Había una vez un niño llamado Fred, que tenía un perro llamado Max, un día mientras Fred jugaba en la calle con sus amigos vio como Máx se escapó cuando su madre abrió la puerta de la casa, fred a toda prisa comenzó a seguirlo hasta llegar a una casa abandonada que estaba a unas cuadras de la suya, una gran casa de dos pisos hecha de madera que por el tiempo se había vuelto totalmente negra, al pasar por enfrente escucho los ladridos de máx dentro de la casa.
-Máx, ven aquí Máx - gritaba Fred desde fuera sin ningún logro
Al ver que Máx no salía de la casa, Fred decidió entrar y al abrir la puerta principal se da cuenta de que la casa estaba llena de cuadros de gente pintada, un escalofrío lo recorrió de inmediato al pasar frente a ellos porque sentía que lo observaban.
-Máx,¿donde estas? - seguía gritando Fred mientras escucho un ladrido del segundo piso
Al subir las rechinantes escaleras los ladridos cesaron y al estar solo en un gran pasillo se aproximó a la primera puerta entreabierta que vio, y no se dio cuenta de la sombra que estaba a sus espaldas, al ver que Máx no estaba en la habitación cerró la puerta y al voltear a donde estaba la sombra se asustó ya que Máx salto sobre el tirándole al suelo y lamiendole toda la cara.
-perro tonto, me asustaste - dijo Fred mientras se levantaba y tomaba a Máx en sus brazos.
Al salir de la casa y dar vuelta a la esquina para irse a su casa con Máx, algo se asoma por la ventana de la casa, y Máx se pregunta ¿porque Fred se fue sin el?
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