fabicoronel2022 Fabi Coronel

Un hombre perseguido por su reflejo. Un fantasma que promete venganza. Una historia más que linda entre los límites de la Ciencia y lo paranormal.


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#ciencia #misterio #espejo #Jorge-Fabián-Coronel #terror
Kurzgeschichte
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Los límites de la cordura

Cuando internaron a Juan en la sala ocho le habían diagnosticado “esquizofrenia”, un mal que afecta y despersonaliza irreversiblemente a las personas.

Nadie entendía cómo había sucedido. Al parecer era un hombre normal. Tal vez la soledad y la desesperación lo habrían llevado al borde de la locura.

Era de suponer que en el momento en que lo llevaban de su casa, maniatado con el chaleco de fuerza y en camilla toda la gente del barrio (y no exageraría al decir que personas de otros lugares también) se aproximaran y lo miraran con un aire de tristeza.

Algunos lo veían salir de esa forma y exclamaban “ahí va el mejor hombre del planeta”, “¿por qué Dios castiga a los que no debería castigar?” y demás.

Pero por alguna razón había ocurrido todo.

Lo extraño del caso fue la locura de los gritos de Juan, su voz gruesa y pesada exclamaba y rogaba que no lo vieran, que miraran hacia otro lugar porque había algo de paranormal en su ser, algo que se había adueñado de su sentido y cada mirada le era como un sinfín de fuego que lo quemaría en sus entrañas.

Al ponerlo en su habitación, rodeado de espuma protectora para que no se lastimara, lo llamativo fue como Juan hizo una sola petición: Por favor, no coloquen ningún espejo.

El médico de guardia se acercó al rincón donde se encontraba y le preguntó qué le ocurrió para que una persona tan allegada a todos (inclusive a él) le ocurriese de un estar tal estado extremo.

Juan no abrió la boca, solo le pidió que no lo mirase a los ojos y exclamó “Yo no soy mi reflejo, ni el reflejo en ningún espejo, ni mi reflejo en su ojo…” y fue un estado de tristeza extremo que le llevó a llorar desconsoladamente.

Lo llamativo de las enfermedades mentales son los períodos de tiempos que arrastran al alma entre momentos de lucidez y momentos de locura.

Tal fue así que la madrugada del miércoles, cerca de las 4 de la mañana, cuando el guardia de seguridad se encontraba haciendo las inspecciones generales y vio la cara de Juan en la abertura de la puerta de su celda.

Ya les dije que todos tenían estima hacia él, por ello fue que el guardia se le acercó y le preguntó si se encontraba bien. A lo que Juan respondió:

Si le hablo, no me mire por mucho tiempo, no hace falta mirar para escuchar. Alguna vez yo fui mi reflejo en el espejo, él y yo éramos uno solo, me acompañaba como mi sombra. Pero fue esa mañana… Esa mañana que al despertar y luego de lavarme la cara me miré… Me miré y yo no era yo, era alguien más… Recuerdo que ESE me miraba y se sonreía, fruncía las cejas, ese reflejo leal me era desconocido. Me asusté y me fui, pensé que era mi imaginación. Pero no fue así, todos los días me ocurría lo mismo. Recuerdo que al mirarme me mostraba a un YO vestido a veces de traje rojo, y la mayoría de las veces de traje negro… En cada momento estaba con una rosa que me hincaba y hacía sangrar, puedo jurarle que miraba mi mano de la realidad y los puntos sangrantes comenzaban a derramar ese líquido rojo. Le dije que no me mirara, pero ya es tarde… Ya viene…”

El guardia miró al final del pasillo y vio la sombra de un hombre, una sombra que a pesar de estar en la luz seguía siendo oscuro. Caminaba hacia ellos más y más pero no emitía sonido alguno.

¿Era la imaginación del guardia? El hombre era Juan vestido de negro sonriendo, con una rosa roja y la mano sangrando; lo cruzó y se acercó a la habitación a quién se vio que le entregó la flor al otro Juan y se fue dejando borbotones rojos que se convirtieron en llamas que iluminaban el lugar.

Al abrir la celda y entrar, el guardia vio a Juan tirado, sin vida y con la mano sangrando, rodeado de espejos que daban un sinfín de imágenes de él vestido de rojo y escritas “Este no es mi reflejo”.

Así fue que cuando internaron a Juan en la sala ocho le habían diagnosticado “esquizofrenia múltiple”, un mal que afecta y despersonaliza irreversiblemente a las personas.

Nadie entendía cómo había sucedido. Al parecer era un hombre normal. Tal vez la soledad y la desesperación lo habrían llevado al borde de la locura. O tal vez no…

29. Mai 2022 05:04 0 Bericht Einbetten Follow einer Story
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Das Ende

Über den Autor

Fabi Coronel Jorge Fabián Coronel. 36 años de edad. Escribo sobre terror y misterio.Mi alma está perturbada. Mi mente no creo que esté bien. Creo en fantasmas y a veces hablo con ellos en mi soledad.

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