mycoreanseesaw Tania Lázaro Sánchez

Ellos siempre habían estado unidos por algo más, algo mucho más grande que su amistad, más fuerte que el bendito hilo rojo que siempre les decían. Habían visto a sus amigos luchar por su amor y habían luchado a su lado pero había algo que nunca se habían atrevido a dar ese paso, ese último paso que terminaría por unirlos para siempre Habían sorteado las balas, jugado con fuego y habían quedado sumidos en la oscuridad de dos corazones latiendo desesperados hacia el otro. Tanto que no lograban encontrarse. Sabían que solo tenían dos opciones. Arriesgar todo o no arriesgar. ¿Podrán sortear también las flechas?


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#namjin #taekook #yoonmin #bullets #spin-off #arrows #bts
Kurzgeschichte
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Arrows

Namjoon y Jin. Ellos eran así, siempre queriéndose en silencio sin atreverse a arruinar la amistad fuerte y pura que tenían, siempre mirándose de aquella manera, esa forma de mirarse en la que se traspasaban la ropa y la piel hasta penetrar en su alma.

Deseándose como se deseaban, queriendo tocarse como quien tocaba el cielo. Para Jin, Namjoon era todo por lo que luchar en aquel mundo de locos y ocurría también al revés cuando Namjoon se volvía loco con la arrolladora personalidad de Jin. Tal para cual.

Ambos sabían lo que sentían por el otro claramente. Jin y Namjoon se habían conocido en la universidad y habían hecho buena amistad casi al momento. Tan diferentes como el agua y el aceite, pero a la vez tan iguales, tan apasionados. Con el tiempo ambos se dieron cuenta que el latir desbocado de sus corazones, pero cuando quisieron declararse estaban metidos hasta el cuello en la empresa y guardaron sus sentimientos bajo llave. Y aunque ambos conocían sus sentimientos nunca más volvieron a pensar en intentarlo.

Desde que sus vidas habían girado drásticamente con la entrada de Jimin y Tae en el grupo y todos los sucesos que vinieron seguidos de aquello habían intentado amarrarse aún más fuerte el uno al otro.

Habían contemplado el amor de cerca, habían visto el proceso, no una, sino dos veces con sus amigos y decidieron no arriesgarse a perder al otro en una promesa silenciosa y dolorosa, condenados así a vivir siempre amándose sin tenerse.

Salió de sus pensamientos cuando los gritos a su alrededor lo interrumpieron y lo devolvieron a la realidad. Se tapó los ojos para que el sol no le molestase y sonrió al ver la escena. Habían viajado miles de kilómetros para estar aquel día en aquella maravillosa isla lejos de su hogar acompañando a sus mejores amigos en el día más importante de sus vidas.

Jin contempló a Yoongi sacar del bolsillo interior de su americana una brillante pluma negra y dorada que le pasó a su ya esposo con una sonrisa. El otro emocionado la agarró y firmó el papel que el juez le tendía. El mayor realizó el mismo gesto con su característica mirada seria plantada en el papel. Vio a ambos mirarse cuando terminaron.

-Te dije que firmaría los mejores contratos con ella-aseguró Yoongi atrayendo a Jimin de la cintura hacia él y besándolo apasionadamente mientras los pocos invitados volvían a reír emocionados.

-Oh venga ya, respirad un poco ¿no? -chinchó Jin con una sonrisa. En el fondo de su corazón un pellizquito de celos amenazaba con delatarlo.

-Déjalos, acaban de firmar la promesa más bonita de todas las posibles-dijo una voz grave a sus espaldas. Se volvió lentamente y lo contempló allí bajo el sol del Mediterráneo más guapo que nunca con sus preciosos hoyuelos marcados por su sonrisa en sus mejillas.

-Eres un romántico Kim Namjoon-picó dándole un pequeño golpecito en el hombro. Ambos contuvieron el aliento como cada vez que se tocaban y se miraron intensamente.

-Ya lo sabes, ¿acaso te dan envidia? -preguntó con una mirada que decía muchas cosas. Jin se cruzó de brazos. ¿Qué le estaba preguntando bajo aquella inocente pregunta?

-Un poco, aunque no soy yo quien puede ponerle solución a eso-sentenció el mayor mientras se giraba y veía a Hobi y Tae pasar a firmar como testigos. Hobi tardó un segundo y besó la mano de Yrene que sonrió encantada y pasó delicadamente uno de sus dedos por la mejilla del chico que ensanchó aún más su sonrisa.

Sintió tensarse a Namjoon detrás de él y suspirar con frustración mientras se daba la vuelta y se dirigía hacia la mesa para felicitar a la feliz pareja.

