Kurzgeschichte
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Radio Congo

¡Bienvenidos nuevamente a Otro Programa Radial de Mierda! Lo que sonaba anteriormente eran Los Pangolines de Cemento con su single titulado Complicado, que supo posicionarse en el top cinco de los rankings allá por mediados de los ochenta ¿Los recuerdan? Tal vez muchos de ustedes no los recuerden, sé que tenemos una audiencia muy joven. Aunque tampoco espero que los mayores los recuerden eh, algunos tal vez lo hagan, pero los más…y va estar complicado eh.

¡Claro que sí, si si! Bueno elegí este tema para comenzar con nuestra famosa sección “Bandas para el olvido” porque no podía dejar de hablar de ellos y de recordarlos, por supuesto. Aquella mítica banda que supo triunfar en la época dorada de los grandes festivales al aire libre. ¿Recuerdan el BarRos? Esos sí que eran festivales eh. Para los que son muy chicos el BarRos era un festival que se hacía todos los años durante los ochentas y hasta mediados de los noventas si no me equivoco, a ver si producción me ayuda. ¿Hasta el noventa y seis? Ayudame Juan, vos que la tenés más clara. Aaah, ah perfecto. Acá me confirman, hasta el noventa y siete, claro claro. Bueno este festival tenía una particularidad, y por ahí esto los sorprende eh, cuchá, solo se hacía después de una intensa lluvia. Interesante ¿no?, qué loca estaba la gente en esa época Dios mío. Recuerdo esos potreros gigantes, repletos de barro y la gente toda enchastrada ahí saltando y pogueando con barro hasta en las orejas. Recuerdo el festival del noventa y cinco que se tuvo que suspender porque no había forma de meter los equipos al campo de Vélez. Porque en esa época, días antes del festival mandaban a sacar el pasto de las canchas para que el sistema de riego sumado a la lluvia pudiera crear una amalgama de barro lo más voluminosa posible para que el festival sea un éxito. Cuanto más barro había en el campo, más exitoso era el festival, desopilante, ¿no? Bueno cuestión que ese día estuvo lloviendo hasta la mañana antes del Festival, así que perdieron como medio día para instalar los equipos por miedo a que se mojaran y se arruinaran. Cuando la lluvia paró, ¡no se imaginan! Era imposible hacer entrar esos equipos de tanto barro que había, ¿Quién lo hubiera pensado no? Para colmo, Raymundo Florentini, el creador del BarRos ¡se negó a avisar a la gente que posiblemente se suspendería el festival! Claro el tipo creía que los equipos iban a tardar en instalarse pero que al fin y al cabo se instalarían. Así que a eso de las tres y media de la tarde empezó a caer la gente y eso fue un despelote imagínate. Y la que se armó cuando Florentini avisó que se suspendía el BarRos, ¡maamita! La gente empezó a destrozar los equipos causándole pérdidas millonarias al desgraciado de Florentini. Algunos dicen que a partir de este incidente es que se dejaron de hacer los BarRos, pero en realidad había otro problema de fondo que nunca se menciona. Y es que los clubes estaban hartos, pero hartos eh, de tener que gastar fortunas arreglando el campo de juego después de los recitales. Así que empezaron a invertir en pasto sintético, y esto naturalmente sentenció a muerte al BarRos. Algunos pensarán “che, pero mejor si usaban pasto sintético, así se podría sacar el pasto más fácil y los clubes no gastarían guita en comprar pasto nuevo” pero no funciona así pa, no señor. Porque el principal auspiciante del BarRos era la ya extinta y conocida empresa fabricadora de fertilizantes, pero sobre todo proveedora del mejor césped del país llamada “El agro tóxico” Y es que cuando los clubes cambiaron el césped orgánico por el sintético se les terminó el negocio y la empresa se fue a la quiebra. Y con ella el mítico festival.

Pero bueno ya me fui por las ramas de nuevo y estábamos por hablar de Los pangolines, sí señor. Tenía preparado un temita para esta sección ¿lo tenemos? Ahí la producción, bueno si no lo tenemos no importa ya va aparecer…como decía Los Pangolines fueron todo un suceso a pesar de que ahora no se los recuerde tanto debido a la nefastas calumnias propagandísticas dirigidas hacia ellos, que causaron su total separación.

