lagueralmamia Karina Hernández

"Me di ánimos para continuar hacia lo que me deparaba el destino, claro que me dolía el pensar que jamás estaría con Gray, él se había convertido en una herida horrorosa que quedaría en mi piel, en mi mente y en mi corazón, él era el hombre que había amado como a ninguno a mis veintinueve años, era la excepción a la regla, mi punto débil. Nunca había experimentado el rechazo sentimental de alguien y comprendí que no era fácil aguantarlo, ahora entendía por qué había tantas canciones que hablaban del desamor y por qué la gente las cantaba con una cerveza o tequila en la mano y con un profundo sentimiento." Karina González era una chica que estaba cercana a cumplir los treinta años. A sus veintiocho había creído que el tiempo pasaba demasiado rápido y ella no había cumplido sus sueños todavía. Tomó su visa en una mano y con la otra su maleta para empezar una serie de aventuras sola, su primera parada sería Los Ángeles, California. Jamás pensó que aquel vuelo la llevaría a conocer al actor de Hollywood, Gray Matthews, y que luego de un accidentado encuentro el destino se empeñaría a juntarlos cada vez, aunque ambos no lo quisieran, aún de muchos tropiezos. Tal vez, quizás el mundo había conspirado para que estuvieran juntos, sin importar el camino irregular que tenían que atravesar para lograrlo.


Romantik Junge Erwachsene Romantik Alles öffentlich.

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Capítulo 1


No se puede tener todo.

El amor es una emoción demasiado fuerte como para ocultarla durante mucho tiempo. Niégalo y sufre sus consecuencias. Admítelo y sufre las consecuencias. Destaparlo puede ser bochornoso o bien puede ser liberador. Y aunque sea una u otra cosa, son otros quienes lo determinan.”


Ghostgirl de Tonya Hurley.



A mis casi 30 años, comprendí que era momento de hacer cosas que jamás en mi vida había realizado, tal vez por miedo o por razones económicas, pero era el instante de hacerlos, quería hacer un parteaguas de antes y después de los 30. Desde niña había planeado como sería mi futuro, desgraciada o afortunadamente, no sabía cómo explicarlo mejor, muchas cosas no se cumplieron. Para empezar, me había soñado como toda una profesional de la salud, me veía corriendo por el hospital en guardias, realizando cirugías, a pesar de ello no alcancé el puntaje requerido para entrar a la carrera de medicina de la mayor casa de estudios de mi estado, la Universidad de Guadalajara.


Por alguna circunstancia del destino, acabé graduándome en la carrera que jamás creí que haría, Derecho se convirtió en mi pasión, y en el transcurso de los semestres me enamoré de esta profesión. Luego de graduarme encontré rápidamente trabajo en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, otro lugar en el que jamás pensé que estaría y que me encantó por completo.


Hasta algunos meses antes de cumplir 28 años, sentía que no me faltaba nada, tenía un buen trabajo, una buena carrera, una familia y amigos maravillosos, así como un novio encantador, no obstante muy dentro de mí, sabía que había cosas que tenía que realizar, algo que cambiara por completo mi vida.


Desde que era niña, siempre me había encantado la escritura y la lectura, mi madre me infundo el amor por los libros, y en los últimos años de la primaria había empezado a crear mis propias historias, aventuras fantásticas que hacían niños de mi edad, hasta a mediados de la secundaria escribí toda una saga completa llamada Una gran aventura. Ya más grande cree otras historias ya un poco más maduras, en donde el amor era el tema principal, pues siempre me había considerado una romántica empedernida.


Aunque sabía que tenía algo de talento escribiendo, jamás había permitido que alguien leyera mis historias, yo siempre las creaba solo para mí, no había surgido nunca la necesidad de que alguien más las conociera, sin embargo en los meses anteriores a mi cumpleaños 28 algo me impulsó a buscar suerte en alguna editorial, solo por el mero gusto de saber qué tan buenas eran mis historias. Para ese tiempo necesitaba con urgencia hacer cambios en mi vida, ya estaba demasiado grande como para conformarme con lo que tenía, veía la vida con más facilidad y había aprendido a deshacerme de lo que no funcionara, a aventurarme en cosas desconocidas y a estar feliz cada día de mi vida, porque no sabía cuándo sería el último.


Así que mandé a una editorial mi primera historia de Una gran aventura, honestamente jamás creí que me contestarán mi correo electrónico, en cuanto di clic en el botón de “Enviar” me sentí liberada, ya había corrido el riesgo, lo que pasara después de eso ya no sería por mí, con el simple hecho de atreverme a hacerlo me tenía más que satisfecha.


Otra de las cosas que constantemente estaban en mi cabeza era mi noviazgo, Carlos era una persona maravillosa, inteligente, lindo y contaba con una carrera universitaria, él había sido el hombre con quien siempre soñé estar, aunque claro, la realidad había superado a la ficción, Carlos era un poco más ñoño de lo que quería, pero eso era parte de lo que me enamoró desde el principio, sin embargo a pesar de los 4 años que ya llevábamos juntos, sentía que algo había cambiado entre los dos.


Al principio de nuestro noviazgo, él se convirtió en mi todo, para mí era el hombre perfecto, aunque claro tenía miles de defectos. Cuando cumplimos los dos años, soñé que me casaría con él y tendríamos una familia juntos, algo que yo pensaba pasaría en cualquier momento, siempre había planeado que me casaría a los 28 o 29 años, y que a los treinta ya empezaría a formar una familia. A pesar de esto él no compartía los mismos planes, claro que quería casarse conmigo, también quería una familia, pero él sentía que todavía éramos demasiados jóvenes para eso, así que él pensaba tal vez en comprometerse o casarse a los 30 años.


