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Capital contra Trabajo, Siglo XX l

La cuestión social ha vuelto a reaparecer de manera casi idéntica a como se planteó en el Siglo XIX y se desarrollaría después, dramáticamente, en el XX, con sus convulsiones, la organización del movimiento obrero, la lucha por los derechos, las fulminantes crisis económicas y dos guerras mundiales. Las cifras abrumadoras de paro en los periodos de recesión, especialmente durante los años treinta se reflejarían en un enorme sufrimiento humano y serían el fermento de ideologías radicales,antagónicas entre sí. Las guerras mundiales serían el corolario de éstos factores.


Aquellos que han quedado con los dedos rotos, aquellos que han resultado perdedores en los cambios de ciclo y ajustes económicos son y serán siempre una fuerza movida por la ira y la desesperación. La exclusión es la suma de innumerables dramas personales que actúan como fuerzas desesperadas de agitación y cambio.


En éste tramo voy a provocar la ira de algunos y pisar un charco. Si de algo no ha carecido la Iglesia Católica en dos milenios de historia es de un nutrido ejército de intelectuales, de hombres de letras con formaciones muy sólidas no sólo en Teología, sino en todo el área de las humanidades, especialmente en Filosofía. El pensamiento social cristiano, plasmado en encíclicas específicas sobre la problemática que planteaban las emergentes realidades y relaciones económicas ayudó a enfocar la cuestión, a darle rigor intelectual y a proporcionar una base sobre la cual argumentar, debatir, estar a favor o en contra. La Rerum Novarun de 1891 fué la primera y el buque insignia de éstas encíclicas. Estableció una postura equidistante entre el derecho de los trabajadores a sindicarse y luchar por sus derechos y el respeto a la propiedad privada.



A finales del diecinueve y hasta 1945 el contexto era la economía industrial, el hacinamiento y el desarraigo, el trasvase de población del campo a las ciudades, la concentración de almas en los grandes centros industriales, sucios e insalubres, la escasez de servicios públicos, la explotación colonial y su integración en el engranaje de la economía mundial proporcionando recursos esenciales para el funcionamiento del sistema. El nuevo contrato social de 1945 proporcionó décadas de prosperidad y relativa paz social. El mundo, indudablemente, había cambiado a mejor. La cobertura del estado social proporcionaba una red de protección en los periodos de incertidumbre.


El contexto ha cambiado desde 1991. Uno de los rasgos del modelo económico vigente es la progresiva destrucción de empleo por diferentes factores, ya sea la creciente competencia o la tecnología, la automatización, mecanización de numerosos empleos. El trabajo, en resumen, se ha convertido en un bien cada vez más escaso.


Cuál es el contexto en el verano de 2020?. El contexto es una crisis larvada, sostenida, una cesión constante de derechos desde 2008, la depauperación progresiva, los salarios menguantes la creciente desigualdad y el número de personas abandonadas a su suerte.


Qué tenemos por delante?. La gestión de las consecuencias económicas del Covid-19. Si ésta coyuntura es mal resuelta, sin considerar sus consecuencias para todo el cuerpo social, podemos llegar a un punto como el de Francia en 1789, Rusia en 1917 o Europa en los años 30.


Cuál es, insistamos, el contexto?. El contexto es incertidumbre y las caras siempre sonrientes en Link to Where??, en donde hay más vendedores que compradores y la gente se afana en buscar una oportunidad.




July 6, 2020, 7:58 p.m. 0 Report Embed 0
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Sostenibilidad y la Sombra del Nihilismo

Cuando hayamos superado la etapa sanitaria de ésta crisis volveremos a enfrentarnos a los problemas estructurales del modelo.



En las ciudades y núcleos industriales saturados el parón económico provocado por el Coronavirus ha elevado la calidad medioambiental. El modelo no sobrevivirá porque agota al planeta.


La otra gran cuestión es el crecimiento de la desigualdad económica y la reducción de oportunidades en el acceso al empleo y al conocimiento.


Hay otro factor, éste de tipo psicológico que planea en el espíritu de éste tiempo. A la gran crisis energética de los años setenta le han sucedido cuatro décadas de una crisis industrial tras otra.


El modelo económico y laboral ha cambiado por evolución. Y en ésta evolución la tarta del empleo es cada vez más pequeña. Es como el juego de la silla. En cada ronda hay una silla menos. Alguien queda fuera, excluído.


