andrea-molina1654731858 Andrea Molina

Lucy Heartfilia hace un cruce a otro mundo por culpa de un maldito libro. ¿Podrá ella regresar a su mundo o deberá aceptar su nueva realidad?


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#332 #magia #anime
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Niños problemáticos y un libro misterioso

Nashi había nacido una noche de lluvias de estrellas, cuando luchaba contra la terquedad de los padres de imbéciles a los que Lucy les había prestado su vientre.

El llanto de la niña se había escuchado por encima de la celebración habitual del gremio, para posteriormente la puerta de la enfermería encontrarse atropellada de todos los miembros del gremio. Natsu se había desmayado por el horror de oír a Lucy gritar vulgaridades, mientras que Gray se mantuvo completamente en blanco a pesar de que temblaba al igual que Plue.

Esa noche hubo una fiesta de felicitaciones y lágrimas, pero Lucy había pedido tiempo para sí misma. Haber dado a luz la había agotado tanto física como mentalmente. Le enardeció un poco adaptarse al hecho de que Nashi no la vería como madre, sin embargo, la decisión la había tomado con esa idea en mente, después de todo había dado su palabra a sus dos mejores amigos de hacerles el sueño realidad y darles una familia.

En ese momento ella se había preguntado cómo Natsu y Gray podrían criar a una niña con sus personalidades revoltosas.

La realidad fue difícil de tragar: los dos criaron a la niña de una manera que ella envidiaba. Nashi era revoltosa al igual que Natsu, pero era inteligente como Lucy debido a su sangre y estoica como Gray en ciertas situaciones. Una combinación extraña de personalidades. Físicamente se parecía a ella, excepto por el cabello tono rosa y la piel tostada.

Gray disfrutaba peinarla, un buen padre, aunque también temía del lado violento de Nashi. El mago de hielo siempre acusaba a Lucy de haberle traspasado el carácter malvado. Lucy solo se reía cuando se le acusaba de tales cosas, pero por detrás, apoyaba y alentaba a Nashi de alimentar esa parte hasta que en algún futuro fuese capaz de sacar a sus padres de sus casillas.

Era una mala tía, lo sabía, pero era la única forma que ella tenía para vengarse del par que la había hostigado por meses para que aceptara un trío y le diera un hijo. Obviamente, cuando se había enterado que estaba en cinta, se había sentido completa y absolutamente feliz de poder servir como una incubadora (aunque de vez en cuando sintió la necesidad de golpear algo por la mera idea).

De todos modos, ella les prometió concebir a su bebé siempre y cuando le dieran el título de madrina legítima. Por supuesto, fue una de las candidatas y tuvo que luchar contra Juvia, Mira, Erza y Lisanna. Al final, ella obtuvo la victoria porque, a excepción de Erza, había planeado meticulosamente y fue inteligente en usar la cabeza en lugar de fuerza descomunal (porque estaba lejos de combatir en poder con Mira y Erza).

Sin embargo, aunque ella se había ganado el título de madrina legítima, las demás consiguieron su papel de «guardianas». Sus papeles principales eran proteger a Nashi de los enemigos que la codiciaban, después de todo la niña era una cazadora de dragones de hielo y fuego. Nunca hubo en la historia un cazador de dragones con dos atributos.

La razón por la que Nashi nació con dos magias fue debido a ella. Era un mago celestial y, por ende, era capaz de concebir niños con dos magias si dormía con dos hombres potenciales, dos hombres destinados a ser compañeros eternos. Natsu había reclamado a Gray cuando tuvieron sexo esa noche los tres (en un trío que acaparó la cabaña de Natsu con hielo y fuego). Gray también marcó a Natsu, ya que era un asesino de demonios. Dos magias diferentes unidas a través de un mago celestial crearían a una nueva generación de asesinos de dragones.

Los magos celestiales habían sido útiles en el pasado por su magia y porque fueron capaces de dar a luz a nuevas potencias. Actualmente solo algunos magos y magos oscuros conocían esta antigua ley.

Entonces, su sobrina y ahijada estaba siendo vigilada por gremios oscuros. Ella, por su lado, seguía con el mismo record de secuestros desde que se había unido a Fairy Tail.

Habían pasado cinco años desde que dio a luz a Nashi, y Lucy no podía estar más feliz de tener a una hermosa e inteligente niña como sobrina. Incluso sus espíritus amaban a Nashi, la entrenaban cada vez que pasaba tiempo con ella (cuando sus padres se iban a trabajar) y crearon un lazo de protección para que, cuando estuviera en peligro, alguno de ellos (más probablemente Loke) saldrían a defenderla incluso si estaban a kilómetros. Tanto ella, como invocadora, y sus espíritus sentirían el tirón que anunciaba que la niña corría peligro. Como hace unas horas.

