Jungkook soltó un suspiro de
frustración.
Su mejor amigo Taehyung
quién jugaba videojuegos sentado a su lado en la alfombra no perdió tiempo en
mirarlo pues estaba muy ocupado matando zombis.
—Ey, ¿qué pasa?
Jungkook dio un teclazo enfurruñado
en su computadora sobre sus piernas y pegó su espalda por completo a las faldas
de la cama.
—El porno ya no es como en mis
tiempos.
—Lo dices como si tuvieras cincuenta
y apenas tienes dieciséis.
Taehyung torció los ojos sin
perder la atención de su juego, el muy listillo iba ganando. Siempre ganaba.
—Como sea, se ha vuelto
predecible y muy aburrido.
Resignarse nunca a sido una
cualidad para este Jeon adolescente muy intenso y de fuertes emociones, Tae lo
sabe.
—Lástima.
De todos modos Taehyung no
estaba aquí en realidad sino en el nivel veinticinco apalancándose con el
control para ganar a diestra y siniestra.
Jungkook levantó una
comisura, inclinándose hacia su mejor amigo a la vez que le alzaba sus juguetonas
cejas tratando de distraerlo de su juego.
—¿De casualidad no sabes una
buena página que valga la pena? —canturreó cerca de su perfil. —Espera, ¿tú puedes
jalártela siquiera? Creí que eras impotente.
Taehyung no cayó en su trampa,
ni siquiera despegó los ojos de la pantalla.
—Ja, ja, muy gracioso. Y sí,
para tu información sé de muchas.
—En donde no necesite hacer
una cuenta…
Taehyung pasó al siguiente
nivel con un brusco movimiento en el control de Xbox y fue hasta entonces que
puso el juego en pausa para mirarlo.
—Y gratis.
—Escucho.
—¿Qué es lo que te gusta? —Tener
toda la atención de su mejor amigo encima de repente… le hizo cohibirse un
poco, es lo más lejos que ha llegado consiguiendo que Taehyung le preste
atención. Y no se estaba arrepintiendo, pero que mejor vuelva a mirar su juego.
—¿Qué me gusta de qué?
—¿Qué en qué andas, hombre? —No
que a Taehyung realmente le importara… —Sabes que hay de todo tipo: latinas,
jóvenes, tríos, gays…
—Me gustan las mamadas
—respondió con simpleza, o más bien algo que se vio como una pequeña inocencia brotando
a la luz, como si Taehyung realmente fuera un profesional en el tema y Jungkook
no supiera cómo ponerse exigente. Ser desvergonzado no es sinónimo de experiencia.
—Carajo, a quién no. Prueba esta
entonces, es buena.
Apenas Taehyung le dio el
nombre, continuó con su juego. Jungkook la buscó y puso el primer video muy
emocionado. Sonidos de succión y saliva llenaron los oídos de ambos, Taehyung
simplemente volvió a torcer los ojos y rio siguiendo con su videojuego.
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Una semana después, el
siguiente viernes de siempre que Jungkook invitaba a Taehyung a su casa, los
dos estaban otra vez sentados en la alfombra de su cuarto, uno jugando
videojuegos y el otro con la computadora descansando sobre sus piernas.
—¿Y qué tal? ¿Te la jalaste
con la página que te dije?
—Na, muy falso, los gemidos
de las chicas son demasiado fingidos y me dan cringe, hace que se me baje.
—Prueba con esta otra. —Jungkook
buscó la otra página que Taehyung le nombró pero de inmediato su cara se arrugó
en una mueca a la que su mejor amigo le torció los ojos. —Eres muy exigente
para ser virgen.
—Y tú demasiado aburrido
para conocer tantas páginas porno —refutó con sarcasmo.
Puso play al video a
propósito dejando que los exagerados y mal actuados gemidos de la chica se escucharan
por toda la habitación para que entendiera su punto.
—Está bien, está bien. —Taehyung
agitó la cabeza mirando al techo. —Esa tal vez esa sí está muy jodida.
No es que Jungkook sea
exigente, es que aún no encontraba lo que de verdad le gusta y no sabe lo que
quiere. ¿Quién sabe qué quiere a los dieciséis?
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Otra semana después.
—No, el problema es que eres
un idiota, te dije que la puerta de la derecha no, torpe. Usa la vida extra.
—¡¿Cómo demonios quieres que
me concentre si estás viendo porno a lado mío?! Quita eso o harás que se me pare.
Seis días, seis malditos días
seguidos. Jungkook le había estado mandando mensajes cada uno de ellos pidiendo
que le de otra página y otra, o molestando sus horas de sueño para quejarse de
que esa tampoco era buena. Para Taehyung, Jeon Jungkook no tenía fondo.
—Mejor no, sería una lástima
ver que incluso duro eres pequeño —molestó Jungkook mostrando sus perfectos
dientes blancos.
Taehyung lo mató con la
mirada igual que mató a ese monstruo con la combinación de A+C y le dio a
Jungkook un codazo tan duro que le sacó el aire bajándole todo el camino de
calentura que llevaba.
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Otra semana después Jungkook
volvió a soltar un suspiro.
—¿Ahora qué? —arrastró Tae
con la paciencia al borde y la vista pegada al televisor.
—Me rindo, el sexo es
aburrido y está sobrevalorado. —Jungkook se volvió a quejar.
—Sí claro, lo dice el
adolescente que se la jala dos veces al día. —Tal vez tres.
—Es que ya no es divertido. —Ahora
que sus videojuegos también se habían vuelto aburridos, Taehyung tuvo que encontrarle
el lado entretenido a su frustración adolescente para entretenerse con algo en
vez de considerarla molesta cuando lo tenía aquí todos los Viernes solucionando
sus problemas de calentura, supone que ya se estaba acostumbrando. —¿Qué uno no
puede disfrutar de un buen porno decente?
—Si con decente te refieres
a que cubra tus altas expectativas sucias y ególatras, sí, es imposible.
Su pequeña guerra de
sarcasmo se detuvo, tiempo fuera.
—¿Qué es ególatra Tae? —murmuró
Jungkook abriendo sus tiernos y enormes… Desesperantes ojos oscuros.
—No sé, pero definitivamente
es lo que tú eres —rio también. Taehyung se desenredó de su posición sentado
sobre sus piernas y decidió flexionarlas en su lugar para poder recargar los
codos en ambas rodillas y sostener el control por el medio. —Es lo que le dice
mi mamá a mi papá todo el tiempo y mi papá es un cabrón.
Jungkook ignoró los
habituales insultos de su mejor amigo y pudo darse por bien servido con esa
respuesta. Volvió a recargar la espalda contra las faldas de la cama.
—Como sea, ya no me pone.
—¿Qué te pone entonces? —preguntó
finalmente perdiendo la paciencia. ¿Por qué le importa de todos modos?
—No sé, alguien que sepa
mamarla, me gusta que se lo trague al final y que lo mire a los ojos mientras
lo hace, ¿eso es a lo que llaman fetiche? —Taehyung se encogió de hombros, de
pronto perdió de vista cuál era el botón para saltar. —El punto es que siempre
viene con mucho diálogo y gemidos sin sentido.
Carajo, Taehyung se giró a
mirar a Jungkook a los ojos.
—¿Te diste cuenta de que
dijiste “Alguien” y no “Una chica”? —La pausa expectante que hizo Taehyung en
su dirección fue una tortura a la que Jungkook prefirió ensancharle los ojos fingiendo
que efectivamente no se había dado cuenta. Por otro lado, una idea en la joven
cabecita de Tae torció sus labios en una sonrisa perversa muy juguetona. —¿Jungkook,
has probado el porno gay?
Jungkook no podía ganar la
batalla contra su propio impulso de poner ojos grandes de ciervo con esa inocencia
eterna.
—No insinúas que…
—Si no te pone eso, entonces
lo siento pero ya no hay nada que yo te pueda recetar —exhaló dejando caer la
espalda hacia atrás. —Se me acabaron las opciones, “campeón”. He fracasado.
Como si fuera un doctor
tratando de diagnosticar la enfermedad terminal de su paciente.
Un Jungkook desconcertado por
sus propios pensamientos curiosos se escuchó muy inexperto al preguntar.
—¿Tú has visto?
—Claro —respondió Taehyung, como
si no fuera la gran cosa mientras escogía su nuevo avatar con el control. —Una
vez me lo topé y es… interesante. Solo digo que es un hecho científico que no
hay nadie que sepa chupársela mejor a un hombre que otro hombre porque sabe
justo cómo y qué hacer. Es lógica. —El argumento podría sonar lógico, o tal vez
se estaba haciendo el muy sabiondo frente a un curioso y muy impresionable
Jungkook pero qué va a saber un chico de diecisiete años.
Jungkook se quedó callado lo
que restó de la noche.
Y muy pensativo aun cuando
Taehyung ya se había ido a su casa.
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Al mes, seguía siendo el
mismo tema de siempre, es que si un adolescente pone su interés en algo no lo
suelta hasta que lo consigue, demándenlo.
—Necesito ayuda —pidió
Taehyung muy ansioso habiéndose quedado atrapado en un nivel de su juego. —¿Cuál
túnel uso? Me están acorralando Jungkook. ¡Jungkook! ¡Ey! ¿Me estás escuchando?
Quítate los audífonos zoquete. —Pero Taehyung no esperó a que Jungkook lo
hiciera.
De un jalón los desconectó
de su computadora y los escandalosos gemidos de dos chicos hicieron que mataran
a Taehyung en el juego. Jungkook se apresuró a quitar el video con movimientos
torpes y la cara roja hasta las orejas. Los ojos de Taehyung se abrieron hasta
el tope.
—¿Eso es porno gay? Qué
bárbaro JungKookie.
—Idiota.
—Calenturiento. —No sabía
que ver a Jungkook con la cara roja de vergüenza sería tan divertido. —Espera
—bufó Taehyung. —Esa no es solo una mamada campeón… —Y se echó a reír con una
genuina diversión en su cara.
Asomando la cabeza a la computadora
había alcanzado a ver un poco del video: un chico, otro chico, uno de pies y
rodillas en la cama y el segundo por detrás llenando brutalmente su interior con
su caliente polla…
—Se me acabaron las opciones
—se redujo a decir, con los hombros rígidos.
—¿Y esta te está funcionando?
—Tae volvió a molestarlo alzando sus juguetonas y gruesas cejas repetidas
veces.
—No tengo por qué responder
a eso.
Volviendo su vista a la pantalla
del pequeño televisor, Taehyung sonrió muy ampliamente por haber diagnosticado
bien.
Muy bien.
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Dos días después.
—Tú ganas, esta vez sí me
rindo.
Por favor, Taehyung ya no se
la tragaba.
—Eso dijiste el mes pasado.
Ni siquiera sé por qué sigo viniendo.
Esta vez había tocado jugar
juegos de lado de esos retro, porque al parecer ya le había dado la vuelta a
todos.
