A
Alberto Áctlan


Un suceso misterioso, 4 alters involucrados. Descubre hasta donde es capaz de llegar una persona cuando es llevada más allá de los límites mentales.


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#thriller
Kurzgeschichte
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Es una tarde cualquiera, con un pie en el borde, él es capaz de sentir cómo el viento roza sus mejillas, mientras en su cabeza una voz repite incesantemente una sola palabra -hazlo-.


El delicado y retumbante sonido de la lluvia llega hasta el más escondido recoveco de la alcoba, Cristian, recostado en el piso de la misma, comienza a atisbar aquellos recuerdos tremebundos que provocaron la primera separación. Los ojos mantienen ese color cristalino suscitado por rezumar la tristeza liquida que recorre sus mejillas, y que arden al pasar por aquella quemadura; escuchando a esas voces una vez más, tiene la oportunidad de saber, que es lo que realmente pasó durante esa tarde.

-Lester, él lo presencio todo- exclamó Cristian mientras cerraba las ventanas que dividen su alma del mundo exterior; Cristian comienza a caer en un oscuro agujero que lo lleva hasta la parte más cóncava de su mente, es un lugar lúgubre que hace nacer en Cristian un terror patológico, del que hace mucho tiempo creyó estar a salvo, esta ignota presión en el pecho lo derriba, encoge sus extremidades y ocultándose de este horrible tormento comienza a dejar caer aquellas gotas de agua salada; con un pequeño movimiento de cabeza logra percibir la silueta de alguien conocido, no es la persona que el busca pero es alguien que puede brindarle apoyo, es Jorge.

(Jorge, la cuarta personalidad, la cuna de este personaje fueron las ignominias, abusos y maltratos que los compañeros de clase llevaron a cabo con desdén.)

Incauto, Cristian se aproxima a la posición y pronuncia - ¿Jorge? ¿Qué haces aquí? Normalmente tú te encuentras más lejos debido a que eres el más joven-, Jorge dirigió la mirada hacia Cristian y con un profundo miedo en el rostro contestó -Lo siento, es solo que, quería estar un poco más cerca de ustedes, sabes bien que me da miedo la oscuridad, además lo que acaba de suceder…- exclamaba mientras el sentimiento afloraba en una forma líquida a raíz de los ojos; Cristian, en un acto de dulzura se acerca aún más para abrazar al chico, expresándole que va a intentar averiguar las razones de Lester, a lo que velozmente Jorge respondió -Desconozco las intenciones de Lester, pero no tengo duda que él es la personalidad menos paciente, recuerda que yo soy el que mejor los conoce, debido a que mi cuna, es el dolor de ustedes tres-; Cristian asintió con la cabeza mientras separaba ambos cuerpos, para poder seguir en el camino; si Jorge se encontraba en el lugar de Lester entonces este estaría en el cuarto espacio.

Cristian poco a poco va desplazándose dentro de su mente; pero, las palabras de Jorge no dejan de resonar en su conciencia, esto lo hizo recordar el momento de la primera separación; en dicha memoria puede atisbar cómo va separando sus párpados, lo que le permite observar su mano derecha tendida en el suelo al centro de un lago de sangre. Cristian esta tan ensimismado que no percibió la presencia de Eleonor, impactando con ella.

(Eleonor, la tercera personalidad, la cuna de ella fueron los incautos abusos hacia su persona).

-Eleonor, lamento el inconveniente ¿Te provoqué alguna herida?- expresó Cristian mientras intentaba encontrar algún rasguño u moretón, a lo que ella con una sonrisa agradable declaró -Tranquilo, no tienes por qué disculparte-, Cristian se alejó un poco, en cuanto retrocedió logró apreciar unos cuantos dobleces en la vestidura de Eleonor y en un pequeño ataque de histeria, acomodó la indumentaria perteneciente a ella dejándola impecable, -Siempre has sido así de ordenado, en algunas ocasiones incluso… das miedo- exclamó Eleonor impregnando en sus palabras una clara desconfianza; él sintió en la piel y corazón la directa imputación que se le estaba enjaretando, con la que enunció -¿Acaso crees que yo lo hice?- Eleonor bajó la mirada, y asintió con la cabeza.

