Kurzgeschichte
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El Interlocutor - Literactocinesis

[Primer Acto]


…. Y así las imágenes. El final trágico de la obra, manchada por el más esbelto arte, hace derramar varias lágrimas de rostros ya pálidos ante el cruel desenlace. El telón cayó y la lucidez poca se escurre entre las mentes que poco a poco se van desconectando. Es una obra teatral en donde todo es ficticio y la realidad logra asomar sus fauces por encima del escenario y su alma, a través del mensaje. Ya todo terminó. El público aplaude ante una serie de buenos actores que lograron transmitir lo que sienten al leer el guión. Todo estuvo bien preparado. Las caras sonrientes denotan que el espectáculo funcionó. Con la audiencia conforme ante un final inesperado. El mensaje definitivamente llegó, con un halo de realidad y mentira, de enseñanza y engaño.

Cada ser interioriza su propia conclusión y llena a su alma ya plena con lo trágico de lo que puede pasar. No es difícil, todo ahora es armonía, la triste verdad matinal se asoma y se hace ver a medida que el público se aleja de la estela mortal que aún ronda al aire. Volver a la vida rutinaria y cotidiana. Otra vez lo mismo. La magia del teatro se torna poca y peldaño a peldaño en un lugar sin vida y sin luces. Regresión. El intermedio invade la escena, en donde se ven las actuaciones más graciosas y dramáticas. La introyección en medio de la obra roza poco a poco la historia propia de cada espectador, que, sobresaltado, es tocado en una fibra interna de su ser por alguna palabra pronunciada en voz alta por algún personaje con el que esa persona se siente, o no, identificada. Es meterse de lleno en unos hechos que, seguidos, provocan la sensación tan grácil y bella que hace vibrar a las almas en pena o llenas de júbilo. El teatro es una representación de la realidad hecha ficción. Los actores se desenvuelven en su propio papel como lo harían los peces en un abundante lago sin contaminar, hecho que los mata y, siguiendo la metáfora, nada intoxica de forma externa a la obra teatral antes citada. Y todos están atentos, en un clima que favorece a la escena adecuada, a lo que va a acontecer, ¿será un final feliz o trágico en su desgracia? La introyección hacia lo más profundo de la obra que está en su punto medio. Intermedio acogedor de las almas que ya se adentraron en el relato actuado. Regresión. Está el literactor, hombre y figura que encarna en sí a la literatura que lleva en el alma y a través de la mente logra actuar y protagonizar un papel que se mezcla ya con su forma de ver a lo “literato” y su ser, de ser actor. Se prepara. A él le tocó el papel principal, es la mente creadora, el protagonista y el que más responsabilidad lleva sobre sí. ¿Qué provocará todo esta carga en un ser que solo tiene que aguantar tanta presión? ¿Cómo reaccionaría ante un público que no entienda, que no comprenda o que no se familiarice con la obra que él mismo escribió? Y su actuar, su modo de obrar ¿acaparará elogios o reproches, burlas o descontentos? Es mucho, es demasiado para un solo ser que con su forma humana momentánea domina de momento al público con su interpretación; sólo se sabe que, no la vergüenza, sino las consecuencias de sus decisiones actorales son las que afectan a los aquí presentes. La obra aún no arrancó y el miedo ya ronda el aire del dramaturgo y literactor de su propia obra. El telón no se levantó, y nuestro personaje está nervioso, tiene miedo, sabe que tiene que actuar su literatura pero se vuelve loco de un momento a otro, entra en crisis, son muchos los pedidos que tiene por encargo. Se mueve de un lado para otro. Su cara es fácil de reconocer y un espectador ya la ha grabado en su memoria, porque lo logra ver a través de un hueco que hay en la tela fina del telón que aún no se levanta. Ese agujero, esa rendija, hueco, error de costura hace la comunicación visual entre el ya enfurecido literactor, que ya perdió la razón, y el único espectador que logra verlo. La relación entre ellos es enfermiza. El miembro del público no sabe qué va a pasar. Mira a los costados y parece que él solo tiene que mirar al actor que ya se está impacientando y camina de un lado a otro, como esperando decidir qué hacer. Y la situación ya no es tan confusa. Y el hecho esperado, sin que la obra teatral arranque, se consuma. El literactor corre el telón bordó a un costado y salta encima de la butaca del único que lo miraba; y no le importó nada, ni la actitud de los demás, ni la del propio sujeto acosado. El espectador tiene ahora encima de su cuerpo a un actor (que no estrenó la obra del día), y el principal autor y actor, sobre sí, en un movimiento brusco le grita: “Lo que me constituye, todo, ahora es tuyo”. Y la visión desaparece. El literactor pierde su cualidad como tal.


[Segunda Posesión]


Y era un sueño teatral, un sueño que ya matutino o ya iluminado hizo que H se sobresalte y viva por un instante, un brevísimo instante, el olvido, para luego recordar todo lo que constituye a lo que se llamó sueño no nocturno. La matina diurna había empañado al panorama ya de por sí malo (con el buen sentido ya anteriormente acuñado a la palabra). Él, que en el sueño era el único espectador atento y atacado, se encontraba en una plaza y su cuerpo yacía despierto sobre el césped sucio de la superficie. Mientras se despejaba de su somnolencia, trató de reincorporarse y habituarse a su antigua y presente condición de vagabundo y mendigo. Nombre era lo único que poseía: H. Se paró y tuvo ante sí la más maravillosa y espectacular visión que marcará un antes y un después en su ínfima vida. Tenía enfrente suyo al sujeto que lo atacó en el sueño, el hombre (o ánima) que nunca antes había visto. Era el literactor, el autor y actor de la obra que en su cabeza de humano y de nombre “H” comenzaba con un trágico desenlace y un amargo final. Estaba frente a él, como si hubiera planeado el sueño (sus partes desordenadas), este encuentro, y cada movimiento, actitud, de toda su escasa vida. Estaba ante él. Y él lo observaba. No importa su condición corporal ni su descripción, era él mismo, el personaje nervioso que lo atacó, no había duda, estaba despierto. El ser dijo:

