La caída de Ulkarth Follow story

Día 30 del año 780

Mi nombre es Behruz soy caballero de la corte real elogiado por mi gran destreza en batalla, además soy el único hijo del rey lo que me convierte en el príncipe heredero al trono de Caldmidor. Por fin opté por escribir mi día a día, ya que muy pronto mi vida cambiará radicalmente y quiero dejar por escrito un poco acerca de mí. Desde el día 14 de este mismo año mi padre el rey ha caído en una terrible enfermedad y por 16 largos días todos los hechiceros del reino con su magia han tratado de salvar su vida aunque todo esfuerzo ha sido en vano llevando a mi padre a tomar una decisión, según él, es hora de que sea yo quien lleve a nuestro pueblo a la gloria, aunque aún no me siento listo para convertirme en rey pues con tan solo 19 años seré el monarca más joven de toda la historia en Caldmidor y creo que aún tengo mucho por aprender.

Después de 10 largas noches de agonía mi padre muere el día 40 del año 780 a los 43 años de edad.

…La muerte de mi padre sin duda me afectó demasiado, pero había algo que me afligía aún más y se trataba de la causa de su muerte, ya que todos los consejeros reales junto conmigo estabamos seguros de que se trató de un asesinato, de una maldición, ya que ni la más poderosa magia de nuestro reino pudo salvarlo.

Día 41 año 780

Después de un largo día de luto por mi padre es hora de mi coronación, pues como el mismo me dijo alguna vez “para un rey no existe la tristeza o la felicidad, pues un rey solo existe para su pueblo”, antes sentía que era una frase un poco egoísta pero ahora que estoy a punto de ser coronado en frente de miles de personas las cuales juraron su lealtad y amor por mí, en este momento a pocos segundos de sentarme en el trono de Caldmidor esta frase cobra sentido para mí y empuñando la espada del gobernante he jurado que lucharé por mi reino y por toda su gente hasta que el último aliento de mi cuerpo se esfume, también juré por la memoria de mi padre que no descansaría hasta encontrar a su asesino y hacerlo pagar por su atroz crimen.

Fue así que comencé una extensa búsqueda para hallar al asesino de mi padre pues estaba devastado pero sin importar que tan grandes fuera mis esfuerzos ningún intento daba resultado, no tenía ni la más mínima pista de quien era el autor de la muerte de mi padre pero una noche de lluvia todo cambio pues un guardia trajo ante mi a un extraño viajero el cual suponía tener información sobre la persona que tanto estaba buscando

Día 82 del año 780

… En medio de una noche de tormenta uno de mis guardias me informa que alguien podría ayudarme en la búsqueda del asesino, sin pensarlo ni por un momento baje rápidamente al lugar en el cual se encontraba dicho viajero, al llegar pude notar que se trataba de una persona de gran tamaño pero no podía apreciar su rostro, ya que traía consigo una capucha de inmediato le pregunte que como podía confiar en alguien que ni siquiera mostraba su rostro a lo que rápidamente me contestó:

-Mi señor al no ser de estas tierras me temo que antes de mostrar mi rostro debo de tener la certeza que mi integridad será protegida y que no seré juzgado por mi descendencia

Le contesté que todo aquel que me ayudara en mi búsqueda quedaría guardado bajo mi protección y de ser así entonces no habría de que preocuparse. Después de entregarle mi palabra de caballero el extraño viajero se retiró la capucha dejando ver así su rostro, al verlo mis guardias reaccionaron de una forma defensiva, ya que se trataba de un elfo aparentemente de las tierras de los olvidados.

-Alto - Dijo el viajero

-No soy lo que parezco, yo provengo de los bosques de la luz solo que unas tropas oscuras después de acabar con toda mi aldea me hicieron prisionero y fui forzado a trabajar en sus tierras

Yo tenía claro que solo un verdadero elfo de luz es poseedor de la marca divina, así que para depositar mi confianza en el dicho viajero debía mostrar su marca ante mí, él bajó la manga de su brazo derecho en la cual se podía apreciar la marca en forma del árbol divino de la vida

-Esta es la marca – dije con gran asombro

-Señor, mi nombre es Freim – dijo el elfo viajero

Le invité a tomar asiento, le ofrecí alimento y ropa nueva para después seguir con nuestra conversación

Estando en el gran salón le pregunté de como todo esto me podría ser útil en mi búsqueda a lo que él me respondió que estando en una prisión escucho de un tal señor de las bestias el cual había planeado el asesinato del gobernante humano y que su plan era el de conquistar el mundo entero, en la corte real se encontraba Hargkarg un emisario de los clanes de los ogros el cual al escuchar las palabras de Freim se alertó demasiado, pues ya había odio hablar sobre el señor de las bestias y ninguna de sus historias eran buenas.

-¿Qué pasa Hargkarg? – le pregunté al ver la preocupación en su rostro

-El señor de las bestias recibe el nombre de Ulkarth, se dice que él es la encarnación del oscuro y maligno dios Elfgeim, se dice que él vive para cumplir la voluntad y los deseos más oscuros del señor de magias oscuras

En ese momento sentí el verdadero terror al saber que alguien como Ulkarth fuese el asesino de mi padre y es quien amenaza nuestros reinos.

Con la llegada de Freim y su aterradora noticia le ordené a cada sabio y erudito de su pueblo que buscasen alguna información que nos pudiera ser de ayuda para conocer más acerca de aquel misterioso Ulkarth y un joven aprendiz llamado Marx fue quien halló lo que estaba buscando con premura

-Mi señor, Mi señor – dijo el joven Marx

-Que sucede – le respondí

El joven Marx llevaba consigo un viejo libro corroído por el polvo y los años

-Lo he hallado mi Lord, El libro de las almas, libro prohibido del cataclismo – respondía Marx con gran entusiasmo

-¿El libro de las almas? Jamás había escuchado sobre su existencia, ¿Cómo puede sernos de ayuda? – pregunté con un tono de desconfianza

-Mi señor, mi padre fue también un sabio del reino y él dedicó gran parte de su vida al estudio al estudio sobre “El Cataclismo” que se remonta a los comienzos de las tierras mágicas, mi padre nombró incontables veces la importancia de un maligno ser llamado Ulkarth quien era el discípulo más devoto del oscuro Dios Elfgeim, según las leyendas Ulkarth le entrego su cuerpo y alma para cumplir así con su voluntad – dijo Marx

-Pero… ¿Qué tiene que ver este viejo libro con todo eso? – dije sin saber que hacer

-Mi padre antes de morir me dijo que debía hallar el libro de las almas pues este era el único escrito con información valiosa para poder detener a las tinieblas si es que Ulkarth despertase nuevamente – contesto Marx