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Cuestión de colores

Negro, cuidado, no es racismo, solo una palabra, solo un color y solo el hogar de los monstruos que duermen bajo su cama, la mía y la cama de su enemigo invisible, que en otras palabras es usted mismo, pero hay que dejar la psicología personal para tomar este tema tan singular.

Negro, el contraste del blanco, el equilibrio, la combinación de todos los colores para el artista y el traga luz a la explicación al ojo. Negro y por negro el miedo a la obscuridad, no ver, no tantear, no saber a donde se va. Negro, para muchos ignorantes, el color de la maldad, para lo que quieren ser malos su bandera personal, para los que son malos en verdad, este es el color del que huirán, porque tiene que saber usted que todo lo blanco no es bueno y que no todo lo negro es malo.

Esta historia es como tantas y es como todas las que usted verá, participará o escuchará, porque la vida es de historias o la historia es de la vida, sea como sea, aquí hay tela por cortar y siendo que usted, el lector, hoy no trajo su tijera, lo haré yo.

Las ovejas blancas son dignas de inspiración, la biblia compara a las gentes con rebaños y las ovejas comparan a las gentes como seres endiablados, así es esto, cada uno tiene su inspiración. El lobo, por ejemplo, ve al rebaño como un banquete servido, digno de meterle cuchillo. Y entre las ovejas, se ven a ellas mismas como copias perfectas y al ser copias, una tiene que seguir a la otra, pero el dilema aquí es, si todas piensan lo mismo, quién sigue a la otra y quién sigue a quién. Imaginamos los mortales, que entre ellas se reúnan y deciden quién sigue a quién, pero si todas dicen lo mismo, cómo entender, este es un dilema que a todos nos tiene la cabeza al revés.

Los estudiosos de los rebaños han dicho que, la oveja macho es la que marca el compás, esta oveja decide por las demás, obvio después de desprender tremendas embestidas en contra de la oveja macho débil y de tildarse como amo y señor de todas las ovejas, esto por derecho a reproducción, pero dejando a un lado la reproducción que tilda el cambio en el rebaño, esa es la cuestión de este y todos los años.

Cuando la oveja se encontró en gestación, no había ningún problema, porque veinte como ella estaban en la misma situación. El verdadero problema surge en el alumbramiento, todas las ovejas se contentan con sus hijos blancos recién nacidos, pero con aquel de otro color, vale que la oveja madre se abrace a la resignación. Los hijos color desierto, no son el gran problema, con el sol se blanquearán, pero aquellos negros como el fulgor de la noche dejan casi ciega a la madre y es una blasfemia para el rebaño y no, esto no ha cambiado con la revolución de la política anti discriminación.

¿Qué pasa con la oveja negra?

La psicología del súper yo, recomendaría que no importa el color, importa lo qué se es, lo que se piensa, lo que se hace, pero usted y yo sabemos que tan cierto no es. Entonces, ¿Qué hace la oveja negra? volverse rebelde e ir en contra de la corriente, que si las otras balan, ella intentará bufar, que si las otras comen pasto, ella intentará comer piedras, que si las otras le temen al lobo, ella intentará matar al lobo, ¿qué hace la oveja negra? La oveja negra sigue siendo oveja, el color no le hace una súper oveja, no tiene superpoderes para enfrentar al lobo y no ha nacido con un sistema digestivo diferente, ni con un cerebro diferente, entonces ¿qué pasa?

Ocurre que el entorno o la sociedad cambia el pensamiento cuadrado de la persona, perdón, de la oveja, esta oveja inundada por la diferencia, primero piensa que algo anda mal, después se acostumbra e idea sus propios medios para vivir, sabe que al verla sola el lobo intentará depredarla y por eso aprende a balar más fuerte que las demás, correr más rápido y a camuflarse en la obscuridad de la noche, de algo sirve el color. Aprende y en su aprendizaje se hace fuerte.

Así es la cuestión del color, primero es una desventaja, después una ventaja, y así se hace el equilibrio, por que en este mundo de ovejas, todas irán al matadero, pero mientras vivir hay que lidiar con la vestimenta con la que se ha nacido.