cyanidepill Alejandrina Lezza

[En nuestra vida cotidiana similar a un laberinto conformado de distintas decisiones, yo siempre elegía aquello que me llevaba a esa puerta adornada de rubíes.]


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#295 #drama #crimen #violencia
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Laberynth

LABERYNTH


[En nuestra vida cotidiana similar a un laberinto conformado de distintas decisiones, yo siempre elegía aquello que me llevaba a esa puerta adornada de rubíes.]


Al abrir mis ojos, el rostro de Carmín es lo primero que aparece frente a mí, luce igual que hace 10 años cuando nos conocimos en la universidad. Las largas hebras de su cabello rojo parecen llamaradas de fuego que, aunque lucen peligrosas, no se puede evitar admirar la belleza de esa destrucción.

Después de varios minutos de contemplación me levanto de la cama y camino hasta la ducha para refrescarme un poco y así sobrellevar el día laboral. La luz solar que atraviesa la pequeña ventana de la regadera siempre me hace pensar en todas las decisiones que he tomado a lo largo de estos años, y a su vez, me hace reafirmarlas.

Cuando termino de ducharme me visto con la ropa que he preparado con antelación el día anterior, espero pacientemente a que Rubí termine de alistarse. Rubí es la única que puede guiarme a través de este laberinto para encontrar la salida de nuestro hogar.

Finalmente aparece con su elegante traje negro que se ajusta a su figura y resalta la cascada de fuego de su cabellera.

—Buenos días Carmín. —la enorme sonrisa en su rostro luce embriagante y sé lo que significa: hoy será un buen día. Sus carnosos labios teñidos de cereza se unen a los míos y me colorean también. Me aferro a su rostro y profundizo nuestro contacto, queriendo que nuestra unión sea más fuerte, saboreo hasta la última gota de saliva de aquella boca pecadora.

Rubí acaricia mi cabello castaño y luego sonríe, pero reconozco esa frialdad que me congela, ella realmente odia esta parte mía. Cuando se da la vuelta y traspasa el laberinto que siempre se forma cuando se trata de la puerta principal, me doy cuenta de que soy demasiado débil para encontrar la salida por mi propia cuenta.


***************


Al terminar de archivar los últimos papeles de la oficina tengo que lidiar con el acoso diario de mi jefe, pero cuando me libero de estas monotonías inútiles, sé que estoy lista para volver a casa, me pregunto si hoy será un día de esos.

Al llegar al departamento, frente a la puerta me toca tomar otra difícil decisión diaria: ¿me doy la vuelta o entro? Es la misma paradoja de siempre, pero nunca cambio de opinión, aunque sé las consecuencias de antemano. Cuando abro la puerta puedo oler su perfume impregnando cada mueble y objeto del departamento, observo su saco sobre la silla de la cocina y confirmo que ya llegó a casa.

Tengo que tomar otra elección en este momento, la cual es irme a nuestra habitación y esperarla como una mujer paciente o acompañarla en su adicción… y nuevamente escojo la misma opción.

Camino hasta la puerta adornada de rubíes, tan brillantes y escarlata como el nombre de mi amada. Abrir esa puerta siempre trae desgracias a mi vida, pero mi amor por Rubí es un fuerte imán de caos que acepté con sumisión desde la primera vez que me besó.

Bajo las escaleras tras abrir el candado del cual solo ella y yo tenemos la llave. Puedo oler la fragancia favorita de Rubí, aquella que la enloquece y cuando finalmente llego al sótano siento los rubíes sobre mis pies, manchándome con su esencia que me llena de culpabilidad.

Los tacones rojos de mi amada lucen más brillosos mientras son ensuciados por aquella enorme mancha en el suelo. En la enorme mesa de metal hay una hermosa chica desangrándose; sus ojos sin vida muestran el miedo que tuvo ante las garras de Rubí.

Giro mi rostro para evadir aquellos ojos fríos del cadáver quien seguramente me está juzgando por permanecer inmóvil y no escapar de tal escenario. Observo las escaleras las cuales se alargan frente a mis ojos, luciendo como un camino interminable hacia lo desconocido, ¿qué sucedería si mi elección cambiara repentinamente? En este momento estoy dudando.

—¿Qué haces parada allí, Carmín?

