Nunca he considerado que mis líneas tengan o vayan a tener la relevancia de un gran profeta de las letras, a lo mejor falta la claridad y la brillantez de aquellos que ponen y trasmiten notoriamente lo que desean expresar, ósea lo que llamamos “buenos escritores”. En cierta medida me ubico en lo que llaman “fanático”, es decir, sujetos frente a una computadora o frente a una hoja de papel donde damos vueltas y vueltas para poder ordenar medianamente nuestras ideas, borrando una y otra vez alguna frase inconclusa o un párrafo incomprendido. En repetidas ocasiones esa sensación de angustia plaga nuestra cabeza poniendo miedos y temores, haciendo mella y fraguando la intención de continuar con el texto. Así podemos estar una o dos horas intentando hilar una oda como está o unos versos o tal vez un cuento que nos deje tranquilos. A veces no por falta de valentía, o tal vez iniciativa, simplemente el hecho de escribir exige resistencia, bravura y gallardía. Efectivamente el recuerdo incesante de lo que llaman buen o mal escritor retumba en la cabeza de aquel que con una profunda reverencia asume la tarea de ponerse frente a un texto. En repetidas ocasiones he considerado que mis cavilaciones no tienen el nivel o la profundidad del caso. De cualquier manera si por algo se deben caracterizar unas cuantas líneas es por la sinceridad de quien las redacta. Esa franqueza para dejarlo todo en el papel y luego decir: No soy el mejor escritor, pero caramba, estas palabras son honestas. Cargadas de intencionalidad, porque siempre llevan en su matriz la intención de quien las escribe. No hace falta que lo repita amigo lector, no serán tan brillantes, pero reflejan eso, honestidad. ¿Y será suficiente la honestidad para escribir? La academia y los grandes gurús de párrafos dirán obviamente NO. No basta que seas honesto para expresar lo que piensas o sientes, falta algo, falta la imaginación, la creación, el encuentro de lo mágico, lo posible. Dicen que comparar es horripilantemente feo, pero es inevitable. Siempre los que por algún motivo queremos pulir la escritura nos comparamos con algún escritor. Y decimos muchas veces, wao que nivel, que capacidad de invención, ¿cómo hará para escribir tan prolijamente de esa manera? Y el buen escritor responderá – con mucho trabajo, dedicación y esfuerzo. Ahora me pregunto ¿el reconocimiento es lo que valida el que seas bueno o malo? ¿Los lectores son los que validan que seas sumamente adictivo? ¿Las editoriales validan que seas un genio o un vil fracaso? Quien nos vendió la día que la escritura se divide en buenos o malos, quien dijo que nuestras poesías, cuentos, relatos y novelas, nacidos de nuestra intensa y fervorosa voluntad es considera como buena o mala… si la escritura es un acto creador, entonces ¿porque se desecha? Las paradojas de la vida dando vueltas en la cabeza de alguien que no tiene ni pu@# idea, pero ojo como lo he advertido antes, estos renglones son escritos con honestidad, pueden rayar el nivel de ingenuidad o incredulidad, pero siempre he considerado que el proceso de escritura es para todos, es lo más humano que tenemos, es lo que puede salvarnos la vida, es lo que nos conmueve hasta el punto de sollozar algunas cuantas lágrimas, es la que nos puede arrebatar horas y horas en un solo párrafo. Dejo estas palabras con la mayor humildad posible y fiel a la intención de recordarme que escribir es liberador, que escribir es un acto de catarsis que desborda tiempos y espacios, es simplemente un efecto inevitable de leer apasionadamente. Con todo el gusto del mundo podré afirmar que cuando escribo esta cuartilla me doy cuenta que no seré o tendré el estilo de grandes escritores, Pero tengo algo en común con ellos, mi valentía para dejar algo que muchos o nadie leerá.
Dec. 3, 2018, 1:40 a.m. 0 Report Embed 0La reconciliación de una voz interior
Dejamos que las miles de ironías respondan una y otra vez a lo que nuestra mente afanadamente quiere pensar. Dejamos que nuestra cabeza intente hilar fragmentos que en algún momento nos hicieron sentirnos mejor, obviamente desterrados y alimentados por el olvido. Suena tan necesario poder despertar de nuevo y ver que la vida puede ser distinta, puede ser lo que quieras. Puede ser lo que buscas o lo que olvides. Pero No, definitivamente No, es un rotundo No, porque que la vida no ocurre así. La situaciones, simplemente o complejamente, suceden y ya. Por eso nuestra voz interior pide urgentemente, afanosamente un llamado, un grito de auxilio a responder preguntas que parecen paradójicas, chistosas, enseñadas por grandes monjes tibetanos, sacadas de libros recónditos de filosofía oriental budista o de discursos más occidentales como libros de autoayuda, en fin, son solo preguntas, cuestiones tan personales que cada uno entiende y responde así mismo. ¿Y si no fueran sólo preguntas? Pensemos por un momento que algunas preguntas nos enfrentan con lo peor o lo mejor de nosotros, pensemos que estas preguntas en uno u otro caso nos ayudan a ver la vida de otro modo, de otra manera, pensemos que en muchos casos esas preguntas nos incomodan. Ahora bien ¿y cuáles preguntas? ¿Cuáles son esas “famosísimas” preguntas? Efectivamente muchas disciplinas quieren afanosamente pelearse el título de ser las primeras que las plantearon en su campo, algunos dirán ¿serán filosóficas? ¿Tal vez teológicas? ¿Psicológicas? Llámese como quiera o nómbrese como pueda, son cuestionamientos que han existido a lo largo de muchas vidas (y no lo digo en sentido doctrinal) han pasado de muchas maneras o formas, algunas meditadas en silencio, otras escritas en libros, algunas gritadas en plazas y aplaudidas por muchos y muchas, pero siempre siguen existiendo ahí. Eso sí, de una cosa podemos estar seguros, las preguntas pertenecen a cada uno de nosotros. A veces, amigo lector, también creo en la voz interior, a veces creo que ella se cansa de escuchar y ver tanta basura, ella busca formatearse de alguna manera, busca alinear un camino que ella sabe perdido. Pide que la saquen de su encierro, quiere decir mucho, quiere gritar mucho, pero a veces tan solo dejamos que hable poco. Esa voz interior está ahí, siguen estando ahí, se escucha en las noches recorriendo profundos silencios, a veces se manifiesta de muchas maneras. A veces esa misma voz nos habla y nos dice. A veces tan solo calla y a veces tan solo grita. Hoy solo puedo dejarla hablar, que comunique con unas cuantas palabras su incomodad y me recuerde, que efectivamente está ahí.
Nov. 27, 2018, 12:09 p.m. 0 Report Embed 0We can keep Inkspired for free by displaying Ads to our visitors. Please, support us by whitelisting or deactivating the AdBlocker.
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