Taehyung miraba la televisión con su tío, Zi. Su papi Jimin le había pedido que lo cuidara en lo que él regresaba del mercado.
Su papi Yoongi estaba en el trabajo y él estaba aburrido. Comió una de las galletas que su tío le puso en su platito nuevo de Kumamon y tomó de su lechita tibia.
La puerta sonó.
— Tío Zi, alguien está tocando la puerta.— El niño le tocó el hombro para llamar su atención del celular.
— Bien, no te muevas de aquí.— Ordenó y cubrió el cuerpo pequeño del niño con la manta. Si bien tenían la calefacción, sus pies se sentían fríos.
El omega caminó hacia la puerta, esperando encontrar a su cuñado enojado por hacerlo esperar cargando las bolsas de las compras que hizo.
»— Creí que ibas a seguir insistiendo como el martes pasado.— Se burló una vez que abrió la puerta.
Grande fue su sorpresa al no reconocer a la persona que estaba afuera.
— Hola, lamento molestar.— Dijo el chico rascando su nuca.— ¿Sabes si está tu vecino?— Señaló con su mano a su derecha.— Apartamento cuatrocientos nueve.
— Oh, no, no estoy seguro.— Negó. Jamás le daría información a un desconocido de Jimin.— Tal vez está trabajando, tengo entendido que sale después de las ocho.
— Muchas gracias.— Hizo una reverencia y se dio la vuelta.
Woozi esperó a que el desconocido saliera del pasillo para cerrar la puerta.
Con rapidez puso una silla atorada en el cerrojo de la puerta y corrió a la sala para tomar su celular. Todo con una calma que alteró al niño.
Parecía que su tío estuviera a punto de gritar. Ya que estaba temblando y sus movimientos eran bruscos.
— Tae, bebé, ve a la habitación de Papi Yoongi y prende el televisor, iré en un momento.— Le ordenó.
El niño asintió confundido pero no dijo nada. Solo vió como tecleó en el celular muy brusco, para luego pegar su celular al pecho.
×
Un chico extraño vino a preguntar por Jimin.
×
El mensaje marcó enviado con las palomitas y el visto en segundos.
×
Estoy saliendo del estudio.
×
Yoongi no sabía de quién se trataba. Si bien podía ser un abogado, no creía que eso fuera posible. Eran las ocho de la noche, nadie trabajaba a menos de que fuera un trabajo a medio tiempo.
.
Yoongi llegó dos minutos antes que Jimin. El omega había golpeado con fuerza la puerta pidiendo ayuda. Woozi abrazó a Jimin aún teniendo las bolsas encima.
— Ayúdame, me duelen los dedos.— Se quejó.
— ¿¡Porqué tardaste tanto!? ¡Te fuiste dos horas!— Le regañó el omega menor.
— Te dije que mañana es el cumpleaños de Tae.— Le regañó empuñando las bolsas para seguir caminando.— Le dije a Yoongi para que fuera por mí, pero creo que lo olvidó.
El pálido dejó al cachorro en el suelo y corrió hacia su pareja. Lo abrazó con fuerza.
— ¿Estás bien?— Preguntó revisando su ropa de arriba abajo.
— ¿Sí, por qué no lo estaría?
— Debes tener cuidado.— Le regañó.— El bebé debe ser tu prioridad.
A Jimin le molestaba eso. Que Yoongi siempre pusiera a los demás por encima de ellos mismos. Además, ninguno estaba seguro de que estuviera en cinta, solo se había desmayado por evitar comer casi dos días seguidos.
— Amor, aún no sabemos si hay bebé.— Le regañó.— ¿Y porqué tanto escándalo? ¿A quién robaron?— Jimin sintió sus piernas ser apresadas por dos pequeños y gorditos brazos.
— Bebé, vamos a la habitación.— Woozi le pidió a Tae, estiró la mano y esperó a que el niño le siguiera.
Una vez que se quedaron solos, Yoongi suspiró.
— Vino un hombre preguntando por tí.— Dijo.
— ¿Un hombre? ¿Qué? El abogado no me ha enviado correo de aviso o llamado para la notificación.— Se sentó en la silla alta y esperó a que su novio hablara.
— Dijo Woozi.— Le enseñó su celular con los mensajes.
— ¿Quién será?— Preguntó preocupado.
Jimin no tenía muchas amistades. No convivía con nadie que no fuera Hoseok en su trabajo, o su mejor amigo y pareja. De ahí en fuera, no tienen un contacto cercano.
— Voy a revisar la cámara de la puerta.
Jimin miró a Yoongi con los ojos un poco más abiertos de lo que eran normalmente. En lo que el alfa le movía a su laptop, él acomodaba las cosas en la cocina que había comprado.
