francisco-cisneros1585506415 Javi Iruegas

Esta enciclopedia contiene mis fantasías. Espero les guste. créditos de la imagen a quien corresponda.


Erotik Nur für über 21-Jährige (Erwachsene).
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Im Fortschritt - Neues Kapitel Jeden Freitag
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La Chica del Bar.

Me encontraba en un bar admirando la belleza de una mujer que había atrapado mi atención; sus labios con un color negro, y una sombra de ojos negra. Se veía tan hermosa y sexy en su outfit de noche, me deslumbraba tanta hermosura en una sola mujer.

Con cerveza en mano y un cigarrillo encendido, me dirigí hacia a donde ella sin separar la mirada uno del otro.

-Hola. - le dije sonriéndole. -¿Le molesta si me siento?- pregunté mientras sentía que mis manos comenzaban a sudar.

-Hola. Claro, adelante. -Respondió regresándome el gesto mientras me veía calidamente.

Comenzamos a tener una conversación interesante; ella me hablaba de sus estudios en la medicina y su gustos musicales y literarios, mientras yo la admirada atento a sus palabras.

-Oye... - calló abruptamente. - Disculpa, a todo ésto, no me dijiste tu nombre. - agregó la joven dándole un trago a su cerveza mientras me veía apenada.

-Cierto. Le pido una disculpa. Mi nombre es Nergal. Y ¿su nombre? - pregunté con sumo interés mientras mi cigarro se consumía entre mis dedos.

-Mi nombre es Lucia. - contestó dulcemente mientras se acomodaba su cabello con la mano. -Tu nombre me es muy intrigante, ¿a qué se debe que tus padres te hayan puesto "Nergal"?- preguntó inclinándose un poco hacia donde yo estaba. -Y por favor, háblame de tú. - agrego jugando con un mechón de su cabello.

-Con gusto. La familia de mi papá viene de Mesopotamia. Y mi abuelo paterno exigió en ponerme ese nombre, y mis papás no tuvieron de otra más que de aceptar. - Le contesté encendiendo otro cigarrillo. -¿Te digo algo más? - pregunté soltando el humo.

-Claro, a ver. - Contestó entusiasmada.

- Me pusieron el nombre un año después de haber nacido. Siempre he sido muy protector de mi mamá y de mis hermanas. Creo que es lo único que le hace honor al Dios Nergal. - Le dije entre una risa embarazosa.

-Me parece una muy bonita razón para el nombre. -agregó con una dulce sonrisa.

Los minutos pasaban y las botellas y colillas de cigarro se juntaban en el cenicero del bar. Nuestra conversación seguía entre risas y miradas.

El playlist del bar comenzó a reproducir una canción. "Can´t Help Falling In Love".

-Jamás creí que fueran a poner esa canción en este bar, - le dije después de darle un trago a la cerveza.- me gusta mucho esa canción. - agregué observando sus ojos color azul.

La canción me relajó un poco; haciendo que mi corazón palpite más despacio de lo que hacia desde que había empezado nuestra conversación.

-A mi también me gusta Elvis. ¡Vamos a bailar!- Dijo emocionada agarrando mi mano.

Nos dirigimos al centro de la pista y comenzamos a bailar. Un vals suave y lento; juntábamos nuestros cuerpos poco a poco. Mis piernas flaqueaban y mi corazón comenzó a palpitar nuevamente, lo sentía en la garganta... pero se sentía muy bien.

Nos miramos fijamente, y acercamos nuestros rostros hasta besarnos.

Aquel beso me provocó miles de sentimientos bonitos. Mi corazón volvió a palpitar tranquilamente y mis piernas recuperaban su estabilidad.

Fue un beso largo y dulce.

Apartó sus labios de los míos. Posó su cabeza en mi pecho y me abrazó fuerte.

Al terminar la canción, regresamos a la mesa y seguimos hablando por dos horas más.

Mis ojos pasaban de los suyos a sus labios y de regreso. Cada minuto que pasaba sentía unas ganas de besarle nuevamente subiendo por mi piel hasta mis labios.

-Oye, acércate un poco, tienes una pelusa en tu barba- me dijo acercándose un poco.

