mymemoriesdie_ 𝖘𝖆𝖒 𝖜𝖔𝖔𝖋𝖊𝖗

<< ㅡ¿Porqué te tardaste tanto en econtrarme? ㅡJungkook estaba sonriente... — Te extrañé, ¿sabes? >> Jungkook vive una vida de oficina demasiado pesada. Tiene tantas preocupaciones en su cabeza, como complicaciones en el corazón. La noche de su primera visita a un club nocturno se llevará una gran sorpresa. En su búsqueda de diversión y distracción, termina envuelto en el juego de un desconocido de traje rojo. Aquel encuentro hará que Jungkook comience a ver su mundo de otra forma. Partirá con un corazón roto entre sus manos, en un viaje donde aprenderá a encajar cada pieza nuevamente en su lugar. Two Shot: After Midnight Género: romance/fanfic Alto contenido homosexual (y explícito +18) Taehyung top Jungkook bottom. Mención de Hoseok [Wonho] y Kiyun. All rights reserved. (Todos los derechos quedan bajo mi autoridad) Escrita: 14-6-2018 Terminada: 16-6-2018 Editada: En proceso. NO PERMITO COPIAS, ADAPTACIONES, DERIVADOS, PDFS DE NINGUNA DE MIS OBRAS. EVITE DER REPORTADO. OBRA REGISTRADA BAJO LA POLÍTICA PRIVADA DE SAFE CREATIVE.


Fan-Fiction #93 in Bands/Sänger Nur für über 18-Jährige.

#taekook #vkook #jungkookbottom #taehyungtop #taehyung #jungkook #kim #jeon #jimin #yoongi # #twoshot
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Parte I

El movimiento de cintura del último striper en presentarse había dejado perplejo a Jungkook. Se sentía inquieto, no sabía en donde más poner la vista, esconder la cabeza, que hacer para dejar de jugar con sus manos sobre su regazo. El éxtasis le recorría por las venas, y peor aún, no estaba satisfecho incluso después de tal caliente espectáculo.


¿Y como iba a estarlo después de tremenda presentación?


A él jamás se le olvidaría el traje rojo de aquel muchacho que había visto desprenderse y desaparecer entre la multitud que revoloteaba al frente. Se podía ver la sed de deseo en los ojos de aquellas personas, en su mayoría hombres mayores. El pudo gozar cómodamente desde su asiento en un comienzo, pero a medida que el espectáculo se envolvía cada vez más en llamas, algo dentro de Jungkook comenzaba a arder también. Con el último beat de la música nacieron sus ansias por más.


Jungkook se removía inquieto en su asiento y se mordía los labios sin notarlo. Necesitaba más que solo un show de cinco minutos. Él necesitaba conocer a fondo la causa de su inquietud. En su cabeza retumbaba el nombre de aquel joven de abdominales dorados. Cuando llamaron su nombre lo anunciaron como la cereza que coronaría la agridulce noche. Todos se pusieron de pie y lo alabaron, billetes y preservativos fueron a parar a los pies de Tae con fuertes aplausos y silbidos.


Nombre de dioses, pensó Jungkook en ese momento. Y aún lo lo creía así.


Jungkook se sentía como drogado con los movimientos de Tae, envuelto en una nube del narcótico más potente que jamás haya probado. Pero, no fue hasta que sus ojos se posaron en la mirada seductora del stripper que se dio cuenta que ya había caído profundamente por él.


Cuando Jungkook piso tierra, Tae ya se había dado la vuelta y se disponía a bajar del escenario. Jungkook tomó la chaqueta que había dejado tirada en uno de los muchos sofás del local Neon y, sin pensarlo dos veces, se fue a buscar a Tae. Lo vio bajar unas escaleras por el lado derecho del escenario acompañado de otros individuos y luego perderse detrás de unas cortinas.


¿Qué haría?


¿Qué le diría?


Todo era incierto y borroso en la cabeza de Jungkook, él solo sabía que tenía que alcanzarlo antes de que le perdiese el rastro y sus poquísimas chances fueran desechadas. Correría detrás de él como una fan enloquecida tras su Idol, evitando a todo costa a seguridad y esperando llegar hasta los brazos del causante de su desorden hormonal. Él esperaría que Tae detuviese a seguridad y le regale unos minutos de su tiempo, a solas. Las escena en la cabeza de Jungkook se esfumo tan pronto como apareció.