- Me cansé, quiero y tengo que cumplir con una misión que yo mismo me puse, ¿quién otro si no?, yo manejo y manipulo a todo y a todos acá. Por ahora soy un ente con un aspecto medio representativo, pero me cansé, es mucha carga, necesito algo que vos tenés y que me vas a conceder porque conozco y escribo a todo momento el futuro. No tenés escapatoria, ahora tu cuerpo y tu mente son un préstamo que yo mismo me hago. Soy grandioso. Sin mí la vida sería estática y carecería de sentido dinámico. Y como yo hay muchos, diseminados por el mundo, con una única (o varias) misiones: que el reloj no pare, que no deje de moverse, sino que avance o retroceda (como te pasó) pero que nunca deje de latir; nuestra tarea es manejar a las almas que no tienen nuestra calidad de manipulación, y por eso, tu alma quedará encerrada en una especie de prisión en tu cerebro hasta que yo lo decida y el estado de sitio haya terminado; ya pasé a hablar solo, H ya está aprisionado, ahora mi alma se unió a tu mente y tu cuerpo, ya existo como humano, aunque tal hecho no me agrade demasiado, pero seré mortal por un tiempo, ahora debo literactuar.

Y llamémoslé “poseedor”, ya que tiene el gran don de hacer lo que quiera y donde quiera; ya algunas voces en su cabeza se van haciendo menos, como si por algún azar se dieron cuenta de que pedían en vano. Dios y el Diablo, qué temas, qué fuerzas, qué seres, qué dos grandes energías antagónicas y complementarias. Y al poseedor momentáneo a veces, si no frecuentemente, lo atormentan voces, de un lado y del otro, que de manera engañosa aconsejan a este personaje que maneja, protege y equilibra todo para que la catástrofe grande no ocurra. Pero su condición humana no le quita fuerza, necesita una mente creadora, que trajo aparejado un cuerpo que poco le importa. Él hubiera preferido ser el viento, una planta, algún animal inofensivo o no, pero necesitaba una mente que lo ayude y lo divierta. Y la encontró. En una plaza de barrio, despoblada, sucia, con una superficie repugnante. Buscó y encontró. Tiene en sus manos algún que otro plan para salir de la rutina de manejar a todos los que le confirieron un lugar de altura, como títeres sin hilos. Unir o desunir a las personas con hechos. Programar esa llamada “evolución” para que todo parezca natural, aunque difícilmente lo sea, hay serias dudas de lo que se concibe como “natural” y evolución: es medida por él; él, que ahora actúa como un interlocutor entre ser y ser, un interlocutor invisible, en medio del diálogo, se maneja, maneja las reacciones y mide los impulsos. Sí, son todos productos, obras y consecuencias de su divina intervención. El hombre y los animales son conducidos y se encuentran por una fuerza que algunos llaman Dios cuando es bueno y “el Diablo se metió en el medio”, cuando lo horrible tiñe la situación. Nada de eso.


[Tercer Diálogo]


-¡Quiero salir! ¡Quiero salir! ¡Dejame salir! ¡Devolveme lo que me pertenece! Aunque sea impúdico y sucio, me pertenece…. ¡Quiero salir!

-(se ríe) Yo domino. Vos ahí encerrado en un conducto de tu propia mente, reducida a una pobre alma que ahora me ruega, no tenés derecho alguno. La humanidad ya me debe bastante, y eso que por ahora soy leve e indeciso al no adaptarme del todo y tener que satisfacer tu capricho odioso de escuchar tus súplicas, que unidas a otras se me hacen difícil de cumplir. Estás en un nervio de tu cerebro porque yo lo decidí, no sos dueño de tu vida, si eso que hacías era vivir, jaja!

-Tengo muchos derechos, a ver la Luna y el Sol aunque sean lo que sean, Dios me creó libre y sin dominación, de nadie; ¿por qué voy a tener que detenerme ante mis ruegos de libertad si es lo más preciado que tenemos? Era libre, era racional y material, ahora por tu culpa soy sólo un ser espiritual, dividido, aunque levemente piense al hacerte oír mis súplicas. ¡Dejame salir! Ver las mágicas estrellas, admirar los hechos de Tu bella creación, porque ahora sé que la causa y consecuencia de todo es manejada por alguien que satisface mi capricho, ¡quiero salir!

-No sabés apreciar. Tu condición anterior de humano no te dejaba ver más allá de tus ojos. La mente tuya y la de los demás tiende a cerrarse y luchar contra eso es divino, como lo soy Yo, un ser Divino, Grande, superior, y no entiendo por qué me cansé de mi anterior rutina; ¿ves?, ¡ya hasta pienso como uno de esa rara y nefasta especie que cree gobernar el mundo! ¡Ahora me transformé y siento asco, asco! Soy tu carcelero y escogí bien a mi víctima de juego, y te aclaro que no sos vos, ínfimo ser que me ruega. ¿Y me hablás de libertad? Esa palabra es una excusa religiosa de muy mal gusto y una falacia que me causa una ligera gracia ahora; nadie es libre. A todos los muevo como yo quiero, y mi trabajo aquí va a ser arduo y cansador. La transformación es casi completa. ¿Me pedís admirar las estrellas? Como si tal cosa realmente te hiciera feliz, excusas, excusas, excusas hasta el hartazgo. Y entiendo tu ahora gran interés en mis obras que traen aparejada a toda la historia que no sólo yo formé, sino que seres divinos como yo construimos para darles una pobre realidad que algunos se atreven a llamar evolución y hasta civilización. Títeres, sólo eso.