Me acerqué a ella como se me había pedido. Agarró mis mejillas y me besó intensamente. Tomé su hombro y respondí al beso con la misma intensidad.

Después de unos segundo besándonos separó sus labios de los míos y revisó la hora.

-Un gusto conocerte, Nergal. Me gustaría volver a verte en otra ocasión. -Me dijo mientras guardaba sus cosas.

-A mi también me gustaría volver a verte. -Sus palabras fueron tan certeras. Me alegró saber que estaba equivocado. Por un momento creí que me buscó para no estar sola ahí.

Me regaló una mirada cálida y una sonrisa hermosa. Sacó un papel y una pluma y me escribió su número de celular. Me lo extendió y lo tomé.

-Mándame un mensaje para que te agregué y así hablar y ponernos de acuerdo para salir. -Me dijo sonriéndome.

Le escribí un mensaje y se lo envié. Agarró su celular y lo leyó. "¿Quieres que te lleve?".

Me volteó a ver, y con una sonrisa gustosa asintió.

Pagué la cuenta, tomé mi suéter y salimos del lugar con su brazo entrelazado con el mío.

Saqué las llaves del carro de mi pantalón y le abrí la puerta del carro. Me fui a la otra puerta y la abrí. Encendí el carro y nos fuimos.

-¿Te molesta si pongo música?- me preguntó viéndome.

-Adelante, pon tu música. -le dije volteando para sonréirle.

Buscó en su celular por unos segundos una canción.

En mi radio comenzó a sonar muy bajo la canción de Belphegor. "Embracing a Star".

La volteé a ver sin decir nada.

-¿La quito?- me preguntó apenada.

Le subí al volumen y comencé a cantar. En su cara se dibujó una sonrisa de oreja a oreja y me acompañó en la canción.

Llegamos a un semáforo y nos detuvimos a la indicación de la luz roja.

-No me has dicho, ¿a dónde quieres que te lleve?- pregunté sacando un cigarrillo dela caja.

-Tienes razón... ¿dónde estamos?- preguntó mientras buscaba los nombres de las calles y avenidas en una ciudad dormida a la luz de la luna.

-En la avenida Venustiano Carranza Sur. En el centro de Monterrey.- contesté sacando el humo por la nariz extendiéndole a Lucia un cigarrillo. -Mi casa queda a quince minutos de aquí, si gustas podemos ir allí. Tu duermes en mi cama y yo en la sala, si gustas, claro.- Agregué esperando la luz verde.

La luz verde se reflejó en el cofre de mi carro y avancé inmediatamente mientras la canción terminaba.

-Me gustaría, me es una buena idea.- me dijo posando su mano en la mía.

Llegamos a mi casa, y le serví un poco de agua. Con los vasos en mano, le di un recorrido por mi casa.

-Nergal, en las horas que hablamos en el bar no me dijiste nada de ti; ni que estudias, ni tus gustos, ni nada. ¿A qué te dedicas?- preguntó recargando su espalda en el barandal de mi balcón.

-Soy Médico Veterinario. Tengo dos consultorios y estoy por abrir uno tercero.- le dije mientras abría mi oficina. -Ven. Pasa.- le dije extendiéndole la mano.

Entró, y con una curiosidad de un niño entrando en una juguetería comenzó a tocar y analizar todos los adornos que tenían relación con los animales que yacían en los estantes. Ojeaba los libros con intriga y extrañez.

Se pasó a mi escritorio y comenzó a hojear todas las notas, y casos que había atendido antes.

Notó una foto en la basura. La tomó y me vio a mi y a mi ex novia.

-¿Tienes a alguien más en tu vida?- me preguntó en un tono taciturno mostrándome la foto.

-No. Ella es mi ex novia. Cortamos hace unos meses.- le dije mirándole sus hermosos ojos.- Te seré sincero, me gustaste desde que te vi en el bar. Sé que tardé en aproximarme a ti; pero no sabía que decirte, ni como hacerlo. Y al ver que todo iba saliendo bien, Me alegré bastante.- repuse agachando la cabeza mientras reía apenado.

-¿En serio?- me preguntó poniendo la foto nuevamente en la basura.

-Sí.- contesté sonrojado.

