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Cultura: Algunas costumbres

"Saludo japonés de cortesía"

Bienvenidas/os a la segunda publicación de cultura, donde quiero contarles de Argentina, de Japón, y de las cosas que son diferentes (muy diferentes) entre ambos países. Específicamente voy a referirme a las costumbres más distintas, pero no los llenaré de información, solo será una introducción... ¡Así que, empecemos!

1- Saludos y contacto físico: Como sabrán, en Japón la gente se saluda con una reverencia y tal vez un apretón de manos. Son increíblemente excepcionales las palmaditas en el hombro, cabeza o espalda, y ni hablar de los abrazos. En cambio, el saludo regulas consiste en dos besos en las mejillas entre mujeres y hombres con mujeres y un apretón de manos entre hombres, en la parte norte del país, y un beso en la parte sur, para todos sin excepción. También es muy común que la gente se bese en la vía pública (algo que a mí me molesta), mientras que en Japón eso es considerado de mal gusto, al igual que demostrar afecto a la pareja, amigos, conocidos, etc.

Algunos japoneses tienen un aspaviento que me parece ridículo: compartir el mismo vaso, sorbete o beber de la misma botella es un "beso indirecto". Si nosotros pensáramos de esa forma, no existiría el mate (o sea, la vida no tendría sentido...)

Y bueno, por algo Japón es uno de los países con más baja tasa de natalidad… además de que legalizaron el aborto.

2- Los japoneses hacen mucho ruido cuando comen, prácticamente mastican con la boca abierta y hablan con la boca llena... en Argentina eso es considerado de mal gusto y representa motivo de censura (un reto), y quizás alguna cachetada (enserio). En Japón, si uno eructa después de comer (en caso de los hombres) significa que ha quedado saciado con la comida, mientras que acá es una grosería por la cual te miran con cara de "qué asco", acompañada de algún que otro insulto si la situación lo amerita. Digamos que no nos gusta ver la comida a medio masticar... ni escuchar un ruido que provocan los gases estomacales.

3- En Argentina hay muchos basureros en la vía pública. Caminando una cuadra se encuentran como mínimo dos, es decir, no se debe andar mucho si uno quiere deshacerse de sus desechos, pero... mucha gente, por más basureros que haya, no tiene voluntad de dar dos pasos más, así que la arrojan en la calle o vereda, se atora en las rejillas que cubren los conductos subterráneos, también llamados alcantarillas, y luego se quejan cuando la ciudad se inunda después de una tormenta. En el país del sol naciente esto no ocurre. Si bien, los cestos para arrojar residuos son muy escasos, las personas guardan su basurita en alguna bolsa y, cuando encuentran uno, ¡listo!

En cuanto a los desechos sanitarios, en Argentina una parte de la población tiene cestos para el baño, pero otra parte no (me refiero a lugares públicos y privados) así que arrojan la basura en el inodoro, lo que después ocasiona problemas en las cañerías Mientras que en Japón muchos sitios (no sé si todos) tienen un retrete diferente: apretando un botón, calienta el asiento (oh, qué bonito), y, para ahorrar papel, cuando uno termina lo suyo, apretando otro botón, esta maravilla arroja un chorro de agua a buena temperatura para limpiarte y luego otro, pero de aire calentito para secar... raro, pero cómodo, ¿no?

4- La gran mayoría de los japoneses no entiende el sarcasmo ni las ironías ni cualquier otra forma burlona de hablar, que reina en la gran parte del diálogo argento (eso sí, cuando están de broma, están de broma). Con ellos es mejor hablar sincera y llanamente (siempre hay excepciones. Daisuke las representa). En cambio, nosotros (la mayoría) estamos súper acostumbrados a decir todo con dos, tres o veinte sentidos, a bromear y usar tanto sarcasmo como ironía, que nos asusta que nos hablen enserio.

