él ha dado todo de sí para sacarme adelante, es por eso que me esfuerzo tanto, quiero poder devolverle un poco de todo lo que ha hecho por mí, quiero que viva una vejez tranquila, sin preocupaciones, quiero que él se sienta orgulloso de mi – No supo cuándo o porque pero estaba llorando, la cálida mano de Otabek acaricio su mejilla, limpiando las lágrimas en el proceso – Mi abuelo es todo para mí.

- Tu abuelo está orgullo de ti Yuri, cuando pasaba a visitarlo al hospital el siempre me hablaba de ti, puedo ver el orgullo que siente al saber que ha hecho un hombre de bien – el rubio le sonrió tímidamente y vio como se coloreaban sus mejillas – Sal conmigo, solo eso te pido Yuri, solo una cita

- ¿Por qué? – Yuri pudo ver la confusión en el rostro ajeno - ¿Por qué quieres salir conmigo? Otabek

- Porque desde que te vi en aquel bar quedé prendido de ti, de tu belleza, pero durante todo este tiempo, las pláticas por mensajes, los breves encuentros y minutos que compartimos, durante todo ese tiempo yo caí rendido ante Yuri – el kazajo se acerco al rostro del ruso – Yuri ¿quieres salir conmigo?

- Si – una breve respuesta que cambiaría sus vidas.














May 22, 2020, 5:35 a.m. 4 Report Embed Follow story
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Lena Abs43 Lena Abs43
Me encantó no se porque dices que flojo así esta perfecto mi ciela
May 22, 2020, 18:15

  • Moonshenpai Moonshenpai
    Sentí que era mucho bla bla bla pero me alegro que te gustara mi ciela !! May 23, 2020, 01:40
Yatovale 10 Yatovale 10
Quedó espectacular!! Me encanta!!❤❤
May 22, 2020, 09:54

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