elprincipe1988 Jean Carlos Martinez

Tres amigos, provenientes de la ciudad capital,viven en un pueblo apartado de toda civilización.En una construcción sin terminar,cierto día descubren un misterioso libro.Entre sus paginas se esconde un despiadado secreto,y estos chicos,en compañía de un par de jovencitas,iniciaran una carrera contra reloj para tratar de evitar un asesinato,y,asi descubrir a un inescrupuloso personaje que se esconde tras el seudónimo de "El Leopardo"


Thriller Alles öffentlich.
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El Comienzo

El sol aparecio aquella mañana con su magistral brillo, colandose por la ventana de la humilde habitacion del joven Atanasio, quien se levanto de bruces tras el ensordecedor ruido del reloj despertador, que reposaba sobre la mesita justo al lado izquierdo de su cama, tan desordenada como sus negros y crespos cabellos. Al incorporarse, dejo reflejar su imagen frente al espejo, mostrando su enclenque figura, que hacia juego con su adormecida tez.

"-Otro dia mas de arduo trabajo"- Penso el muchacho.

Ya llevaba alrededor de seis largos meses trabajando para la aristocratica familia Del Rosal, una de las mas poderosas en el sector economico, del pueblo de San Jose. Por lo menos, no tenia que preocuparse en enfrentarlos ese dia, puesto que estaban activados en preparar la fiesta de bienvenida de la hija menor del patriarca de la familia.

Mientras se colocaba la sudadera, oyo unos insistentes golpes en la detras de la puerta de su habitacion, donde vivia alquilado, en conjunto con sus inseparables amigos: Fabian y Lucas. Inmediatamente fue a abrir, dando paso a los dos muchachos, bien parecidos y de agraciados rostros, siendo un contraste entre el blanco y el negro, la luna y sol, el dia y la noche.

-¿Aun no te has arreglado?Se nos hace tarde, y ese viejo es enemigo de la impuntualidad-Dijo el primero en entrar a la habitacion, quien respondia a la identidad de Fabian Lazareno.

-Estas peor que una nena-Replico Lucas, sentandose en la cama, sin poder evitar el acostumbrado chirrido que esta hacia con el mas leve movimiento.

-Gracias por sus concejos, pero se les ha olvidado que los Del Rosal no tienen tiempo para estar al pendiente de la construccion. Recuerden que hoy es la fiesta de bienvenida en homenaje a la menor de la hija de Don Humberto.

-Debe de ser tan antipatica como sus hermanos-Finalizo el rubio Lucas con una sonora carcajada.

* * *

Doña Lucresia era una mujer que aparentaba menos edad de la que realmente tenia; se podia definir en tres palabras: sinonimo de elegancia. Un moño sobre su larga y negra cabellera se mostraba imponente sobre su delicada faz, de mejillas rozagantes. Un vestido color turqueza moldeaban sus despampanantes curvas, y sus refinados e indescriptibles ademanes al hablar dejaban sin aliento a algunos ejemplares del genero masculino.

La mujer se dirigio hacia un empleado de la agencia de festejos que habia contratado para la organizacion de la fiesta de bienvenida que preparaba para recibir a su tesoro mas preciado.

-Esas flores no las quiero en ese lugar- Ordeno la mujer, de nariz respingada- Mejor colocalas en la entrada... No quiero ningun tipo de errores en la decoracion.

El joven empleado, cabizbajo, se apresuro a cumplir la orden.

-Mira, esta niña, tu eres el vivo ejemplo de la ineptitud-Vocifero la odiosa dama al ver que una muchacha adornaba una de las mesas con un mantel color verde bosque- Fui bien clara al especificar un verde jade para la decoracion.

-Pero señora...

¿Pero?¿Has dicho "pero"...?- Pregunto la mujer, irritada- De antemano te anuncio que puedes contarte como una desempleada mas de este pais. Porque hoy mismo le hablo a tu jefe para que te despida por inepta e igualada.