Algo parecido pasa con la gesticulación y los ademanes. Aquí, en Argentina, la gente vive acompañando lo que dice con movimientos de manos a veces hipnóticos y toda clase de expresiones faciales. Si hablásemos así con un japonés que no sepa sobre esta costumbre, creo que saldría corriendo, pues podría entender que lo estamos amenazando...

No quiero decir que ellos no tengan señas específicas. En Japón, cuando querés llamar a alguien que está un poco lejos, se hace un gesto con la palma de la mano hacia abajo, si querés apuntar a alguien, indicas con la mano abierta y los dedos apuntándolo/la, para señalar que te referís a vos, apuntas tu nariz y, lo más útil, cuando querés que la gente se corra y te deje pasar, tenés que hacer un gesto como si cortaras algo frente a tu pecho. En Argentina, para llamar a alguien, hay que gritarle, silbar, llamar en voz alta, o sacudiendo el brazo con la mano hacia el frente. Para apuntar a alguien (y que se dé cuenta) díganle a un amigo que lo mire disimuladamente, y todos se darán cuenta de que te referís a esa persona. Para hablar de uno mismo, nos golpeamos el pecho, y… sin remedio, para pasar entre la gente, es necesario esquivarla o empujarla si están abriendo la boca y no los ojos.

5- En el país del sol naciente no existe la caballerosidad. Si lo varones japoneses ven a una mujer sola llevando un cajón lleno de cervezas, no la ayudan ni por la cerveza. Tampoco acostumbran a abrir la puerta, ceder el asiento en el bus o el tren ni a las embarazadas o a las mujeres mayores, salvo encasos excepcionales, y no se limita solo a chicos (es más frecuente que las chicas cedan el asiento). No es que sean maleducados, solo que allá no es costumbre. Si actúan como lo que nosotros conocemos como caballero, se ven entre sí como unos pollerudos desesperados. Por esto, se le califica como un país muy machista, aunque sabemos que el machismo y la caballerosidad van de la mano.

En Argentina, la caballerosidad se está convirtiendo en un término en desuso, gracias a los avances del feminismo. Las mujeres machistas aprecian a un hombre caballeroso y amable, que las trate como seres débiles e inferiores, algo cada vez más difícil de ver. En los grandes centros urbanos, la cortesía masculina no existe, pero en el interior todavía ceden el paso, el asiento, abren la puerta hasta del taxi… Aclaro otra vez, la caballerosidad se está volviendo escasa.

6- Aquí llegamos al punto interesante: cuando es costumbre cortarse el cabello. En los hombres, todo amerita un corte de pelo o una rapada: llegar tarde al club, perder un partido por culpa de uno, perder el campeonato, no aprobar el examen, etc. Si una chica es rechazada por un muchacho, o si la deja el novio, tiene que hacerse un corte de pelo. Cortarse el cabello es un modo de pedir perdón, por eso es que los pandilleros cortaron la melena de Selena: de alguna manera, al pedir perdón de esa forma, la persona pierde su honor. Para muchos, esto es peor que hincarse de rodillas.

En Argentina, en cambio, la gente se corta el pelo cuando quiere y no existen costumbres sobre eso. En buena parte de occidente, se dice que un corte de cabello implica un cambio voluntario en la vida. En fin, si ven que un japonés de repente se rapó, ríanse de él (no lo hagan).

7- En japón, en los primeros años de primaria, a los estudiantes se les enseña sobre ética y buenas costumbres, a respetar a los demás y cuidar la limpieza. Es un país que invierte mucho en educación, por eso tiene las tasas más bajas de inseguridad.

En Argentina, la escuela es para aprender y adquirir conocimoentos, mientras que la educación (ética, buenos modales, limpieza, respeto, etc.) se aprende en la casa, sin regulación oficial. Además, desde hace una década, el presupuesto de educación fue recortado varias veces para poder aumentar la inversión en seguridad. Es la ecuación inversa, por eso estamos como estamos.

Bien, esto es todo lo que informo por ahora. 

Hasta la semana que viene.

Oct. 15, 2018, 1:03 a.m. 0 Report Embed 3

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