Fantasear no le compraría un boleto a la montaña rusa en la que estaba por montarse, pero si el dinero. Llego hasta la banda de seguridad y se paro derecho, sacando todo el atrevimiento que jamás había mostrado, se puso serio y tomo su billetera. De esta salió un billete de 100 dólares que terminó en el bolsillo del guardia.


El gorila tendría que medir al menos dos metros, y era el doble de ancho que Jungkook. Aún así, el se puso una máscara de coraje y no se dejo intimidar, o al menos no mostró lo aterrado que se sentía al estar sobornando a alguien por primera vez en su vida.


¿Qué es el sentimiento de miedo cuando el deseo es mucho mayor? Este se elimina para dar paso al coraje y la locura, una combinación peligrosa en manos equivocadas.


El guardia negó con la cabeza y Jungkook creyó que era el fin del juego, Game Over. Pero contrario a su pensamiento, el guardia enseguida quitó la banda y se volteó tres segundo; pretendió no ver a Jungkook e ignorar su existencia. Esos segundos fueron los que Jungkook aprovechó para colarse dentro de los camerinos. Al pasar, le dio una palmada en la espalda al guardia, una sonrisa de victoria se plasmó en su rostro y luego se perdió detrás de las cortinas, buscando a la fuente de su deseo.


Retrocedió unos pasos al caer en cuenta que de verdad estaba perdido, los pasillos eran angostos y giraban aquí y allá, haciendo fácil que Jungkook terminará desorientado en medio de un cruce de cuatro caminos. El lugar olía a sexo y dinero, por donde quiera que mirase podía sentir una energía muy fuerte atraiéndolo.


Ya era tarde por la noche, muy tarde; eso explicaría porque ya no había mucha gente tras bambalinas. Jungkook salió de la oficina alrededor de las diez, ya eran casi las dos de la mañana cuando miró su reloj. Verdaderamente se había quedado idiotizado por los diferentes chicos que se presentaron, pero solo uno de ellos embrujaría su cabeza y perturbaría su pensamiento, a tal punto de hacer cosas que jamás se le hubiesen cruzado por la cabeza sería capaz de realizar. Era su primera vez en club como este, y tenía por seguro que jamás olvidaría esta noche.


¿Dónde estás?, pensó.


Y como si Dios hubiese escuchado sus plegarias, o más bien Satán sus suplicas, sintió a alguien aproximarse. Escuchó pasos detrás de él, tragó saliva y se relamió los labios de la ansiedad que le causaba la situación.


La noche recién comenzaba para ambos jóvenes.


ㅡDisculpa, ¿estás perdido? ㅡEra una voz dulce pero provocadora, melodiosa, Jungkook podría vivir escuchando aquella voz el resto de sus días. No necesitaba verlo para saber que era él, lo sentía, y no solo Jungkook, también su ya no tan pequeño compañero de juego en aquellas solitarias noches donde se veía obligado a auto-complacerse.


Se dio la vuelta para confirmar que la persona era Tae, y efectivamente no se equivocó, si era él. Por un puto demonio que si era él, de vuelta en ese excitante traje rojo que tanto le gustó a Jungkook. En su cabeza se preguntó como había hecho para recuperar el traje que había caído entre la alocada multitud. Esa duda se disipó al ver que Tae esperaba una respuesta. Rápidamente formó una oración en su cabeza, conectó palabras como pudo y soltó la primera excusa que se le ocurrió.


ㅡLo siento, me perdí buscando los baños.


Jungkook ya no podía evitar quitar la vista de sus abdominales al descubierto. Tae no llevaba nada debajo del saco, lo que también dejaba ver parte del tirante de su ropa interior. Claramente Jungkook leyó "the power" bordado en el tirante del a tela negra. Eso solo sirvió para calentarlo aún más. Su vista subió hasta los labios carnosos del moreno, se imaginó mil un escenarios en tan solo un segundo. Sus más bajos instintos carnales estaban reprimiendo su característica cordura y compostura, lo cuál calzaba perfectamente en el perfil de Jungkook. Un hombre de negocios, muy exitoso, sereno y consiente de los riesgos que cada una de sus decisiones traería. Lo que quiere decir que podía controlar cualquier situación, nada se le iba nunca de las manos. Pero tan solo no podía controlarse en presencia de semejante dios.


