Había una vez un lindo perrito llamado TILO, era pequeño, gordito, muy juguetón y divertido…
Se la pasaba corriendo por toda la casa haciendo desastres por donde pasaba….
Un día su dueño le lanzó una pelotica la cual saltó y saltó, y al mismo ritmo, Tilo la siguió…
Al terminar de agarrarla ya era muy tarde, había destrozado toda la sala, los muebles y las sillas, todo estaba patas arriba… Su dueño muy molestó, lo regañó y la pelotica le quitó…
El pobre TILO se fue triste a su casita del patio y ahí se quedó solo y llorando…
Pasó un rato y su dueño entendió que fue su culpa por lanzarle la pelota en la sala…
El pobre perrito no sabía y solo la persiguió, su dueño muy triste se le acercó, lo acarició y disculpas le pidió…
El pequeño TILO mucho se alegró y su cola muy fuerte movió…
Entonces ambos muy felices jugaron largo rato afuera en el patio….ese; el lugar adecuado.
FIN.
Nota (portada):
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