Extraño su aroma.
Nunca lo tuve cerca de mí, pasaban las horas después de haber notado la fragancia entre las hojas de ese libro. Anhelaba volver a sentir su perfume dulce, como las flores en una noche de verano, con una mezcla suave de frutas y cítricos, que me recuerdan cada amanecer lleno de magia.
Extraño sus besos suaves, con la pasión, que pretende un momento que nunca fue. Aquella vez que tuvimos la oportunidad que nunca se presentó. El presente, era el momento de expresarse.
Extraño, mirar el mundo a través de sus ojos, donde hay un mundo de esperanzas y fantasía.
Extraño sus manos ásperas, cuidarlas, con delicadas caricias, cada vez que hablamos, sentados uno al lado del otro en ese sillón.
Extraño esos días de lluvia intenso donde solo estábamos nosotros dos y la fragancia de las gotas cayendo en la tierra, como si fuésemos parte de ella y su energía.
Extraño sus abrazos, fuertes y extensos, como si supiese que algún día me extrañaría.
Me acompañaba al trabajo y en momentos de ocio. Ese vacío que se siente en el pecho, teniendo la certeza que, es el amor de mi vida y no tenerlo cerca de mí.
El café, su aroma, se había desvanecido; ya no era tan dulce, ni tan fuerte. Tenia otro sabor... otro significado. Eran sueños, eran imágenes, era futuro.
Hasta tenerlo frente a mí, hasta poder sentirlo, voy a seguir extrañándolo.
Una persona me dijo una vez… "Si lo amás, que lo sepa, porque cuando lo haces, no importa lo que piensen los demás. No importa cómo ni dónde, va a querer estar con vos. Pero si esa persona no te corresponde con el mismo sentimiento... aunque sea lo intentaste”.
Esa persona… seguramente sabe lo mucho que la amo…
La persona perfecta llegó a mi vida.
Vielen Dank für das Lesen!
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