athanatos Αθά νατος

¿Qué propósito de vida puede tener alguien que ya no tiene obstáculos que superar? Cuando no es la vida la que nos da un propósito, somos nosotros mismos quienes debemos dárnoslo. Cada persona tendrá siempre un propósito en la vida. Se recomienda leer primero Salvajes.


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Su propio propósito-Capítulo único

Notas de autor: Hay un detalle del régimen tiránico de Adam e Eve, de los universos con las mismas leyes terrestres que hubo en el régimen de los lobos gemelos de fuego sin la existencia de dicho régimen y de la sociedad aeterniana que no fue mencionado hasta ahora por carecer de importancia debido a la ausencia de tramas de un determinado tipo: Un profesor y su estudiante o una profesora y su estudiante pueden tener una relación de pareja sin que el estudiante o la estudiante sea mayor de edad sin problemas legales de ningún tipo para el docente o la docente en cuestión. Como la ley de consentimiento sexual no cuenta con excepciones para casos como el de una estudiante y su profesor, si un estudiante y su profesora se enamoran y quieren comenzar un noviazgo que incluya relaciones sexuales, no habrá problemas legales mientras la parte menor de edad tenga por lo menos 16 años. Todas las bases morales y racionales para que las leyes fueran más o menos como en la primera Tierra durante su etapa de estar dominada por los gemelos White fueron establecidas mediante la educación dada por Chronus y Raiha a sus seis hijos. Luego cada pareja de hermanos haría lo que quisiera con lo enseñado por Chronus y Raiha. Darsia terminaría volviendo sus leyes, estando algunas de ellas alejadas de lo correcto, como las de la República de Athanasia y la Monarquía Constitucional de Shiakam una decamana después de volverse una república. Con respecto a los aeternianos, debo decir primeramente que el treinta por ciento de la población mundial tiene ojos y colmillos de bestia debido a la influencia de la descendencia de los gemelos Cionis. Al inicio, Adamis y Evenia, así como sus hijos, vivieron expuestos al rechazo de muchas personas debido a su aspecto salvaje. Sin embargo, veinte años después, los rasgos bestiales ya habían sido aceptados por toda la población mundial. Lo siguiente que es necesario decir de los aeternianos es que, cuando un aeterniano y un humano tienen descendencia, dicha descendencia hereda siempre lo mejor de cada especie. El ADN primigenio no se mezclaba con un criterio de superioridad entre sí porque los humanos eran todos de la misma especie y, por ende, todos tenían lo mejor de la especie a la que pertenecían en su código genético. La mayor capacidad de los aeternianos para expulsar naturalmente más fluidos sexuales es superior a la menor capacidad natural de los humanos para hacer lo mismo. Todos los híbridos nacen por ende con la capacidad natural de producir de tres a seis veces más fluidos sexuales que los humanos. Los ojos salvajes no son una característica que esté entre las mejores de las características aeternianas, por lo que no son heredados por todos los descendientes de dos aeternianos ascendidos y/o por todos los descendientes de un aeterniano con ojos salvajes y un humano. Por cierto, existen veinticinco festividades colectivas en Aeternia. Todas y cada una de ellas se celebran en el mismo horario, de la misma forma, para celebrar lo mismo y el mismo día de cada mes de cada año. Sólo fue mostrado el Festival de los Gemelos, pero cada festividad es interesante. Por si alguien se lo pregunta dejaré claro que sí hay una festividad equivalente al Día de los Enamorados. No se estableció por razones impuras dicha festividad y tampoco tuvo dicha festividad un origen siniestro. La festividad equivalente a la Navidad es el Festival de los Gemelos. No existe una festividad equivalente a la Epifanía del Señor, también conocida como Día de Reyes. No existen festividades equivalentes al Día de los Inocentes, a la Pascua, a Halloween, al Día de Todos los Santos, al Día de Acción de Gracias, a cualquier festividad relacionada con un “santo”, al Día de Muertos y a otras muchas festividades con significados del mismo estilo. La festividad equivalente a San Valentín se llama Día del Corazón Gemelo y su nombre hace referencia a los corazones de las personas que son almas gemelas o espíritus gemelos. Se celebra de la misma forma que San Valentín, pero no el día 14 del segundo mes, sino el día 25 del undécimo mes. Otra festividad equivalente a una de nuestro mundo es el Nuevo Comienzo, equivalente al Año Nuevo. Esa festividad se celebra el día 30 del duodécimo mes y el día 1 del primer mes. La parte correspondiente al día 30 se llama Final de Ciclo y la parte correspondiente al día 1 se llama Comienzo de Ciclo. Salvo por el hecho de que se cena con quienes uno considera que son familia y salvo por el hecho de que se felicitan las personas diciendo “Feliz Nuevo Ciclo” unas a otras el día 1 del primer mes, no existen más similitudes con el Año Nuevo, y eso incluye tanto el Año Nuevo occidental como el Año Nuevo chino y el Año Nuevo japonés. Por cierto, no existen festividades en las que seres imaginarios con dinero infinito y poderes sobrenaturales traen regalos a la gente por portarse bien o dejan regalos a la gente por alguna otra razón. No hay un equivalente aeterniano a Santa Claus. Por si alguien no sabe quién es Santa Claus diré que también es llamado Papá Noel, Sinterklaas, Viejito Pascuero y de otras muchas formas. Además, mentir a los hijos diciéndoles que un ser del estilo de Santa Claus les traerá regalos si se portan bien es un pecado que no se indulta en Aeternia. Si no hay arrepentimiento sabiendo que mentir con eso a los hijos está mal porque es mentirles de forma no necesaria, los padres reencarnarán tras fallecer. No existe el mandamiento de “No mentirás, a menos que sea necesario”, pero el mandamiento único de Adam e Eve incluye cualquiera de los mandamientos no relacionados con amar a Dios y con el mandamiento del día de reposo y también incluye muchas reglas morales necesarias para vivir una vida de virtud. También existe en Aeternia una festividad privada que existe en nuestro mundo: El cumpleaños. Una gran diferencia con respecto al cumpleaños de nuestro mundo es que los aeternianos nunca piden un deseo en su cumpleaños, pues saben que los deseos no se cumplen por pedírselos a una estrella fugaz o por soplar una vela, además de que el cumpleaños aeterniano está basado en el que celebra el hombre primigenio, siendo que todos los elementos paganos de dicha festividad, tales como lo de soplar una vela encendida y pedir un deseo, no están presentes en la versión primigenia. La tercera especie, la de los híbridos, fue bautizada al mismo tiempo diez días después del nacimiento del primer híbrido por varios humanos adultos de la primera Tierra como especie cadmoniana. Los cadmonianos ya son una especie bastante numerosa. Explicado todo eso, comenzaré a escribir.