—Porque eres pobre y tus
padres son tan mojigatos como para no dejarte jugar “entretenimiento violento”.
Taehyung lentamente dejó el videojuego
y se quedó callado, agachó la cabeza como si le hubieran recordado su realidad
de un golpe. Sin embargo, no se avergonzó en ocultarlo.
—Ellos, volvieron a
discutir… —murmuró, este tipo de conversaciones serias no le encantaban pero más
de una vez no habían podido evadirlas.
Es por eso que su mejor
amigo no dudó en inclinarse sobre la alfombra esbozando una pequeña sonrisa preocupada
siendo muy diferente a cuando hacen bromas. Ya muy acostumbrado a estos
episodios, dejó que Jungkook tocara su hombro.
—Sabes que esta es tu casa,
TaeTae.
Sin darse cuenta, Taehyung
inclinó ligeramente la cabeza al contacto en su hombro como hace siempre que
sus padres salen a relucir, el tono de Jungkook había salido demasiado suavecito.
Demasiado.
—Ya debería dejar de
sorprenderme… Como sea, ¿ahora qué? ¿Te vas a declarar asexual? —Se reincorporó
tratando de mandar lo suave al fondo del mar y se hizo el fuerte, no es un bebé
para ponerse a llorar solo porque sus padres son una mierda con él y entre
ellos, como si fuera el único. Además no quiere tener a Jungkook compadeciéndose
de él otra vez o abrazándolo como lo hace siempre que sabe que algo está
pudiendo con él, por más que le guste que lo haga, que lo conozca.
Jungkook terminó por hacerse
hacia atrás para darle su espacio y no presionar donde duele. Y accedió a
contestar casual a su conveniente cambio de tema.
—Es el porno en sí, sé que
no es real. El actuado es un asco y el casero me hace sentir una mierda por no
poder tener a una chica o un chico que quiera hacer algo así conmigo.
—¿”O chico”?
Vaya.
—Ahg, no importa, ni los
perros se me acercan. —Las esperanzas de un calenturiento Jungkook se iban por
el caño.
—¿Pero qué es lo que quieres,
Jungkook? —Una vez se recompuso, Taehyung lo miró a los ojos y Jungkook lo hizo
también.
—Saber lo que se siente.
Hubo un rato de silencio en que
Taehyung se perdió y terminó mirando a Jungkook sin mirarlo. No podía culparlo
por querer.
Entonces sus pensamientos le
traicionaron, una idea. No, eso no. Regresó la atención a su control con
desinterés, pero el videojuego seguía en pausa. Y la idea no se fue, siguió
siendo susurrada a su oído una y otra vez hasta que se hartó.
—¿Quieres que te la chupe?
—¿Qué? —El resorte que fue
Jungkook al oír eso pudo haber sido muy gracioso de no ser porque el rostro de Taehyung
era serio, si estaba nervioso por dentro, supo ocultarlo muy bien.
—Que te dé una mamada
—repitió sin problema, como si no existiera la palabra “mamada” en esa oración.
La cara de Jungkook era un
muy gracioso poema tornándose rojo, de hecho Taehyung empieza a encontrarle el
encanto. Es gracioso el hecho de que Jungkook sea un calenturiento en la teoría,
pero siga viéndose tan inocente en la práctica con esos enormes ojos oscuros de
ciervo confundido.
—Háblame como si fuera
retrasado, quieres. —Jungkook inclinó un oído en su dirección fingiendo que no
había escuchado lo que claramente sí escuchó. —¿Qué me des qué?
—Retrasado ya eres. Digo que
si quieres quitarte la idea de la cabeza puedo ayudarte. —Jungkook no se dio
cuenta pero los dedos de Taehyung se removían sobre los botones del control sin
presionarlos, el juego había vuelto a empezar pero a él lo mataban una y otra
vez.
—¿Me estás preguntando que
si quiero que me la chupes? —No daba crédito, la cara sin vacilar de Taehyung y
la falta de sus carcajadas burlonas lo tenía con la mandíbula y los ojos muy
abiertos. Aún tenía la esperanza de que dijera que estaba bromeando.
—Mmm, supongo —confirmó
Taehyung.
—Pero eres mi mejor amigo, y…
yo no soy gay, tú tampoco…
Taehyung frotaba el botón de
B en círculos con la yema del dedo hasta casi borrarle la tinta con su sudor.
—En realidad no estoy seguro.
Oh.
—¿Así de plano? Estás demente.
Claro que no. —Las cejas negras de Jungkook se fruncían y luego se abrían
arriba y abajo sin saber qué emoción tener.
—No te estoy pidiendo nada
del otro mundo, una mamada es una mamada. —Taehyung se encogió de hombros. —Me
jode que me estés calentando cada vez que vengo a tu casa. Si te la bajo a ver
si así te quedas en paz de una vez. Todos felices. — Definitivamente eso sonó más
lógico en la cabecita de Tae que en voz alta.
—Tal vez pero aun así, ¿que
no te da asco? —Jungkook no sabía si mantener los brazos cruzados sobre su
pecho en disgusto o bajarlos, manotear, ¿dónde los ponía para dejar claro su
punto porque Taehyung no parecía entender nada?
—Solo es para experimentar, si
se pone raro te dejo duro y ya.
Jungkook ignoró el pequeño
tonito de broma que usó Taehyung en un intento por quitarle peso a su extraña
propuesta que ni él había entendido por qué la dejó salir.
—¿Quieres decir que no te
molestaría meter la polla de tu amigo el idiota en tu boca? Una polla, igual a
la tuya.
—¿No que la tenía pequeña? —Taehyung
airó lo que sonó parecido a una risa divertida completamente fuera de lugar para
Jungkook mientras que por dentro Taehyung ya no sabía cómo salir de esta. Fue demasiado
lejos, si se retractaba y mentía diciendo que era una broma, quedaría como un
raro por haber tenido una idea como esa de entre todas las ideas posibles, y si
continuaba hasta llegar al final…
—¿Por qué soy el único que se
está volviendo loco con esto y cree que es una locura? —Jungkook seguía boqueando
y tratando de procesar todo palabra por palabra, porque debía ser una maldita
broma, un sueño, una cámara escondida.
—Si sigues hablando me voy a
arrepentir —respondió Tae sin saber qué más decir teniendo a Jungkook
escaneando su perfil.
—¿Es alguna forma tuya de
reforzar la amistad o algo así?
—Cállate.
—Dios, me voy a arrepentir
de esto…
Jungkook bajó la computadora
de sus piernas haciéndola a un lado.
Y Taehyung hizo lo mismo con
su videojuego.
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Ver a su mejor amigo
montando una de sus piernas, inclinado casi justo frente a él, con la cabeza
peligrosamente cerca de su entrepierna no debió ser tan morboso, pero la expectación
lo llevó a la ruina.
Su miembro ya estaba
completamente arriba como un mástil muy desobediente para cuando Taehyung maniobró
con dedos torpes en el cierre de sus pantalones.
—Tae… esto es raro.
—Solo piensa que soy una
chica y yo pensaré que eres un chico lindo.
—Eso no lo tienes que
imaginar. —Esa mirada de ego por los cielos sería muy castrante para Taehyung si
no hubiera descubierto que Jungkook se ve extrañamente lindo sonrojado de esa
manera, apenas aguantando de salir corriendo. Tal vez tenía razón y no sería
muy difícil imaginar.
—Sí claro, sigue soñando.
De pronto los ojos de
Jungkook no se veían para nada seguros de todo esto.
—¿Tae…? ¿Le has hecho esto a
alguien alguna vez? —Las mejillas de un Jungkook de dieciséis años, tierno e
inexperto estaban completamente coloradas, pero el resto de la piel de su
rostro y cuerpo estaba más pálida de lo normal por el sudor frío que le congelaba
por dentro.
—No, tú eres mi primero.
Mierda.
Tae sopló su aliento sobre
su polla descubierta y Jungkook se estremeció en temblores que recorrieron
desde la base de su espina hasta la punta de su columna por detrás de su nuca.
Temeroso como una gelatina
por dentro pero actuando muy muy bien, Taehyung tomó el glande con dos dedos
observando la punta más de lo que debería. Es exactamente igual al suyo en
naturaleza, le desconcertó que no le importara en lo absoluto que no fuera el
género femenino, al contrario, experimentar con algo masculino era lo que
últimamente le estaba dando vueltas en la cabeza. La polla de Jungkook no es
demasiado grande ni obscena, es inocente y está en pleno desarrollo, pero le
gustó pensar que como supera el tamaño promedio, Jungkook será grande cuando
crezca.
Taehyung sacó la lengua con
ojos brillando al miembro duro en sus manos.
—¡Espera, espera, espera!
Creyó haber oído mal pero
esto estaba sacando lo mejor de Jungkook, de ambos. De pronto su mejor amigo ya
no se veía como el engreído chico de autoestima por los cielos como siempre. Se
volvió una pequeña semillita en su cabeza pensar que sería interesante
descubrir qué tanto cambia Jungkook con tal de perseguir un orgasmo, todos lo
hacemos.
—¿Qué pasa?
Jungkook no soportó que
Taehyung levantara la vista y lo mirara a los ojos estando en esa posición, ni
siquiera lo tenía totalmente entre las piernas y ya se estaba volviendo loco, tuvo
que girarse a mirar a la ventana o algo porque esto era demasiado. Sus ojos se
apretaron sobre sus cuencas igual que sus labios en una temblorosa línea.
—¿Puedes… puedes tomar mi
mano?
Su mejor amigo deja ser un
idiota cuando está caliente, quién lo diría.
—¿Por qué? —Taehyung miró al
perfil de su mandíbula rígida con sinceras cejas extrañadas.
—Solo… por favor TaeTae.
Jungkook nunca lo llamaba así,
era un apodo de cariño demasiado meloso entre ellos como para incomodar. Las
únicas veces que Jeon lo llama “TaeTae” y Taehyung le contesta con un “Kookie”
es cuando Taehyung está demasiado frágil y se acurruca en sus brazos después de
haber tocado su puerta llorando porque lo golpearon de nuevo y tuvo que huir de
casa otra vez.
Lo confundió.
Jungkook volvió la cabeza de
golpe a mirar la mano tibia que Taehyung puso sobre la suya en la alfombra, los
ojos miel del mayor ya enfocados en el miembro asomando fuera de sus
pantalones.
—Me miras como si fueras a
comerme.
—¿Quieres que te coma? —susurró
grave, una voz profunda que ya no pareció la suya .
Por primera vez no hubo
ninguna sonrisa juguetona en el rostro de Taehyung y eso es lo que le hizo
sentir aún más pequeño de lo que era comparado con lo grande que se veía
Taehyung, podrá estar arrodillado a su margen inclinado sobre su parte baja
pero Jungkook se sentía malditamente en desventaja, indefenso a su merced.
Los dientes blancos de Tae
asomaron solo hasta que Jungkook asintió repetidas veces como un bobo, muy
caliente.
No dio tiempo a que
protestara.