-¡Quiero volar como un pájaro hasta no dar más, y hacer que mi alma trascienda las fronteras de la verdad misma! ¡Ya el hecho de encontrarme cara a cara con el Maestro de Muñecos de Materia, me da satisfacción! Pero yo levemente, y aferrándomé a pequeñas cosas que me hacían feliz por un rato, logré que todo mi yo constituido se exprese alegre por un breve lapso. Nunca esperé la Gran Felicidad y ahora me encuentro acá, encerrado y dominado, castigado y echado a mi propia suerte; no sé si creer o no, algunas neuronas parecen unirse y ayudarme de manera escasa; estoy entregado, me rindo, no puedo luchar si no hay objetivo, me escogiste perfectamente, me resigné; ya viví mi vida y existí de una forma pequeñamente amena. De hecho, mi suerte es lo que constituye a tu persona, y los designios hacia mí y hacia todos los que quieras crear serán obra de una parte tuya, no toda. Me entrego, ya no lucho, aunque no creo que perdí lo que había ganado, algo que vos nunca vas a tener, recuerdos, grandes y en demasía, nada comparados con los que podrás obtener en este corto interín; tu existencia se basa en constituir los hechos futuros, no los pasados..

-Puede ser cierto, pero parcialmente gano y, si no, trato de igualar la situación. Vos encerrado, y yo jugando mi bendito y maldito juego. Ya no quiero escucharte. Ahora me llegan voces supremas, que me inundan la mente con ideas fundadoras, no existe el bien y el mal, lo repito, te lo repito, lo importante es lo que yo hago con, por, de y el cómo de los demás ahora colegas corporales, pero sólo por un momento. Los recuerdos poco me importan, sólo sirven para atormentar al ser humano, que como defensa, reprime muchos, pero que a veces en un descuido de mi juego, algunos saltan a la luz y el descuido pasa a ser parte de mi plan especial. Deberían agradecerme, los hago o no felices, los hago que se odien, se amen, se traten o no, se unan de las formas más diversas, esa es mi tarea, y las voces no entienden, nunca lo hicieron y jamás lo harán, a protegerme no sé de quién, estoy solo y no moriré. Sé que será y es de mí, no me interesa y nunca supe lo que fui. Pero el mundo nunca dejará de girar y girar, y girar otra vez, hasta el sacrificado, o no, hartazgo….


[Cuarta Desunión]


Literactuantes. Una pareja de amantes asoma sus cuerpos, aún cubiertos de delicados retoques de tela trozada, sobre la plaza nombrada. Se quieren, se aman, se odiaron y su pasado no parece afectarles, aunque tal vez sea la causa principal del advenimiento de su destrucción como elementos momentáneamente unidos. Se besan, se acarician, no hay mundo alrededor, sólo el suyo, que por ahora tiene tramados rosas y el cristal que los mantiene aprisionados en su sentimiento los hace aún más humanos por carecer de perfección y tener, a su vez, pequeñas marcas en el vidrio transparente, pero la sombra ya existe, por más que no se vea en la claridad de este día. El Sol brilla en lo más alto que puede estar esa estrella que, por algún designio, no muere. Hablan superficialmente, porque la profundidad siempre asusta, pero sus rostros comunican felicidad, y su llamado “amor” parece parecer eterno. Son dos. Son uno. Actúan un papel que creen que ellos escribieron, pero la verdad siempre es otra. Dialogan como si sólo el viento se interpusiera entre sus palabras y sólo él los escuchara. La literatura de lo ficticio sobre lo real y su desarrollo como tal pareciera que pronto se va a cortar, como si nada malo pasara. Pero la alegría se hace notar en algo tan etéreo, mágico e irreal….

Llegó el momento de mi intervención, y usaré mi arma más letal, dolorosa y fría, verdaderamente contundente, más que las palabras: sus recuerdos pasados y el presente como su grave e inofensiva consecuencia. Soy superior por carecer de ellos. Las remembranzas hacen que el pánico y el miedo cobren la forma del hielo que produce placer y escalofrío constante al rozarlo. Aunque lo que hacen, dicen, gesticulan o miran ya fue escrito con anterioridad, lo que más me interesa es el futuro que estoy diagramando para tan armoniosa pareja. El diálogo se hace sentir.

-¡Qué hermosas son las hojas con la llegada de la primavera al verlas caer! ¡Todo es tan maravilloso! No me importan los demás, estoy feliz al estar con vos, pese a saber que este momento no es infinito.

-Yo te amo, y creo que siempre lo haré, te protegeré y te cuidaré hasta que se me apague la vida. “Si lo momentáneo fuera constante, sería una pérdida de tiempo sentir lo mismo; sólo son momentos de felicidad”.

Si hasta parecen manejar sus vidas y prometen cosas en vano, que con el tiempo se pierden. El lado romántico se hizo sentir, falta un poco de razón que los baje del sueño en el que andan montados estos raros sentires.

-Sólo con este amor quiero llenarte, y pienso que lo mejor para vos es estar siempre junto a mí y yo pensando todo el día y durante la noche en vos.