Si bien ambos eran una pareja desde hace un mes. Aún vivían separados. Yoongi estaba seguro de que Jimin estaba en cinta, era otra razón para insistirle de que se quedara con ellos.
— ¿Encontraste algo?— Preguntó desordenado su cabello. En una acción de distracción para llamar su atención. Pero no la tuvo directamente, sino, una pregunta.
— ¿Lo conoces?
La mirada de Yoongi estaba fija en la pantalla. Y la de Jimin también.
— ¿Wen Junhui?
La pronunciación perfecta de Jimin le sorprendió a Yoongi.
.
— ¿Mi papi alfa?— Taehyung estaba sentado frente a Jimin, y justo a lado de Jimin, estaba Yoongi con el ceño fruncido.
— Sí mi amor.
— ¿Tengo otro papi?
— No.— Yoongi negó.— Ése hombre es solo otro alfa, no es tu padre.
— ¿Entonces?
— Solo necesito que no le hagas mala cara si llegas a verlo, y necesito que me lo digas si lo haces.— Jimin se sentó en el suelo. No sabía cómo hablar con su hijo que en una hora cumplía cinco añitos.
— ¿Es una mala persona?
— No podemos saberlo, él fue buena persona conmigo.— Jimin habló. Tenía miedo de lo que Yoongi pudiera pensar de él al hablar de Jun.
Sin embargo, tenía una buena razón.
Podría entrar en pánico y terminaría llorando si él hablaba con su pequeño. Todo se vendría abajo con recordar cómo era su relación. Lo último que le había dicho.
"— Serás gordo y feo, aborta."
Y Jimin le había pegado con el bate de Jin. Que en aquel año y medio, vivía con él.
— Bebé, si viene a decirte algo extraño, o si te da un dulce...— Jimin tomó la manita de su pequeño.— No lo aceptes, puede ser muy malo.
— Está bien papi.— El niño sonrió estirando sus bracitos para abrazar a su padre.— ¿Me puedo quedar con papi Yoongi?
— Hoy se van a quedar aquí.
— ¿También el tío Zi?— Preguntó con sus ojitos grandes, brillosos por la emoción.
— Él salió con el tío Seung.— Respondió el alfa.— Y vendrá hasta dentro de dos días, pero tengo algo para tí de parte de él.
Yoongi se puso de pie. Su molestia ya no estaba ahí, no podía enojarse con ellos cuando realmente ninguno tenía la culpa. Caminó a la habitación de Woozi y tomó el regalo del armario.
Taehyung brincó de la emoción al ver el bonito papel de Kumamon que envolvía el regalo.
— ¡Kumamon!— Gritó feliz. Jimin que estaba sentado a su lado solo pudo verlo feliz.
Su omega estaba orgulloso de su pequeño cachorro. Era su razón de vivir.
.
Taehyung durmió esa noche abrazado a su nuevo peluche de Kumamon. Era tan esponjosito, suavecito y calentito. Tanto que su papi Yoongi se lo quitó una hora y luego se lo regresó.
Su cumpleaños fue mejor de lo esperado.
Su papi Yoongi lo había llevado al parque de diversiones y su papi Jimin le había comprado lo que él quiso. Además del rico pastel y delicioso pollo que le gustaba. ¡Y los bonitos regalos!
Su papi Jimin le había regalado una pijama con caritas de Kumamon, con muchos peluches y juguetes, cochecitos y un perfume que lo hacía oler como todo hombre galán de telenovela.
Su papi Yoongi le regaló una tableta electrónica, algo que su papi Jimin le negó por lo pequeño era pero terminó aceptando. Con tal de no desvelarse y portarse bien.
Al regresar a casa la pareja estaba cansada, el cachorro iba dormido en los brazos del mayor y Jimin se sentía morir. Todo su alimento del día terminó en el inodoro.
Se sentía de la patada.
— Estás en cinta.
— No Yoongi, no.— Se negó.
— El negarte no te va a quitar nuestro bebé.
— Comí mucho, no puedes asegurar algo que no sabemos si está.
Y Jimin lloró.
Tres días después.
Tenía los resultados del laboratorio en sus manos. Estaba fuera del apartamento de la casa de su novio. Era positivo.
Y justo en ése momento.
Llegó él.
— Quiero la custodia.
Jimin escondió la hoja detrás de él.
Eso no podía estarle pasando.
Vielen Dank für das Lesen!
Wir können Inkspired kostenlos behalten, indem wir unseren Besuchern Werbung anzeigen. Bitte unterstützen Sie uns, indem Sie den AdBlocker auf die Whitelist setzen oder deaktivieren.
Laden Sie danach die Website neu, um Inkspired weiterhin normal zu verwenden.