-Me podrías dar una toalla, me gustaría tomar una ducha.- me dijo con un dulce tono de voz.

Le traje la toalla y le indiqué donde se encontraba el baño.

-¿Traes un cambio de ropa?- pregunté pasando mi mano por mi nuca.

-No, esto no estaba en mis planes.- contestó para luego suspirar con aires de desanimo.

-No te preocupes, las cajas que viste cerca de la puerta de entrada es la ropa de Mía, mi ex. La pensaba tirar mañana. si no te molesta puedo ir rápido y sacar lo que ocupes, o si te sientes más cómoda ir tu y agarrarlo para ver que te gusta.- Le dije apuntando a las cajas.

-No me molesta para nada.- me contestó tocándome una mejilla dulcemente. -Iré yo, no te preocupes.- agregó caminando hacia las cajas.

Tomó una blusa, un shorts, entre otras prendas, regresó hacia donde yo estaba y me besó nuevamente. Se dirigió hacia el baño nuevamente.

Me dirigí a mi cuarto y saqué ropa de mis cajones. Con mi ropa lista esperé a Lucia en el sillón para yo tomar un baño. Encendí la tele y el último cigarrillo del día y esperé.

Lucia salió del baño con la toalla envolviéndole la melena y con su ropa sucia en el brazo. Se veía a un más hermosa sin maquillaje.

-¿Qué?- me preguntó mientras me sonreía calidamente.

-Te ves hermosa.- agregué sin pensar mientras me sonrojaba. -Me meteré a bañar. Si ocupas algo, cualquier cosa, siéntete libre de agarrarlo y/o pedir mi ayuda.- le dije caminando hacia ella para darle un beso al cual respondió con afecto.

-Claro.- contestó antes de meterse a mi habitación.

Cerré la puerta del baño y abrí la llave del agua.

Mientras el agua limpiaba mi cuerpo en compañía del jabón, pensaba en todo lo que había pasado en el transcurso de la noche.

¡Pum! ¡Tack!

Escuché que habían entrado y cerrado la puerta. Cerré la llave, corrí el ventanal y no encontré mi ropa. Tomé mi toalla, me sequé el cabello lo más que pude, y me cubrí con la toalla.

Abrí la puerta del baño, y de mi cuarto venía música. Entré a mi alcoba. Vi en mi cama mi ropa acomodada, busqué con la mirada a Lucia y no la encontré por ningún lado.

Me acerqué a mi ropa, la tomé y cuando dí media vuelta, la vi corriendo hacia mi. Saltó y cayó encima de mi cayendo en la cama.

Solo tenía el sostén y las bragas, todo lo demás con lo que había salido del baño se encontraban ahora en el piso de mi habitación.

Acostados en mi cama, la joven de ojos azules comienza a besarme repetidas veces.

-A mi también me gustaste desde que te vi.- dijo entre besos.

Me comenzó a morder los labios cuando los besaba, mientras hacia movimientos de cadera haciendo que mi pene roce con la braga.

Mi miembro comenzó a crecer. Mientras éste crecía, ella empezaba a gemir; primero despacio, aumentando progresivamente.

Irguió su espalda agarró mis manos, la colocó en sus pechos y comenzó a apretarlos. Sus gemidos se hicieron más fuertes, y más placenteros de escuchar.

Pasó sus manos para su espalda, y de un momento a otro, su sostén cayó sobre mi cara.

Al quitarlo de mi cara aprecié sus pechos.

Eran unos hermosos pechos; no eran tan grandes, pero tampoco tan pequeños. tenían una tamaño perfecto. Sus pezones, de un hermoso rosa claro.

Apreté firmemente sus pechos haciendo que esta suelte un gemido entre dientes. El movimiento de caderas que había comenzado hacer en un principió volvió hacerlo más rápido.

Me volvió a besar nuevamente aún más intenso.

-¿Te gusta el sexo rudo?- me preguntó en un tono provocativo mientras sus pechos tocaban el mío.

-¿Qué si me gusta? No. Me encanta.- respondí mientras le mordía el labio.

Le puse mi mano en el cuello y comencé hacer fuerza. En mi pecho sentí sus pezones poniéndose duros. Le encantaba, y me excitaba saber que le encantaba.