-Señora, por favor, no lo haga. Tengo una madre y unos hermanos pequeños que dependen de mi- Dijo la muchacha, en tono suplicante.

-Eso no es de mi incumbencia... No es mi culpa que hayas nacido en la miseria.

Amargas lagrimas comenzaron a deslizarse por las mejillas de la jovencita, con aspecto de niña.

-¡Que problema con esta gentuza!- Exclamo una voz femenina a espaldas de Doña Lucresia, provocando que esta se girara sobre sus talones.

-Y lo peor del caso es que tenemos que aprender a convivir con personas de clase inferior, por el simple hecho de que no se puede hacer mas- Replico la mujer, lanzando una penetrante mirada a su interlocutora.

Por el inmenso parecido que existia entre las dos mujeres, se podia deducir que se trataba de madre e hija. La muchacha tenia los ojos un poco mas verdes que su madre, pero no era ese impedimento para que esta se mostrara hostil con solo una mirada.

* * *

-¡Adelante!-Ordeno Don Humberto, tras unos leves golpes, al otro lado de la puerta, del lujoso estudio de la mansion Del Rosal.

Un hombre quedo al descubierto, deteniendose en el umbral. Era de facciones delicadas, mas bien aniñadas; una nariz respingada agraciaba su rostro, y sus ojos color avellanas le daban un parecido aspecto a su padre. Alto y delgado, con exgerados ademanes al hablar.

-¿Para que me has mandado a llamar?- Quiso saber el jovenzuelo, cerrando la puerta a sus espaldas.

-Es necesario que hablemos, por favor... Toma asiento- Hablo el anciano, con la rudeza que lo caracterizaba.

A lo que el muchacho, invadido por el desconcierto, obedecio, sin rechistar.

-Me estas preocupando, papa...¿Que es lo que pasa?

-El que debiera de estar preocupado, soy yo... Y quiero que me expliques, de una vez y por todas, que es lo que esta sucediendo contigo- Objeto el patriarca, sin merodeos.

-No te entiendo... ¿Que me estas queriendo decir?

-Sere mas claro... ¿Cuando vamos a conocer a tu novia?

Aquella pregunta quedo suspendida en el aire, lo que provoco una escalofriante sensacion en el muchacho, quien despues de una breve pausa, logro romper el incomodo silencio.

-¿A que viene todo esto?

-No me respondas con otra pregunta... Ya estas en la edad suficiente para casarte... Mis dias estan contados en esta tierra, y quiero un heredero. Obviamente, te corresponde darmelo por cuanto eres el primogenito.

-No me siento preparado para ser padre...Debes entenderlo.

-No quiero sorpresas de ultima hora, Asdrubal... Bien sabes lo que sucederia si me llegase a enterar de que algo me ocultas.

-Por Dios, papa- Se exalto el muchacho- ¿Me puedes decir a donde quieres llegar con esta absurda discusion?

-Sabes lo que pienso de las desviaciones sexuales enfermizas... Prefiero que mueras antes de que me salgas con un virus contagioso.

-Asi que es ese el afan de que yo me comprometa en matrimonio y te de un heredero... ¿Y que si no sedo a tus peticiones?- Pregunto Asdrubal, con cierto temblor en la voz.

-Si eso aconteciera, quedarias totalmente excluido de mi testamento.

En el estudio reino el mas lugubre de los silencios.

* * *

Los tres mosqueteros, como llamaban a los inseparables amigos en el pueblo de San Jose, se encontraban descansando, despues de un merecido almuerzo tras una ardua jornada laboral, en las instalaciones de la construccion de un futuro hotel, entre chistes y juegos de doble sentido, muy comun en la nacionalidad venezolana, que se vieron interrumpidos por la llegada de Virginia, con ojos sollozos.

-¿Que sucedio, amor?-Se atrevio a interrogar Atanasio, incorporandose para recibir a la recien llegada, para estrecharla en sus brazos con ternura-¿Acaso le paso algo a los niños, o tu mama empeoro?

