Los latidos de su corazón me enloquecían, no podía controlarme, lo peor era que estábamos en habitaciones separadas, pero aun así... Ese condenado sonido… Podía escucharlo en todo momento. Ahora también imaginaba la sangre que circulaba por todo su cuerpo, su dulce sangre… Sin poder resistirlo más me levanté de la cama y con agilidad caminé hasta su cuarto. Allí pude verla, inmersa en un profundo sueño, ignorando el peligro en el que yo me había convertido, ajena a lo que pensaba hacer.
#microcorazon #laguaridadelwendigo