Su propio propósito

7 del primer mes del 8600 D.C, ubicación desconocida, 17:30

Aquella tarde de verano no parecía una tarde de verano. El cielo lucía un intenso color rojo que recordaba mucho al color de la sangre cuando esta era carmesí. El Bosque de Evania y el Bosque de Adamius, así como la Sierra de Karsis y el monte Megallio, estaban completamente reducidos a meros restos. Las aves no recorrían el cielo de Aeternia y parte de los ríos y lagos de Stellia ni siquiera existía ya. El agua se había evaporado en esas zonas que antes tenían lagos y ríos en ellas y los peces y otros seres vivos estaban muertos en el mejor de los casos en esas zonas ya carentes de agua. En el peor de los casos, los peces y los seres acuáticos que no eran peces se estaban asfixiando por estar fuera del agua. El océano se había evaporado en parte y algunos animales marinos habían fallecido en el proceso destructivo que había dejado todo como estaba. La anteriormente grandiosa Athanasia, la anteriormente ambiciosa Darsia y la anteriormente reformada y, aun así, tradicional Shiakam estaban reducidas a cenizas y escombros. El Athadrassil estaba completamente reducido a cenizas. De la Cueva del Encuentro sólo quedaban escombros unidos en una montaña. El aire se sentía diferente y montañas de cadáveres aeternianos con tecnología punta insertada dejaban claro que un gran enfrentamiento había sucedido en aquel mundo hacía un par de segundos. Los animales no aeternianos muertos hacían del panorama de Aeternia uno más sombrío y más triste. Los Polos Norte y Sur ya no existían y el mundo estaba aumentando de temperatura cada vez más.

Toda aquella situación había sido vista por los Creadores mucho tiempo atrás. Ellos habían sabido todo el tiempo que las pocas personas que quedaran con vida iban a suplicarles que hicieran algo para arreglar todo el problema generado tras aquel gran enfrentamiento, que repararan el mal causado con su poder divino. Sin embargo…, Adam e Eve, los Volfom Twinom, habían tenido que dejar que aquella organización criminal llamada Ojo de los Creadores declarara la guerra a cualquiera que se opusiera a su propósito de alcanzar el nivel de los Creadores mismos para poner fin a todo el mal de Aeternia. Habían tenido que permitirle al Ojo de los Creadores desafiar al resto del mundo, y lo único a la altura de la tecnología de una organización criminal gestada dentro del propio Ejército athanasiano había sido la tecnología punta del Ejército de las otras dos naciones. Con el Presidente Militar actual de Athanasia como líder de la rebelión contra los Creadores, una milicia mayormente voluntaria de cyborgs formada por ciudadanos de a pie se había formado para hacer frente a un oponente que buscaba dominar el mundo para mejorarlo. Con gran dolor en sus corazones divinos y con mucha tristeza en dichos corazones, Adam e Eve sólo habían podido consolarse mutuamente el uno al otro durante todo el conflicto armado a escala global, un conflicto en el que todos los aeternianos aptos para tomar una decisión moral importante se habían terminado uniendo a la causa de obedecer a los Creadores por no tener ya algo que sustentara sus ambiciones y/o sus malos deseos, pues los pocos supervivientes probablemente perecerían debido a las heridas causadas por la guerra. Ni siquiera los miembros del Ejército athanasiano habían sobrevivido, siendo la muerte de cada soldado y de cada científico de dicho bando la caída al oscuro abismo de la muerte de cada miembro del Ojo de los Creadores. Como se había predicho en el pasado, apretar un botón había significado el final de la vida en todo el planeta. La energía residual de armas experimentales del Ojo de los Creadores, armas capaces de envenenar el aire con la radiación de una extraña forma de energía láser mucho más peligrosa que la energía láser de siempre, estaba terminando de matar toda la vida animal y vegetal del gran océano de Aeternia, el único lugar en el que había vida vulnerable todavía.

Afortunadamente, ni siquiera los miembros del Ojo de los Creadores habían fallecido sin arrepentirse de todos los pecados de los que era necesario arrepentirse para ser salvo, pues se habían dado cuenta de sus propios errores por los resultados de haber declarado la guerra al mundo y habían terminado por decidir dejar todo en manos de los sabios y grandes Creadores. Después de diez minutos, el veloz envenenamiento del oxígeno de las aguas oceánicas y el letal aumento de las temperaturas terminaron por causar recién el final de toda la vida. Ya no quedaba algo más que un mundo casi desierto, pues carecía de cualquier forma de vida que fuera vulnerable. Sólo unos “llorosos” rubios de ojos verdes brillantes y piel muy clara que levitaban en lo que quedaba de la capa de ozono sin que su cabello levitara, dado que el cabello de ambos no levitaba cuando sus cuerpos levitaban, estaban vivos.

—Al menos…, cumplimos con nuestro deber como guardianes de la línea temporal…—Dijo Eve “derramando lágrimas de sangre” sin cesar mientras miraba fijamente a su amado esposo a los ojos sin separarse del cuerpo de este y sin dejar de abrazar al rubio en cuestión por la cintura con bastante fuerza y con una delicadeza inmensa.