-No me hacen falta sustentos económicos, así que puedo estar a tu lado siempre, enamorado. La vida ya parece mirarnos a la cara y darnos su visto bueno. Dios está con nosotros, nada malo puede pasar.

Esa palabra otra vez, pero ya está dicho, la escena se vuelca hacia lo que quiero ver con mi juego.

La hermana de la mujer enamorada llega a la presencia de ambos, en la plaza, en el banco donde los dos están, con una prueba médica que tiende hacia el desastre, y con una simple frase, rompe el diálogo.

-Estoy embarazada de tu novio.

-¡¿Qué?! ¡¿Cómo pasó?! ¡Cuántas veces te dije que te alejaras de mi pareja! ¡No aprendés más! Siempre te va a pasar lo mismo ¡Qué bronca me hacés dar! ¡Alejate de acá antes de que empiece a ponerme violenta!

-Sólo te quise avisar, para que te enteres por mí.

-Vos, decime la verdad. ¿Me engañaste con mi hermana? ¿No me amaste nunca, no? ¡Siempre jugaste conmigo!

-¡No!, tranquilizate, yo te voy a explicar cómo pasó. Ella siempre se me insinuaba y la carne es muy débil, y a veces se tensa. ¡Pero siempre te amé y siempre lo haré! ¡Siempre! Igual, ese hijo no debe ser mío, ya sabés cómo es tu hermana.

-Siento creerte, y lo haré, abrazame, te necesito.

Bien o mal, primera prueba superada. Aunque algunos pensamientos no encajen, no es el dinero, ni las drogas, ni el amor lo que mueve al mundo globalizado, sino el interés. Interés es lo que movió a la hermana a hacer lo que hizo, ya que necesita a alguien que se encargue de sus numerosos hijos concebidos. Interés del enamorado, primero en una y luego en otra, y su seguridad y plenitud de amarla no pasa más que por saber que ella es heredera de una gran fortuna, y de una casa.

Interés de ella por creerle, mostrándose sincera de momento, aunque sabe que por ahí él le miente. Interesada porque no tiene por ahora un lugar fijo para vivir y aún no se quiere pelear con alguien que duda en “amar”.

Segunda tentación, esta vez más certera, haciendo traer a la memoria hechos que signarán su vida escasa. Mi juego nunca fracasa, sólo se alarga. "Albedrío".

Él se siente culpable por lo sucedido al mediodía, y va a la casa de un amigo para plantear sus dudas. Por lo visto en la fachada en la casa no hay nadie o, por lo menos, nadie sale a atender su llamada. Y, como en otras ocasiones ya lo ha hecho, él cruza el jardín, para observar si alguien lo ve de adentro por la ventana. Ya el ocaso se está desvaneciendo y la luz natural se va disipando para encender a los alumbrados de los postes de la calle que están prendidos.

Y llega al fin el momento crucial en que todo termina. Él se asoma y mira que, sobre una cama ruidosa y horrible, están su novia y un amigo suyo, desnudos, remitiéndosé al sexo más profundo y amoroso jamás antes visto. El dolor sale de su escondite y se torna presente en los sentimientos de él que, ante tal hecho, empieza a dudar de todo. Quiere separarse de ella por ser traicionera, como él lo fue. Él se aleja de la escena, lleno de odio, decidido a romper y enterrar ese recuerdo en lo más profundo para que no salga. Ya no se siente enamorado, sólo será indiferente, ¿es dueño o no de hacerlo? Todo terminó. Causa y consecuencia. Aunque no estoy satisfecho, podría haber sido de otra manera, pese a que todo salió como fue planeado. Me regodeo en mi victoria. Un hecho trascendental cambió la historia de una persona….


[Quinto Complemento]


Y entonces esos hechos ya van generando en mí algo que se puede convertir en un futuro, si no lo desvío a tiempo, en culpa. Mi humanidad por el momento. Pero no sólo me divierto desuniendo seres, sino que hay muchas cosas más por delante. A veces separo a la gente porque quiero, por mi divino Capricho, y para hacerles un bien, mostrarle en la cara lo que en realidad son, cómo son las cosas y personas que la rodean, una leve ayuda.

Aunque más excitantes son las uniones “supuestamente” al azar, pero todo está muy bien planeado con anterioridad. ¡Patética Raza Humana! ¡Son controlados y manipulados por mí!

Ya dejo la plaza del pueblo y me dirijo a la ciudad, la plena luz artificial de la ciudad, para sentir el aire del puerto y el bohemio pesar que todo conlleva. Me meto entre la gente y nadie me ve, eso es lo que hace único al sentir urbano. Tantas cosas y hechos se pueden provocar en un ambiente lleno de individuos que mantienen sus características como tales. Uno a uno. Y entre tanto movimiento, idas y vueltas, que hacen que todo marche como un reloj, me detengo a pensar en dos de entre la multitud. Pero todo sigue su habitual marcha.

-¿Qué hacés?, ¿no ves que voy apurada?, ¡fijate!

-Disculpame, es que voy muy rápido hacia un lugar y no tengo tiempo que perder, sino que ganar. Me esperan en un lugar y ya llego tarde, perdoname, ¿vos también apurada?

-Sí, te disculpo, y sí, estoy apurada. Si llego tarde a la cita con mi novio, él se va a enojar y me deja.

-¿Cómo? ¿una chica tan linda ya tiene novio?, ¡mirá vos!

-Pero no me molesta que me deje, igual estoy dudando de todo. Dejame decirte que vos también impresionas con tu belleza. Espero no te lo tomes a mal….

-¿Sabés qué?, me caíste más que bien, y para mí el lugar en donde nos cruzamos ya no tiene la más mínima importancia. ¿Creés en el Destino?, una pregunta compleja….