¿Cómo iba a hacerlo?


¿Quién podría culparlo?


Tae estaba allí en frente de él, con los brazos cruzados y examinándolo con esa potente mirada suya, de arriba a abajo, recorriendo el cuerpo de Jungkook que no dejaba de mostrar lo extasiado que estaba.


ㅡEstá bien. Sígueme. ㅡJungkook se quedó helado un instante, ¿cómo reaccionar? En realidad no estaba bien, por donde viese la situación nada de eso estaba bien o era siquiera posible que estuviese pasando.


Pero ya, para empezar, no necesitó otra palabra más para salir caminando detrás de Tae. Sin saber como, su sistema nervioso se puso de acuerdo para mover sus piernas y torpemente se fue detrás del striper. Giraba por las esquinas de los corredores siguiendo el embriagador aroma de Tae. Totalmente hipnotizado, ya no había vuelta atrás.


¿Qué vendría ahora?


▪ Jeon Jungkook ▪


De un empujón termino sobre el suave colchón, boca arriba, aún apreciando esos dorados y fuertes abdominales. Arrastro la espalda sobre las sábanas y apoyo mi cuerpo en mis codos para poder apreciar mejor todas las facciones de Tae.


Es imposible que esto este pasando, pienso.


El pitido de mi teléfono me devuelve a la realidad un instante. Mi primer instinto es ignorarlo, sea quién sea no es importante; justo ahora todo lo demás puede esperar. Pero al cuarto pitido decido tomar el teléfono. Lo saco del bolsillo de mi pantalón y antes de apagar el móvil veo la llamada entrante: Wonho.


Lo ignoro completamente, y es cuando Tae, en un rápido movimiento, termina sobre mi regazo, rozando mi dura entrepierna. El moreno arrebata el teléfono de mi mano con total calma y lo arroja a una silla al otro lado de la habitación. Dirijo mi mirada al inerte smartphone al otro lado de la habitación.


ㅡNo hay necesidad de integrar a alguien más, ahora solo somos los dos.


Debería estar preocupado, debería siquiera sentir vergüenza. Pero no lo hago, no puedo razonar, no puedo pensar claramente; mi mente está enfocada en algo más, más bien alguien. Bajo la vista y noto el abultado amiguito de Tae creciendo oculto por debajo de la tela, presionando la cremallera queriendo ser libre. Subo la mirada a sus ojos y siento una corriente eléctrica recorriendo mi cuerpo, bajando por mi espina a mis extremidades. Mi cuerpo tiembla, irguiéndose para volver a caer a la cama, y mi corazón comienza a latir de manera desenfrenada.


Una de sus manos cae al lado de mi cabeza, en seguida la otra lo hace de igual manera por el otro lado, aprisionándome entre sus fuertes brazos. Acerca sus labios a mi rostro. Oigo su respirar, ligero y contenido. Está muy cerca de mi mejilla, sus labios y lengua saborean y palpan su camino hasta mi oído. Muerde ligeramente mi lóbulo y un suspiro brota de mi boca.


ㅡDéjalo, ¿o acaso te preocupa? ㅡPor un segundo no entiendo lo que quiere decir, pero es el insistente pitido de mi celular lo que me hace recordar.


ㅡNo, está bien ㅡdigo a duras penas, intentando tomar un respiro.


Mentira, no lo está.


En un abrir y cerrar de ojos mis muñecas son tomadas por sus manos. Mis piernas se agitan y se doblan hasta chocar con su trasero y espalda. Me retuerzo aún más cuando presiona su cuerpo contra el mío. Puedo sentir su fuerte miembro rozar el mío. Mis cinco sentidos se ponen en alerta, primero mi piel reacciona, se me erizan los vellos y me vuelvo cada vez más sensible con su toque. Un hormigueo viaja por toda la superficie de mi cuerpo hasta estremecer los últimos cimientos de cordura que yacían en mi.