—My fair lady…, nadie se ha perdido… Ahora… ya no “llores”. Es el momento adecuado para… hacer lo que quisimos hacer desde que Chronus y Raiha acababan de morder el fruto prohibido. Las bellas princesas… no “lloran” de tristeza, pues proteger su sonrisa hace que no lo hagan, y ese es el papel de un príncipe y… hermano mayor en condiciones…—Dijo Adam en el mismo estado emocional que Eve “llorando” también.

—Tienes razón, my beloved Adam. Este mundo no está perdido, pues su gente… pasó la prueba. Lo importante era que todos fueran salvos, y cumplimos con el plan de principio a fin. Ya no necesitamos más “lágrimas de sangre”. De todas formas, nuestra especie no fue pensada para llorar, sino para sonreír. Soy tan feliz a tu lado y eres tan bueno conmigo siempre, my goodlooking gentleman—Contestó Eve Daisy White animándose cada vez más en inglés de Estados Unidos, ese idioma que había aprendido tras llegar al mundo.

Las “lágrimas de sangre” gruesas habían cesado por completo en el caso de la rubia menor y también en el caso del rubio mayor. Ambos gemelos sonrieron con calidez y ternura infinitas mirándose fijamente a los ojos y conteniendo su estremecimiento creciente y ya inmenso y, justo después, se dispusieron a mirar hacia Stellia fijamente al mismo tiempo velozmente al tiempo que se tomaban de la mano románticamente, como siempre. Acto seguido, cerraron velozmente su mano libre en un puño que dejaron de inmediato y velozmente completamente relajado.

—No hay tiempo para sonrojos—Dijo Adam con mucha seriedad y con calma perfecta disponiéndose al mismo tiempo que Eve a chasquear los dedos como lo hacía siempre.

—Cierto, pero ya lo habrá—Contestó Eve mirándolo fijamente a los ojos con un amor infinito en sus ojos femeninos y en su sonrisa femenina.

Adam correspondió a la sonrisa y a la mirada de inmediato por un breve instante y, justo después, ambos gemelos rubios miraron velozmente hacia Stellia tan serios como antes y con una calma perfecta.

Un chasquido de dedos al mismo tiempo causó que todo comenzara a repararse a una gran velocidad. La ardiente e insoportable temperatura bajó de inmediato y toda forma de vida volvió a la vida de inmediato. Todo sucedió tan rápido que sólo Adam e Eve podrían haberlo procesado a cámara lenta de haber querido procesarlo de esa manera.

El Athadrassil ya no era un manzano, sino un gigantesco árbol frutal de treinta mil metros de altura con una fruta desconocida para los aeternianos que no era para comer y que nunca caería, una fruta roja escarlata con forma ovalada que era del tamaño equivalente al tamaño de un mango sin ser uno y que tenía una parte verde que unía dicha fruta a la rama en uno de sus extremos. Ya no había árboles frutales en la Zona de Persifos, sino árboles florales con flores rosadas muy similares a las flores de cerezo, flores de una belleza excepcional jamás presenciada en Aeternia y sí presenciada en las seis Tierras. Los dragones ya no tenían colmillos y garras, y tampoco tenían pinchos en la cola. Ni siquiera podían exhalar fuego ya. Anteriormente, antes de que los gemelos Waitus probaran el fruto prohibido, el fuego de los dragones no había podido quemar algo debido a la energía del Athadrassil. Actualmente, dicho fuego jamás volvería a salir de la boca de un dragón. Las serpientes ya no se arrastraban y ya no tenían colmillos. Los perros ya no existían, pues todos los animales habían tomado una forma primigenia, siendo todos los perros ahora lobos primigenios. El calor excesivo y el frío jamás volverían a existir en Aeternia. El Paraíso había vuelto y había ascendido a un estado superior, un estado digno de alguien merecedor de una vida perfecta.

Los animales con más intelecto del planeta celebraban su nueva vida con gran gratitud hacia los Creadores de diversas formas.

—¡Vivan los Creadores. Vivan ellos por siempre!—Exclamó una joven de 67 años con cabellos tan rubios como los de Eve y ojos tan rojos como el ojo derecho de Sethus Waitus bailando animadamente con energía infinita con una melena que era sólo la mitad de la melena de la rubia de ojos verdes.

No había más tecnología punta, pues esta había desaparecido completamente en sólo medio nanosegundo al mismo tiempo que todo el Paraíso se restauraba. Los restos de las construcciones aeternianas y de todo el progreso aeterniano arruinado por la guerra ya no existían, pues habían desaparecido al mismo tiempo que la tecnología punta y a la misma velocidad que esta.

—¡Mi cola canina aún está. Aún tengo mi cola de perro!—Exclamó aliviado un joven de 72 años con cabellos albinos y muy cortos y con ojos de color dorado dando saltos de alegría sin parar con los brazos alzados y los puños cerrados sin hacer fuerza.

Las colas animales de los aeternianos no habían sido cambiadas por colas de animales primigenios porque eran las colas con las que habían nacido. Sólo se habían transformado en el caso de tener un vestigio de aquel peligroso mundo lleno de muerte y maldad. La cola de quien fuera un aeterniano dragón ya no tenía pinchos, pero seguía siendo una cola de dragón.

—Tus colmillos no están—Dijo muy sorprendida una mujer de 60 años con ojos de bestia de color plateado cuyo cabello le llegaba hasta el inicio de la espalda y era tan negro como el carbón.

Estaba señalando con su dedo índice derecho a la persona a la que le acababa de decir eso, la cual era un varón de 70 años con cola de chimpancé, cabello blanco puro muy corto y ojos de bestia de color púrpura.