-No me interesa demasiado eso ahora; sin destino, sin tiempo, sin lugar. Sólo me llaman la atención tus ojos.

-A mí me gustan tus piernas, hermosas, ¿vas al gimnasio?

-Fui en un tiempo pretérito, ¿qué me decís si te invito a tomar una copa y nos olvidamos de todos y de todo?

-Sería una fantástica idea, yo casi no tengo amigas, porque nadie me entiende, y la otra sería ir a clubes “especiales” que no quiero; ¡vamos, será divertido!

Dos mujeres. Hermosas, inteligentes. Una es Haché, separada instantáneamente de su novio, con un perfil oculto e inconsciente lésbico, autoestima alta y bien decidida.

La otra es Ellé, solitaria, sin reprensiones, suele deprimirse y opta por aislarse. Radicalmente soltera y lesbiana en una actitud propia y en contra de nada.

Son complementarias. Alguien las tenía que juntar, y ese fui innegablemente yo. No existe el amor a primera vista, porque la sensación de ese momento evoca a experiencias felices y pasadas y ahí es en donde entra a jugarse mi juego, macabro para algunos y tierno para otros más. Y en un final (en realidad principio) que ya existe y cobrará vida mental y física interior, las vidas de Haché y Ellé ya no serán las mismas, ninguna se olvidará de la otra, pese a que su felicidad pronto se verá afectada por otro cambio de timón que yo organicé con anticipación. Por ahora a disfrutar.

-¿Sabés qué?, este lugar a donde me trajiste, me tranquiliza, me llena, me abre al amor natural, ¿vos qué sentís?

-Yo ya no quiero reprimir ante más nadie lo que soy y fui en realidad, tu llegada a mi vida fue algo que me abrió la mente, y eso que sólo te conozco desde hace diez minutos.

Y con tanta gente, mi atención ya se posa en otra acción de mi creación infinita, de ninguna manera refrenada. Y ya las palabras demuestran que con ellas existe el pensamiento, ¿qué otra cosa que dejarlas fluir libres?

-(Espero que ya no me haga esperar más, hace más de una hora que tengo ganas de irme y el sentir me desvanece).

-(¿Por qué sólo tengo que ser su amiga, por qué no puedo trepar más alto, qué me lo impide?, poca cosa será….).

-(Él me hace sentir única, deseada, eterna, llena….).

-(Todo lo que quería se me dio, al lado mío una gran mujer, ascendido en el trabajo, con mi hijo creciendo y más).

-(¿Cómo puede ser que soporte tanto?, esto va a explotar en cualquier momento, no sé cómo voy a terminar).

-(Y otro día más en mi soledad, sin amigos, nadie que se me acerque ni para pegarme; sólo como yo ahora….)

-(¡Genial!, te paso a buscar y vamos a la casa de….).

-(¡Ya me voy, no aguanto más y todo es tan confuso!).

-(No me resignaré, seguiré luchando por su amor, para que crezca, si es que existe en alguna fibra de su ser….).

-(Y me besa como nadie lo imagina, me toca en donde yo no necesito decirle, ni pedirle, todo es mágico e irreal).

Son tantos los sentimientos y pensares que no alcanzan libros enteros para transcribirlos y sólo se pueden nombrar algunos. Yo me encargo justamente de presentar los hechos ante determinada situación y me encargo de eliminar la escasa libertad de acción, pese a que a veces no puedo cumplir estrictamente con esa tarea primordial. Yo sólo no llego a cumplir con todo, las voces claras y oscuras jamás son saciadas del todo y ese todo es tan complejo que es imposible manejarlo completamente. A mi izquierda y derecha las voces se asoman a cada rato, acosándomé, aconsejándomé. Nunca están conformes, nadie ni nadie se conforma con algo. Blancas y negras son sus estelas de vapor y humo; no me dejo intimidar, soy un ser creado aparte, con voluntad propia, sobre este mundo gobierno valiéndome del Interés que cada ser tiene sobre las cosas y demás seres. Interés de crecer, de olvidar, de enterrar lo doloroso, de cambiar de rumbo, y el viento es soplado de manera inliteral por mí. Interés en obtener placer, en progresar, y ese interés a veces no alcanza como tal y cambia su rostro, sus características, pero sin dejar de ser lo que es. Se transfigura tantas veces.


[Sexta Masividad]


Y en diferentes direcciones los actos van ocurriendo.

Ya la Luna de la madrugada va yéndosé, pero su brillo sigue en lo alto. Cambié la vida de algunas personas, modifiqué el rumbo para justificar el cambio, no son buenos y/o malos, son justos, y la justicia es mi más preciada arma para sostener mi juego. Muchos saben y conocen en carne propia mi existencia, unos más y otros menos, los que se interesan y los que no, pero algunos no indiferentes ya saben que yo soy y seré por siempre. No me importa mi nombre, pero lo llevo presente; no me perjudica (ni me ayuda mucho) esta existencia temporal como humano; sé llevar adelante y tener en cuenta mis escasos recuerdos: despertar en la plaza, dejar al costado un alma, manejar una mente, unir o desunir pares y escuchar a la distancia. Pensares distantes. Es una experiencia nueva, y mi poder no claudica ni se apaga, sólo quiero experimentar y jugar con lo que soy, regulado por mi condición de divinidad. Con pocos gestos, doy señales para generar ideas ajenas de mí, en otras consciencias, de buena suerte y mal augurio.