Cuando sus labios tocan los míos me embriago con su sabor, su boca sabe a nicotina y moras. Su lengua se abre paso tomando el control de la situación, se mueve con gentileza al principio, pero a medida que me ajusto a su ritmo va tomando fuerza y se vuelve feroz. Cuando nos separamos, un hilo de saliva queda en el aire uniendo nuestras bocas, sus penetrantes ojos oscuros me dicen que esto apenas está empezando. Vuelve a atacar ahora con más ganas, me devora completamente. La segunda vez que nos separamos retrocede mordiendo mi labio inferior, lo hace brusco y de mi boca sale otro suspiro, prácticamente un gemido de placer. Sus manos siguen sosteniéndome con fuerza, tal cuál león devorando a su presa, no me dejará ir hasta que no quede nada de mi más que huesos.


Hay una canción de fondo. No sé cual es, pero el la puso una vez que caí en su red, el sonido, el ritmo, las melodiosas voces que corean un dialecto muy familiar para mi, y por los obvios rasgos asiáticos de Tae también lo es para él. 괜찮아 괜찮아... Un momento, eso es, es la canción que presentó con el show de hace rato. Mi cuerpo tiembla nuevamente, no solo por las caricias de Tae, si no también por el retumbar de los altavoces, los cuales vibran y se oyen fuertemente en la habitación a pesar de que el volumen este bajo.


La tercera vez que abre una brecha entre nosotros es para ir más abajo, atacará a la yugular. Siento un rastro de saliva formarse en el contorno de mi boca, lamo mis labios. Tae se desliza por debajo de mi mejilla hasta mi cuello y aprovecho para hundir la cabeza en su cabello. Huele como a menta fresca y cedro, como un día de verano en el bosque. A estas alturas mi respiración ya se ha vuelto pesada y sus besos y caricias están comenzando a pasar factura. Regresa mordisqueando por el rastro de saliva que dejó de regreso a mi boca.


Su mano derecha se mueve hasta mis ojos, los cuales los tengo cerrados fuertemente, mientras su mano izquierda aún sostiene una de mis muñecas duramente contra el colchón. Con una extremidad libre soy capaz de llegar a su nuca y empujarlo más hacia mi. Nos volvemos un enrollo de éxtasis y deseo. Nunca he besado a nadie como lo hago con Tae justo ahora, cada segundo que pasa es una probada más de su dulce pecaminoso ser.


Mi mano baja al cuello de su saco, al notar esto, él hace un hombro para un costado dándome pase a jalar del saco hacia abajo. Retira su mano de mis ojos, para colocarla en mi abdomen y hacerse camino hasta el botón de mi pantalón, el cual queda desabotonado en un rápido y ágil movimiento de dedos. Hunde su cara de vuelta en mi cuello, atacando el lado que aún no está marcado por sus besos. Mientras, yo sigo tirando desesperadamente de su cuello hacia atrás dejando libre parte de su espalda, lo suficiente para que pueda tantear y sentir sus tensos músculos.


Me toma desprevenido al erguirse, tomándome por la espalda con su brazos y sentándome sobre la cama. Sin retirar sus labios de mi cuello, tira los brazos hacia atrás, sacándose el saco y arrojándolo al suelo. Me arroja con gentiliza de vuelta a la cama, quedando nuevamente debajo de él, prisionero de sus encantos. Acto seguido retrocede, nuestras miradas vuelven a conectar, y antes de que pueda sentir su piel otra vez, Tae toma mi camisa por el medio con sus manos y ala hacia afuera con furia; algunos botones salen volando y mi pecho queda al descubierto. Hace un puño con mi camisa en su mano, enredándola y torciendo hacia arriba; mis brazos suben por arriba de mi cabeza. De alguna forma mi torso queda completamente desnudo, mientras me distrae con sus besos desenfrenados llega hasta los puños de la camisa, los cuales no retira, y con el embrollo que ha hecho con la prenda amarra mis muñecas.