—Ni los tuyos, querida—Dijo igual de sorprendido y haciendo exactamente lo mismo él señalándole los dientes con el dedo índice izquierdo.

Unos dientes hechos para lastimar no tenían cabida en un ser ascendido. Ya no había dientes caninos en los aeternianos. Ellos eran seres divinos ahora. Los colmillos no tenían cabida en un mundo hecho para una vida perfecta, y tampoco en unos seres hechos para vivir dicha vida. Tampoco las lágrimas tenían cabida en un mundo sin maldad, por lo que nadie podía ya derramar lágrimas.

Había incluso gente que celebraba levitando y volando con sus amigos. Ya el corazón aeterniano no albergaba un lado oscuro, sino que todo mal tendría que venir de fuera. Los aeternianos eran ya de esencia incorruptible, y lo mismo se aplicaba a los animales no aeternianos. Los aeternianos ya no usaban ropa, calzado y adornos materiales en el cabello. Los aeternianos aptos para hablar ya un idioma sabían perfectamente cómo hablar el idioma primigenio, y muchos aeternianos preferían hablar aeterniano aun así.

—Es tan maravilloso todo este panorama—Dijo Adam llorando de la alegría sin poder detenerse mientras contemplaba con sus ojos masculinos fijos en Stellia con visión muy potenciada, la cual llevaba seis horas potenciada ya, aquel panorama lleno de vida y de felicidad que había estado lleno de muerte y de miseria anteriormente.

—Es cierto. Se trata de un panorama increíblemente maravilloso—Le respondió Eve llorando de alegría tanto como él lo estaba haciendo con la visión potenciada desde el mismo momento mirando fijamente Stellia con sus ojos femeninos.

Estaban llorando. Ellos, que habían creado seres inferiores y habían sentido dolor por verlos sentir dolor y sufrir debido al cruel y despiadado mundo, habían decidido que, si querían, podían llorar. Ya habían llorado en su vida imperfecta en la Tierra cuando habían sentido deseos de hacerlo. Ellos habían elegido una vida imperfecta una vez más al aceptar ayudar como pudieran y como debieran a todos los animales, incluyendo entre ellos a los aeternianos, y a todas las plantas. Si habían elegido una vida para la que no habían sido diseñados por el Invicto pudiendo rechazar una vida perfecta para compartir con otros seres inferiores la alegría de vivir en un mundo en el que no había maldad y temor, entonces, podían elegir poder derramar lágrimas de forma involuntaria, como en su vida imperfecta de humanos no ascendidos a la divinidad.

—Hacía eones que no llorábamos de alegría—Dijo Eve mirando fijamente a los ojos a su adorado hermaesposo de inmediato y sonriéndole a él con calidez y ternura infinitas sin dejar de derramar esas lágrimas que, de ahora en adelante, saldrían por alegría solamente, pues no existiría ya una razón para llorar por tristeza—, my beloved Adam.

—No será esta capacidad una capacidad hereditaria superior. Dejaremos que las tres especies la hereden sólo si les toca heredarla por azar. Yo…—Adam miraba sonriente y lloroso a su adorada hermaesposa fijamente a los ojos sin dejar de llorar y, justo en ese preciso instante, decidió dejar escapar todo el estremecimiento de su ser masculino causado por las últimas tres palabras de la rubia menor—¡soy tu amado Adam, tu amado Adam, my fair lady!

—¡Oh, Dios mío. Yo soy your fair lady, your fair lady, my beloved and perfect Adam!—Exclamó tan estremecida y tan feliz como él la rubia menor disponiéndose a abalanzarse sobre su cuerpo masculino controlando su fuerza para usar mucha sin dañar al dueño de dicho cuerpo ni lo más mínimo, aunque ambos gemelos fueran invulnerables físicamente hablando.

Cesadas hacía dos segundos las lágrimas de alegría de unos gemelos que habían sido muy temidos, muy respetados y también muy codiciados, la menor de ambos estaba con su vagina apoyada en las caderas de su amado esposo abrazándolo por la cintura con gran fuerza y con mayor gentileza mientras este la abrazaba por la cintura de la misma forma en la que ella lo estaba haciendo con la cintura de él. Ambos rubios levitaban aún, así que era posible pegarse el uno al otro completamente en esa posición y abrazarse de esa manera al mismo tiempo.

—Shut up and kiss me, my… fair… lady—Dijo Adam como respuesta reservando su estremecimiento para el beso que estaba a punto de darle a la rubia, un beso con lengua que le dio de inmediato con pasión y ternura inmensas y crecientes, habiendo eliminado así los dos milímetros que habían estado separando los labios de ambos—(Little sister, ¡tú eres mía y sólo mía! ¡Y yo soy tuyo y sólo tuyo!).

Ella ya había correspondido a aquel beso tan romántico y tan intenso dado por su otra mitad, beso ahora con lengua en el que ambas lenguas estaban combatiendo de forma sangrienta sin cesar con la misma ferocidad, una ferocidad tan salvaje que era evidente por qué en Aeternia los habían llamado los Volfom Twinom también. Con los ojos cerrados y con el corazón latiendo con una gran fuerza y a una gran velocidad, entre caricias alternas a la espalda, la cintura y las caderas del otro, con el miembro flácido del rubio mayor justo debajo de los únicos labios vaginales de la rubia menor, ambos gemelos celebraban un poco su victoria con amor, pasión y ternura. Algo cierto era que la temperatura del momento podía terminar subiendo, y no habría poder sobrenatural que la bajara si eso llegaba a suceder. Ni Aeternia habría llegado a calentarse tanto como sus creadores.

—(¡Adam, Adam, Adam! ¡Little brother, you are mine and I’m yours!)—Pensó la diosa de ardientes esmeraldas en aquel preciso instante incrementando aún más la intensidad de aquel beso y haciendo volver justo al final en sólo un nanosegundo sus ojos femeninos potenciados a la normalidad.