Su cabeza descendió lo
último y lo miró a los ojos, los oscuros de Jungkook anclados a los suyos. Un
parpadeo.
Taehyung dio una lamida en
la punta probando la nueva paleta y Jungkook gimió, el maldito gimió alto y
sonoro retorciéndose en el suelo colocando las manos a los lados de su cuerpo
para sostenerse.
Como si Taehyung hubiera
descubierto la picardía misma, quiso intentarlo otra vez. Fue un solo toque, un
ínfimo toque de su músculo húmedo tentando la punta y Jungkook volvió a gemir
emitiendo quejidos bajos y suspiros, alzando las caderas.
—T-tae…
Taehyung no dejó que
Jungkook zafara su mano de debajo de la suya, al contrario, la apretó más
fuerte.
—Shhh… presiento que te va a
gustar más de lo crees.
Jungkook se mordió el labio
interior cerrando los ojos.
Taehyung lo engulló en su
boca de una y chupó con fuerza.
—¡T-t-tae! T-mgh. —Taehyung
le tapó la boca por completo obligándolo a gemir contra su mano sin ninguna
opción y empezó a joder su propia boca con la polla de Jungkook entrando y
saliendo.
Jungkook era una bolita de
nervios y vergüenza que había perdido todo control de su fuerza y garganta, no
sabía que podía gemir tan alto. Sus padres no estaban en casa pero aun así
habría sido muy vergonzoso que Taehyung no le hubiera tapado la boca a tiempo.
Podía ver entre el brazo
fuerte y acaramelado de Taehyung en su boca cómo su cabeza de cabellos
alborotados subía y bajaba obsceno succionándola toda dentro, y esto fue un
millón de veces mejor a todas las imágenes que había visto. Sus ojos se fueron
a la parte posterior de su cabeza obligándose a mantenerse abiertos, sintiendo la
saliva de Tae hasta las entrañas engulléndolo hasta el fondo, quedándose sin
aire.
Los sonidos que hacía por
las arcadas y la nula experiencia le jodieron los oídos, es perfecto, Jungkook
no tiene más aire que dejar salir, sus pulmones están por colapsar y su cuerpo
se estremece lleno de sensaciones nuevas. Taehyung se da cuenta sintiendo lo
que derrocha Jungkook como si lo estuviera sintiendo él mismo pues la sensación
de tener la boca llena de algo que responde al placer pidiendo más con sus
caderas y ayudándolo a joderse es…
Jesús, esto es sucio. Y se
siente tan bien.
Jungkook fue muy consciente del
instante en que Taehyung soltó su mano y se encontró a sí mismo quejándose y empujando
con su garganta pidiendo que volviera a sostenerlo pues Taehyung se ocupó guiando
su miembro en su boca y masturbando la base con falanges largos y firmes
mientras que con la otra tapaba su sucia boca en gemidos calientes.
Esos gemidos…
No sabía que Jungkook podía gemir
así, en ese tono y registro tan agudo a comparación de la gruesa voz insufriblemente
socarrona que fingía siempre para hacerse el semental puberto. No sabía que
también era grueso de más abajo, es decir, su cabeza está imaginando cosas. No
quiere decir que Jungkook sea excepcionalmente grande, pero…
El tamaño es perfecto.
Nunca creyó que usaría esa
palabra para definir algo que tuviera que ver con su mejor amigo, mucho menos
su polla, como si las pollas pudieran ser perfectas.
Jungkook ha puesto una mano
sobre la suya ayudándole a cubrir su propia boca pues Taehyung ha aumentado la
presión de sus labios sin darse cuenta y pronto Jungkook en una maraña de
gemidos sufridos de placer brotando desde lo más profundo de su garganta.
Los labios de Taehyung están
mojados de su propia saliva que ha esparcido en desastre por todo su miembro
que ya ha pasado a ser un mástil resbaloso y brillante en su mano, con espeso liquido
brotando de la punta roja. Taehyung succiona con fuerza como si la vida le
fuera en ello y Jungkook gruñe con sus cuerdas vocales sonando amortiguado por
las dos manos que intentan retener sus ruidos.
Pero ahora Taehyung quiere
escucharlo, su miembro duro en sus pantalones se lo pide a gritos.
Como puede quita la mano de
Jungkook de su boca y las conduce a entrelazarlas juntas sobre la alfombra, lo extraño
es que no fueron palma sobre dorso sino dedos entre dedos uniéndose hasta quedar
por fin como uno solo bien apretados, ambos sosteniendo sus cuerpos desde ese
punto.
Sin embargo su otra palma volvió
a cubrir los labios de Jungkook, dejando ambas ocupadas y su propia boca ya no pudo
detenerse. Usó su garganta y mejillas internas para chupar y succionar la polla
en vilo como una ventosa muy sucia y mojada. Jungkook se retorcía en el suelo
alfombrado pataleando con sus piernas temblorosas, removiendo su torso en
espasmos impacientes que incluso su rodilla se levantó e hizo un contacto suave
con la entrepierna de Taehyung sin querer, una corriente eléctrica le recorrió
la espina haciéndole gruñir al saber que estaba duro como una roca por una
simple mamada, por eso Taehyung se acomodó mejor sobre él y presionó sus
extremidades de forma que se quedara quieto justo entre sus piernas.
Taehyung engulle hasta el
fondo sintiendo la punta en su garganta, el liquido preseminal moja el bulbo
del fondo causándole arcadas que hacen a Jungkook gemir alto, dejando caer su cabeza
hacia atrás, sus manos entrelazadas se aprietan hasta ponerse blancas.
Entonces Jungkook saca la
lengua de su lugar y sin pensar lame la palma de Taehyung, este levanta la
cabeza sorprendido y suelta su miembro con un sonido mojado.
Lo mira fijamente pero se da
cuenta de que Jungkook ya no está, este no es Jungkook. La fuerza de la mano de
Taehyung en su boca cae, es Jungkook quien la toma sin permitirle alejarse mirando
atentamente a sus dedos y palma mojada. Con la punta de su lengua, Jungkook chupa
su yema y Taehyung se estremece dejando caer la frente con los ojos cerrados
contra su propio brazo estirado, apenas puede sostenerse a sí mismo entre sus
piernas.
Jungkook ni siquiera le está
prestando atención, sus dedos parecen ser lo más interesante del mundo porque
lame la yema de cuatro de ellos con la punta de su lengua como un gatito que ha
encontrado un juguete nuevo.
Se mete su dedo medio a la
boca de una y lo succiona con el paladar, Taehyung moja la parte frontal de sus
pantalones estremeciéndose y maldiciendo por lo bajo, pero jamás se aparta. Siente
la boca de Jungkook hirviendo en el interior y empapada de saliva espesa por la
que su polla empieza a palpitar, mientras que la de Jungkook sigue guindando alta
y bien parada entre sus piernas. Sin segundos pensamientos, Taehyung lo empuña
masturbando desde la base hasta la punta con nuevas intenciones ahora.
Los ojos oscuros y dilatados
de Jungkook conectan con los suyos en ese instante y es Tae quien ahora se
siente bien jodido.
No, este no es su mejor
amigo, es una pequeña mierda caliente y tierna ronroneándole a su mano como si
tuviera una fijación oral por sus dedos. Sus yemas ya están arrugadas por toda
la saliva que las ha ablandado, la forma como los presiona dentro de su boca son
una descarga directo a su polla.
Jungkook gime contra ellos y
Taehyung puede palpar las vibraciones puras de ese gemidos con sus propias
yemas como si estuviera leyendo un maldito libro de braille. Su lengua acaricia
sus dedos, después engulle uno de nuevo por completo y lo mete y lo saca
imitando los movimientos de la mano de Taehyung en su propio miembro a la par
de los embistes de su pelvis hacia arriba, comunicándose con Taehyung de la
forma más primitiva posible.
Los hermosos ojos grandes de
Jungkook se volvieron dos orbes de una capa brillante, centellando por más,
pidiendo y emitiendo ronroneos en respuesta.
«No me gustan los diálogos
sin sentido»
Pero maldita sea, Taehyung
quería gritarle lo hermoso que se veía en este preciso momento, alabarlo y halagarlo
hasta quedarse sin aire.
Jungkook vuelve a gemir por
la larga espera, la sensación de estar dentro de algo de nuevo es increíble. Ya
no siente helado por la saliva que se ha enfriado pues su miembro vuelve a experimentar
la calidez de la boca húmeda de Taehyung cuando este aumenta la velocidad. Sus
labios removiendo su carne a presión de arriba abajo, sus mechones teñidos
sobre sus ojos agitándose al desordenado movimiento y sus mejillas ahuecadas
chupando con avidez y codicia como si hubiera encontrado la fuente de la vida y
Taehyung fuera un primitivo ser moribundo sediento por más. Insaciable.
Entonces es Taehyung quien
guía dos dedos dentro de su boca y juega con su lengua removiéndola entre
saliva que escurre de su barbilla y limpia con el pulgar.
«Jodida mierda»
Le jode la cabeza, la vista
de Jungkook con los ojos desorbitados de placer, vuelto hacia el cielo raso y sacando
la lengua es la expresión más erótica y caliente que ha visto jamás dominada
por su libido sin pudor.
Su miembro no deja de soltar
el liquido preseminal que ya ha empapando sus pantalones con una incomodidad
palpitante que no le deja pensar.
Por eso por su bien saca sus
dedos de su boca, un hilo de saliva siguiéndolo en el camino junto un pequeño
quejido necesitado y el sonido de humedad brotando de sus dulces labios como
burbujas.
—Puta madre.
Siseando, Taehyung usa la
misma mano caliente y la propia saliva de Jungkook para empuñar su miembro completamente
mojado recorriendo su carne desde abajo con sonidos húmedos y una afición por
escuchar a Jungkook gemir sin barrera alguna.
Amando la forma en la que se
retuerce debajo de él a sus estímulos.
Un pequeño pensamiento se
planta en su jodida cabecita hirviendo, quiere colocar su mano en esa garganta
que sube y baja tragando duro. Y apretar. Esa de donde se originan esos sonidos
que tanto ama de este chico que lejos está de ser su mejor amigo en este
momento. Pero no quiere asustarlo, tampoco es tan experto como para estar
seguro de que le gustaría por lo que se limita a perfilarla con el pulgar acariciando
su nuez de Adán y disfrutando de la vista del chico extendiendo el cuello hasta
arriba para él como un bello cisne. Muy dispuesto.
Pronto sus manos cobran vida
propia y usando solo su boca para estabilizarse sobre su miembro y seguirle
dando placer, sus fuertes manos de dedos largos aprietan ambos muslos por
encima de la tela de su mezclilla sobando de arriba abajo a lo largo del
músculo con fuerza. Una nueva idea remplaza a la otra.
Quiere ver esos muslos
desnudos, quiere ver cómo son o si son igual de blancos que el hermoso rostro
destruido de mejillas rosadas de Jungkook y ojos cerrados que estampan la
cabeza contra las faldas de la cama, la frustración y el placer contrayéndose
muy abajo.