Mi corazón quema y siento que me voy a enfermar. Sin intentase hablar en este momento, juro que no sabría como, movería la boca sin sentido alguno. Me acabo de volver adicto a esta droga llamada Tae. Y solo quiero seguir consumiéndola hasta la sobredosis. Sus palabras también han desaparecido, lleva ya un rato desde que alguno dijo algo.


ㅡTe siento Jungkook ㅡdice con el aire entre cortado, como leyendo mi mente, como si pudiera saber cuanto me enloquece el dulce sonido de su vozㅡ. Está bien, siento tu corazón y puedo decir que lo conozco aunque seamos completos extraños. Está bien, ya no puedes cambiar el curso de las cosas. Esto realmente está pasando y está más que bien.


Sus palabras son como fuego quemando mi alma, marcando mi cuerpo y consumiendo mi espíritu. Ya es tarde, muy tarde, he caído por él, estoy fuera de control y no hay vuelta atrás.


ㅡEs cierto. Está pasando y está más que bien.


ㅡLo está... Juguemos.


Después de decir esa última palabra caigo en la cuenta de que ha atado mis manos con mi camisa, me ha esposado a la cabecera de la cama y no puedo hacer más que agarrarme de esta. Bruscamente me toma por la cintura y me da vuelta, mi cara se hunde en las almohadas tensando mis brazos. No me voy a engañar, mis muñecas duelen al igual que mis hombros, pero es placentero a la vez. Palmea mi trasero una vez, luego otra y otra. Frota su bulto cerca a mi entrada, luego con un potente manotazo golpea mis nalgas una vez más. Un grito se me sale, lo cual parece excitarle más ya que repite el golpe. Y otro y otro más. No necesito verme para saber lo rojo y agitado que debo estar. Y no me refiero solo a mi rostro.


Me obliga a levantar el culo, dejándome en cuatro sobre mis rodillas y codos, con las manos adoloridas atadas sobre mi cabeza y totalmente vulnerable. En seguida baja mi pantalón junto a mis boxers de un tirón dejando al aire mi erguido miembro, lo toma con ambas manos y comienza a masturbarme mientras se acuesta sobre mi, con sus labios mordisqueando mi nuca y su miembro frotándose cada vez más cerca a mi entrada. Sus dedos envuelven mi miembro de arriba abajo y con su índice frota mi glande. Un gemido se me escapa, más de uno a estas alturas del juego, y siento un fuerte pellizco sobre mi omóplato derecho, hundo la cara entre mas almohadas y me obligo a no hacer sonido alguno. Ahora sé que eso lo provoca a jugar cada vez más brusco. Sus manos recorren todo mi torso y sus labios acarician la piel de mi espalda.


Ya lo puedo sentir casi dentro de mi.


Sin advertencia alguna dos de sus dedos ingresan en mi boca, hago lo que espera que haga, los lamo y humedezco bien. Jugueteo con ellos con mi lengua, jadeando y llenando de saliva mi rostro. Esos mismos dedos viajan hasta mi parte trasera luego de unos intensos segundos y Tae palpa mi entrada antes de introducirlos. Pasa sus dedos de un lado al otro, acariciando mis muslos. Y sin anestesia introduce los dos dedos que previamente estuvieron en mi boca.


Estoy perdiendo el control total sobre mi, lo he cedido a un hombre que apenas conozco. No puedo culparlo por nada de esto. Yo me lo busqué por mi cuenta. Desde el comienzo sabía que yo lo insté, yo fui quién lo siguió y sobornó al guardia para colarse en los camerinos. Pero fue él quién me encontró perdido dando vueltas por los estrechos corredores. Ahora pago las consecuencias de mis acciones. Un pago que he estado más que dispuesto a aceptar desde el momento que puse los ojos en él. No pasa mucho hasta que siento un tercer dedo retorcerse dentro de mi. Ágilmente Tae se abre paso y me prepara apropiadamente para lo que se viene.


ㅡCreo que ya estás listo, my boy.ㅡÉl toma la delantera retirando sus de mi, no sin antes empujarlos fuertemente una última vez, haciéndome gemir contra las almohadas otra vez. Escucho su cierre bajar, luego la tira de sus boxers estirarse y el golpe seco que hace su miembro al escapar de la tela. Oigo un plástico rasgarse y una vez en posición, y sin previo aviso, inserta su miembro en mi trasero. Un ligero gruñido de dolor se me escapa y Tae comienza con el vaivén, entrando y saliendo de mi con suavidad. Mientras yo comienzo a gemir cada vez mas audiblemente.