Con mis brazos rodeé su cintura, me levanté cargándola. Giré hacia la cama y nos tendimos. Enderecé mi espalda. Sus pechos me encantaban, me excitaba ver sus pechos y ver como éstos se separaban al estar boca arriba.

Me separé un poco de ella. lo suficiente para poder bajar hacia su braga y descubrir su vagina.

Una vagina depilada que se encontraba ya húmeda me estaba esperando. Tenía tantas ganas de comerme su vagina que sentía que se me hacia agua la boca.

Comencé a darle sexo oral; introduciendo mi lengua mientras mis labios acariciaban sus labios vaginales. Ella me había atrapado entre sus piernas mientras con su mano me apretaba indicándome donde lamer y besar.

introduje mi dedo indice en su vagina ya húmeda y comencé masturbárla mientras estimulada su clítoris con la punta de mi lengua. Lucia se retorcía de placer entre gemidos pidiendo más.

-Harás que me venga Ner...- fue interrumpida por su propio gemido seguida de un espasmo liberando un grito agudo.

Su vagina comenzó a liberar un liquido claro, tenía una consistencia similar a la del lubricante.

Regresé a hacerle sexo oral, pero ésta vez lamí todo el liquido que emanaba de su vagina. Cada que lamía sus labios vaginales o rozaba su clítoris, ésta gemía más fuerte y se retorcía.

-Métemela, por favor, Métemela.- me pedía con una voz cortada.

Me escupí en la mano y así lo lubriqué.

Viéndola a los ojos, procedí a meterle mi pene. Una vez dentro, lentamente lo metía más y más mientras que con mis manos en sus caderas acerqué a Lucy hasta mi cuerpo haciendo que su vagina tocase la parte de piel entre mi pene y ombligo.

Tomé sus piernas y las levanté, haciendo que su sexo se hiciera un poco estrecho. La penetraba continuamente pero despacio.

Su mano comenzó a rasguñar mi pecho, haciendo que una tenue linea de sangre resbalase por mi abdomen hasta desviarse.

Sentir sus rasguños que excitó más y proseguí a penetrarla más fuerte y más fuerte.

Sus pechos rebotaban sensualmente cada que la penetraba. Me incliné a besar sus labios y pechos mientras seguía haciéndola mía.

Sus areolas tomaron una textura rugosa y sus pezones se pusieron más rígidos. Al estimularles con la lengua o el dedo hacían a mi compañera de placer retorcerse y gemir de placer. Sentí unas ganas de morderle los pechos muy fuerte y así lo hice.

-Así, que rico,- exclamaba entre gemidos. -Muérdeme más fuerte cuando me penetres muy duro, ¿sí?- me preguntó en un tono sexy.

Volví a poner mis dientes el rededor de areola y volví a morderla aún más fuerte mientras la penetraba muy duro.

Soltó un grito agudo nuevamente abrazándome fuertemente con sus cuatro extremidades mientras gemía y temblaba. Comencé a sentir mis ingles y testículos humos. Mientras que en mi espalda había comenzado a rasguñarme.

Me enderecé una vez más.

Lucy tenía una linea roja que iba desde su pecho hasta su ombligo. Me excitaba verla así; manchada de sangre, aun que sea un poco.

La tomé del cuello nuevamente y comencé apretar mi mano mientras sus pechos rebotaban en un movimiento armonioso.

Sus gemidos parecían una sinfonía placentera. Excitante para el cerebro masculino.

La seguí penetrando rápidamente, hasta que los dos llegamos al clímax.

Me acosté a lado de ella y entre besos nos quedamos dormidos.

25. April 2020 00:49 0 Bericht Einbetten Follow einer Story
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Fortsetzung folgt… Neues Kapitel Jeden Freitag.

Über den Autor

Javi Iruegas Futuro Médico Veterinaria y Zootecnista. Me gusta mucho leer Lovecraft, King, Abraham Stoker, y el filólogo Tolkien. Espero les guste mi contenido y estoy más que feliz de leer sus comentarios. Sigan me en mis redes sociales, ahí podremos estar en contacto ya que estaré subiendo fotos, vídeos, memes, etc.

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