Dijo que sería solo una
mamada.
Sus manos se anclan al borde
de los desalineados pantalones de Jungkook pero las mantiene ahí sin hacer
nada, sosteniéndose para poder aumentar el ritmo en el punto final.
Esto solo era para ayudarlo
a bajarle la calentura.
Jungkook más bien parece un
horno consumiéndose en sí mismo jadeando por aire, gimiendo por más sin
palabras. Hay algo que se ahoga en la garganta de ambos y que ninguno se anima
a pedir.
Taehyung se reduce a darle
el placer de su vida. Su mano se mueve rápido y luego de traba en la hendidura del
inicio de la cabeza dando círculos en la punta con toda su atención en ella.
Jungkook cree firmemente que
la mano de su hyung es la novena maravilla porque la octava le está mirando
fijamente a los ojos en este momento mientras sus ojos se oscurecen en una
expresión voraz que jamás había visto en su mejor amigo.
La palabra queda rara ahora,
su mejor amigo ya no puede serlo porque estarlo orillando a un increíble orgasmo
con sus hábiles manos es algo más. Tenía razón, no hay género que pueda hacerlo
mejor a un hombre que el masculino. Esa masculina mandíbula maldice entre
dientes muy ocupado y entretenido en hacer a Jungkook llegar al final para
darle el orgasmo de su vida y Jungkook gime en desesperación por liberarse en
su mano, por ver cómo lucirán sus largos dedos delgados llenos de su semen, por
manchar su camisa… o su bello rostro. Su propio miembro quema tanto, y la palma
de Tae le calcina el interior sintiendo una bola de fuego subiendo por sus zonas
más sensibles. Taehyung aprieta al escuchar el jadeo agudo de Jungkook, este ha
encontrado el patrón.
A cada gemido que emite,
Taehyung aprieta o aumenta el ritmo amando escuchar esos labios escurriendo por
él. Por eso Jungkook ya no puede más, los músculos de su espalda duelen por
arquearse contra la cama junto con los de sus piernas que Taehyung está rasgando
con la fuerza de sus uñas de punta roma hasta hormiguearle, pero él gime, él sigue
gimiendo agudo, destruido y sin vergüenza alguna con tal de incentivar a
Taehyung a hacerle todo lo que desee.
La bola de fuego llega a la
base de su vientre y fulgura en deseo, en un clamor ferviente que le grita a
Taehyung con los ojos, este lo mira, sus orbes claros derritiendo unos más
oscuros apenas hacen contacto y no se separan ni cuando Taehyung se agacha a la
altura de su polla otra vez.
«Me gusta que se lo trague»
—Ahhg, ¡T-tae! Mierda.
Esa sonrisa de dientes
blancos y la ráfaga que es su mano empuñando veloz su polla dura y caliente es su
límite para que el fuego se consuma dentro de él explotando y descargando su
polla sin despegar los ojos de la boca que Taehyung a inclinado, ensanchando su
garganta como un saco para recibir toda su corrida resbalando dentro y siendo
removida por su rosada lengua.
Y luego relamió sus labios.
La vista fue lo único que
necesitó Jungkook para seguirse viniendo a chorros a la par de su agudo gemido
largo del que Taehyung no podía despegar la mirada, de sus labios húmedos y
separados, su garganta subiendo y bajando tensa mientras se lo tragaba todo.
Supuso que supo mal, ni
siquiera se dio cuenta, toda su atención fue a ver cómo Jungkook trataba de
tranquilizarse y volver en sí después de la pesada nube del orgasmo que lo
envolvió.
Fueron solo cinco minutos,
cinco malditos minutos chupándolo, los que fueron para Taehyung una tortuosa
eternidad teniendo que aguantarse de venirse en sus propios pantalones de solo escucharlo
gemir, lo que daría por escucharlo de nuevo pero más cerca, más…
No sabía que Jungkook podía
ser tan sensible como para venirse tan rápido ni que Taehyung estaría dispuesto
a probar todo lo que obtuvo de su gastada polla la cual se dio cuenta no había
soltado todavía. Para el final de la tarde, Jungkook era una pequeña bolita
gimiente, temblorosa e hipersensible transpirando inquieta en la alfombra.
Lo que más le desconcertó fue
que no despegara los ojos de los suyos ni cuando hubo acabado, al contrario, su
pecho seguía subiendo rápido e indetenible, como si no hubiera cosa que pudiera
calmarlo, la adrenalina de su orgasmo empujándolo todavía a través de
respiraciones demasiado rápidas como un pistón muy abrupto y torpe.
Esos ojos de pantera negra
que se habían vuelto el cordero del cuento se veían aún dilatados y
completamente negros, quedaba muy poco blanco en ellos, muy poca inocencia
después de haberse manchado de lo que tanto quería descubrir.
Sus labios estaban rojos,
mojados de la saliva que escurrió de chupar sus dedos y maltratados por
haberlos mordido tan fuerte a lo que sentía.
Jungkook podrá tener ojos de
cordero pero Taehyung no pudo evitar sentirse como el vil trozo de carne de la
pantera bajo esa mirada que había cambiado. Esta vez no era curiosidad como
cuando habían empezado, ni siquiera morbo, vergüenza o expectación.
Era un puto deseo crudo y
vivaz.
Que no ha disminuido ni un palmo.
Un deseo fulgurante y
encendido prendiendo sus ojos enganchados a los de Taehyung. No son grandes,
los ojos de Jungkook se ven enormes e intensamente enfocados respirando pesado y
caliente casi con humo saliendo de sus fosas como un pequeño dragoncito asustado
aprendiendo a escupir fuego.
Taehyung se queda quieto, su
entrepierna mojada y malditamente dura salta en una punzada extraña con un
gusto personal por toda el aura nueva que Jungkook exuda.
De repente los temblores
hacen el cuerpo de Jungkook desinflarse y cerrar los ojos exhausto y muy
drogado con párpados que tiemblan e incluso hacen a Taehyung preguntarse si
está bien.
Tiene una necesidad
primitiva de acercarse y tomarle el rostro, pero sus extremidades no se mueven
ni un centímetro cuando Jungkook vuelve a apuñalarlo con oscuridad fija. Un
deseo, una necesidad intermitente brotando de sus rosados labios húmedos y
brillantes.
—T-tae… b-bésame, bésame,
por favor. Yo…
Taehyung lo alcanzó en un
parpadeo y atacó sus labios escuchando el gemido de alivio que jadeó Jungkook
contra su boca y cayó, cayó rendido a sus pies porque los besos de Jungkook eran
igual de torpes que los suyos transmitiéndole la misma necesidad que tenían
ambos de continuar con esto quemando sus cuerpos. Sea solo calentura u otra
cosa, importaba un carajo. Deseaban, anhelan.
Taehyung se acomodó más
cerca de su cuerpo con sus miembros calientes de por medio y jura que se
derrite por la forma tímida en que Jungkook trata de aferrarse a sus brazos
para sostenerse de algo. Kim lo está apretando fuerte por las mejillas y trata
sin experiencia de meter su lengua en su boca a despertar la suya.
Jungkook no está seguro de si
el beso está siendo torpe, desordenado o si así debería ser pero
definitivamente le calienta desde el fondo más profundo del infierno hasta lo
más alto del bendito cielo porque lo que Taehyung no sabe es que este es su
primero, Taehyung es su primero. Taehyung siempre ha sido su todo.
Los tropiezos, los sonidos
húmedos y la inexperiencia es cosa de otro día porque Jungkook ama esa forma
experimental de descubrir juntos cómo se hace. A los pocos minutos encontraron
un buen ritmo, Taehyung supo exactamente qué hacer para tener a Jungkook
gimiendo de nuevo y puta madre, sentir el gemido contra sus labios así de cerca
era por mucho la mejor sensación que ha experimentado nunca.
El ritmo es constante, ahora
sabe cómo le gusta a Kook y qué espera que haga. Mete su lengua y atrapa la
suya entre sus labios resbalándola al salir para volver a entrar de nuevo uniendo
sus bocas porque sabe que es eso lo que hace a Jungkook ronronear desde el
fondo de su garganta y emitir sonidos bajos que vibran contra su propia boca
caliente.
Pero Taehyung se siente
codicioso, un maldito ambicioso como el demonio, anhelante…
Sin embargo no es Taehyung
quien lo dice caprichoso y en voz alta como si rogara por postre.
—T-tae, quiero más…
No estaba seguro de qué
quería, más de esto, más de él, todo.
Sus labios rosas se han abultado
en un puchero contra los suyos y jura que es lo más caliente o tierno que ha
visto en su vida, consumiéndose por dentro de lo duro que está y no ha estado
nunca ya no sabe distinguir.
Además de codicioso se
siente halagador.
—¿Qué quieres, Kookie?
—susurra demasiado dulce contra sus labios penetrando sus brillantes ojos
oscuros con los propios. —¿Quieres que lo haga otra vez? ¿Puedes venirte de
nuevo?
Jungkook asiente en pequeño
y Taehyung cierra los ojos dejando caer su frente contra la suya sintiéndose
morir por dentro de la ternura.
Con voluntad Taehyung vuelve
en sí, y entonces se da cuenta de que no sabe qué hacer. Son dos niños sentados
en la alfombra descubriendo cuál es una de las caras de la vida, ningún porno
te prepara para esto. Se da cuenta de que esas son puras mierdas mal actuadas.
Tiene a un chico caliente
como el inferno e insatisfecho en su brazos rogándole con ojos brillantes que le
de un alivio, que le cause placer de una manera u otra con algo más que sus
besos, pero Taehyung no está seguro dé cómo y la dureza en sus pantalones no le
deja pensar.
Asoma la cabeza a la
superficie de la cama, no, no, vuelve a bajar a la altura de su rostro.
—Voy a volver a chuparte, ¿estás
muy sensible todavía? —Jungkook casi se siente venir de nuevo por cómo Taehyung
levanta su mentón con dos dedos dulces.
El sabor de la espesa
corrida de Jungkook volvió a sus papilas y por alguna razón quiso, Taehyung quiere
tragarlo de nuevo.
No dio tiempo, otra vez
estaba inclinado más abajo sobre su cuerpo, el miembro de Jungkook duro y
levantado como una florecita al sol de nuevo. Los ojos de Taehyung no ignoraron
ese pantalón que tanto odia y no le deja ver lo que quiere, pero tuvieron que
tragarse las ganas de saborearlo sin ellos.
Es que no había la seguridad
de qué es lo que realmente quieren porque no saben qué pedir, nadie puede pedir
sin saber qué hay en la carta.
Solo está el Hambre, el verbo:
Querer.
Taehyung se inclinó a su
miembro, pero Jungkook ya estaba removiéndose incómodo reclamando sus ojos.
—N-no, n-no, Tae.
El pequeño ruego hizo a
Taehyung volver enseguida demasiado cerca al encuentro de su rostro para
asegurarse de que estuviera bien.