Seokjin se quedó callado y miró a sus amigos sonreír. Jimin con su pelo rubio pulcramente peinado y su traje blanco impoluto canturreaba y bailaba por la arena de aquella playa de la mano de su ya esposo que intentaba seguirle el juego con felicidad. Observo sus manos entrelazadas donde dos alianzas plateadas relucían bajo el brillante sol.

¿Por qué él no podía tener todo eso si también estaba enamorado? Ya no había banda y esa había sido la razón principal para no arriesgarlo todo por él, pero la idea de que Namjoon fuese ahora el gerente de la empresa donde trabajaban todavía le respiraba en la nuca. El que diría la gente...

Volvió a mirar a sus amigos mientras posaban para una foto con los pies metidos en el mar. Se habían enamorado a pesar de todo lo que habían tenido que pasar, a pesar de los rumores, de los medios, a pesar de sus puestos...a pesar de todo lo malo que habían tenido que pasar.

Un poco más allá se encontraban su hermano y Taehyung, que, a pesar de la banda, a pesar de todo se arriesgaron y todo salió bien, eran felices y lo habían sido desde el primer momento, mirando al miedo a la cara y sin ocultarse ante nadie. Y sin embargo el...ellos habían sido incapaces...un par de cobardes...

Maldijo un par de veces y pensó en enfrentar cara a cara al hombre que lo tenía enamorado hasta la médula, al amigo inquebrantable, a su apoyo más firme, a la representación de dulzura y sensualidad. Cuando lo buscó de nuevo por todo el lugar había desaparecido y cuando se acercó a Yrene que estaba sola para preguntarle si lo había visto había visto ella le comentó que tanto Namjoon como su pareja se habían marchado hablando hacia el hotel en el que se estaban hospedando y donde se celebraría la fiesta. Enarcó una ceja y se quedó observando el edificio al lado de la chica que hablaba sonriente con la madre de Jimin.

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La siguiente vez que vio a Namjoon ese día fue cuando todos ingresaron en el edificio mientras los novios seguían haciéndose fotos en la playa. Se encontraba apoyado muy serio y cruzado de brazos en una mesa con Hobi enfrente suyo hablando en susurros. Se reunieron con ellos en una íntima sala donde tendría lugar el convite y se dedicaron a esperar todos juntos allí. No se miraron hasta que sus lugares coincidieron en la mesa y Jin suspiró mirando a Jimin que lo miraba de reojo con una sonrisa. Sin duda, que sus lugares coincidiesen uno al lado del otro no era una coincidencia.

-Es hora de que los novios intercambien sus regalos de matrimonio-gritó la madre de Jimin cuando terminaron de comer el postre tirando levemente del brazo de su hijo.

Jimin se sonrojó cuando todo el mundo le puso atención, pero se aclaró levemente la garganta y sonrió hacia Yoongi que lo miraba embelesado.

-Yo...he estado pensando que era lo correcto para regalarle a alguien que lo tiene todo en el mundo y nada parecía correcto así que...-dijo su amigo teniendo un pequeño paquete cuadrado. Yoongi lo abrió con la misma delicadeza con la que hacía siempre todo lo que tenía que ver con Jimin. Saco una pequeña bola del mundo y un par de papeles rectangulares que parecían ser billetes de avión y los contempló un segundo sin dar crédito a lo que veía.

- ¿Me has regalado el mundo? -preguntó Yoongi levantando la mirada con los ojos levemente aguados. Jimin sonrió y asintió con las miradas de todos puestas en él.

-Para recorrerlo a tu lado mi amor-aseguró sin dejar de mirar a Yoongi a los ojos. Los novios se besaron emocionados y todos rompieron en aplausos alrededor. Jin sintió su corazón pararse y volvió a preguntarse porque él no podía ser así de feliz. Un leve gruñido a su lado lo distrajo del momento y mientras se giraba hacia Namjoon lo vio salir disparado hacia los jardines traseros. Jungkook a su lado se percató y disimuladamente empujó a su hermano hacia la dirección en la que había salido el otro mientras le guiñaba un ojo.

Jin asintió levemente y se disculpó saliendo detrás de él.

Lo buscó durante unos minutos hasta que dio con el que miraba distraído el cielo en la esquina de una pequeña terraza con vistas al mar. Se colocó a su lado y suspiro.

-Por fin te encuentro, ¿podemos hablar? -preguntó contemplando el horizonte donde el sol ya estaba por esconderse.

-Claro cuéntame-respondió Namjoon sin siquiera moverse.

- ¿Estas bien? -preguntó buscando su mirada. Cuando la encontró supo la respuesta. Nada estaba bien cuando ellos dos no estaban juntos.

-Si, es solo que las bodas me ponen sensible y ese par de tontos ha organizado todo tan bonito que no he podido evitar emocionarme-explicó el otro con calma.