-Me he quedado sin empleo-Gimio la muchacha, veinticinco años cumplidos.

-¿Como dices?¿Y por que te han despedido?- Quiso saber Fabian, curioso.

-Doña Lucresia hablo con la directora de recursos humanos de la agencia y le dijo un monton de cuentos, que ni al caso vienen- Explico Virginia, enjugandose los ojos con un pañuelo que Lucas le ofrecio.

-Pero esa gente si es insensible; actuan asi solo porque no tenemos dinero ni su misma posicion social-.Grito Atanasio, con ojos desorbitados, totalmente irritado.

-Siempre lo he dicho, y lo sostengo... Esa familia es un nido de viboras- Acoto el joven Lazareno, frotandose los cabellos en señal de desesperacion.

Atanasio sintio deseos de refugiar a su prometida en su regazo, depositando un beso en la mejilla de la mujer, que no cesaba de llorar.

-No te aflijas por ello, mi cielo- Susurro el novio- Ya encontraremos algo en lo que te puedas desempeñar.

-¿Ahora que le voy a decir a mi viejita?¿Como le digo que no tengo dinero para comprar sus medicamentos?

-No le digas nada de lo que ha pasado, y yo vere la forma de buscar dinero extra para ayudarte en ese particular.

-Es que no quiero agobiarte con mis problemas, amor... Tu tienes tus propias necesidades- Replico Virginia.

-¡Hey!- Exclamo Lucas- Tu no estas sola en esto... Los tres mosqueteros te vamos a ayudar.

-No se de que manera agradecerles su apoyo, muchachos.

-Si hay una manera- Agrego Fabian.

Lucas, Atanasio y Virginia observaron con detenimiento al moreno, sin comprender.

-Haciendo una de esas lasagñas que tanto nos gusta- Explico el joven, para luego ser testigo de sonoras carcajadas.

* * *

El pueblo quedo suspendido en la mas completa oscuridad, en tanto las estrellas refulgian en el firmamento, vigilando el sueño de la palida luna, tan redonda como una arepa. Los faroles alumbraban con todo su esplendor cada una de las calles del pueblo de San Jose.

La silueta de un hombre alto y corpulento se dirigia hacia la casa parroquial, con paso lento y meditabundo, cuando unas joven desconocida tiro con brusquedad de su pantalon, haciendo que su corazon saltara; mas aun cuando la muchacha lanzo un espeluznante grito, provocando una curiosa reaccion ante los espectadores que se encontraban en las adyacencias de la plaza Bolivar.

Unos cabellos rizos y desordenados cubrian parcialmente el rostro de la chica, por lo que el hombre no pudo descifrar por los momentos los detalles de su faz; pero la humanidad que existia en su alma propicio que la desconocida levantara su rostro, aun de rodillas como se encontraba.

-¿Que te ha pasado, hija mia?- Dijo el hombre, de buen vocablo, pero las ultimas dos palabras indicaron que aquel hombre era un sacerdote o algo por el estilo.

-Necesito su ayuda- Sollozo la chica, entre desesperados gritos- Me estan persiguiendo para asesinarme... Me quieren quitar de en medio. Por favor, necesito un refugio.

-Pero, ¿quien es ese que te quiere hacer tal atrocidad?- Pregunto el hombre, incredulo.

-Yo... Yo...- Titubeo la chica, antes de caer desplomada en el suelo, producto del estado de shock en el que se encontraba.

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22. April 2020 20:48 3 Bericht Einbetten Follow einer Story
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Sebastian Caicedo Sebastian Caicedo
Gracias a esta pagina,pude encontrar esta historia,que me parece tan bien planteada la trama de sus protagonistas
April 24, 2020, 23:23
Valentina Muñoz Valentina Muñoz
Que historia mas interesante. Y eso que apenas he leido el primer capitulo. Muy buena trama
April 24, 2020, 23:20
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