—Ayúdame Kook, dime que
quieres —pidió en un murmullo, respirando el mismo aire jadeante.
Esto estaba sacando lo mejor
de ambos ante su inexperiencia y posibles últimos atisbos de orgullo si es que
los había.
—Somos amigos…—Una oración
quedándose dentro de su mente sin poder salir.
Jungkook trataba de reunir
las fuerzas y buena dicción para no parecer una chica necesitada de una polla. (Sin
ofender a las chicas necesitadas de polla, aunque verte tan hermoso, tierno y
necesitado como Jungkook sería un maldito y privilegiado halago).
—Está claro que ya no,
Kookie. —Al carajo. —Vamos, dime qué quieres.
Querer bajarle la luna si se
lo pidiera no era normal, pero estaba demasiado caliente como para procesar su
propia forma necesitada de querer darle todo con tal de llegar juntos de una
vez por todas y quitarse este caliente y punzante peso de encima.
Entonces Jungkook coló una
mano entre ellos y tocó la entrepierna de Taehyung, mojada hasta casi escurrir.
Taehyung se estremeció cerrando los ojos y soltando un jadeo de vaho sobre su
rostro. Jungkook abrió sus lindos labios rosas.
—Tú… Aún no has llegado.
Jodido Cristo y su
Madre.
Taehyung no podía obligarse
a mirarlo o se vendría de solo ver el ruego en sus tiernos ojos brillantes.
—Eso no importa, dime de una
maldita vez qué quieres. —Jamás le levantaría la voz a ese pequeño dragoncito
descubriendo qué es el calor, qué se siente quemarse. Él rogaría. —Dime Kookie,
por favor.
—¿Quieres intentarlo conmigo?
Maldita sea, Jungkook duda
de si quiere hacerlo con él, como si eso fuese remotamente posible.
Taehyung se derrite por su
forma tan tierna de verse inseguro de sí mismo igual que él. Taehyung nunca
había creído posible pensar que a partir de ahora jamás podría decirle que no a
Jungkook en lo que sea que le pida o despreciar lo que sea que venga de esos
rosados labios temblorosos por él.
—¿Te refieres a…?
—Llévame a la cama hyung.
Taehyung se infartó a cada palabra.
Jungkook se lanzó a sus
brazos y lo abrazó por el cuello causándole un paro inmediato. Aunque no lo
acepten, todos los adolescentes le tienen miedo a la cama, y el que le haya
llamado “hyung” le termina de confirmar que este ya no es Jungkook, es un
pequeño chico hermoso y adorable necesitado de cariño o toques calientes para
liberarse, un poco de ambos.
La primera vez es…
Taehyung está sudando frío,
jamás ha guiado a nadie durante el sexo, ¿cómo se supone que haría esto?
No quiere lastimarlo o joderlo.
Es decir, quiere joderlo y
muy duro, pero no cagarla.
Entonces se da cuenta, maldita
sea, Taehyung se muere por joder a Jungkook contra esa cama y escucharlo gimiendo
agudo de nuevo, gimiendo y retorciéndose por él.
Reuniendo los huevos para
levantarse cargando el cuerpo de Jungkook en sus brazos es el doble de difícil
pensar en qué va primero si tiene a Kook aferrado a su cuerpo como un koala muy
tembloroso bajo los efectos extraños e incomprensibles del sexo que aún no han
tenido.
Tan frágil, tan humilde.
Mírenlo bien porque Jeon Jungkook ha dejado de ser un idiota a una preciosa masita
con tal de estar dispuesto a lo que sea que Taehyung quiera hacer con él.
La espalda de Jungkook toca
la cama y maldita sea, ver sus cabellos desparramados entre las desarregladas y
cálidas cobijas de Diciembre con su rostro rojo de la vergüenza por tenerlo
encima es simplemente íntimo, lo más íntimo que Taehyung ha hecho con nadie.
—Sabes que esto no es como
esas películas porno, ¿verdad? Yo no tengo ni puta idea de qué hacer.
Jungkook volvió a apretar el
agarre en su cuello con los dos brazos aún sin soltarlo.
—No me importa hyung, solo jódeme.
Inténtalo, por favor.
Esa necesidad única y
especial en sus ojos hablaba muy en serio.
«Jódeme…»
Joderlo maldita sea, joderlo
duro como tantas veces ha curioseado… ¿De verdad? ¿Pero debía prepararlo? ¿Girarlo?
Quiere verlo sin ese
pantalón que tanto le saca una vena de la sien, punto, por ahí va a empezar.
Sus ojos jamás dejan los
suyos. Preguntando, avisando, con cuidado.
Sus largos dedos se
enganchan a su pantalón de mezclilla rasgado y hay una chispa centellando en la
claridad de sus iris.
—¿Me dejarías verte?
El sonrojo que sangró del
cuerpo de Jungkook fue la segunda mejor vista que ha tenido en su puta vida. Un
asentimiento tembloroso soltó de sus riendas.
De alguna forma, tocar sus
pantalones con tal de quitarlos del camino fue aun más íntimo que haber sacado
su polla de su ropa interior hace unos minutos, significaba dar paso a algo que
ya no podrían detener.
Las piernas de Jungkook se
removieron a lo largo de la cama con inseguridad una vez fueron descubiertas.
—Puta madre Kook.
El corazón de Taehyung se
aceleró a un ritmo que no le dejó hablar.
Esas piernas… Taehyung
cierra los ojos y los vuelve a abrir extasiado. No sabía que ver las piernas
desnudas de alguien podría excitarle tanto.
Jungkook tiene un cuerpo precioso,
y precioso no era la palabra perfecta, se queda corta, lo sabe por la forma tan
delicada y blanca en que sus piernas son adornadas, esto es…
El bulto dentro de sus
pantalones salta y se hace más grande si es que eso era posible.
Sin pensar, sus dedos se
enganchan al elástico de su ropa interior, su polla ya lleva afuera más tiempo
del que debería pero quitar su ropa por completo sigue siendo un gran paso.
Jungkook se estremece a cada roce de sus dedos bajando la tela por sus piernas.
Así, en la cama, sonrojado
por él, jamás volvió a ver a Jungkook como lo percibió todos estos años.
Siempre lo había tenido en
el concepto del chico popular y sexy para las chicas del típico estereotipo que
juega fútbol. Su cuerpo era un simple ícono fornido y musculoso para toda la
escuela, pero la forma en la que su suave suéter de rayas negras y rojas tres
tallas más grande se levantaba hasta medio abdomen descubriendo su pequeñita cinturita,
enmarcando esas piernas bien trabajadas, le hizo babear y escurrir como un
sediento. Ya no era su mejor amigo al que alguna vez envidió, sino el chico que
ahora desea.
Flexionando sus piernas así
y retorciéndose en la cama como un gatito muy abochornado y mimado es caliente,
todos los pensamientos que le están invadiendo, ideas… Sus piernas firmes no
son tan intimidantes como las recordaba, tal vez era la posición, pero sus
muslos son ilegalmente rellenitos sin ser voluptuosos. Todo su cuerpo es
pellizcable donde le gustaría apretar su piel y marcarla, delgado donde tiene a
Taehyung loco y no puede dejar de maldecir quedándose sin aire conforme sus
ojos lo comen.
Jungkook salta en su lugar cuando
Taehyung aprieta con fuerza una palma sobre sus muslos hasta espantar la sangre
de su piel, dejando las marcas blancas de sus dedos hasta que vuelven a ser
rositas de nuevo.
—N-no me mires así… —El
pecho de Jungkook subía y bajaba muy rápido, tapándose el rostro con sus
antebrazos, la manga del suéter rojo tapaba por completo sus pequeñas manos y
sobresalía de ellas pues le quedaba enorme.
Era demasiado para él. Son ahora
los ojos de Taehyung los que parecen poseídos por alguna fuerza desinhibida y tenebrosamente
caliente que levanta los hilos de las comisuras de esos deliciosos labios que
Jungkook ya ha probado.
Esa sonrisa de dientes
blancos es…
Jungkook deja salir un jadeo
con la boca abierta y los párpados
caídos de la calidez a punto de cerrarse.
Taehyung llevó una de sus
manos por debajo de su rodilla para flexionar una de sus piernas hacia su pecho
y acaricia la parte interna de arriba abajo apreciando la suavidad de su piel.
Su lengua cobró vida propia.
—Eres muy bonito Kookie —exhaló
Taehyung inclinándose contra su cuerpo, dejando descansar el peso de su torso
sobre esa pierna.
Es como una pequeña gomita
de fresa, de esas favoritas de todos, quería morderle un muslo y descubrir a
qué sabía su lechosa piel blanca…
Jungkook soltó un grito
destruido en un gemido cuando Taehyung se agachó y lo hizo.
—¡Carajo! ¿Eso qué fue?!
—¿Te dolió?
Jungkook tardó unos segundos
en contestar, luciendo tímido otra vez.
—N-no…
—¿Puedo hacerlo de nuevo?
De verdad quería morder toda
su piel, escucharlo gritar de nuevo.
—Sí…
Lo siguiente no fue un grito
si no un gemido de placer puro en todo su maldito esplendor, fuerte, claro y
hermosamente agudo.
—T-tae, me gusta. Me gusta lo
que sea que me hagas.
Taehyung acaba de encontrar el
primer platillo del menú.
Plantado frente a Jungkook, bajó
su pierna para que descansara pero sin estirarla por completo y se permitió inclinar
el rostro de nuevo al costado interno de su muslo. Sus manos no podían
abarcarlo todo al recubrirlo con sus duros dedos, su blanca piel se escurrió entre
sus falanges al apretar. Jungkook fue una masita gimiente y sensible cuando los
dientes de Taehyung tocaron la piel y jugaron con ella descubriendo dónde les gustaba
ambos. Por ahora, Taehyung descubrió que le gusta morder, mientras que el de cabellos
oscuros anota que le encanta que lo muerdan, que Taehyung lo muerda, no estaba
seguro en qué otras partes más le gustaría que lo hiciera.
Con una mano apoyada en la
circunferencias del costado de su pequeñita cintura por encima de su muslo,
Taehyung toma el otro por debajo y lo flexiona de nuevo bajando el rostro a darle
atención a su miembro. Lo mete en su boca por completo ahuecando sus mejillas y
chupa dos veces nada más para que no pierda el interés, pero Jungkook se
remueve muy sensible. ¿Es esto a lo que la gente llama preliminares?
Siempre viendo penetraciones
sin sentido y nada más, esto era muy diferente. No sabía que era el doble de
difícil preparar tu comida a simplemente comerla.
En esa posición baja, a
Jungkook le jode la cabeza agachar la vista y ver a Taehyung entre sus piernas
de nuevo con su polla mojada en la boca, es obsceno, tan bueno. Esa maraña de
nervios calientes a fuego lento en su interior apenas aguantando.
