En este espacio reflexionamos sobre el hábito de la escritura y sus interrogantes respecto de su ejercicio individual.
Va dirigido a las amistades creativas de esta plataforma que posiblemente se interesen en el tema.
No es nada de otra dimensión, ni pretensión, más que exponer ciertas consideraciones sobre la escritura, el escritor y ese acto que convoca a la más firme soledad creativa.
A su vez, también se hace reflexión en solitario ante el hábito de lectura, principalmente no sugerida por segundas o terceras personas, sino, más bien, por decisiones propias ante lo que llama la atención para realizar ese otro acto que complementa a lo primero o bien, en sentido inverso.
Como primer aspecto, en lo personal llamo la atención a mi propia introspección dentro de esta plataforma.
Se trata de un espacio de interés común en escribir y leer, en publicar y, en otro momento, de empezar a probar la generación de desarrollo de géneros.
Si bien, la monetización es una parte de lo que me interesa, tras cinco años de estancia en esta plataforma aún no representa lo primero en obtener.
No corro prisa y no me atengo a vivir a las expensas de la escritura, sino a mejorarla hasta donde sea posible.
Por razones diversas, encontrar eco con quienes escriben en este espacio interesante no logra su apertura entre plumas de generaciones distintas, y se encuentra uno con escasas relaciones de comunicación e intercomunicación en lo que respecta en escritura y lectura.
Por lo que he observado ocurre lo mismo entre personas de distintas latitudes generaciones y géneros.
Desde nuestra perspectiva la escritura asociada al hábito lector o viceversa, son algunas referencias sobre lo que replanteo.
En ello va la elaboración de expresiones literarias y la manera interesante en que se expresan las emociones y los sentimientos personales que aloran en la escritura individual de quienes residen en esa landa de la tinta y las creaciones propias.
En el juego de las ideas y las perspectivas individuales y personales, como desde los dos géneros, en cuanto al mundo y el universo, el amor y el desamor, la esperanza y la desesperanza, la amistad y el rencor, la pasión y el erotismo, la vida y la muerte, el ser y el existir, el Estar Aquí y Ahora en tiempos: presente, pasado o futuro, se acerca uno al infinito repertorio de temas que preocupan e interesan a sus creadores a través de la colaboración honesta, compartida y desinteresada, sin pago y sin cobro de dinero para leer lo que se publica.
Separo lo opuesto entre quienes tienen sus razones válidas para cobrar lo publicado o por publicarlo.
En tal sentido, quien desee hacerlo a nombre propio sólo debe contactarse con los autores responsables de esta plataforma, y listo, entrar en ese apartado de conveniencias mutuas.
No soy conducto ni representante de iniciativas por el estilo.
Quizá esté próximo por incorporarme ante ese estado de monetización y tal lo haga, de manera gradual.
En consecuencia, se invita a quienes se interesen en esta identificación de propósitos de este vlog o blog, que ahora reviso y expongo en este apartado.
A continuación, expongo la siguiente interrogante:
¿Y, qué se hace con lo creado?
La escritura nos mejora en cuanto a la atención que damos a la información personal y al bagaje cultural que hemos ido acumulando, pero que seguimos haciéndolo por interés personal.
Escribimos para que otros nos lean, en tanto que, nos permitimos que en propio cerebro evaluemos los datos que recibimos y organizamos de la mejor manera que no es posible.
Ahí tenemos una contribución de fuerza para apuntalar nuestras ideas y desarrollar conceptos en la mente, los cuales los hemos y habremos de recordar mejor e incluso aprovecharlos ante la escritura propia.
Por supuesto que escribimos para otros, pero antes, para uno mismo.
Y el imponderable de escribir nos dicta que es importante hacerlo y hacerlo bien.
Nos es necesario e imprescindible escribir.
La escritura y su acto de escribir nos ayuda a desbloquearnos ante emociones contraídas o asociadas a los pensamientos propios.
Nos hace más claro el estado de mantenimiento de meas personales y de deseos de auto ayuda para comprender situaciones que nos producen los problemas del diario vivir.
Escribir y escritura nos ace mantener distancia ante lo que vivimos y nos aporta luz sobre esa manera de vivir en el sentido de otorgarle o conferirle un sentido: excelente, bueno, regular, malo o pésimo.
En ese dilema sobre: para qué escribir, como ante aquel otro: para quienes escribir, ese acto en solitario nos sirve para poner orden a nuestros pensamientos.
Podemos reducir la ansiedad individual y brindar apertura a la comunicación ante los demás: ese prójimo anónimo dentro de una plataforma como la que nos permite difundir y publicar lo que nos gusta exponer en determinados momentos.
Y, sí, todos, quien sea, tenemos algo qué contar, relatar, exponer, mostrar, pero antes que, en lo general, se es uno mismo en lo, no sólo en lo particular, sino más bien, en lo específico, con nombre y apellidos.
Así, podemos intentar responder a la siguiente pregunta:
¿Quién puede escribir?
Quien se aventura al establecer la comunicación escrita con permiso propio, quien se permite expresarse y compartirse.
Quien expresa sus deseos e inquietudes, como de quien renueva lo que procesa su mente en los pensamientos y desarrollo de la voz interior que anida en cada autor que lo da a conocer dentro de esta Grey de la Tinta Inspirada.
En su magia individual, en su pensamiento, en sus letras y en las palabras que brinda a la lectura de segundas y terceras personas, conocidas o desconocidas, locales, nacionales o extranjeras.
CONTINUACIÓN
HISTORIAS DE ESCRITURA 1
Vielen Dank für das Lesen!
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