Pero esto es sólo el principio; siempre hay más cosas para hacer. Estoy lúcido, aunque algunas enfermedades acechen, invisibles, a este cuerpo útil por el momento. Ya se generan en mí sentimientos profundos, que van creciendo poco a poco, y que no me molestan, soy humano, por ínfimo un día. No creo que me sirva, porque no recordaré (nunca lo hago) lo que hice cuando vuelva a mi yo constituido totalmente. Mi más grande faceta. Pero por el momento lo disfruto, y en mi consciencia permanente tuve y tendré claro dos cosas: mi nombre y que no estoy solo en mi labor. Dos datos que no puedo sacar de mí, por más que sólo piense estrictamente en el futuro. Pero ahora es diferente, siento y evalúo, razono y lo disfruto de una manera desigual. Mi magia no se perdió, es sólo mía, no la puedo comunicar y, por más desorientadas que se encuentren las razas, no puedo hacer nada menos que seguir con mi juego eterno. No sé si es triste o no, pero puedo llegar a hundir o salvar a cualquier ser, cualquier ser. Yo los domino, impongo mis dones recibidos y los hago valer. ¿A dónde iría el mundo con el pensamiento extraño de algunos? ¿Cómo acabaría la Tierra con las más complicadas ideas sin mi consentimiento y creación? ¿Por qué nadie se lo pregunta? Y la idea otra vez nombrada, acerca de la libertad total, ¿no suena rara? Igual, son suposiciones baratas, el reloj seguirá su marcha.

Y la magia pensada del caos patente en la sola palabra revolución ya se adentró en mi pensar sobre la madrugada. El Sol no salió, sin alumbrar esta faz donde me encuentro y manejo todo (pero algún día ya no se llamará así, y dejará de hacerlo, por lo pronto, y hasta que eso ocurra, estoy solo, en la plaza). Estoy ideando el plan que dará un giro importante en la historia de este país, a donde las noticias llegan rápido, más rápido que mi orden de pensamiento colectivo. Será un hecho que dará por fin vuelta la página del gran libro en una nación, tomada como sinónimo anterior.

Me bastó sólo con un día para no dejar que mis pre-consecuencias ya se hicieran notar. Ahora bastará sólo con formar o crear el espíritu de liderazgo en algunos, como es habitual, y ocasionar la rebelión en contra de un régimen que ya está por agotarse.

Será un cambio fundamental en las ya muchas historias personales. No sólo es un cambio de gobierno de Estado, o una marcha por la muerte de alguien, quien quiera que sea; es un toque preciso, fuerte y contundente a las bases ya desgastadas del sistema capitalista, desde su inicio con la urbanización. Pero hay que formarlo y hacerlo bien, muy bien, excelente, con precisión matemática, pero inevitablemente, por mi momentánea condición baja corporal, con un levísimo margen de error.

Ya las bases están, y el plan se ha puesto en marcha justo cuando la salida del Sol es inminente. Con claros objetivos de protesta contra los escasos recursos económicos brindados al pueblo, muchas personas se reúnen en esta plaza en la que me encuentro, que ya se convirtió en el centro de mis operaciones, ahora de forma arduamente masiva. Son miles y, desde este lugar, el virus o veneno, bien llamado así, se propagará para curar las mentes de algo que se hizo cotidiano: las leyes de la compra-venta, de la oferta y la demanda y demás.

Y, de pronto, ya amaneció, y toda esta gente se dispone a escuchar a sus líderes, influidos enteramente por mí.

- Buenos días. Paso a comunicarles la situación del ahora. El dinero es cada vez menos en nuestro bolsillo, hasta que llegará el momento de mendigar, lo que sería ofrecer nuestra escasa dignidad. Este sistema de vivir nos, y ya lo ha hecho, nos está matando, aniquilando nuestros provocados sueños de una “vida perfecta”. Mucho se aprende del pasado, y en esta especie de Renacimiento y honrando la palabra economía para siempre, pretendo ayudarlos a vivir, con una felicidad plena….

- Sé que sufren y que algunos lloran, se nota en sus rostros, pero no hay por qué temer, todo acabará cuando lo decidamos. Sé lo horrible que es no poder comprar un regalo para nuestro hijo que no entiende, o pedir y querer tener cosas que no se pueden pagar, pero hay una solución, siempre hay una solución, y acá comienza la revolución.

- No tengan miedo por lo que van a hacer, ya el capitalismo nos hartó a todos, y con la ayuda de Dios o sin ella lo lograremos. Cuando la masa está unida y compactada, nada la detiene, y en esta mañana, sólo actúen….

Y lo que la clase alta opinaría con la idea del desastre no interesa. El pueblo ya no se deja pisotear y se cansaron de la dominación que pueden destruir. Cuando se nombra a Dios a mí se me quitan varias cosas de encima, se aligera. Es muy fácil para mí hacer cansar de algo a la gente, y a cada uno. Sólo basta con hacer enfurecer a todos, como es debido, en un mismo momento. Éste. Ahora.

Y el hecho masivo va tomando forma de herir de muerte al sistema, por ahora en la capital de este país, luego será a todo su interior. La destrucción del sistema de intercambio a través de la vía del dinero y la explotación del humano por el humano.

Amaneció la plaza y la ciudad con los sucesos que saltan a la vista. El resplandor del fuego y el humo que provoca la quema de papeles moneda, todos, TODOS; el derrumbe con explosivos de los edificios que cooperaban en el sistema, vacíos, sin personas dentro; una movilización masiva jamás vista antes hacia la casa de Gobierno, para la ejecución de la fuerza.