—(¡Eve, Eve, Eve! ¡My fair… lady…, you are so perfect and so nice!)—Pensaba al mismo tiempo que Eve su esposo y hermano mayor haciendo exactamente lo mismo que ella con aquel tierno, dulce y apasionado beso con lengua y haciendo también volver justo al final en sólo un nanosegundo sus ojos masculinos potenciados a la normalidad.

La temperatura estaba tan elevada que lo inevitable estaba por suceder entre ambos “lobos”.

El beso con lengua fue finalizado por ambos gemelos de inmediato velozmente y sus ojos se abrieron justo después al mismo tiempo que los del otro velozmente. Se estaban mirando fijamente a los ojos y sus lenguas eran unidas por un hilo de saliva que se deshizo de inmediato en pocos segundos. Sus rostros no podían estar más rojos por causa de la vergüenza.

—¿Sabes, my beloved Adam? Por tanto ver con muchos hijos a todos aquellos a los que ayudamos a vivir plenamente… yo… deseo en este preciso instante tener… más hijos—Dijo Eve sonriendo con calidez y ternura infinitas mientras miraba de la misma forma fijamente los ojos de su amado esposo y hermano gemelo con un fuego suprainfernal en la mirada.

—Sabes perfectamente que nunca te negaría un hijo, pero hay algo que no sé. No lo sé todo, así que responde a la siguiente pregunta: ¿Cuántos hijos más quieres que tengamos?—Respondió Adam con la misma actitud que Eve haciendo lo mismo que ella.

Ambos pudieron sentir en ese preciso instante los efectos de la biokinesis del otro, pues se dispusieron a responder al estímulo de sentir tanto líquido en su propio cuerpo.

—Tanto fluido sexual como quieras, siete vaginas sólo para ti y tres bocas que besar cuanto te plazca. Todo ello es sólo para ti y sólo por ti. Disfruta conmigo y hagamos… ¡tantos bebés como podamos por el resto de la eternidad!—Contestó Eve así con un estremecimiento creciente en su ser femenino y con una ternura creciente en dicho ser.

Ella lamía la espalda de Adam por la parte intermedia de forma intensa y tierna en aquel preciso instante con sus lenguas secundarias mientras este le lamía de forma intensa y tierna los muslos con las lenguas secundarias inferiores de más abajo, las caderas de la misma manera con las lenguas secundarias inferiores anteriores a esas, la cintura con las lenguas secundarias superiores anteriores a las de arriba del todo de la misma manera y la parte superior de la espalda con las lenguas secundarias superiores de arriba del todo del mismo modo. Ella tenía abiertas las siete vaginas y una cantidad de fluido sexual muy exagerada salía de cada vagina, empapando con aquel líquido caliente al rubio mayor más y más a cada segundo que transcurría.

—¡Eres perfecta, perfecta! ¡Yo deseo también tener tantos hijos como podamos por el resto de la eternidad por la misma razón que tú! ¡Quédate en la capa de ozono conmigo, mi ardiente princesa de ojos verdes y cabello rubio, y hagamos bebés como animales en celo! ¡Te adoro tanto que jamás de los jamases y nunca de los nuncas imaginarías o sabrías cuánto te adoro!—Respondió Adam Joshua White increíblemente estremecido e increíblemente enternecido por la idea de pasar la eternidad haciendo bebés con su hermanita menor y esposa y criándolos con ella al lado de su ser masculino.

—¡No, my beloved Adam, mi ardiente príncipe de ojos verdes y cabello rubio. Tú eres perfecto hasta más no poder y es por todo el amor que me das que siempre me siento tan amada por ti, aunque me termines tratando como si tuviera el deber de satisfacerte cuando estás en celo cada vez que tienes ardientes deseos de hacer conmigo el amor como animales en celo. Yo… soy tan feliz por tener a alguien tan romántico y tan intenso a mi lado siempre! Nunca piensas en mí como si fuera realmente una hembra obligada a satisfacerte, y eso me hace tan feliz. Me das tanto amor siempre que, ahora mismo…, ¡sólo quiero hacer el amor contigo y así ser una contigo en cuerpo, mente y corazón!—Respondió una inmensamente enloquecida Eve acariciando con cada palabra que decía los labios de su adorado esposo rubio de ojos verdes.

—¡Nunca serás mi muñeca sexual o mi hembra para placer meramente porque eres la princesa de mis sueños encantados y el amor de mi vida eterna y entera, my… fair… lady! ¡Bésame, pues anhelo tanto un beso tuyo. Bésame ya!—Respondió el White mayor con más estremecimiento y más ternura que su esposa enloqueciendo de amor romántico, de ternura y de deseo sexual aún más.

La White menor, incapaz de controlarse ni un poco ya debido a la situación y a las últimas palabras del rubio mayor, pues no deseaba controlarse, aun pudiendo hacerlo si quisiera, besó sin lengua los labios de su amado esposo de repente con una gran ternura y con un salvajismo desmedido. Ese beso se convirtió velozmente en un beso con lengua por parte de ambos gemelos rubios, quienes constantemente mezclaban caricias con lamidas, al mismo tiempo y ambos gemelos divinos cerraron al mismo tiempo los ojos velozmente para dejarse llevar yendo a ese universo en el que sólo existían ambos. No saldrían de ese cosmos en el que sólo sus corazones, sus mentes y sus cuerpos existían. Lo cierto era que ambos deseaban tener más que sólo hijos rubios de ojos verdes, así que, justo antes de que la rubia menor comenzara a frotar seis de sus siete clítoris contra el cuerpo de su amado esposo y guardián ardiente, ambos White pensaron lo siguiente al mismo tiempo: “Que haya suficiente código genético para generar más que sólo versiones alternas de nosotros y que, justo después, el otro se entere de que he tenido ese pensamiento”.