ㅡEstá bien ㅡdigo casi susurrando, tan bajo que es imposible que me haya oído.


ㅡEste es el juego, mediremos tu resistencia. ㅡAprieta su agarre y se hunde fuertemente en mi, un ruidoso gemido escapa de mis labios.ㅡ Cada vez que digas play, yo diré boy, ese será mi detonante. Mientras más te contengas más rápido iré para ha jmcerte gritar, mi niño. ㅡSiento sus dedos apretar uno de mis hombros y su boca se acerca a mi oído una vez más. Vuelve a penetrarme desprevenidamente.ㅡDi play cuanto quieras y verás de lo que soy capaz. Juguemos.


No puedo hablar, se me es imposible pronunciar palabra alguna. Me muerdo los labios y jadeo levantando la cara para tomar aire. Entonces es cuando su pelvis empieza a chocar con mi trasero bruscamente. Las estocadas son cada vez más rápidas y menos indoloras, en cuestión de nada el dolor se vuelve placer, y el placer abre paso a una infinidad de cosas que puedo permitir, y quiero, que Tae haga conmigo.


Es cuando lo digo, entre gemidos y la falta de aliento, lo digo antes de darme cuenta que estoy hablando hecho todo un manojo de nerviosㅡ ...play.


Una de sus manos se posiciona en mi abdomen y la otra en mi cabello. De una estocada me tumba a la cama tirando de mi cabello, un grito es ahogado por cuando sus labios impactan los míos. Lentamente comienza a entrar y salir de mi otra vez sin dejar de besarme. Su mano sube por mi pecho recorriendo con sus yemas mi piel hasta mi cuello y cierra su brazo alrededor de mi cuello, asfixiándome levemente.


ㅡ ...boy ㅡsusurra como si fuera un secreto que no quiere que nadie más que yo sepa.


Entre éxtasis y caricias lo vuelvo a decirㅡ Play.


ㅡ..boy ㅡdice contra mis labios.


ㅡPlay... ㅡrepito. Nuevamente sube la velocidad, ajustando su agarre y obligándome a levantar el culo para que pueda presionar e introducirse más. Lo hago, aferro mis piernas a las suyas y y trato de darle la mayor accesibilidad posible.


ㅡ...boy ...boy ...boyㅡ estoy tan mareado y excitado por el buen sexo que estoy recibiendo de este Dios que pierdo por completo la noción del tiempo. Pierdo conocimiento de que hago aquí y como llegué. No recuerdo quién soy, de donde vengo. En el fondo de mi cabeza hay un nombre, una tercera persona que queda desplaza de todo esto. No puedo recordar, no puedo pensar. Mi mente se queda en blanco, todo se desvanece. En este momento somos solo dos personas en una habitación entregadas completamente al placer, dos desconocidos que acaban de probar el placer de la tentación, dos cuerpos que coincidieron en el mismo lugar y encajan perfectamente juntos.


〰〰〰〰〰〰〰〰〰〰


Jeon Jungkook despertó con el pitido insistente de su alarma, con una resaca que jamás olvidaría, aún cuando no había bebido mucho la noche anterior. Al estirar el brazo para buscar el teléfono sobre la mesita de noche y apagarla, notó dos cosas: primero, que no había regresado a su apartamento y ahora se encontraba en una cama ajena; y segundo, que no era su teléfono, ese ni siquiera era el tono que Jungkook había seleccionado para despertar.


ㅡ¿Qué me pasó? ㅡlo que él creía fue un pensamiento, en realidad lo dijo en voz alta. La cabeza le daba vueltas y por alguna razón que no lograba entender le dolía todo el cuerpo, en especial las muñecas y el cuello. Y sentía una molestia grande en su trasero, la cuál no se le iría hasta dentro de unas horas.


ㅡCreo que alguien te drogó anoche, estabas demasiado ido como para marcharte ㅡDijo alguien en tono de broma a su espalda. Esa voz, la agridulce melodiosa voz que lo había atrapado y su dueño estaban justo detrás de él.