Ese día llegó.

Había estado en una mesa apartada, investigando sobre la inmensidad de llaves que habían en el mundo (desde enciclopedias celestiales prestadas de la Biblioteca del Reino de los Espíritus), que fue cuando de repente sintió el tirón.

Loke entonces había aparecido, le pidió el permiso necesario (aunque solo estaba cumpliendo una ley) y reapareció en el lugar exacto donde la niña estaba. Por fortuna, solo había sido un mago oscuro que había atacado al grupo de niños cuando estos entrenaban en la ladera del bosque cerca del gremio.

Ahora ella estaba frente a pucheros adorables de cinco niños, entre ellos Nashi solo se reía de Ray, el hijo de Laxus y Mirajane, que estaba cubierto de barro.

—Nashi.

La niña rápidamente dejó de reír al ver cómo la cara de Lucy se ensombrecía.

Nashi bajó la cabeza y, por miedo, contuvo el aliento. Nunca debían molestar a su tía Lucy, no a ella, no a ella de entre todas las que podrían ser incluso peor.

Lucy hizo una mueca. No le gustaba regañar a su sobrina. Realmente odiaba darle esa mirada de la que sus compañeros siempre parecían temer.

Respiró hondo, se quitó los lentes de montura roja y comenzó diciendo:

—Primero debo recordarles cuáles son las reglas. —Miró a los cinco niños con seriedad, y al verlos asentir, no pudo evitar la sonrisa complacida—. Primero: siempre avisar a un mayor o a sus padres a dónde estarán jugando. Segundo: usar la cabeza. Tercero: nunca luchar contra magos oscuros y buscar ayuda de estar en posición desventajosa.

—¡No estábamos jugando, señora! —gruñó el otro hijo de Laxus, Xavier.

—¡Estábamos entrenando! —apoyó el hijo de Levy y Gajeel, Gael.

—Somos buenos niños —acusó la hija de Evergreen y Elfman, Elfina.

Lucy enarcó una ceja y luego miró a Nashi.

—¿Tienes algo que quieres aportar, cariño? —le sonrió con dulzura.

Nashi sacudió la cabeza con rapidez.

—¡No, tía Lucy! —contestó, encogiéndose en su buzo rosa con la frase «soy un fuego ardiente», regalo de Natsu con intenciones puras y sanas, no malsanas como las de Cana.

Lucy asintió, muy orgullosa del respeto de la niña, y trató de no mostrar la satisfacción en su rostro. No fue capaz de hacerlo. La alegría dorada en su rostro acaparó la atención de todos en el gremio, aunque en realidad no fue necesario cuando prácticamente todos estaban oyendo su conversación.

—Desde mi punto de vista, ustedes estaban jugando. ¿Está claro?

—¡S-sí! —dijeron al unísono.

—Me alegra que lo entiendan, a menos que deba llamar a Erza. —Los niños corrieron hacia ella y la abrazaron como una ofrenda de paz. Lucy se regodeó internamente por la ternura de sus sobrinos—. Bien, bien, no la llamaré. Por cierto, ¿dónde está Jeny?

La hija de Erza siempre estaba jugando con estos niños revoltosos.

—Está jugando con el cabeza de flores y la obsesiva de las botellas—respondió Gael.

—¿Conie y Banila? Eso es… preocupante.

Lucy suspiró y buscó con la mirada a Cana y Lisanna, encontrándolas ayudando a Mirajane con las bebidas. Sus hijos siempre se metían en problemas cuando se unían al fuerte sentido de venganza de Jeny. No sabía de dónde Jeny había sacado esa actitud ardiente de vengarse de todo lo que le molestaba; Erza no era así y Jellal era un hombre dulce y cariñoso (cuando su pasado no le estaba jodiendo la cabeza cada hora). Conie tenía cierta obsesión con las botellas, pero era tranquilo como Baco. Y Banila, aunque era una enamoradiza de primera, tenía el carácter tierno y dulce de Lisanna.

Simplemente no lo entendía. ¿Cómo niños opuestos se llevaban bien con la personificación de la venganza? Jeny actualmente era llamada Atenea; y Lucy, como portadora de la llave del Espíritu de la Guerra, se cuestionaba de dónde se sacó la idea de que Atenea era vengativa.

Probablemente por su trágica historia, pensó. Pero imposible que alguien sepa su historia ya que nadie conoce las historias de los espíritus de las llaves divinas.

