En la ciudad turquesa todos saben que cada baldosa del suelo y cada persona le pertenece al faraón, mucho menos la niña esa, la venida desde Hatti. Tenía un nombre hasta que entró en el palacio y un amor. Era un soldado, el mismo que la había escoltado hasta allí. Lo amaba desde pequeña, pero ahora, bajo el peso de la obligación, dejó que el desierto se tragara su historia y su nombre. Pi Ramsés es, después de todo, la ciudad de arena, la que todo se lo traga. Incluida ella.
20 February 17, 2021, 01:11 0We can keep Inkspired for free by displaying Ads to our visitors. Please, support us by whitelisting or deactivating the AdBlocker.
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