Podría decirse que Jungkook era la maldición de Afrodita, tan bello y angelical que era la envidia de sus dos hermanos mayores. Lo único raro, es que él aún no había contraído nupcias.
Su padre, en desesperación, había hecho un ritual caminando hacia una de las rocas más altas de aquel reino, pidiendo que su hijo menor se comprometiera con una de las bestias más atemorizantes del Olimpo.
Pero quién diría que esa "Bestia" que en las noches iba a su alcoba, era nada más que Kim Taehyung, mejor conocido como Eros.
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