Fue cuando todo le volvió de golpe.


Estaba desnudo en la cama del striper estelar del club Neon. Había tenido el mejor sexo de su vida, y no se trataba de cualquier muchacho que se desnudaba por un par de dólares. Algo en Tae había perforado dentro de Jungkook lo suficiente como para despertar un hambre insaciable por el moreno. Jungkook giró sobre si mismo, jalando las sábanas para tapar su vergüenza y repentino enrojecimiento, dejando al descubierto parte del torso de Tae. Observaba con detenimiento el rostro que tanto lo había cautivado, confundido y avergonzado. El Jungkook cauteloso y con falta de tino para socializar había regresado.


ㅡ¿Me drogaste? ㅡInmediatamente se arrepintió de lo que dijo, no era si intención acusarlo de tal crimen. Solo que aún no podía pensar con claridad, el hecho de que sentía como si le taladraran el cerebro tampoco ayudaba mucho que digamos.


ㅡNo. Probablemente algún cliente del club ㅡentre risas Tae recostó su codo sobre la cama colocando su cara sobre la palma de su mano, sus ojos estudiaban a Jungkook detenidamenteㅡ. Lo siento por eso, hay cosas que escapan de mi control. No puedo tener un ojo sobre todo lo que pasa en mi local. Pero por tu estado de anoche diría que alguien puso una pastilla de éxtasis en tu bebida.


ㅡ¿Tu local? ㅡnuevamente habló sin pensar.


Tae se relajó y levantó su cuerpo hasta quedar sentado con las piernas cruzadas, las translucidas sábanas apenas si lo cubrían.ㅡ Kim Taehyung, dueño del Neon, un placer. Tae es mi nombre de escenario, por si te causa confusión ㅡdijo Taehyung estirando una mano cortando el espacio entre él y Jungkook. El mayor dudo por un segundo antes de estrechar la mano del moreno. Jungkook se relajó y dejó parte su muro de defensa. Tomó una bocanada de aire y unos segundos para que se sintiera cómodo, como lo había estado anoche, en presencia de Taehyung.


ㅡ Jeon Jungkook ㅡel menor le dedicó una sonrisa.


Cualquiera que no lo conociese diría que Jungkook se había levantado nervioso y arrepentido de lo que había hecho. Pero el tenía la creencia que cuando una decisión es tomada, no hay vuelta atrás, así si fuese una mala decisión vería la forma de darle la vuelta y sacarle el mayor provecho posible. Por esto mismo no había rastro de arrepentimiento en su cabeza, por otro lado, recordó a Wonho y los años que había pasado con él. Jungkook se había levantado esta mañana con el corazón aún roto y dolido por el engaño de Wonho. Ahora el había hecho exactamente lo que el otro, lo que no lo volvía mejor persona, pero tampoco peor.


Sea buena suerte o un evento desafortunado, ya estaba hecho. Había rotó la mínima posibilidad de reconciliación con Wonho. A pesar que fue la culpa del ex amante de Jungkook, por mentirle por semanas respecto a su exclusividad como pareja. En efecto, Wonho se había encontrado a alguien más para follar. A Jungkook lo que realmente le molesto es que fuese con un amigo cercano de ambos más que la traición en si. Pero ya, a penas se enteró había corrido de la oficina directo a ahogar sus penas en un bar, y luego, engatusado por el brillo del cartel del local de en frente se armó de confianza para entrar al club para adultos.


En su cabeza la escena daba vueltas y vueltas. Nadie tuvo que decirle lo que pasaba con Wonho. Él más alto, estúpidamente, se encontró con su amante en su oficina, la cuál estaba unos pisos más abajo que la de Jungkook dentro del mismo edificio. Cuando creyó que Jungkook estaría hasta tarde revisando y firmando papeles como era de costumbre, él menor salió antes para sorprenderlo. ¡Pero vaya la sorpresa que se llevó Jungkook! Herido, huyó del lugar.


