Érase una vez un monje que vivía en una casa llamada: La casa Bily Morth.
El monje, llamado Jack Moly cuidaba una enorme casa, junto al río del pueblo.
Todas las noches, Jack escuchaba la risa angelical de una dama que siempre se bañaba en el río. Él intentó acercarse a ella, pero nunca la pudo conocer, ya que entre más él se acercaba, ella más se alejaba. Jack Moly murió de soledad en el sótano de la casa, y con la ansiedad de conocer a aquella bella mujer.
10 años más tarde, un pareja fueron de campamento al pueblo, y escucharon acerca de una misteriosa casa abandonada al lado del río. Amy y Stephen sintieron curiosidad por esto, así que decidieron ir a la casa de Bily Morth.
Al llegar, tuvieron que forzar la puerta, ya que estaba atrancada con tronco de árbol viejo. Se abrió la puerta con un ventarrón, y la pareja entró a la casa. De repente, la puerta se selló. Ellos intentaron salir, pero empezaron a escuchar la risa maquiavélica de un hombre. Entonces, la linterna se les apagó. Stephen le dijo a Amy que lo esperara en el pasillo, mientras él iba a buscar una vela. Amy no quería quedarse sola, pero su novio insistió.
Amy, al quedarse sola, sintió unos pasos y creyó que era Stephen. De pronto, sintió que alguien la tiró al suelo y empezó a arrastrarla del cabello por el pasillo. Sus gritos fueron en vano tras la fuerza de aquel Jack Moly. Jack lanzó a Amy contra una estaca que estaba en la pared, quedando ella colgada, y al desangrarse, murió.
Stephen, al escuchar los gritos, fue en busca de Amy, pero la pudo encontrar. Así que empezó a buscar por todas las habitaciones. Al finalizar el pasillo, había un cuarto pequeño, y de allí escuchaba la risa de Amy. Se acercó, pero fue sorprendido, mirando el cuerpo de su novia desangrándose, junto al monje.
Stephen empezó a correr, pero Jack, lo atrapó y lo encerró en el sótano, y le puso su túnica de monje, para que así como él, Stephen muriera en soledad y con ansias de encontrar a alguna bella mujer.
Fin.
ES UNA HISTORIA DE LA VIDA REAL
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