Hubo una lucha ideológica en la que el Comunismo y otras formas de socialismo "real" fueron derrotados. En la siguiente fase, lo que se está eliminando es lo que quedaba de los modelos mixtos, el welfare state, el estado del bienestar con cobertura social y protección pública.


De ésta ausencia de alternativa y de la creciente crudeza del sistema está surgiendo una gran desesperanza. Es la sonbra del Nihilismo. Esta es una percepción personal. Durante décadas se ha intentado construir una idea diferente. Pero ésta no se concreta y algunos ensayos han reincidido en errores de vías ya probadas.



Este Nihilismo latente cuando resulta más preocupante es cuando se expresa de forma violenta. En una época de creciente entropía a veces se expresa de manera individual, errática. En los hijos de mayo de 1968 hubo primero Utopía y después Desengaño (Claudio Magris). Ahora parece que solo hay rabia y desesperanza. Los códigos estéticos de numerosas personas, los piercings y el feísmo buscado, la ropa rota, vieja, usada revelan éste estado de ánimo. Pero aquí seguimos, con la esperanza íntima de una nueva aurora.


June 23, 2020, 9:12 p.m. 0 Report Embed 0
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La segunda gran crisis de la Globalización: 2020,Covid-19



La contrarevolución, el radicalismo del neoliberalismo triunfante rompió en la parte del mundo que habito rompió equilibrios que se habían construído a lo largo de décadas de lucha social y de la dialéctica entre modelos, liberal-capitalista y comunista hasta 1989/1991.



La era que ha seguido en el mundo del trabajo es una época de desconfianza, de entornos laborales tóxicos, de esferas de lucha soterrada, de conflictos y sórdidas sospechas.



Las sociedades occidentales que vivieron la edad dorada de los modelos mixtos, con amplia cobertura social y mercados de trabajo regulados y con cláusulas de protección para los mercados de trabajo han perdido una enorme confianza en sí mismas. El miedo, la incertidumbre flotan sobre las mentes y son rasgos de éste tiempo.



Ese miedo, aparte de haber empeorado, en ocasiones brutalizado las relaciones personales, ha creado un creciente deterioro psíquico, individual y colectivo.


Han existido estructuras de economía y comercio globalizadas desde hace milenios. Los griegos y fenicios que operaban sus emporios comerciales a lo largo y ancho del Mediterraneo crearon espacios económicos interconectados, integrados. Lo mismo puede decirse de las Caravanas de Mercaderes que crearon la Ruta de la Seda en Asia Central. Los varegos o vikingos abrieron una ruta desde Escandinavia a Bizancio. La sal y las especias de Oriente eran muy codiciadas en Europa desde antes de la época de Marco Polo, y el deseo de acortar y explotar mejor ésas mercancías y esas rutas provocó involuntariamente el descubrimiento de America y con él una explosión del tráfico económico a ambos lados del Atlántico, generando la mayor mayor creación de riqueza conocida hasta la era del petróleo y la Globalización actual. No se puede hablar de zonas económicas transnacionales, al menos en los tres primeros casos, porque la noción de estado es mucho posterior. Pero la conclusión es que la existencia de un mundo económicamente interdependiente y conectado es antigua.


Si la crisis de 2008, esencialmente financiera, fué la primera gran catarsis de la era globalizada actual, el terremoto que va causar la pandemia del Coronavirus o Covid-19 será la segunda fase traumática, crítica . A corto plazo lo único seguro es que generará una gran pobreza y que reducirá el número de intercambios. También podemos descontar que crea un incentivo para el repliegue, para una visión más local, más autárquica.


Una cuestión para la que aún no tenemos respuesta es cuánto tiempo se necesitará para alcanzar el ritmo, la velocidad de conexión y el volumen de transacciones previos a la epidemia y si de hecho éste se recuperará del todo. Ha surgido un factor nuevo, de salud, que va a obligar a reforzar los controles en unas fronteras que se Iban difuminando.


De nuevo volvemos a la tesis del primer capítulo de éste ensayo. Los incentivos para el libre comercio, la expansión y la internacionalización de la economía con su creación de riqueza van a seguir ahí. Pero la Globalización hay que encauzarla, regularla. Las fuerzas del mercado, potencialmente creativas, pueden tener también efectos devastadores, como en la debacle de 2008. Se seguirá argumentando a favor y en contra sobre si los mercados se regulan solos. Pero lo más prudente es establecer controles que eviten o mitiguen sus efectos cuando estos son negativos.