-Yo… no conozco mucho a Jorge, pero a Lester y a ti sí, porque mi cuna fue el dolor de ambos- profirió con una gran tristeza, dejando a sus ojos rezumar aquella de manera fluida, - Lester, es inteligente y no suele hacer mal sin razón aparente, y pues… sé que tú harías cualquier cosa por mantener el orden… cualquier cosa-, Cristian, decepcionado comienza fruncir el ceño, en un rápido movimiento empieza a tocarse la cara y lentamente cuenta del uno hasta el diez.

Apenas terminó de tranquilizarse comenzó a expresar su sentir -Eleonor, conoces perfectamente mis sentimientos, porque gracias a las ignominias que suscitó nuestro padre en mi cuerpo, tu naciste; sabes muy bien que nuestro progenitor no pudo perder la oportunidad de aprovechar mi incondicional obediencia para obligarme a portar tanto ropa superficial como interior de mujer, con el fin de llevar a cabo su malsana fantasía-, su pecho volvió a doler logrando que regresara al suelo una vez más. Eleonor se acercó rápidamente para ayudar a que su respiración se regulara, cuando terminó el proceso ella lo auxilió a levantarse -Perdóname Cristian, es solo que…aún me cuesta comprender lo que pasó allá afuera, la incertidumbre y el terror nublaron mi juicio; lo lamento-.

Cristian comenzó a recuperar la normalidad, se levantó por completo y abrazó a Eleonor con un enorme cariño fraternal declamando estas palabras -Tranquila, encontraré a Lester para que por fin sepamos qué fue lo que ocurrió y porque nos bloqueó en ese momento-. Los cuerpos se alejaron el uno del otro, dejando a Cristian continuar con su camino; solo quedaba el último sitio, que por ende es el más lejano, así que tendría algo de tiempo para intentar comprender a Lester.

Cristian comenzó a caminar hacia su destino, mientras que en su conciencia, los recuerdos de aquella fatídica separación volvieron como las lágrimas del cielo a la tierra, las memorias llevan a Cristian al momento en el que es capaz de apreciar su propia sangre derramada por la habitación creando un gran estupor, en aquella vivencia el dolor en su cuerpo impedía su movimiento, tendidos en la habitación él y el recién nacido Lester observaban fijamente aquella silueta femenina alejándose de ellos, deslindándose de las atrocidades que acababa de cometer. Cristian se detuvo, mantener vivo ese recuerdo no suele ser sencillo para él; con cada paso llega una nueva remembranza. Las memorias que pertenecen al lapso anterior a la primera separación se mantienen borrosos, el trauma y las contusiones provocadas en el cráneo hacen que sea aún más difícil recordar los hechos anteriores; el escarnio a Eleonor por parte de los chicos del colegio, la increíble lluvia de golpes que Lester recibió en el patio, el intento de asfixia que fue llevado a cabo en los vestidores, todos estos sucesos, así como el nacimiento de las personalidades, Cristian los presencio.

Su conciencia no conseguía una respuesta clara, Lester bloqueó a los demás mientras cometía tal acto, era como si los hubiera puesto a dormir por lo cual nadie más tiene recuerdos del incidente. Cristian queda aturdido por los pensamientos y sin darse cuenta ya se encontraba observando aquellos ojos negros semejantes a la obsidiana; él está sentado en el piso, una luz tenue iluminaba su cara inexpresiva. Cristian avanza al mismo tiempo que su palma va creando paulatinamente un puño lleno de rencor, coraje y muy dentro de, algo de alivio; Lester al ver que Cristian se aproxima, lo mira a los ojos y desconcertado exclama -Cristian, ¿Qué estás haciendo aquí?- a lo que Cristian responde con furor -¿Qué estoy haciendo aquí?, la razón es simple, quiero saber porque lo hiciste-, Lester bajó la mirada sin pronunciar una sola palabra, en ese preciso momento Cristian descarga todo su odio en un fuerte y lastimoso puñetazo que derriba a Lester, ya en el suelo Cristian lo toma de la playera para declamar estas palabras -¡Vamos, dímelo, quiero saber qué es lo que hiciste!-, Lester lo interrumpe abruptamente -¡Escúchame, yo…- la manifestación de sus pensamiento fue interrumpida nuevamente por otro golpe en compañía de la última inculpación -¡Todos sabemos de lo que eres capaz, eres el único que tiene el coraje… para matar a nuestros padres, vamos, dímelo!, Lester, exasperado, suelta un golpe que impacta con la cara de Cristian, dejándolo inmóvil por un momento.

