—Hermano Tormenta —le recitó al cielo—, arrastra con tu aliento los males que atormentan mi lecho. Devora en tu vientre las pesadillas, transforma mi oscuridad en tu luz, mi sudor y mis lágrimas en el néctar con el que riegas a Natur. La fragancia acunará mi sueño y mañana, con la cara lavada, semillas de Aleluya mis manos hundirán en la tierra mojada en señal de gratitud. Mi amor, mi paz, al servicio del Rey Natur.

El equilibrio se sustenta en las conexiones. La vida es una intrincada red de hermosas tramas; infinitos patrones unidos con la sutileza de Natur. El río que nace en la montaña y corre a unirse al mar. Las raíces que convergen en los nervios de las hojas. Flor e insecto. La ola en el caparazón del molusco. Estrellas reflejadas en pompas de invierno. Tormenta de luz bajo la piel. Cariño y amor.

La vida puede dar un giro drástico en apenas un segundo. Cambios irreversibles marcarán un rumbo no planeado, ni imaginado. Son corrientes imparables a las que no podremos resistirnos. A partir de ese punto todo será desconocido. Si este camino ya está establecido lo queramos o no, nos resistamos o lo aceptemos, única será la manera en la que elijamos cómo escribir la historia de nuestro destino.