Aquella endiablada melodía proveniente de su voz me congela en mi posición, ya no puedo vacilar, es como si el camino frente a mí, el cual lucía imposible, simplemente ya no existiera y la única opción que tengo es obedecer a Rubí.

—Ven a ayudarme.

Aquella no es una petición, es una orden. Mientras más avanzo sobre este lago de rubíes, más me hundo en el pecado que conllevan, el demonio sujeta mi mano y entrelaza sus dedos con los míos, recordándome el pacto que nos une. Trago saliva cuando veo la melena de la chica, es del mismo color que Rubí odia, luce tan similar a mí.

—Esta chica ahora luce mejor, ¿no lo crees? Observarla me ponía de mal humor, pero al verla inmóvil y sin respirar me hace sentir mejor.

Sé el significado tras esas palabras escabrosas. Esta es la forma en la que Rubí me demuestra su amor torcido, ella asesina a chicas que lucen iguales a mí para no hacerme daño. Esta clase de amor es el que nosotras tenemos.

No importa si cambio mi cabello o mi rostro, ella buscara a chicas que luzcan igual.

—Deshazte de este desastre, tomaré una ducha.

Con su otra mano me acerca un hacha y me sonríe dulcemente luciendo como un verdadero monstruo. Hay otro laberinto enfrente de mí, tengo la opción de deshacerme de Rubí utilizando esta herramienta, pero nuevamente escojo la misma respuesta de siempre. Ella lo sabe, por eso me sonríe con burla.

Rubí sabe que, aunque me diera un arma y ella misma se apuntara, yo preferiría dispararme antes que matarla.


******


Esta mañana es algo diferente, sin embargo, se siente tan familiar… no puedo respirar. Abro los ojos con desesperación y sujeto los antebrazos de Rubí, quien me está asfixiando mientras sus ojos manifiestan un oleaje de placer.

¿Luciré igual que aquella chica que ahora es un cortadillo dentro de bolsas plásticas?

Siento que sus manos se aflojan sobre mi cuello y comienzo a toser con desesperación. Aquellos ojos malvados se burlan de mi sufrimiento.

—Tu cuello ahora tiene un hermoso collar de rubíes, Carmín, ¿te gustaría que fueran más brillantes?

El reluciente cuchillo de cocina tiene un brillo siniestro en el filo. Quisiera ser como Rubí y no dudar de mis acciones, esta vez el laberinto me exige una acción rápida y por primera vez, reacciono por instinto y la empujo lejos de mí, necesito sobrevivir.

Corro en pánico por los pasillos de mi casa, este lugar que debería ser tan conocido para mí es un laberinto intrincado, y lo más lamentable es que cada ruta me sigue llevando hasta ella.

Finalmente, llego a la puerta principal y mis piernas tiemblan haciéndome caer, esta es la última decisión, la definitiva, ¿qué haré? Escucho los pasos calmados de mi verdugo y mis lágrimas fluyen con facilidad junto a los sollozos. La risa estrambótica de Rubí se escucha como el llamado del infierno.

—Vamos Carmín, escoge… ¿qué camino vas a tomar?

¿Por qué eres tan cruel Rubí? Sabes que nunca me has dado opciones, este laberinto jamás tuvo una salida.

—Desnúdate.

Sigo las ordenes de mi anticristo y me quito mi pijama mostrando todos los cortes que me ha hecho, algunos más profundos y otros más ligeros. Soy la pizarra donde escribe sus frustraciones, el diario sádico de una adolescente retorcida.

¿Cómo será hoy? ¿Profundo o superficial?

Quizá aquellos cortes son el propio laberinto de Rubí donde diariamente tiene que realizar la elección de matarme o no. Siento el frío metal penetrando mi piel y dejo escapar un alarido que se opaca con aquella risa espeluznante.

Mañana quizá será un nuevo día donde sea recibida por un beso de mi amada, y donde tal vez otra maniquí de carne sea asesinada para adornar las paredes de ese sótano sombrío.

FIN.

9. Februar 2021 20:04 0 Bericht Einbetten Follow einer Story
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Das Ende

Über den Autor

Alejandrina Lezza 27 años Ingeniero industrial Psicopedagoga y pedagoga en proceso Traductora inglés/español en Copernicus Translations "L"GBTQ Hufflepuff

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