-He estado pensando en nosotros…-dijo Jin firmemente armándose de valor.

-Mira Jin…-contestó el chico un poco incómodo.

-Déjame hablar por favor-pidió el aludido.

-Cuando estábamos en la banda, ambos sabíamos lo que sentíamos el uno por el otro, pero no queríamos arriesgar a estar juntos por miedo a que a alguno de los dos le pasase algo y sufrir por ello, además tu tenías lo tuyo con Hobi en aquellos días y parecía que no necesitabas más-empezó a decir el mayor intentando encontrar las palabras exactas.

-Sabes perfectamente que lo que había con Hobi era puramente sexual y superfluo, luego conoció a Yrene y todo se acabó, solo somos amigos-intento justificarse Namjoon pasándose las manos por el pelo despeinándose un poco. Jin sonrió con ternura por el gesto y luego volvió a ponerse serio.

-Si, lo sé muy bien, entonces dime, ¿que nos detiene? ¿Que nos impide ahora estar juntos? ¿Ya no sientes lo mismo por mí? -preguntó indagando en el corazón del más alto que lo miró como si estuviese diciendo la mayor locura del mundo.

-Como puedes decir eso, he soñado cada día con que al fin nos decidiésemos a dar el paso, pero te veía tan lejos y el trabajo nos ha tenido tan sumamente ocupados que apenas he tenido tiempo últimamente y atar los cabos sueltos de la banda sabes que nos ha llevado más tiempo del que queríamos. Apenas he podido pensar en nada más-aclaró Nam mirando a su compañero intensamente a los ojos mientras entrelazaba delicadamente sus manos.

-Nada nos detiene Nam, nada, ya no...-ambos se mantuvieron un par de minutos en silencio, mirándose como si nada más importase en el mundo.

-Tienes toda la razón...ven aquí-murmuró Namjoon atrayéndolo hacia si con un suave tirón.

Ambos se refugiaron por un momento en los brazos del otro respirando agitados y de pronto como si el otro los llamase se miraron a los ojos brillando con adoración bajo la luz de la luna. -Eres mi primer amor y siempre lo serás Jin-aseguró Namjoon acariciando la mejilla del mayor que esbozó una pequeña sonrisa y rozó su nariz delicadamente.

-Bésame como si no hubiese nada más-pidió Jin impaciente pasando sus brazos por los hombros de Namjoon.

Este no lo pensó dos veces acortó la distancia recreándose en el momento y se inclinó hacia Jin meciendo su cara con delicadeza. Primero dejó un pequeño roce sobre sus labios haciéndolo estremecer. Era la primera vez que estaban así de cerca, la primera vez que se tocaban más allá de su amistad y supo tan dulce que no pudo evitar juntar sus labios definitivamente y comerse a besos al mayor que se dejó hacer siguiendo el beso más intenso de su vida mientras se dedicaba a pasear sus manos por el cabello del contrario.

Cuando se separaron ambos siguieron con los ojos cerrados unos segundos y juntaron sus frentes intentando recobrar el ritmo de sus respiraciones.

-Nam-murmuró Jin como si el momento fuese de cristal y pudiese romperse.

-Jinnie-contestó el aludido en el mismo tono.

-He esperado tanto este momento-volvió a decir el mayor en el mismo tono…

-Esto tenía que haber pasado antes si tan solo me hubieses dicho...-empezó a decir Namjoon.

-Tenías que darte cuenta tu solo-replicó su chico interrumpiendo.

-Nada de eso importa ya, a partir de ahora solo tú y yo ¿vale? -prometió acariciando los anchos hombros de Jin.

-Y todos esos de ahí detrás que se creen que no los vemos-murmuró Jin con una sonrisa.

Ambos rieron y volvieron a besarse.

Unos pocos metros más allá, un montón de ojos contemplaban enternecidos la escena.

-Ya era hora-murmuró con alivio la voz de cierto rubio agarrando fuertemente el brazo de su flamante marido que lo contemplaba con una sonrisa.

-Si, ya era hora-murmuraron los demás.

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Hola a todos :)

Hemos llegado al final del Spin Off y ahora si que si es hora de dejarlos marchar a todos para que vuelen lejos de mi. Como habéis visto no podía dejar sin un final a estos dos y aquí están, dando su paso, por fin.

No tengo mucho que decir excepto gracias. A ti, si, a ti por llegar hasta aquí y por querer seguir a mi lado. Gracias de corazón.

Espero que os haya gustado y nos leemos en el siguiente :)

19. April 2021 21:39 2 Bericht Einbetten Follow einer Story
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Das Ende

Über den Autor

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Ale Manccinii Ale Manccinii
Aquí estoy a la 1:27 llorandole al Namjin 💜 Gracias Tania 💜
March 01, 2022, 00:28

~