Comenzaron en el 79’, si bien su primer álbum fue lanzado en el 1980 no alcanzaron mayor éxito hasta el 85’ cuando se presentaron en el BarRos compartiendo escenario junto a bandas ya consagradas como Café Cocido y la legendaria banda de death metal cristiano Nobleza, Pan y Queso quienes hacían vibrar a todo el público presente con sus famosas misas oscuras y aquellas ostias bañadas en ácido lisérgico tan de moda por esos tiempos.

En medio de estos gigantes del desacato generalizado intentaban abrirse paso en la escena Los Pangolines de Cemento. Pero no fue su hard rock penetrante, ni la potencia lirica de aquellas letras que narraban historias que impulsaban el conservacionismo de las especies en peligro de extinción y del medio ambiente en general lo que los llevó a la popularidad masiva. No señor, su éxito tiene un carácter más…escandaloso podría decirse ¿no? si me lo permite la producción. Porque fíjate que Los pangolines saltan a la fama cuando van a juicio contra el Estado Nacional tras ser denunciados por la compra, un tanto fraudulenta se podría decir, de cerca de ochocientas mil hectáreas de tierras para el monocultivo de soja en la Patagonia. De hecho, al momento de la compra las tierras ya estaban siendo trabajadas y se habían comenzado con las labores de siembra y todo eso no. Bueno la cuestión es que Los Pangolines, que eran abiertamente veganos e incluso pioneros en el movimiento activista vegetariano y coso, querían erradicar el consumo de carne y lácteos de la cultura popular del país a través de su reemplazo por otros productos derivados de la soja. Y acá comenzó todo el escándalo mediático que causó incluso una bifurcación en todo el movimiento ambientalista de la época, porque había quienes decían que era una causa noble para acabar con el especismo y el maltrato animal y por otro lado quienes creían que Los Pango sólo eran unos terratenientes que querían ganar muchísimo dinero a costa de la especulación financiera y destruir la tierra con el monocultivo y los agrotóxicos que se empleaban para la producción de soja. Bueno esto es lo que decían los hippies en ese entonces no, hoy en día sabemos que los agrotóxicos son buenos para la salud y por eso los incluimos en nuestras bebidas y alimentos…ah, y esto me recuerda que “La soda Glifogas te acompaña a toda hora del día ¡Incluso a la noche! Tomala sola, con hielo o con vino pero lo más importante es ¡Que la sigas tomando! Y recordá ¡Soda Glifogas, lo natural está en otro lado!”

Gracias a los chicos de Glifogas eh, que nos acompañan casi todos los días. Bueno como les contaba la cosa se puso jodida para Los Pangolines, sobre todo cuando salió a la luz un informe periodístico, no recuerdo bien en qué programa, que informaba sobre un pueblito en Chubut, que estaba en los márgenes digamos de las plantaciones de Los Pangolines de Cemento, que estaba siendo azotado por una rara enfermedad, podríamos decirle, a causa aparentemente del glifosato usado para la producción en los campos. Comenzaron a aparecer extraños trastornos, sobre todo en la población joven de la comunidad, que los hacía tener peculiares comportamientos musicales podría decirse ¿no? O sea, los más chicos o adolescentes presentaban un peculiar acercamiento hacia los ritmos un tanto más tropicales en lo que se refiere a música popular. Los padres no sabían cómo responder ante esta situación y se presentaban ante las autoridades sanitarias en busca de explicaciones, pero la verdad es que no las conseguían. En ese momento los estudios sobre los efectos del glifosato en el organismo humano estaba en una etapa inicial digamos. Además se reportaba periódicamente el extravío de utensilios de cocina, que se presumía eran hurtados por los adolescentes para crear nuevos ritmos musicales basados en estos ritmos caribeños o tropicales. Los utensilios más hurtados eran ralladores y tenedores.