Muy ocupado haciendo lo
único que sí está más o menos seguro de cómo se hace —morder y chupar—, Taehyung
trata de tantear un poco más.
Sus manos suben a jugar con
el borde de su suéter negro de siempre y lo levantan un poco más para colar sus
manos debajo. Sus curiosos dedos acarician las aristas y los lados de esos
cuadrados duros que Jungkook tiene por abdominales y Dios, unos abdominales que
siempre había envidiado cuando lo veía entrenar en la cancha de fútbol cada vez
que iba a esperarlo para caminar juntos a casa se han vuelto una atracción.
Ahora la próxima vez que lo vea en el instituto sin camisa, gemidos son los que
susurrarán en su mente.
Sin pensarlo, Jungkook coloca
una mano sobre la suya en su propio abdomen y ambos piensan en el contacto al
mismo tiempo, otra vez su corazón se ha acelerado más de la cuenta.
Taehyung recorre la
extensión de sus muslos bien tonificados y lo hace flexionar las dos rodillas
juntas finalmente hasta que estas casi tocan sus hombros. Dios, mala idea, la
posición era tan…
Adora cómo las piernas de
Jungkook son tan elegantes y suaves moviéndose a donde Taehyung las retuerza, la
cara inferior de sus muslos apuntando hacia arriba se siente firme y perfecta,
flexible y es un martirio.
Incluso relativamente tan
lejos, los pequeños jadeos de Jungkook son los que lo van guiando por el camino
a encontrar un punto que haga a esos gemidos subir de nivel.
Su boca ya ha trabajado lo
suficiente como para tener a Jungkook escurriendo, es por eso que es su mano
ahora quien hace el trabajo de seguirlo empuñando para no hacerlo tan sensible
con su saliva caliente pues Jungkook se retuerce como si fuera demasiado. Su
otra mano no encuentra qué hacer, la habitación se llena del sonido del roce de
su palma contra la piel bien humectada de sus piernas de arriba abajo.
Sus rodillas se abren más en
un espasmo pues la mano sobre su miembro ha bajado más de la cuenta y un dedo
se ha salido de la fila, Taehyung se apoya en la cama e inclina a la vez que
encuentra un recoveco interesante en el camino de acariciar sus testículos. Baja
un poco más, acariciando en el medio y luego su yema conecta con los músculos
del anillo que se contrae en un gemido al primer contacto.
—T-tae, espera…
—Shhh… ¿Quieres probar?
Había duda combinada con
deseo en los ojos de Jungkook retorciéndose a los círculos que Taehyung trazaba
con curiosidad en su músculo apretado.
—¿Dolerá? —preguntó Jungkook
con inocencia.
—Tranquilo, lo haré lento,
no voy a lastimarte.
Las palabras revolotean
corazones tan frágiles como los de un vulnerable adolescente.
El miedo está ahí, pero la
mirada confiada de Taehyung aunque sabe que es tan primerizo como él le da cierta
expectación.
Taehyung se lleva el índice
a la boca, pero antes de chuparlo, una idea le hace levantar la vista hacia
Jungkook. No tiene que preguntar, apenas extiende su dedo medio a tocar sus
húmedos labios, Jungkook alza su cuello de cisne, abre la boca y engulle el
largo de su dedo dentro de su cavidad mojada, como un bebé con fijación por su chupón.
Jura que este entrañable Jungkook le joderá el cerebro si no deja de ser tan
necesitado y caliente.
El medio tantea la entrada,
Taehyung está atento a cada reacción de Jungkook y este no puede más que dejar
salir sonidos agudos entre el ardor y el placer del primer tramo de dedo comenzando
a entrar.
—Necesito que me hables Kookie,
dime si te duele o quieres que lo quite.
—N-no… —Jungkook apretó sus
ojos dejando caer su cabeza contra la almohada. —Sigue…
Esto era demasiado para su
cordura.
Sin dejar de tocarlo, el chico
de cabellos violeta teñidos comenzó a trabajar en sus propios pantalones y ropa
interior con una sola mano superficialmente para liberar un poco de tensión.
Jungkook miró atentamente cómo Taehyung se separaba para quitarse la playera
oscura por sobre su cabeza con la flexión de los músculos de sus brazos mientras
jalaba su propia rodilla a su pecho dejando salir un suspiro de añoranza.
Volviendo, Taehyung se
inclinó a tratar de volver a insertar el falange dentro lo más lento que le era
posible y aunque no cediera por completo, sintió a Jungkook contraer y apretar con
fuerza alrededor del inicio de su dedo, Kim se quedó sin aliento. Imaginó cómo
se sentirá sustituir su dedo por su polla en esa estrecha entrada y le sofocaba
el deseo de que así fuera.
Jungkook hizo una mueca de
ardor pero jadeando, se quejó bajito en respuesta. Taehyung levantó la cabeza como
un resorte hacia él.
—¿Estás bien? ¿Te gusta así?
—S-si, S-si…
Jungkook había mandado todo
el orgullo a la mierda como para no importarle verse tan hermoso gimiendo por
más. Quería escucharlo de nuevo.
—¿Lo estoy haciendo bien?
—Carajo s-sí… —Arde, pero la
mandíbula de Jungkook no estaba apretada por eso sino por el placer de ver el
cuerpo desnudo de quien lo tenía clavado a la cama volviéndolo loco.
Taehyung advirtió la forma
en la que Jungkook lo recorría con la mirada de arriba abajo como si fuera el
pastel más delicioso en la mesa. Unos ojos encendidos, apreciativos, como si
Jungkook fuera su más grande admirador.
Taehyung jamás se había
sentido tan halagado en su puta vida, la sensación de su pecho hinchándose por
lograr hacer a Jungkook sentirse bien fue su placer.
El cuerpo de Taehyung era
envidiable, esbelto, atlético y sumamente atractivo. El color acanelado de su
piel contrastando con la suya definitivamente era lo que más le gustaba. Sus
pantalones ya estaban desabrochados a medio camino. Mirando hacia abajo acostado
entre las almohadas, Jungkook pudo ver el color oscuro de sus bóxer disimulando
la gran mancha húmeda en ellos, pero él quería ver más del indicio de la gran
polla que pronto sería suya…
Estaría loco si Tae pensara
en meter dos dedos, fue extraño que en todo el contenido que había visto, dos
hasta tres dedos entraban con tanta facilidad y él aquí apretando los labios por
idear la forma correcta de meter el primero.
—¿Tienes lubricante?
Asintiendo varias veces, Jungkook
señaló el cajón de a lado con una exhalación de aire caliente y los ojos
cerrados en un murmullo. De verdad quería verlo completamente desnudo…
Como pudo, Taehyung fue por
él lo más rápido posible subiendo por su cuerpo hasta alcanzarlo y su dedo ya
estaba resbalando más cómodo en los próximos segundos. El sonido húmedo de viscosidad
le hizo agitar la cabeza en escalofríos a ambos. Jungkook se retorció contra las
almohadas por la profundidad que iba alcanzando dentro de sus paredes, la yema
de su dedo cada vez más cerca recorriendo su sensibilidad.
Hasta que la yema tocó el
nudo final.
—¡A-ahg! T-Tae.
—¿Te lastimé?
—Hazlo otra vez, por favor.
Taehyung tuvo miedo de que
estuviera pidiendo demasiado porque él ya sentía a su dedo acalambrarse y
ponerse morado de la presión que ejercía Jungkook. Su sensibilidad era inhumana.
Apenas se movía, Jungkook contraía su interior con un rechazo natural a un
intruso.
—¿Estás seguro?
No quería lastimarlo. Pero
el azabache insistió.
—N-no… preguntes —murmuró
entre dientes.
Su nuca se tallaba en
tortura contra la almohada.
El dedo y la muñeca de
Taehyung se tensan entonces, el vientre de Jungkook subió y bajó igual de
rígido tratando de contenerse de venirse con un simple dedo pues sería
vergonzoso, pero no se abstuvo de gemir para hacerle saber a Taehyung lo mucho
que le gustaba lo que hacía. El chico de cabellos violetas se inclinó hacia
adelante sobre el cuerpo de Jungkook y trató de acomodar mejor su mano, en
teoría esto debería expandirlo para recibir algo más grande después, pero no
estaba seguro de nada en lo absoluto más que la cara extasiada de Jungkook en
placer.
No debió acercarse tanto,
temió. Acabar con la respiración agitada de Jungkook a unos centímetros de su
rostro le hizo cosas, desear cosas, anhelar.
Taehyung lo besó callando
esos gemidos que murieron en su boca y esos labios se abrieron gustosos para él
recibiendo su lengua curiosa y codiciosa queriendo experimentar. Ninguno sabía
si esto era mediocre o cómo debía ser pero el que por dentro se murieran por
más, fue perfecto.
Jungkook gimió en sus labios
jalando el aire que Taehyung le había robado con su inesperado movimiento y
separó sus rostros tomando sus mejillas con manos tibias.
—Por favor, Tae, ya no
aguanto más.
Otra vez esos ojos
brillantes apenas contenidos haciéndole cosas a su frágil cabecita llena de
ideas que no sabía cómo consumar.
Contra todo pronóstico,
Taehyung se inclinó de nuevo a robarle un pico inocente y muy espontáneo, un
impulso que había estado reteniendo.
—¿Qué quieres Kookie?
Otro pequeño besito en su
nariz.
Nuevamente el impulso de sus
anhelantes cuerdas vocales dominadas por el deseo.
Jungkook bajó una mano a
tocar su entrepierna y sus dedos se mojaron al acariciar la tela negra húmeda justo
donde recubre punta.
—Quiero que llegues Tae. Quiero
que te vengas d-dentro de mí…
Taehyung dejó caer su cabeza
a un lado de su cuello respirando anormal, con el corazón retumbando en sus
oídos.
—Dios, ¿por qué me haces
esto? —Jungkook jadeó cuando Taehyung sacó su dedo, sintiéndose vacío y frío de
repente. —¿Estás seguro de que quieres que entre en ti? —balbuceó cálido en su
oído.
Jungkook no habló, ni
siquiera asintió, fue un diminuto sonido de su usada garganta ronroneándole con
anhelo por tenerlo tan cerca respirando en su oído. Nunca lo había tenido tan
cerca… y le gustó, le gustó mucho.
Taehyung no podía estar más
jodido.
Como pudo se enderezó y lo
miró a la cara tratando de buscar algún arrepentimiento en él, pero lo que recibió
fue un poco de su propia medicina al no encontrar más que un deseo ferviente
palpitando y rogando por él.
No podría soportar tenerlo
sufriendo más tiempo.
Sus pantalones ya habían
sido sacados, no tuvo vergüenza en quitar su ropa interior negra con rapidez, pero
sí la tuvo al recibir los oscuros ojos curiosos de Jungkook pegados a su polla
dura y levantada contra su estomago. Maldijo por dentro porque Jungkook se
relamió los labios sin darse cuenta, humedeciéndolos con hambre, como un dragoncito
hambriento.