Y la consciencia plena de destruir, sin rearmarlo paso a paso, sino aniquilar y erradicar de una vez por todas al capitalismo. Ya perdieron su valor los billetes y las casas en donde se fabricaban fueron hechas añicos por la gente enfurecida, pero con su idea fija. Ya los hechos se comunicaron a todos los puntos del país, y con un movimiento no de mi dedo, sino de una aleación de neuronas. Todos los individuos de este país harán lo mismo en sus propias provincias.

El hecho se consumó, hasta el mandatario mayor estuvo de acuerdo (¿quién lo hará pensar, o qué hecho?) aunque siempre algunas muertes son el resultado de tan repentino cambio brutal en su categoría de hecho conciso y bruto concreto. No hay clases, todas son ahora personas de igual rango, ya no hay diferencias de adquisición. Queda mucho tiempo, según mi parecer, para ver y crear el nuevo régimen que se implementará, si es que lo hay. Aunque es obvio que cae uno y nace otro.

Y esto es sólo un pedazo de territorio, faltaría expandirlo, pero eso es más difícil. La prensa en la televisión, la radio e internet ya es algo más complejo de manejar o manipular. Por ahora ésta obra ya se ve en el brillo del fuego de los billetes. Fuego que purifica y lava a todos de la antigua culpa….


[Séptimo Principio]


“Ahora es tuyo, todo lo que me constituye” vociferó, sin miedo, un ente lleno de divinidad en una sala cerrada.

H despertó y supo que su prisión mental era el salvoconducto que lo depositó a él como víctima de un ser superior. Ya cerca del mediodía, y con la ciudad en etapa de crisis, con la caída de un imperio egoísta, ¿quién no duda ahora que todo es movido por el azar? ¿Quién no cree que todos los hechos y consecuencias son movidos de improvisto por el actuante interés? ¿Son intereses personales, o en conjunto, lo que mueve a las masas o individuos? Y la incertidumbre nunca termina….

Luego de un rato de confusión para llegar a estar totalmente despierto, pero aún en un estado imperfecto, libre y poseedor de mi propio cuerpo ultrajado celestialmente, camino para mantenerme vivo. Sé que mi encierro fue en provecho de algo. Pero poco a poco me asaltan todos los recuerdos antes del corte. Tengo muy en claro que la literatura, o la verdad escrita, no son sólo palabras impresas o pronunciadas, sino que hay que darle vida a través de un acto ejemplificador. Fusionar dos artes maravillosas y lograr la homogeneidad entre lo literato y el acto en sí. Y el teatro es mi mejor ejemplo, y por eso desde chico me gustó comprender y adaptarme a ciertas personalidades características. Me llamó la atención siempre esa manera mentirosa de meterme en carne propia, vivir, actuar e interiorizar y hacer el fantástico cambio de máscaras a fin de lograr el gran final. Y a modo de incógnita, nunca queda solo el hecho de divagar despiadadamente a la impura imagen de un personaje.

Son sólo reflejos de carisma y autoestima regulada por los altibajos que brinda el hecho en vivo. Nada cambia la escena desnuda de verdad y llena de ficción, pero en ese acercamiento a la realidad nos encontramos con que sólo somos una ínfima parte, y que en los actos tapados y separados unos de otros con un breve telón sin comparación con el final está la escasa teoría de lo palpable.

Y haciendo alusión a las grandes mentes creadoras post-época, para los que se interesen en sus escritos y evalúen su veracidad, se encuentra el mejor defecto perfecto que nos hace diferentes, las personalidades.

Introyección en un relato actuado sobre el escenario de un teatro del cual soy actor creador y dueño de la escena.

Y en la obra sólo hay dos personajes que hablan, uno es romántico, rodeado de sentimientos, pesares, penas y alegrías, interpretado por una mujer exquisita, bella, tentada al amor y odiada por otras. El otro personaje es un ser enteramente racional, pensativo, con ideales altos y con los pies siempre en la superficie, caracterizado por mí. De fondo, una noche inventada….

- ¡Nunca entendí tu manera de ser!, siempre activa, tan viva, aparentemente sin defectos y con una belleza superior a la conocida, sin obviar tu alma libre y volátil.

- ¡Y en uno de mis vuelos te vi, y no comprendí qué de bueno encontrás hundiéndote en tus oscuros recuerdos, olvidándoté del amor verdadero, lo único que mueve al ser!

- ¡Pero, pese a todo, soy humano, enteramente hombre de hecho, y tu figura femenina encontró la forma mágica, o errónea, de enamorarme! Y sigo sin entender cómo pasó, por qué en la mayoría de mis sueños disfrazados nunca vi tan bella y hermosa mujer. Creo que nunca lo entenderé….

- Entregate al amor, al más preciado sentimiento espiritual y date otra oportunidad, cambiá lo malo de tus visiones y reviví la fibra de tus sentires.

- Creo poder hacerlo, aunque no sé con certeza si es certero el paso que voy a dar, no es tan fácil, los sentimientos normalmente fueron hechos para desordenar al pensamiento correcto. Soy feliz como soy, pese a que poco me importa la gran felicidad, y por eso no creo entender cómo fue que tu aura me sedujo así….

- Es un hecho inevitable en la vida terrena, porque mi cuerpo, mi mente y mi alma están fuertemente enlazadas por el sentir amoroso que las conduce hacia el fin. No tengas miedo, rendite ante mi espíritu libre….

Y en una sorprendente regresión en esta obra, un momento en donde se revelan los hechos pasados en la obra encarnizada, todo ahora es realmente mentira.