Un pensamiento tenido con poder creador que jamás sería revertido hizo en sólo medio nanosegundo que ambos gemelos rubios de ojos verdes se sintieran extremadamente llenos de ternura, estremecimiento y alegría por haber tenido exactamente el mismo pensamiento creador en un momento tan romántico y exactamente al mismo tiempo. Ciertamente, lo único que ellos elegirían de sus bebés sería el género, y sería Adam quien se ocuparía de ejecutar la decisión, pues era él quien producía los espermatozoides.

La descendencia directa de Adam e Eve no se limitaría más a rubios de ojos verdes que fueran casi una copia de sus padres físicamente y en cuanto a personalidad. Sin embargo, toda la descendencia directa de los gemelos White heredaría la capacidad de llorar de estos para que una capacidad a la que se le podía dar mucho valor en un mundo ideal fuera transmitida al hombre, a los aeternianos y a los cadmonianos. El poder de llorar era un obsequio de Adam e Eve para los seres de mayor intelecto de la existencia.

Por otro lado, Aeternia vivía al fin su época dorada. Chronus y Raiha habían vuelto de su viaje a la primera Tierra, un viaje que había durado cinco segundos solamente y que había sido para quedarse en el centro de “New York” con su hermana mayor, su cuñado y sus abuelos. También habían estado con sus sobrinos durante ese período de tiempo. Se trataba de seis rubios de ojos claros, siendo el mayor de todos Arthur Austin Black. Los otros cinco eran un varón rubio de ojos azules, una mujer rubia de ojos verdes, una mujer rubia de ojos azules, un varón rubio de ojos verdes y una mujer rubia de ojos azules para terminar. Además de eso, otro hijo venía en camino, y para que no fuera sorpresa el resultado Athena y Lucian habían logrado con un pensamiento creador saber que sería una niña de cabello negro con el ojo derecho de color verde y el ojo izquierdo de color azul. Todos los hijos nacidos de Athena Lucy Black y Lucian Edward Black tenían la piel de su madre y la hija que venía en camino sería la primera descendiente de la Black rubia que tendría la piel del padre.

En cuanto a Sarah y Robert, ya llevaban quince hijos sin contar a Adam, Eve, Clarise, Alam y Alice. Si todos sus hijos fueran contados, veinte sería el resultado. El señor y la señora White tenían sin contar a sus primeros cinco hijos seis varones y nueve mujeres en ese mismo orden de nacimiento.

Selene y Damian tenían nueve hijos en total. Los dos primeros eran Lucian y Megan, sus hijos gemelos. Los otros siete eran un varón pelinaranja de ojos marrones con el color de piel de su madre, una mujer pelinegra con el color de piel de su madre y con los ojos de esta, un varón pelinaranja de ojos azules con el color de piel de su madre, una mujer con el cabello negro y la piel y los ojos de su padre, un varón pelinaranja con la piel y los ojos de su madre, una mujer pelinegra con la piel y los ojos de su padre y una mujer pelinaranja con los ojos de su padre y la piel de su madre. ¿Quién diría que una cruel asesina envidiosa se convertiría en madre de nueve hijos?

De todas las parejas mencionadas hasta ahora sólo Adam e Eve planeaban tener hijos tanto como fuera posible. Las demás parejas ya tenían un límite puesto para el número de hijos un milenio atrás.

En cuanto a Adamis y Evenia, ya llevaban treinta hijos contando a los primeros diez entre ellos. Todos sus hijos tenían ojos de bestia, mas no todos eran rubios de ojos verdes, pues ellos habían hecho nada más proponerse tener tantos hijos como fuera posible por toda la eternidad lo mismo que sus padres espirituales.

Aeterion y Haemeria querían tener sesenta hijos solamente, y llevaban solamente veinte en el momento actual contando a los que habían tenido en su vida imperfecta.

Sethus y Persefia llevaban treinta hijos contando a los primeros ocho entre ellos y deseaban tener un máximo de treinta y cinco hijos.

En cuanto a Astraia y Letia, cada una tenía veinte hijos biológicos contando al que había tenido cada una de ellas con un donante de semen. Si se contaba a los hijos no biológicos, Astraia tenía veintiún hijos y Letia tenía veintiuno también. Cada una tenía su propio esposo además desde hacía muchos años. Tanto Astraia como Letia deseaban tener un máximo de treinta y dos hijos contando al que no era su hijo consanguíneo.

En cuanto a Chronus y Raiha, ellos tenían un total de doce hijos. Los seis primeros eran claramente Odynius, Osirius, Ysia, Sethus, Neftia y Haira. Los otros seis eran unos trillizos de género masculino y unas trillizas de género femenino en ese mismo orden. Los primeros aeternianos planeaban tener un total de treinta y seis hijos y el número trece nacería dentro de cuatro meses y sería una niña rubia de ojos verdes, una copia de su madre casi, dato que desconocían Chronus y Raiha, pues ellos querían que el resultado fuera una sorpresa.

Diane, la hermana menor de Damian, y Shawn tenían treinta hijos en total y no deseaban tener más.

Mientras los primeros aeternianos disfrutaban con sus descendientes indirectos en el Jardín Elíseo estando en una fiesta organizada por mil aeternianos ascendidos sin querer molestar a sus padres, quienes preferían disfrutar a su manera aquel maravilloso día de felicidad eterna y perfecta, los animales jugaban juntos en aquel mundo renacido de sus propias cenizas, como el fénix. Los lobos jugaban con los ancestros de las gallinas. Los zorros también jugaban con los ancestros de dichas aves. Los lobos, los zorros y los ancestros de los gatos jugaban juntos también. Tiburones y peces pequeños jugaban juntos en el océano aeterniano. Todo era paz y amor en aquel mundo renacido de las cenizas.

Con la barrera esférica espacio-temporal de los gemelos White puesta nada más comenzar a tener más bocas, nadie podría siquiera verlos y oírlos, y tampoco los fluidos sexuales caerían al océano por la gravedad debido al hecho de que se desintegraban en menos de un nanosegundo nada más tocar la barrera espacio-temporal desde el interior de esta.