Finalmente, hay que abordar la factura social y humana. Es seguro que vamos a enfrentarnos a una gran adversidad. Si no se encuentra una solución justa, si se rompe el contrato social podemos vivir situaciones como las de Francia en 1789, Rusia en 1917 o Europa en los años treinta del siglo XX. Hay que reconstuir, pensar en términos de equilibrio social y mirar de frente este desafío.




May 30, 2020, 12:07 a.m. 0 Report Embed 0
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2008, La Destrucción del equilibrio de 1945



Es septiembre de 2008. Los mercados financieros de Estados Unidos se desploman, cae un gigante, un sìmbolo, Lehman Brothers......... 



Este relato se ha escrito tantas veces que sería tedioso repetirlo. Todo el mundo conoce la historia. 


El dominó de destrucción de empresas y empleos creó una dinámica distópica que reverbera hasta hoy y amenaza  la dignidad y calidad de nuestras vidas. 


Todo empieza en realidad en la revolución industrial, en una expansión planetaria que adoptó la forma de colonialismo y en una lucha salvaje entre poderes políticos y económicos. 


Las dos Guerras Mundiales pueden considerarse un suicidio europeo. En la pelea por el liderazgo económico y político los Viejo Poderes europeos se aniquilan a sí mismos. En 1918 caen  cuatro Imperios::el turco otomano, el Zarista ruso, el Viejo Imperio Habsburgo, conocido en su tramo final como Austria-Hungría y el odioso Segundo Reich del Kaiser Guillermo II, un belicista irresponsable que condujo a Prusia y a la joven Alemania a un desastre que abonaría el terreno para una pesadilla aún peor a partir de 1933. 


Quedaban el Reino Unido y Francia, que habían tomado ventaja sobre los demás a partir de una expasión colonial que extendió su poderío, su cultura e idioma, su influencia  en cuatro continentes. 


La primera contienda, mal resuelta en los tratados de Paz,  condujo a una segunda aún más cruenta. Londres y París, agotados, van a ceder el Poder a los nuevos Amos :Hacía occidente, los Estados Unidos. Hacia el este, la Unión Soviética, reeencarnación de poder  de la Vieja Rusia de los Zares con un mensaje y una ideología nuevos que expandir por el planeta. 


Éste escenario postbélico dió paso a un debate en el que en primera línea estaba la cuestión social abierta por la Revolución Industrial y las grandes trsnsformaciones económicas que desencadenó. 


En Europa Occidental (que no en todo el continente) este pulso condujo a un compromiso entre capital y trabajo que duraría hasta 1989-1991, cuando emerge un ganador. 


Los sistemas de ecomomías mixtas, con sector privado y activa participacion pública, la extensión de una importante red de cobertura social, la elevación del nivel de vida de las clases más humildes, con derechos laborales y sociales, la Sanidad Pública Universal, vacaciones pagadas etcétera crearon el modelo económico-social probablemente más justo y equilibrado que ha conocido ésta parte del mundo. 


La caída de un contrapeso ideológico después de 1991 liberó las fuerzas de un modelo económico capitalista agresivo, voraz. Los procesos creados a partir de la acelaración de eso que conocemos como Globalización retroalimentaron y aceleraron ésta tendencia. 


Septiembre de 2008. Una crisis financiera, especulativa, hace temblar al sistema entero. Durante semanas, meses, dió la sensación de que todo podía desmoronarse. 


Lo que ha ocurrido después se puede describir de manera muy simple. La crisis, que dura ya una década y las tensiones competitivas de la ecomomía globalizada han servido de coartada para privar a las personas  de los derechos que con tanta lucha y sacrificio  conquistaron. 


A los individuos se les pide que renuncien a derechos para salir de la crisis. Y de nuevo se les pide que renuncien a derechos para poder salvar el margen competitivo de empresas y países. 


Es preciso, primero, que la gente tome conciencia, de la regresión que éste mensaje impuesto implica. 



Y después, que pacíficamente de un paso al frente y lucha por su Dignidad y sus Derechos. 


Fenómenos como la eleccion de Donald Trump, el Brexit, la tremenda tensión en Europa Central y Oriental por la inmigración illegal masiva o el auge de poliíticos populistas y demagógicos  nacen en la distorsión de 2008. 


Sin justicia y equilibrio social no hay Paz. Hay que librar esta batalla. Pero hay que hacerlo de manera pacífica y cívica. 

Sept. 4, 2018, 8:31 a.m. 0 Report Embed 0
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