Taehyung tampoco es tan
grande, es… Dios, la quiere dentro, la quiere jodidamente dentro ya, removiendo
su carne en el interior, haciéndolo rogar por más. No piensa siquiera en el
posible dolor sino en lo malditamente sexy que se ve Taehyung arrodillado entre
sus piernas con su miembro viril guindando entre ellas, Jungkook tratando de
soportar la tentación de quitarse su última prenda para que Taehyung lo recorra
a su antojo. Estar ambos completamente desnudos sería demasiado para su frágil
mente, se vendría de solo imaginarse a ellos mismos en la mejor escena erótica
que han creado.
Sus suspiros lo delatan
pasando sus ojos por el definido cuerpo de Kim Taehyung contrayendo los
músculos de sus brazos a cada maniobra que hace para acomodar mejor su cuerpo, dándole
una vista de sus delgadas clavículas, esas que su cerebro muy jodido grita por
chupar, Dios, Jungkook quisiera chupar cada centímetro de ese cuerpo delgado de
piel bronceada encima de él.
Con demasiado cuidado,
Taehyung se alinea a su cuerpo tomando su erección para encontrarle el modo a
este rompecabezas y toca la húmeda cavidad con la punta, haciendo que Jungkook
se muerda el labio.
No sabía que algún día
estaría rogando en su mente por ser jodido, ser jodido duro por un chico, por
este chico.
Taehyung lo mira en una
última confirmación plantándose bien sobre sus rodillas. Los cabellos de
Jungkook se sacuden al asentir.
La punta de la cabeza presiona
y Jungkook se siente morir, no está preparado para esto por más que su dedo
haya hecho bien su trabajo, jamás había recibido algo tan grande, nada en
realidad. Su anillo se cierra sobre la punta impidiendo el paso como un
mecanismo muy oportunista y Taehyung trata de no entrar en pánico para no verse
como un idiota ignorante. Se hace de más lubricante rogando al cielo que la
inexperiencia no lo delate pero Jungkook sigue con los ojos apretaditos
respirando apenas controlado, confiando a ciegas en que Taehyung sabrá qué
hacer.
Por otro lado, Taehyung no
está seguro de cómo controlar los sentimientos que le vinieron al darse cuenta
de lo mucho que Jungkook confía en él.
Debe usar de nuevo su dedo
para acomodar lo necesario y lo vuelve a intentar teniendo a Jungkook temeroso apretando
las sábanas al ardor. No puede permitir que le duela, no puede.
Su miembro no entra con la
facilidad que había visto y podría pero no va a forzarlo dentro, toma la erección
de Jungkook y trata de darle un consuelo mientras esperan a que se adapte a su
tamaño. La cabeza ya está encajada dentro apenas resistiendo, pero el anillo se
aprieta alrededor con fuerza como si una escotilla se cerrara atrapándolo sin
dejarlo moverse. Taehyung deja salir un gruñido por el atisbo de frustrante
placer que Jungkook le está causando sin darse cuenta, este resistiendo al
ardor, haciendo todo su esfuerzo por darles lo que quieren, pero su cuerpo es
primerizo y muy rígido. Taehyung lo siente muy tenso, el cuello de Jungkook está
completamente estirado por completo marcando las venas de su costado mientras presiona
contra la almohada y sus cuencas se arrugan apretando sus ojos cerrados,
respirando muy rápido.
Y entonces esos hermosos
ojos negros no pueden más. Jungkook quería darle la libertad de encontrar el
placer dentro de él sin miedo a lastimarlo, no duele demasiado pero es
frustrante que su novato cuerpo no pueda darle más, los orbes de Jungkook
terminan por ponerse brillantes y acuosos en las comisuras.
El corazón de Taehyung se
rompe.
Incluso Jungkook escuchó el
crujido porque trató de taparse la boca con su mano enguantada por las enormes mangas
lamentando decepcionarlo por ser tan patético. Lo que no sabía es que Taehyung estaba
sufriendo por pensar exactamente lo mismo.
Mirándolo así, tan inseguro
y frágil con lágrimas acumulándose en sus bellos ojos por el ardor que no supo evitarle
por mediocridad, unas inevitables ganas de besarlo en consuelo lo impulsan a
asegurarle que todo está bien, que lo está haciendo muy bien.
Taehyung se acerca a su
rostro y lo besa, pasando todo lo demás, pero no solo besa sus labios sino sus
hermosos párpados que se abren y cierran como una lechuza temblorosamente
sorprendidos, batiendo sus húmedas pestañas en su dirección. Y Taehyung cree
que esas pequeñas motas de brillo en sus ojos son los más bonitos que ha visto
nunca.
Su cuerpo reacciona al
instante, como si todo este tiempo hubieran pertenecido a Taehyung para besar y
mimar a su gusto. Tae no puede dejar de conectar sus labios en todo su rostro,
sus mejillas rojas y húmedas, sus labios rosados y maltratados robándole el
alma con la lengua y chupando esa lágrima en la mejilla que manchó sin permiso para
después besar de regreso todo el camino que recorrió.
Jungkook se siente diminuto e
insufriblemente dulce en sus brazos.
Y lo ama, ama esa sensación
cálida descubriendo qué se siente ser tratado con tanta ternura por primera vez.
Enrosca los brazos a su cuello y se cuelga de él como un koala adormecido por la
sensibilidad. Su nariz era lo único que faltaba por tornarse rojo, sorbe arrugando
su abultada nariz y el frágil corazón de Taehyung da un brinco, luego dos, besa
su nariz y su corazón carmín ya se está agitando demasiado rápido.
Sus labios son tan suaves,
se amoldan a los suyos como si les hubiera puesto nombre. Ya es demasiado
tarde, Jungkook tiene su nombre cincelado en toda la mente pues es lo primero que
gime necesitado cada vez que Taehyung lo mira a los ojos.
—T-Tae… T-Tae…
Taehyung besa sus labios y
aprieta sus mejillas como si fuera lo único de donde puede sostenerse dentro de
este mundo. Se separa apenas unos centímetros para escudriñar su rostro a la
perfección y trata de leerlo, de recordar que esta sensación extraña solo es deseo,
un fuego eterno intentando encontrar algo que lo apague.
Entonces su mano baja entre
sus cuerpos, pero no contaba con que Jungkook haría exactamente lo mismo y
ambas terminarían entrelazándose dedos entre dedos sobre su ingle al costado de
su miembro agonizando por más.
Es Jungkook quien guía sus
dedos a tocar su entrada a ciegas de nuevo.
—Tócame Tae, tócame. Pero no
te alejes, quiero que me mires mientras lo haces…
Jungkook flexiona sus
rodillas y rodea el torso de Taehyung abrazándolo con sus rellenitos muslos,
uno a cada lado de su cintura. Atrapando su cuerpo para no volver a dejarlo
alejarse. Sosteniéndose con una mano sobre su cuerpo, Taehyung engancha dos
dedos a la parte interior de su rodilla y la flexiona para sostenerse y
comenzar a frotar sus miembros desnudos entre ellos. Taehyung toma ambas erecciones
y las masturba juntas tensando los músculos que sostienen su propio peso.
Jungkook es una bolita de
gemidos que llenan sus sentidos de nueva cuenta, solo que ahora los tiene jodidamente
cerca. Desde esta posición puede acariciar su cuello estirado con sus labios, besar
su manzana de Adán apenas desarrollándose y hacer amago de morderlo con sus blancos
dientes rozando su piel nívea con el borde pero sin apresarla para volverlo
loco y mantenerlo gimiendo en pequeño de placer. Cepilla la zona rozando la
punta de su nariz por el perfil de su cuello hasta su costado, chupando como un
león jugando lento con su comida.
Y les gusta más así, de
preliminares a su manera. De esta manera, Taehyung podía alcanzar mejor todo lo
que quería, besar el lóbulo de su oreja obedeciendo a sus propios instintos, besar
sus labios mordiendo a su paso y usando su lengua para causar los chasquidos
que tenían a Jungkook sin aire, pero sobre todo ir bajando lentamente su mano hasta
lograr tantear un dedo en su lugar.
Jungkook se estremeció con
memoria muscular apretando su dedo sin querer, pero sus caderas ya se estaban
empujando por sí solas hacia él. Taehyung no se adelantó esta vez, continuó con
los besos poniéndole toda su atención al chico en sus brazos colgado de su
cuello, pidiendo por más contra sus labios. Los rosados de Jungkook ya se veían
como una masita moldeable muy blanda y roja dejándose jalar y morder por
Taehyung agarrando práctica.
Los suspiros que soltaban
ambos pronto fueron los que lograron relajarlos poco a poco, Jungkook ya no se
sentía tan rígido cuando con esfuerzo Taehyung trató de liberar una de sus
manos para sostenerse y abarcar todo su abdomen, saboreando con el tacto cada
borde duro que cedía a su paso, los músculos contrayéndose sudorosos al toque.
Su mano subió hasta sus pectorales por debajo plegando su suéter, posó su palma
entera en el pecho de Jungkook y sintió.
Su corazón estaba caliente,
palpitaba con pulso en sus dedos acompasándose al propio al instante, de pronto
Jungkook tomó su mano por sobre su pecho y lo miró a los ojos.
—Confío en ti.
Amigos desde la infancia,
Jungkook siempre siendo quien le había dado asilo de todas las formas posibles,
consolándolo cuando lo único que quería era salir de su propio hogar porque ya
no lo creía seguro. Sintiendo el abrazo de Taehyung en la espalda cada noche que
dormían juntos e ilusionándolo sin saber, hasta que ya no fue más una ilusión.
Taehyung estaba guiando lo que ambos desean dentro de él, pero esta vez no se alejó
ni quitó la mirada de la suya sabiendo que es lo que Jungkook necesita, lo que
Jungkook desea.
Sus ojos tiemblan mutuamente
y se cierran jadeando al mismo tiempo cuando Taehyung logra insertar la punta
de su miembro caliente en el anillo de músculos. Y se mantiene ahí, esperando
con paciencia y algo más a que Jungkook se adapte y se sienta cómodo.
Con las piernas abiertas a
los lados de sus caderas es más fácil la intromisión, Taehyung se sostiene de
ellas guiando su miembro poco a poco dentro hasta que la cabeza ya ha pasado la
primera barrera y Jungkook hace una mueca de ardor, pero hay deseo combinado en
sus oscuros ojos y boca abierta que no le da opción a detenerse.
Con cuidado empuja sus
caderas lo más lento que puede, muy diferente a cómo se hubiera imaginado. Esto
es mil veces mejor porque las expresiones de placer de Jungkook aguantando y sintiendo
por él son hermosas.
Taehyung ya no pudo más, se abalanzó
a besarlo tratando de sostenerse de donde pudo, acariciando sus cabellos entre sus
orejas, metiendo su lengua a jugar con la suya y Jungkook le devuelve un jadeo
de alivio a la par de pequeños sonidos extasiados de placer sintiéndose caer al
abismo los últimos metros que les faltaban.