También comenzó a preocuparse por la mal influencia de Gajeel en su hijo. El niño había sacado ese hábito de Gajeel de llamar a las personas por apodos. Por fortuna, el hijo de Cobra y Kinana no había nacido todavía, porque si Gael y el niño se unían, nadie podría detenerlos de otorgarles apodos a todo el mundo.

Aunque… Banila tenía un pequeño rasgo de llamarla a ella Cosplayer, apodo aún ceñido a su imagen por culpa de Bickslow.

Volvió a suspirar.

Estrellas, siento que estoy suspirando muchas veces.

—Bueno, si entendieron lo que es correcto y saben que deben anunciar sus paraderos para la próxima “escapada de entrenamiento”, pueden ir a almorzar que yo aún debo continuar con mi trabajo.

Los niños se fueron al instante, incluso Nashi. La niña solo le dijo que iría por un batido de fresa. Lucy sabía que luego estaría comiendo un trozo de hielo, para pasar a comer un pollo de fuego y terminar dormida en la mesa.

Se rió por eso y sus ojos regresaron a la mesa que estaba repletada de libros y hojas de anotaciones. Se frotó los ojos, cansada de investigar todo el día.

Luego soltó una carcajada.

De alguna manera recordó la cadena de embarazos del año que quedó en cita.

Lisanna, Levy, Mirajane, Evergreen y ella, todos con unos meses de separación.

Los niños habían nacido un mes tras otro. El mayor era Gael, luego Nashi, le seguían el dúo de cazadores de rayos, después Elfina… y finalmente Conie y Banila.

Realmente gracioso.

Se estaba riendo en silencio ante el recuerdo de cómo había golpeado a Natsu cuando rompió bolsa, hasta que, como un escalofrío, su risa se detuvo abruptamente en el lomo de un libro que ella recordaba no haber traído con ella del Reino del Espíritu.

Tomó al libro en su mano y acarició con los dedos el borde de símbolos desconocidos.

Se sintió incómoda por la repentina sensación ridículamente atrayente. Este era el libro que no se le permitió sacar de la biblioteca, porque el Rey Espíritu le había advertido de las consecuencias de abrirlo.

En su modo de ver, el libro albergaba un mundo completamente distinto.

Era bastante peligroso.

Los caracteres de la lengua en el lomo era uno que nunca había aprendido o visto, y creía que Freed no tenía idea. Tampoco era la lengua celestial, ni otra lengua antigua que hubiese conocido. Ni lengua draconiana.

Contemplando sus próximos pasos, decidió no abrir el libro y lo guardó en su bolso para investigación posterior y una escapada a la Biblioteca de la Familia Real.

Era una mujer intuitiva y sabía que el peligro yacía entre las hojas. Además, había escuchado la historia contada por el Rey Espíritu más veces que cualquier otra cosa.

Estaba fuera de su posición ignorar las advertencias del rey, y esa no era su personalidad.

Por otro lado, no podía romper una promesa dada a su rey: las promesas en ella valían todo de sí misma, así que estaba fuera de zona intentar aventurarse por un camino que obviamente era misterioso y peligroso.

Sin embargo, ¿cómo el destino podía ser tan bueno con ella? ¡Dioses, ella era un imán de problemas! Aunque quisiera no participar en ninguna trama insidiosa, parecía que ella atraía a todo lo remotamente peligroso, oscuro, misterioso… turbio.

Gimió de dolor cuando algo pesado y que olía a brasas la arrojó contra la pared.

Solo se había levantado para irse a casa y darse uno de sus merecidos baños, ¿cómo demonios se las arregló para ser el punto de enfoque de su mejor amigo, quien no tenía, incluso después tanto tiempo, consideración por los demás?

Lo malo de todo no era el dolor crujiente en sus huesos por costillas rotas, ni las quemaduras en sus brazos, ni siquiera la sacudida violenta a su cabeza que la había hecho ver estrellas, literalmente.

No, gimió. Es el maldito libro abierto justo en mi cara… gran desarrollo.

—Ay, Luce, tienes que dejar de ponerte en mi camino —dijo Natsu, limpiándose los pantalones, aún de espaldas a la mujer que se estaba desvaneciendo con una expresión de pánico—. Oye, Luce… —Se giró con toda la intención de burlarse, pero se quedó callado cuando no vio al mago celestial y, en su lugar, había tentáculos de hierro abrazando un libro de lomo viejo y amarillento y una luz cegadora resplandeciendo entre las hojas del libro—. ¿Lu? ¿Luce? ¡¿Luce?!

8. Juni 2022 23:58 0 Bericht Einbetten Follow einer Story
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Fortsetzung folgt… Neues Kapitel Jeden Mittwoch.

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