Cristian, tendido en el suelo exclama con fervor -Es solo que no lo entiendo, yo viví el momento cumbre de los abusos, observé el nacimiento de todos y aún así, carecí del atrevimiento para terminarlo- a lo que Lester respondió rápidamente -Eso es porque… tú no lo has observado todo-. Los ojos de Cristian se abrieron proyectando en ese marrón oscuro una fuerte impotencia, y con un trémulo movimiento de su cuerpo profirió -Estas equivocado, yo presencie tu nacimiento-, a lo que Lester contestó -Pero ¿posees recuerdos anteriores a la primera separación?… ahí radica la diferencia, porque yo… si los tengo-.

(Lester, la personalidad original)

-Nuestra madre siempre fue muy dura conmigo, desde que era muy pequeño me tuvo el menor límite de paciencia; recibí más de un golpe solo porque no le agradaba mi forma de ser, entraba a la casa con la ropa maltratada y me ganaba tres bofetadas de cada lado. Hubo un día en el que, fastidiado por la agresión a mi persona, le grité que me dejara en paz; ella… no reaccionó muy bien, se aproximó a mí con la llave inglesa de nuestro padre y comenzó a golpearme en repetidas ocasiones, los impactos fueron demasiados y muy contundentes, me dejó inconsciente por unos momentos, esa… esa fue tu cuna.

(Cristian, la segunda personalidad)

Más adelante tú comenzaste a estar en el control más seguido, el propósito era zafarnos de problemas con nuestra madre. Hasta que… nuestro padre comenzó a acercarse de una forma lasciva, yo sufrí los primeros acercamientos, pero tú padeciste el total abuso a nuestra persona dando paso al nacimiento de Eleonor. Llegaría el momento en el que tendríamos que ir a la preparatoria, ese infierno solo empeoró las cosas; yo me centré en querer tener notas perfectas, por lo cual empezaron a acosarme verbalmente hasta que llegaron a la agresión física, un grupo de diez personas me golpearon en el patio de la escuela, días después, mientras Eleonor tenía el control, los chicos vieron que mantenía movimientos muy afeminados, eso no les agradó para nada, por lo que decidieron interceptarla en los vestidores cuando nos encontrábamos desnudos; la cargaron y en enfrente de toda la escuela la exhibieron, días después llegó un psicólogo a la escuela, quien tenía la meta de proporcionar ayuda a los estudiantes; llamó a cada alumno para preguntarles si habían sido víctimas de alguna agresión, y cuando llegó a nosotros tu tenías el control, como te es imposible mentir, mencionaste todos las injurias que se llevaron a cabo, tanto en la escuela como en nuestra casa, dando también los nombres y características de cada uno de nosotros. Por esa misma situación fueron citados los padres de los jóvenes que nos acosaban, lo que desemboco en un odio profundo hacia nosotros, esa es la razón por la cual te intentaron asfixiar con una playera en los vestidores provocando el nacimiento de Jorge. ¿Ahora eres capaz de ver la realidad?,-

Cristian, se quedó en un estupor total, no conseguía articular una sola palabra, su cuerpo no cesaba de producir trémulos movimientos, la mente se mantenía en blanco, su realidad se había desmoronado. Con un hilo suave de voz clamó -P…pero si tú lo sabías ¿Por qué nunca lo mencionaste? - Lester dándole la espalda respondió -Porque siempre fuiste ordenado, obediente y fraternal eras la clara imagen de la persona perfecta dentro la sociedad en la que vivimos, tenías una mejor oportunidad que yo-. Cristian cerró su puño, con él golpeó el suelo, mientras las lágrimas caían con un suave ritmo constante, sus piernas iniciaron un movimiento con el que logró ponerse de pie, y ya erguido pronunció - ¡Puede que yo no sea el original, pero me preocupe por mantenernos a salvo, y tú ¿Qué hiciste?... solo los mataste! -El cuerpo de Lester empezó a temblar, Cristian pudo contemplar a la personalidad más fuerte sintiendo un temor inimaginable; con una voz que apenas se escuchaba, Lester expresó -Esta bien, te diré que fue lo que pasó-.