Una densa neblina seguía nublando su juicio, pero ciertas cosas estaban definidas viese por donde las visese. No volvería con Wonho, y definitivamente no iba a dejar que eso le afecte de ninguna manera. Aunque ya era muy tarde para lo segundo. Lo de un clavo saca otro clavo pareció funcionar por la noche, pero ahora dudaba de sus impulsos, potenciados por la droga y el deseo.


ㅡTaehyung, lo siento. Yo no soy así normalmente, pero justo ahora... ㅡempezó a decir Jungkook.


ㅡNo. Guárdatelo. No necesito explicaciones. Fue el mejor sexo que he tenido en años, es todo lo que necesito saber. ㅡDo no terminó de hablar antes de que el menor lo interrumpiera, no intentaba dar explicaciones. Por el contrario, estaba nervioso y ansioso porque quería repetir lo de anoche, una y otra vez.


ㅡYo, eh... ㅡprosiguió sin saber como explicar sus sucias intensiones.


ㅡ¿Aún tienes ganas de ir al baño? ㅡTaehyung obviamente lo estaba molestando. Mierda, recordó la excusa que le había dado por estar vagando en los pasillos privados del establecimiento. Después de una pequeña charla, y una que otra mentirilla, ambos se vieron de camino al departamento de Taehyung, que resultó ser el segundo piso del local. Jungkook se sonrojó nuevamenteㅡ. Puedes tomar una ducha, o coger algo de la cocina. Sírvete, limpia y luego te puedes ir si eso quieres. ㅡLa forma en que Taehyung pronunció si eso quieres luego de decirle que se vaya era todo lo que Do necesitaba para amarse de confianza y traer de vuelta al Jungkook de anoche.


Tae tenía los ojos cerrados, sus brazos cruzados por detrás de su cabeza se apoyaban en el respaldo de la cama. Jungkook no podía quitar los ojos de su escultural cuerpo, por más que se obligase no podía evitarlo. Se mordió el labio y en un rápido movimiento se montó sobre el regazo de Taehyung, levantando el mentón del otro con una mano y hundiendo sus labios en los del otro. Instintivamente Taehyung llevo las manos a la espalda de Jungkook para traerlo más cerca. Se separó un instante para poder hablar.



ㅡ¿Qué fue eso?


ㅡDijiste que me podía servir, ¿no?ㅡ respondió Jungkook. Los amantes siguieron besándose como si no se hubiesen visto en meses después de mucho tiempo de estar casados, cuando la realidad era que apenas habían pasado horas de su primer encuentro. Jungkook reconocía que ese ya no era él, ¿qué tanto pudo haber cambiado en una noche? El impacto de Taehyung realmente había sacado a flote un lado de Jungkook que ni el mismo conocía.ㅡ Luego dijiste que limpiara, ¿no es así? ㅡTaehyung asintió moviendo la cabeza como si de un cachorro se trataseㅡ. Espero que tu ducha se amplia entonces.


ㅡCon tu maravillosa esencia quien no lo estaría.


Fue lo último que se dijo para que ambos volvieran al ataque. Era difícil decir donde comenzaba uno y terminaba el otro en tremendo embrollo. Muchas cosas aún eran inciertas dentro de la cabeza de Jungkook, pero esas incertidumbres podían irse a volar por un día. Ahora solo disfrutaría y se daría el lujo de dejarse llevar por sus instintos una vez en su vida, en lugar de pensar dos veces antes de actuar. Por primera vez podía permitirse ser egoísta y sólo importaría él, nada más que él y el chico por el que había caído profundamente, el playboy que lo había arrastrado a un nueva versión de él.












Para aquellos que no sean fan de Monsta X o no los conozcan Lee Hoseok es Wonho porq es su nombre artístico antes era miembro de esa banda de kpop y Kiyun es un miembro activo de ahí.



1. November 2022 22:39 3 Bericht Einbetten Follow einer Story
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Lucia González Lucia González
Tremendo AMEEE
December 02, 2022, 19:25
Nico Nico
Amo
November 28, 2022, 06:39
𝑲𝒉𝒂𝒐𝒔 👑 𝑲𝒉𝒂𝒐𝒔 👑
Mueve tus caderas. Casi canto mueve 🎶🔥😏😎😌😅🎶
November 05, 2022, 02:39
~

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