Transcurrieron doce días después de que quienes habían dado vida a todos los seres de Aeternia en su momento hubieran empezado a hacer el amor como dos animales carentes de control. Finalmente, tras doce días de relaciones sexuales ininterrumpidas en los que los dos rubios habían hecho todo lo que a ellos les encantaba hacer, se podía ver desde dentro de la barrera a dos rubios que tenían aún más de una boca y más partes que no deberían de tener. Eve se encontraba tumbada mientras levitaba con la cabeza apoyada en el aire mientras se mantenía abrazada con todas sus fuerzas a su amado rubio de ojos ardientes y pegada al cuerpo de este tanto como era posible. Le rodeaba la cintura con los únicos brazos que tenía salivando aún con sus tres bocas, las cuales estaban todas cerradas. En el caso de las nueve bocas del rubio mayor, sucedía exactamente lo mismo. Adam acariciaba con ternura y dulzura los muslos de su adorada hermana menor con sus manos inferiores más bajas mientras abrazaba su cintura femenina con todas sus fuerzas y con suma gentileza con sus siguientes cuatro brazos, pudiendo así acariciar su espalda femenina con el mismo amor con el que acariciaba esos muslos que tanto lo habían enloquecido durante esos doce días. Sus brazos principales abrazaban su cuello muy gentilmente y con tanta fuerza como la que usaban sus brazos secundarios intermedios para abrazar la cintura de ella. Las siete vaginas de la rubia de esmeraldas de fuego suprainfernal no dejaban de expulsar semen mezclado con fluidos vaginales y se podía notar que el miembro flácido del rubio mayor estaba completamente cubierto de semen en cantidades muy exageradas, semen mezclado con algunos fluidos vaginales, mientras el fluido sexual masculino mezclado con fluido sexual femenino no dejaba de escurrirse. Todo eso indicaba que todas las vaginas de la rubia habían sido llenadas hasta más no poder e incluso después de ya no poder ser llenadas más. Con las siete vaginas con semen mezclado con fluidos vaginales escurriéndose sin cesar y con tanta saliva, tanto semen y tantos fluidos vaginales en casi todo el cuerpo de la rubia, no había duda de lo que había sucedido entre ella y su esposo. Incluso su rostro femenino por la parte de la frente y por la parte del labio inferior y su cabello por casi todas partes dejaban claro que el semen no sólo había sido depositado en el interior de su ser femenino. El chorro de semen que cubría por completo su labio inferior femenino y los tres chorros de semen aún más grandes que cubrían casi toda su frente eran una evidencia junto a su cabello rubio claro bañado en semen y con semen untado por todos lados de que su amado esposo había sido muy intenso con su ser femenino. Adam tenía más fluidos vaginales que semen, pero la situación era casi igual, salvo por el hecho de que él no había sido llenado de fluido sexual por todos los orificios hechos para ser llenados. Era obvio que tanto ellos mismos como su pareja habían sido los causantes de que tuvieran en la piel tanto fluido sexual untado y tanta saliva, de la cual una tercera parte había sido untada también junto con los fluidos sexuales. La White menor tenía las piernas bastante abiertas y todas sus vaginas abiertas por si a su beloved Adam se le ocurría volver a disfrutar ese cuerpo femenino que tanto adoraba románticamente y que tan loco lo volvía. Adam e Eve se miraban fijamente a los ojos con calidez y ternura infinitas y se sonreían exactamente de la misma manera con un sonrojo insuperable en el rostro en ambos casos.

—My beloved Adam, has enloquecido tanto en estos días que me has dejado inmensamente sucia. De hecho, me has dejado tan sucia y has sido tan intenso que parecías un animal en celo que no se había apareado en días—Dijo muy alegremente y sin ninguna preocupación Eve mirándolo fijamente a los ojos.

—Eso es porque tú me pedías que te “violara” sin preguntarte ni lo que querías hacer. Estabas comportándote de forma tan sumisa y tan provocativa que no podía evitar querer hacer de ti un desastre muy difícil de limpiar de forma no sobrenatural. Tienes un hermano mayor muy salvaje, ¿sabes?, my fair… lady—Dijo conteniendo su inmenso estremecimiento creciente y mostrando toda su ternura creciente el White mayor sin dejar de sonreír como siempre le sonreía a ella.

—Ocasionalmente, lo que más deseas es dominar por completo mi ser. Te enloquece ser mi dueño y mi señor, mi macho y mi amo, mi esposo y mi esclavizador. Yo no tengo ningún problema con esas fantasías tuyas de hacer de mí tu esclava sexual y tu hembra en celo sólo hecha para darte amor y placer. Después de todo…, tengo esas mismas fantasías, y todo eso sobre mí lo sabes perfectamente. Sigues siendo tan romántico aun si estás “violando” mi cuerpo que no puedo sólo querer dejar de servirte como esclava sexual. Soy tu esclava en el amor y lo soy en todo lo demás por ende, mi amado Adam, hermanito, mi apuesto caballero, y soy… ¡your fair lady, your fair lady! ¡Te adoro infinitamente y mucho más allá de ello. Eres perfecto, perfecto!—Dijo como respuesta la portadora del nombre inglés de la margarita con un estremecimiento cada vez mayor lanzándose justo al final a besar los labios de su amado sin lengua nuevamente como una salvaje que carecía de todo autocontrol.

Adam sólo dejó que ella lo besara sin lengua en los labios, liberando nada más corresponder a ese beso, lo cual había sucedido nada más ser iniciado dicho beso por la rubia loca, todo su estremecimiento masculino contenido y creciente. Otro beso con lengua seguido de ojos cerrándose velozmente al mismo tiempo y caricias cada vez más intensas y cada vez más gentiles a la vez, además de ser seguido dicho beso por lamidas mutuas a la espalda, las caderas y la cintura, comenzó de inmediato. No pasó mucho tiempo antes de que un pensamiento surgiera en la mente del gemelo mayor.

