Aquella mañana Francisco encontró llorando en una banqueta del parque a su sobrino Leonardo.
Cuidadosamente se acerco hasta él y le preguntó que le ocurría.
Con lágrimas en los ojos el joven le comentó que a su madre ya no le gustaban sus pinturas y no quería que por motivo alguno siguiera trabajando en ellas. Ahora el joven había decidido tristemente dejar de pintar.
Francisco, sabia cuanto el chico amaba lo que hacia por lo que le pidió escuchara una bella historia que le tenia que contar:
Siglos atrás en un país muy lejano habitaba una hermosa Rosa, la cual era considerada por muchos como la más bella Rosa de toda la región. Junto a ella también vivía un enorme y gordo Sapo.
Un día, sin motivo, alguno la Rosa sintió que El Sapo no era lo suficientemente bello para vivir a su lado por lo que le pidió que se marchara.
El Sapo muy triste hizo caso de la Rosa alejándose lo más que pudo de ella.
Tiempo después regreso a esas mismas tierras para visitar a su vieja amiga la Rosa pero para su sorpresa encontró que estaba muy enferma. Ahora lucia un pálido color y le hacían falta muchos de sus hermosos pétalos.
¿Que te paso bella Rosa? El Sapo le preguntó.
Después de tu partida las hormigas del bosque comenzaron a comer de mis raíces debilitándome hasta casi hacerme morir, le respondió.
Sabias Leonardo, las hormigas estuvieron siempre allí intentando comer las raíces de la bella Rosa solo que El Sapo se los impedía. Su belleza en todo momento dependió de su presencia y ella no lo sabia.
Si dejas de pintar Leonardo estarás dejando que tu Sapo también se marche quedando a merced de los peligrosos vientos del destino y pudiendo acabar así como la bella Rosa.
Todos tenemos un talento que se convertirá en un momento de nuestras vidas en el camino para alcanzar la felicidad y el logro de todos nuestros sueños.
Leonardo, ¡No te rindas!
Por: César Pérez
Vielen Dank für das Lesen!
Wir können Inkspired kostenlos behalten, indem wir unseren Besuchern Werbung anzeigen. Bitte unterstützen Sie uns, indem Sie den AdBlocker auf die Whitelist setzen oder deaktivieren.
Laden Sie danach die Website neu, um Inkspired weiterhin normal zu verwenden.