Laureano Reitter; un chico de 22 años, sale a la 10:00 AM de un auto-mercado ubicado por las mercedes, Caracas Venezuela, el muchacho se dirige hasta una lonchería cerca del lugar para pagar por un sándwich de jamón y queso junto con una botella de malta, cuando termino de pagar por la comida y bebida, esté se sienta en una mesa, de una vez se sentó en otro asiento al frente de él, Olindo Vallalta, un chico de 20 años, con síndrome de Asperger, también gerente del lugar en donde trabaja Laureano, Olindo le pregunta a aquel muchacho.
–¿Cómo te sientes hoy?
–Bien. Aunque un día como hoy me trae recuerdos algo tormentosos. Responde Laureano.
–Si… hoy es 13 de abril. Añadió Olindo.
–No importa… aun así es un día más.
–Claro. Solo debes seguir adelante tal cual cómo estás haciéndolo.
–Si. Gracias por darme el empleo. Terminó de añadir Laureano dándole un mordisco a su emparedado.
–¿Es bueno ese sándwich? Preguntó Olindo.
–Si.
–Pediré uno con un café, ya que amo la cafeína.
–¿Puedo preguntarte algo? Preguntó Laureano.
–Si. Dime.
–¿Puedes hablarme un poco sobre tu familia? Además, han pasado tres años desde que me diste el trabajo, también encima de todo somos amigos, yo te he hablado de mis rollos, no me molesta hacerlo tampoco, pero, tú casi no me dices nada Olindo.
–Entiendo tu punto. Pero… mi familia no es muy común, es por ello que no te hablo casi sobre ellos, lo único que te nombre personal, es que el lugar que ando manejando como gerente, es de mi prima Tabita, mujer con la cual no querrás toparte.
–¿Por qué? Preguntó el muchacho.
–Porque ella no es fácil de tratar Laureano. Te digo en serio, que lo mejor que pueda pasarte es que nunca te encuentres con ella pues.
–Okey. No te seguiré preguntando. Disculpa por la pregunta.
–No te preocupes Laureano. No debes disculparte tampoco. Ya que somos amigos, pero sobre mi familia, aunque quisiera, no puedo decirte más nada sobre ellos pues.
–Dale. No te preocupes, ¿vas a buscar tu sándwich? Porque ya me acabare el mío para volver al trabajo.
–Lo pediré para llevar. También debo volver al trabajo. Añade Olindo.
Esté de una vez se levantó de su asiento para comprar el sándwich para llevar.
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