—(¡Mi bella Eve es perfecta y dulce hasta más no poder. Moriría sin ella, aun siendo inmortal, y ya tengo ganas de hacerle otro hijo, otro hijo, otro fruto de nuestro amor ardiente e infinito! ¡Le plantaré otra semilla a ella! ¡No hay necesidad de esperar hasta que el bebé actual haya nacido! ¡La adoro tanto. She is perfect, perfect, so perfect!)—Pensó Adam sin siquiera querer que ambos estuvieran limpios de nuevo.

Si ambos iban a hacer el amor otros doce días seguidos, entonces, él deseaba contemplar el resultado final de la pasión sexual y romántica y el amor romántico que hacían que sus cuerpos gemelares ardieran en llamas imposibles de extinguir.

—(¡Mi amado Adam es tan increíblemente dulce conmigo que sólo deseo estar junto a él eternamente como su esposa y como su hermanita menor! ¡Quiero otro bebé ya mismo. No hay necesidad alguna de esperar hasta que el actual haya nacido! ¡Lo adoro tanto. He is perfect, perfect, so perfect!)—Pensaba Eve al mismo tiempo que Adam haciendo exactamente lo mismo que él y sintiendo exactamente lo mismo que él.

Ambos deseaban por la misma razón contemplar el resultado final de hacer el amor durante veinticuatro días con tanta intensidad y con tanta ternura, así que tampoco ella usaría su poder divino femenino para limpiarse a sí misma y/o para limpiar a su amado hermaesposo.

Mientras los gemelos White se centraban en aquel objetivo que, aunque no los fuera a tener ocupados el cien por cien del tiempo de todos sus días perfectos, les llevaría toda la eternidad cumplir, Chronus y Raiha daban por finalizada recién la fiesta en el Jardín Elíseo junto a los demás participantes de dicha fiesta. Cada aeterniano había decidido irse a hacer algo diferente. Unos aeternianos se quedarían en Aeternia pasando tiempo de calidad con su familia, otros viajarían por el universo en familia o solos para conocer al resto de las especies en profundidad y/o para cumplir otros propósitos. Había seis Tierras y algunos aeternianos también vivían en alguna de ellas con el hombre y con los cadmonianos. Había aeternianos que preferían conocer otras galaxias que estuvieran muy lejos de la suya y de la Vía Láctea, galaxias con otros planetas y otras estrellas. Cuando uno era una deidad, las posibilidades eran infinitas. Los Creadores eran los Creadores, pero eso no significaba que todos los aeternianos no estuvieran ahora a la altura de los Creadores mismos. También Chronus y Raiha seguirían siendo conocidos por los aeternianos de las generaciones pasadas y por la generación actual de aeternianos como nuestros grandes padres.

Cada persona debía encontrar en una existencia de dicha perfecta y eterna… su propio propósito.

FIN

Notas de autor: Esta historia me ha encantado escribirla. Lo cierto es que esta historia es un cierre para todo el canon. Decidí dar un cierre con broche de oro a toda esta franquicia. Esta no es mi historia favorita, pero es una muy querida por mi persona masculina. Todo el que sepa la importancia de LOMDR en esta franquicia sabrá de inmediato cuál es mi historia preferida. Por cierto, cuando un aeterniano era ascendido, este adquiría una masa muscular igual que la del hombre primigenio, dado que una mayor masa muscular base servía en el mundo corrompido para sobrevivir cuando la fuerza física era extremadamente importante. También debo añadir que los aeternianos no dejarán de celebrar todas sus festividades, sino que sólo dejarán de celebrar aquellas que por ser ellos seres divinos ya no tengan una razón para ser celebradas. Debo añadir también que la energita ya no tiene una razón de existir, dado que sólo era una fuente de energía renovable y no contaminante, por lo que dicho mineral ya no existe. Debo decir también que la razón por la que no ascendieron todos los caídos durante la segunda guerra mundial, guerra que no era el conflicto armado al que Adam e Eve habían hecho referencia ante Chronus y Raiha, dado que dicho conflicto era la guerra contra Darsia, fue que los propios Creadores habían puesto el proceso de ascensión en una especie de modo de pausa justo antes de ser iniciado el destructivo conflicto bélico para evitar que los recién ascendidos vivieran la mala experiencia de ver un panorama tan horrible justo después de obtener su ascensión. Por eso los espíritus de los fallecidos no ascendían y se mantenían en una especie de letargo temporal del que despertarían un nanosegundo después de que los gemelos White hubieran chasqueado los dedos para provocar la ascensión de Aeternia. Nada más fallecer el cuerpo, cada aeterniano presente en el planeta, siendo que no había aeternianos ascendidos en ese momento en Aeternia, lo cual también era beneficioso para el plan de Adam e Eve, que falleciera entraría en un estado de letargo sin soñar que sería puramente espiritual medio nanosegundo después de forma automática. Es hora de cerrar con llave y tirar la llave. Ya no hay vuelta atrás, pues es el final de la franquicia. Gracias a todos los que me han apoyado hasta ahora y, sobre todo, a vosotras dos. Tú en especial has sido mi mayor apoyo hasta ahora con respecto a todo este asunto de escribir las historias ambientadas en estos universos. Eres además una persona que ha hecho mucho más por mí a lo largo de toda mi vida hasta justo ahora. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. En cuanto a ti, debo decir que me ayudaste mucho a tu manera. Eres la segunda persona que más ha apoyado a mi persona en este camino tan largo y tan duro de creación de universos. Hasta aquí llegan las notas de autor finales y hasta aquí llega esta gran franquicia de la que estoy tan orgulloso.

29. April 2023 11:31 0 Bericht Einbetten Follow einer Story
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Das Ende

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