Pero bueno para avanzar un poco con esta historia vamos a decir que la verdad nadie sabe bien como continuó el juicio contra Los Pangolines. La verdad es que su popularidad no hizo más que acrecentarse y mantuvieron su pico de popularidad por al menos cinco años seguidos hasta que extraños acontecimientos turbaron nuevamente su desempeño en la escena musical del rock.

¿Recuerdan que al inicio les contaba sobre los festivales en esas épocas? Bueno, Los Pangolines de Cemento se volvieron protagonistas absolutos en cada festival que se realizara. Eran tantas las fechas que tenían que cubrir que nadie entendía muy bien cómo hacían para estar tan pilas en todos sus recitales, ya que, llegó un momento en el que prácticamente todos los días tenían presentaciones en alguna región del país. Porque ellos eran muy federales. Y ahí fue que el segundo escándalo en la vida de Los Pango salió a la luz. La gente comenzó a notar que Los Pangolines de Cemento cubrían fechas que eran prácticamente imposibles de cubrir. O sea, ya sea por la distancia o por el tiempo, no sé si me explico. Por ejemplo una vuelta tocaron en un festival a beneficio en el barrio de Flores, en CABA, y después de aproximadamente cinco horas ¡tocaron en Rosario! O sea, cuanto menos raro. Cabe resaltar que Los Pangolines nunca viajaban en avión por no sé qué excusa vegana y coso. Esto comenzó a levantar sospechas en los medios de comunicación y por supuesto en el público que sentía que algo raro estaba sucediendo. De repente comenzaron a hablar de fraude, y que Los pangolines tenían dobles y que usaban suplentes en sus shows. Se imaginan ¡Una banda de rock con suplentes! Desopilante por donde se mire. A todo esto Los Pangolines de Cemento ni mu, eh. Ellos no daban ninguna declaración, y cuando lo hacían se limitaban a decir que estaban siendo calumniados y que toda esa burda propaganda en contra suya era perpetuada por “el lobby de la carne”, como decían ellos, que solo querían correrlos de la escena porque eran ambientalistas y querían acabar con el maltrato animal.

La cosa es que Los Pangolines siguieron tocando un tiempo pero ya iban perdiendo credibilidad. Había shows que se realizaban con diferencias de una hora en el tiempo y ochocientos kilómetros en el espacio. Ya la banda empezó a perder credibilidad. Pero la gota que colmó el vaso fue la frustrada gira que intentaron hacer en el 91: “Los Pangolines de Cemento: de La Quiaca a Ushuaia” en donde un viernes por la noche tocaron en La Quiaca y el sábado siguiente por la mañana se los vio haciendo prueba de sonido en la vieja cárcel de Ushuaia.

La banda siguió tocando por algunos años pero ya sin la misma respuesta del público, aunque el misterio nunca se llegó a resolver del todo. Qué se yo, la verdad para mí fueron todas calumnias, a mí me gustaba la banda, de hecho los fui a ver varias veces. Me acuerdo una vez que los fui a ver a Misiones y cuando volvía me los crucé por Virasoro haciendo prueba de sonido, que se yo para mí solo eran muy rápidos.

Pero bueno quería compartir con ustedes la historia de esta banda para el olvido… y se nos fue el programa che, hoy estuvo cargado eh. Quedé medio impactado con la noticia de esos tigres eh ¡Que desquiciada que está la gente por Dios! Debe ser por el tiempo, no. Bueno nos vamos, agradezco a la producción que siempre hacen un laburo estupendo, a Juan ahí, eh, bien hoy con esos temitas. Ahí me dicen que encontraron el tema que tenía preparado de Los Pango…así que nos despedimos con eso. Bueno gente, nos vemos la próxima en esto que es ¡Otro Programa Radial de Mierda! Quédense en el dial que ya vienen los chicos de Noticias Eran las de Antes con toda la actualidad informativa y lo que capaz necesitas saber.

¡Dios los bendiga!

26. Juli 2021 03:06 0 Bericht Einbetten Follow einer Story
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Das Ende

Über den Autor

Juan Soy alguien que a veces escribe y a veces duerme. Pero jamás las dos cosas juntas.

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