Nervioso antes de salir al escenario ya sin telón, y con el miedo escénico a flor de piel, me encuentro caminando a pasos incorrectos por detrás de la noche provocada en estrellas, y de la actriz que habla sobre sus sentimientos ante la atenta mirada de un público numeroso y expectante al ver el principio de la obra.

Ella, acompañada en la escena planteada por ángeles parecidos a la divinidad, mudos, y sin reacción aparente, sólo se dedican a observarla. Ella, bajo un cielo con su habitual y hermosa Luna llena de ojos que sobre sí fue mirada, a lo largo de la historia de la humanidad, por grandes seres, sentimentales o racionales. Ella, personifica con su forma de ser al teatro auténtico, en donde los actos de cada uno son condicionados por un ente creador y mágico, en donde sólo se utilizan a los sentires como un derivado primordial de las letras que lo conforman hasta llegar a una barrera invisible con la razón.

Yo, H, impaciente por salir a escena y devorar a cada uno con mi actuación, sigo detrás y sólo miro todo por un agujero, un defecto superficial, que me conecta con la visión de la dama que se explaya constantemente.

Yo, con ansias por hacer crecer a mi egoísmo, por ser yo quien se lleve los aplausos y tratar de prólogo sin importancia a lo ya acontecido hasta ahora por ella.

Yo, observo y disfruto de la literatura por la condición de que sus hechos son repensados y en donde las ideas, cualesquiera sean éstas, están mejor desarrolladas a través de la bendita prosa, y no con un diálogo continuo, sino actuado con naturalidad latente. Sé que hay un corte entre la tranquila literatura en vela derretida y la efusiva actuación de algo escrito en siniestra. Y lo da el interés que le pongamos en fijar un rumbo fijo.

Ya me cansé y, con un movimiento nunca antes sentido por mi cuerpo, cruzo el trecho que me divide de la escena y, de un momento al que sigue, estoy frente a frente a la mujer que en la obra me enamora, pero que en la realidad aborrezco, por su carisma que sobrepasa a lo que soy.

Y en un acto confuso entre mi sentir y lo que debo en realidad decir, sólo atino a pronunciar una leve frase:

- “¡No sos alguien que influye en mi verdadera vida como para separarme de lo que me hace feliz en pequeñas dosis!, ¡no sos aún ese alguien!” (con tono brusco).

En una notable aceleración de tiempo teatral, ya todo el rumor a final, agónico e inesperado, se hace notar. Falta poco para que todo se acabe y el efecto funcione, y así concluir con una obra que ahora estoy actuando. Las lágrimas de alegría y dolor se mezclaron en una trama en donde todo se tamiza con el fin próximo a llegar.

La desesperación popular de la sala por observar, y luego analizar, los hechos que van a acontecer, es notoria. Luego del patente miedo, y ya resaltados los recuerdos para dar forma al todo, todo se hace esperar con impaciencia controlada por la cualidad de la falta de toda duda….

Y de vuelta cara a cara con ella, en el desenlace, estamos los dos enfrentados por la realidad de la obra teatral.

“Ahora vuelvo a controlar tu final próximo desde otro cuerpo y, siempre atento a todos tus movimientos y tu actitud arrogante, me doy cuenta de que tu fin, cantado tantas veces por tantos, ha llegado sobre esta Tierra”….

Y ella, con toda la frialdad de quien ya no es un ser sentimental, sino movido por una fuerza que la gobierna, clava en mi garganta el filo de un cuchillo que, a propósito de alguien, no era de utilería, sino real, y ahora rodeado de mi sangre, chorreado por el líquido vital, yace en el suelo, ante la atónita mirada de la asesina, aunque su rostro tiene el aire inofensivo de siempre; de algún lado, aún veo que ya los ángeles mudos me miran y me guían en este trance. El público nunca dejó de clavar sus ojos en mi rematado final, y la muerte de a poco me llevará a su escondite. Me muero y no hay forma de impedirlo. Ya nadie me ayuda, y mi cuerpo parece anestesiado. Ella llora ante mis restos y con sus lágrimas mezcla a mi sangre con su toque ligeramente divino y de sentimientos verdaderos, ahora lo sé.

El público poco a poco y gradualmente deja la sala, con sus consciencias llenas de satisfacción ante mi deceso, tranquilos sus sentimientos y exaltados sus pensamientos por un final que no esperaban. Cada uno en su interior lleva la marca de lo que es esta intrincada dualidad, aunque no sepan algunos diferenciarla. Y vuelven a sus vidas rutinarias, para seguir con su vida ante un hecho ¿realmente ficticio o ficcionalmente real?....

Y tan sólo con tomar otro cuerpo y dominarlo, como tantas veces lo he hecho, me dispongo a regocijarme en mi verdadera obra. Mi condición humana momentánea me sirvió para interlocucionar con mi víctima de momento; tratar de darle una oportunidad a su miserable vida, en donde su final, sus últimos minutos de existencia terrenal, no habían sido escritos por mí todavía, sino que se transcribe en el momento, porque tal acontecimiento es radical en la vida o muerte de un ser. Oportunidad que en toda la planeada introyección quedó pequeña, hasta desaparecer y preparar el trágico final.

¡Yo soy el amo del futuro, el príncipe de un Reino Celestial, Divino, diría, producto de ambos Reyes del Universo. Tengo una ardua tarea que me fue implementada, controlar la vida de los seres inferiores, equilibrar la balanza del bien y el mal. Soy, y seré, el Destino!....


Walter Pallares. 2022. Copyright.

16. Juli 2022 16:15 0 Bericht Einbetten Follow einer Story
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Das Ende

Über den Autor

Walter José Pallares Psicólogo, escritor, músico, y también me gusta el cine..

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