El sonido del móvil hizo que el chico de cabello castaño claro se incorporara del sofá con miedo. Estaba esperando una llamada importante desde hacía varios meses, y tenía el mal presentimiento de que esa era la llamada.
Se levantó de su cama y con el vello erizado por los nervios, se dirigió a la mesa para coger su teléfono.
Aquel número no estaba en su agenda lo que solo confirmó sus sospechas.
Descolgó el teléfono y con un leve temblor en su voz contestó.
-¿Sí?
-Jay.- dijo una voz demasiado familiar para él y que no había oído en los últimos meses.- Ya han acordado el Día del Reclutamiento.
Jay sintió un pequeño escalofrío por su cuerpo. Era la llamada que esperaba.
-¿Cuándo?- preguntó titubeante.
-El 6 de enero.
Jay tragó saliva con cierto alivio pues todavía quedaban varias semanas para aquel día. Había esperado que la respuesta fuera "en dos días" o "mañana". Así que eso le calmó todo lo calmado que podía estar en aquella situación.
-Gracias.
-Van a por ti.
-Lo sé.- respondió sin mostrar un ápice de sorpresa.- Estoy preparado.
Hubo una pausa al otro lado de la línea.
-Todo va a salir bien.- continuó diciendo Jay intentando calmar al chico y también calmarse a sí mismo.- Va a ser un buen día para ti.
En realidad Jay sabía que no iba a ser un día fácil para ninguno de los dos pero no quería que el miedo dominase su cuerpo, no antes de tiempo.
-Eso espero.- comentó el chico no muy convencido.- Tengo que irme.
-Cuídate.
-Tú también.
Elena Ansan
