Salió de vacaciones, ahora era libre y podía desvelarse.
Conocía el plan de sus padres.
Ir al bosque y hospedarse en la casa que les dejó la abuela Park. Cómo todos los años.
Iban a disfrutar del silencio y aire libre, de estar solos.
Pero no ése año.
— ¿Me estás diciendo que la casa va a estar llena?— Preguntó incrédulo. Él, con diecisiete años, sabía que era estar en un lugar lleno de gente, cero silencio, cero descanso.
— Amor, tus hermanos ya no están tan pequeños y tener compañía nunca está mal.— Le recordó mientras acomodaba las cosas sobre la mesa.— Además, es aburrido ir solos, nunca sales y yo también me aburro.
Era su madre, no podía contradecirla.
— ¿Cuándo nos vamos, y por cuánto tiempo?
— El viernes a primera hora y nos iremos lo que resta de vacaciones.— La escuchó fuerte y claro.
Esperen... ¡Si él salió ése lunes de vacaciones y era miércoles en la noche, entonces.. ¿Se iba a tomar todo el jueves para empacar para irse dos meses?!
Sintió que alguien lo abrazó por la cintura y miró a su hermano de seis años. Le sonreía mostrando esas ventanas por lao dientes faltantes, a lo lejos, estaba Nayeon; callada y sumisa como siempre, ella tenía nueve años.
Casi la edad de la hijo de los Min.
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