-Hoy en la tarde arribamos a la casa, todos fuimos testigos del suceso, el psicólogo mando a llamar a nuestros padres, en consecuencia, estos dos comenzaron a discutir, cada uno sabía lo que nos había hecho, por lo cual, se negaban a asistir a la cita. En cuanto descubrieron tu presencia te ordenaron salir de la habitación, todos teníamos el conocimiento basado en experiencia, en que esa discusión terminaría en un terrible escenario, esa es la razón por la que te pedí cederme el control, para intentar calmar la situación, me aproximé a los progenitores pero al tratar de separarlos nuestro padre me golpeó abatiéndome, ya una vez tendido en el suelo, se paró en mis muñecas mientras me decía, que no merecía ir a la escuela con tan bajo intelecto semejante al de una bestia, sucesivamente tomó el cigarro que había encendido y me lo apagó en la mejilla, el dolor de mi piel quemándose provocó que me quedara inmóvil, a mi mente llegaron muchas ideas, odiaba a ambos por igual solo quería verlos muertos-

Cristian, se aproxima paulatinamente a Lester al mismo tiempo que pronuncia -Eso ya lo sé, es hasta ese momento que tanto Eleonor, Jorge y yo estábamos conscientes, segundos antes de que nos bloquearas-, Lester dirigió la mirada hacia Cristian en un veloz movimiento, cuando pudo ver sus ojos cristalinos este exclamó -¿Aún no lo entiendes verdad?, sabes que cada uno nace a partir de un trauma, pero el sufrimiento y los sentimientos se van acumulando-, Cristian desconcertado responde -No lo comprendo, ¿A qué quieres llegar con esto?-.

Lester corta la distancia que entre ellos y le dice -Tú eres una suma de mi sufrimiento y el trauma que viví, y así sucesivamente, sabes lo que quiere decir, que solo hay una personalidad que vive con el tormento de todo nuestro dolor encapsulado en su corazón-, Cristian dirige la mirada hacia el camino recorrido y exclama -No, no puede ser…-, Lester interrumpe abruptamente -Exacto… Jorge pidió cambiar conmigo después de la quemadura, fui testigo de cómo apuñaló a nuestro padre quince veces en la espalda y de la forma en que asfixió a nuestra madre con un cable de teléfono-.

Cristian comenzó a hiperventilarse, el dolor del pecho volvió, cuando estaba cayendo gradualmente al suelo, tomó fuerzas y con poca voz exclamó -Pero él… él fue quien me dio los indicios de que el culpable eras tú ¿Por qué haría eso? - Lester, exaltado respondió -Por la misma razón que me mando al último sitio, y contigo aquí, ¿Quién crees que está más cerca de la conciencia principal? -, Cristian giró inmediatamente y antes de desmayarse gritó:

- ¡Jorge! -

-Han pasado ya 5 años desde mi primer asesinato, encontré un placer en extinguir la vida de las personas que compartieran rasgos con mis difuntos padres o con los compañeros de clase que me acosaban, pero la conciencia de Eleonor sigue atormentándome, no para de repetirme que ahora no soy diferente a las personas que nos hicieron tanto daño, esta voz me está volviendo loco, me dirijo a mi azotea, porque es el único lugar que me tranquiliza, estoy arriba, tan arriba que veo a las personas pasar como diminutos seres sin sentido; Eleonor me pide que me acerque a la orilla, recordándome todas las injurias que cometí-.

“Es una tarde cualquiera, con un pie en el borde, él es capaz de sentir cómo el viento roza sus mejillas, mientras en su cabeza una voz repite incesantemente una sola palabra -hazlo-.”

En la escuela, un reportero se encuentra hablando con el psicólogo que intentó ayudar a Cristian, este comenta -Gracias por aceptar esta entrevista señor; Tengo entendido que usted trató con el ya difunto asesino serial Jorge Rodríguez- a lo que el psicólogo responde -Al que yo conocí, se llamaba Cristian, él era una de cuatro personalidades, Jorge era el más joven, él fue víctima de la sociedad y sus injusticias, menoscabando la vida de un niño inocente provocando que poseyera el deseo insaciable de extinguir la vida, si él hubiera recibido ayuda antes, puedo asegurar que las cosas no habrían terminado de esta manera-, el reportero se sorprendió, respiró y con desdén profirió:

-Amm…Claro; por último señor, ¿Qué opina de la cobarde forma en que murió este famoso personaje que se ganó el repudio de la gente por sus injustas acciones? -.

El psicólogo, indignado por la actitud del reportero se limitó a expresar estas palabras:

-A veces, fenecer de esta forma es el último suplicio de un alma en sufrimiento-.




2. April 2021 22:08 0 Bericht Einbetten Follow einer Story
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