Las manos de ambos se unen
en su mejilla y acarician suave, Taehyung amando la suavidad de su rostro y
Jungkook derritiéndose por el toque y la sensación de poder entrelazar sus
manos juntas. Conforme se miran con ojos brillantes, su miembro va abriéndose
paso en su interior todavía recibiendo esa resistencia que le aprieta como el
infierno pero expandiendo sus paredes, estimulando sus puntos más sensibles y
desconocidos.
Ambos jadean con la boca
abierta cuando su polla queda dentro por completo con una presión tan
insoportable como adictiva, pesada y punzante de la que ahora dependen, dudan
en si poder venirse sin el otro una próxima vez. Las manos de estos dos no se
sueltan.
—¿Qué quieres que haga?
El miembro resistiendo
dentro de una estrechez inhumana que le presiona es demasiado.
—M-muévete.
Las caderas de Taehyung se
impulsaron dentro enseguida, lo más seguro y lento que pudo. No había prisa, no
había estándares, solo los gemidos que Jungkook liberaba diciéndole sin
palabras exactamente qué hacer.
Apenas se movió, Jungkook se
mordió el labio soportando el pequeño ardor que todavía estaba ahí pero abrumándose
en el segundo en que ese ardor se convertía en placer.
El ritmo se mantuvo lento y
constante apenas moviéndose un centímetro, y aun así, Jungkook era una maraña
de gemidos reaccionando a cada estímulo. Taehyung se perdió a sí mismo, sus
oídos calientes sangrando de escucharlo.
Tomó sus labios como si le
fuera la vida en ello, como si fuera lo último que podría hacer antes de morir
y Jungkook gimió. Ferviente y poseído mordió sus labios usando su lengua para chupar
en succiones húmedas. Atrapó uno de ellos y mordió arrancando un gemido de sus
hermosas cuerdas volviéndose agudas y muy desvergonzadas. Hasta que sintió a
Jungkook expandirse completamente pudo continuar con más decisión.
Parece que Jungkook no podía
tener suficiente, quería su polla arremetiendo contra él con fuerza, saber lo
que se sentía, pero su cuerpo no le seguía el paso y fue como si Taehyung tuviera
la misma frustración.
Su polla empezó a cargarse
pesada siendo totalmente consciente de sus paredes húmedas apretando la
circunferencia de su miembro con su piel caliente, era una hoguera adquiriendo
velocidad, esperando por Jungkook a que le diera la señal. Jungkook tomó su
cuello y hombros y lo jaló más cerca para tener su boca en su oído chupando y suspirando.
—V-Vamos TaeTae, vente,
quiero que me llenes…
Taehyung maldijo y con una
mano estrujó ambos muslos desnudos dejando sangre alborotada a su paso. Empuñó
su miembro entre ellos, besó su cuello y mordió la nívea piel, preparándolo.
El suéter rayado de Jungkook
fue apartado del camino, enroscándolo lo más arriba posible para bajar a chupar
sus pezones también y Jungkook gritó, su mano jaló sus cabellos y Taehyung casi
se sintió venir al palpar la desesperación de Jungkook por liberarse empujando
sus caderas contra su mano y miembro embonado dentro.
Descubrió su punto más
sensible, Jungkook gemía con ruiditos demasiado tiernos para su oído mientras
pellizcaba y chupaba su pezón ya rosa por su saliva. Una apabullante lentitud empujándolos
placenteramente juntos al orgasmo.
Sin pensar en las
consecuencias, Taehyung bajó un poco más todavía con su miembro en una mano y
besó su vientre, chupó sus abdominales y dejó intermitentes besos en la
circunferencia de su ombligo, los ojos de Jungkook se fueron a la parte
posterior de su cabeza y su espalda se arqueó. Taehyung perjura que sentir su
mano jalando de su cabellos empujándolo a continuar es increíble.
Jungkook se retuerce con
ojos húmedos de nuevo pero esta vez es algo más. Esto no es una simple jodida,
lo sabe por la forma en que Taehyung levanta los ojos a mirarlo desde abajo a
pesar del esfuerzo por doblarse a besar su cuerpo sin salir de él, lo confirma
por la presión perfecta que ejercen sus labios en su cuello, atrapado su lóbulo,
susurrando cosas lindas. Las respiraciones de Jungkook se empiezan acelerar a
la par de los movimientos a tempo de las caderas de Taehyung contra él.
—Shhh… tranquilo —arrulla. —No
hay prisa, tendremos una segunda vez para intentarlo.
Jungkook se quedó en blanco,
tirando sus últimas barreras por completo.
—¿Quieres hacerlo conmigo
otra vez?
Taehyung jadeó entre su
sonrisa destruida.
—Maldita sea Kookie, por
supuesto que sí…
Las palabras le calentaron lo
último que necesitaba, subiendo esa bola de fuego que nació en el fondo de su
corazón hasta bajar demasiado rápido a la base de su polla empuñada, manchando
los largos dedos de Taehyung con su presemen, amando la imagen con todo su ser.
Taehyung subió solo un poco la velocidad sin querer lastimarlo y no fue rápido,
ni brutal, fue perfecto. Ahora se sostenía por ambos brazos al costado de su
torso, apretando los dientes en siseos.
—Lo vamos a internar todas
las veces que sea necesario hasta que pueda joderte duro en esta cama como
quieres…
La forma en la que Jungkook
retorció su cintura y espalda para alcanzar su rostro y gemirle al oído le jodió
los sesos, causando que su polla se clavara más adentro tocando el nudo,
haciéndole gruñir y gritar. La forma en la que Jungkook se apretó por completo
a él reclamándolo suyo y abrazándolo como si fuera un oso de peluche le jodió
el corazón hasta tornarlo al rojo vivo por él.
Sus caderas se movieron en estocadas
firmes y duras perdiendo el control, Jungkook no se soltó de su cuello, él
mismo lo ayudó con las embestidas y ambos mecieron sus cuerpos juntos.
Pecho contra pecho, su
corazón golpeaba contra el suyo devolviéndole el pálpito.
—Tan bueno… Eres increíble
hyung.
Jesús… Sus caderas serpentearon
duro tres veces, su mano apretó su polla dura, Taehyung clavó los ojos en los
oscuros de Jungkook y ambos se vinieron en un gemido que entró a sus oídos
cruzando por el interior atrofiando su mente y sentidos hasta volver a bajar y quedarse
resonando en un eco en sus corazones desbocados.
Jungkook respiraba demasiado
rápido removiendo todavía sus caderas contra la polla de Taehyung en espasmos
involuntarios sintiendo toda la corrida de Taehyung espesar su interior y fue increíble
gemirle en su oído llegando a un tono agudo que no sabía que tenía.
—T-Tae, T-Tae… mhg…—Taehyung
casi se le cae encima al ser jalado por el cuello. —Me encanta cómo se siente
tu corrida dentro de mi.
—Vas a matarme.
Su agujero bien podría estar
goteando, no lo sabían, Taehyung se quedó balbuceando y sin palabras.
Amó su corrida, amó el
momento en que su semen disparó contra su próstata. Tan bueno, tan perfecto.
Estaba a punto de darle un
infarto por no saber cómo calmarse incluso después de llegar a la cima, la
estela de su orgasmo se extendió demasiado sintiendo el pináculo recorrerle las
entrañas, subiendo por su pecho hasta la garganta y cerrándole el paso al aire.
Sus ojos ya estaban derramando lágrimas otra vez con una necesidad implícita, Taehyung
se apresuró a ayudarlo a calmarse apenas recompuesto él mismo por la forma en
que Jungkook seguía apretándolo sin saber, sofocándolo, sus caderas y paredes exprimiendo dentro lo último que
quedaba de su miembro como si de verdad estuviera obsesionado con su corrida.
Su polla muy sensible finalmente se ablandó.
—Shhh… Eso es Kookie.
Mírame.
La vista para Taehyung era…
Preciosa.
Jungkook es precioso.
Los ojos de Jungkook estaban
idos todavía temblando, sus labios rosados se veían casi transparentemente
rosas mojados así, sacando su lengua al borde, removiendo la parte interna de
su labio una y otra vez con la boca abierta y jadeando como una invitación
seductora y desvergonzada a joderlo de nuevo.
Y sus ojos, esos malditos
ojos negros dilatados en ausencia de blanco con una capa de lágrimas
recubriendo su orbe hasta brillar, le calentaron hasta el alma y de regreso.
—Mírame.
Jungkook estaba perdido.
Taehyung tomó su rostro y lo besó con fuerza, con cariño y saliva de por medio,
su lengua profanando, un simple beso cargado de todo. Jungkook por fin pudo empezar
a volver en sí y bajar sus revoluciones, jadeando en sus labios y recuperando
el oxígeno.
Taehyung se separó apenas
unos centímetros.
—Dime que lo hice bien, por
favor —rogó, un poco inseguro. La necesidad brotando de sus labios en un vaho
caliente de deseo especial y culminado.
Y Jungkook ya no tuvo
fuerzas para contestar pues de nuevo estaba jalándolo a un beso en los labios
que jamás se iban a volver a separar, esa fue su respuesta. Siguieron besándose
durante el caliente caer del sol a su guarida, como si su deseo fuera
interminable, eterno y jamás se apagara. Jungkook jamás podrá tener demasiado
de esto, sus ojos tiemblan el destello brillante en ellos.
—Jódeme de nuevo, otra vez y
otra hyung —boqueó Jungkook, sin aliento, muy caprichoso, mimado y con el
corazón en la garganta. Tomó su mano sobre su pecho.
Y frente contra frente,
narices acariciándose entre sí y labios juguetones tocando con dulzura, ambos
chicos se sonrieron satisfechos y saciados, pero hambrientos a lo desconocido, a
seguir descubriendo juntos.
Jungkook no volvió a estar
incompleto.
Y Taehyung jamás se volvió a sentir inseguro.
≫
──── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ──── ≪
¿Qué te pareció? 🥺 Me
puse soft 🤧
Este Kookie me dejó con la boca
abierta, me cayó bien. Compararlo con un dragón bebé fue otra cosa…
Me encantaría que me hicieran
el gran regalo de una reseña además de un comentario para que más personas
puedan leerla al ver las buenas valoraciones y cinco estrellitas en la portada.
¿Por favor? *hace puchero al
estilo Kookie.
Un corazoncito sí te lo
agradecería mucho, también gracias por tu tiempo, espero haber sido merecedora
de tu atención.
Pd: Si no quieres acabar con
una sensación triste, no leas el final alternativo, así estás bien, créeme. Si
quieres un putazo de realidad pues… yo sé que eres rebelde. Pero primero
disfruta este final 😉
Vielen Dank für das Lesen!
Todo fue muy bien narrado, las escenas eran bien explicadas y sin errores ortográficos, en definitiva lo amé.
Es muy bueno, es tierno y hot al mismo tiempo, está bien equilibrado y tiene una muy buena narración ♡ Sin duda lo volvería a leer 💓🥰
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