Después de esta revelación mi mundo se sacudió por completo, el hecho de casarme a los 30 años me ponía como loca, esa edad para mí era como demasiado tarde, y el comenzar a tener hijos a los 32 años era muy arriesgado. En aquel momento mis ilusiones se cayeron por el suelo, mis planes nuevamente no serían como los había imaginado, no obstante eso ayudó a cambiar mi perspectiva totalmente, luego de ese tiempo decidí a tomar las cosas con calma, ya no veía como algo primordial el casarme y tener hijos, claro que los quería, aun así no iba a presionarme en esos temas, había prometido que aceptaría lo que tuviera que pasar, si algún día me casaba y tenía hijos, sería maravilloso, si no sucedía esto, tampoco me martirizaría, aprendería a vivir con mi día a día, sin pensar demasiado en el futuro.


Así que ya no me quería casar, quería conocer más antes de poderlo hacer, aventurarme a hacer cosas que siempre había querido y jamás había hecho se convirtió en mi prioridad, así que comencé a inscribirme a los cursos que siempre quise, a viajar a los lugares que siempre solé, esto último podía hacerlo en compañía de mi novio, mi familia o mis amigas, que la mayor parte del tiempo era con ellas, ya que era muy difícil coordinar un viaje con mi familia y hasta con mi novio.


Carlos y yo siempre habíamos querido viajar al extranjero, sin embargo poco tiempo después tomé una gran decisión, terminé con él. Nadie podía creer lo que había sucedido, siempre nos vieron como una pareja maravillosa, no sabían el por qué terminamos, la verdadera razón fue por mí, yo había sido quien decidió dar ese paso, al principio rezaba porque fuera la decisión correcta, luego de casi 5 años sentía que la chispa en nuestra relación se había apagado, sentí que había dejado de amarlo, claro que tenía cariño por él, pero ya no era como antes, no sé si por nuestras situaciones personales o por costumbre, sin embargo era mejor que termináramos por el bien de los dos. Terminar con él fue una de las decisiones más fuertes que tomé, y me dolió en lo profundo de mi ser cómo yo rompía su corazón, a pesar de ello ya no había marcha atrás.


Luego de romper con él, sentí como si me hubiera liberado de otra carga más, me sentí mucho más liviana, no sabía que me tenía deparado el futuro, aun así estaba haciendo cosas para mejorar, claro rezando en lo más profundo de mi corazón de que todas esas acciones fueran las correctas.


Aunque yo fui la que terminó con Carlos, y sabía que ya no lo amaba, atravesé un momento de depresión, pues habían sido casi cinco años juntos, no era cualquier cosa lo que estaba terminando, así que tuve mi periodo de duelo, y después traté de continuar con mi vida. Carlos y yo seguimos siendo amigos, de vez en cuando nos mandábamos mensajes de texto, yo sabía que tal vez él albergaba la esperanza de que volviéramos, pero yo sabía que eso nunca pasaría, y eso se lo repetí muchas veces.


A los dos meses de mi rompimiento, recibí un correo electrónico que cambió mi vida, era la respuesta de la editorial, después de un largo proceso, mi historia había gustado a los altos directivos y planeaban publicarla. Yo no podía creer lo que sucedía, luego de meses de edición, gracias a los maravillosos consejos de Martín Clever y Susan Fortin, salió a la venta mi primera historia de Una gran aventura, el cual tuvo un gran recibimiento en el público juvenil.


Obviamente no se convirtió en un bestseller, sin embargo para ser mi primera historia publicada había tenido un gran éxito, más de lo que yo pensaba que sería. Aun cuando comencé a recibir grandes entradas de dinero en mi cuenta bancaria, no dejé mi trabajo en Ciencias Forenses, amaba esa institución, y sabía que podía combinar ambos empleos. Con mi primer suelo como escritora, compré la casa que siempre me había encantado, que se encontraba una cuadra antes de donde yo residía, y con los siguientes, arreglé la casa en donde viví casi toda mi vida, herencia que mi abuela materna había dejado a mi madre y que representaba un gran valor sentimental para ella.


Al ver que ahora contaba con el suficiente dinero para poder viajar al extranjero, decidí planear mi primer viaje fuera de México, luego de mucho pensar decidí que el primer lugar que pisaría fuera de mi país natal sería la ciudad de Los Ángeles, California. Esta fue una opción muy meditada, pues jamás había pensado en viajar a esa ciudad, yo crecí con la fascinación de los países europeos, Inglaterra se convirtió en mi segundo país favorito, después de México, y siempre había prometido que Londres, sería la primera ciudad que yo visitaría en el extranjero, sin embargo dejé esa opción para después, aunque me moría por ir a Inglaterra, tenía que pensar muy bien en mi viaje, debido a varias circunstancias, primero porque nunca había salido del país, y jamás había estado en un lugar donde hablaran otro idioma, claro que sabía inglés, ya que practicaba muchísimo, aun así todavía me sentía un poco tímida respecto al hablarlo, así que tenía que ser una ciudad en donde podría sentirme un poco más cómoda.


Los Ángeles era una ciudad multicultural, muchos de sus habitantes eran latinos, así que aunque el idioma oficial era el inglés, podría encontrarme a mucha gente en la calle hablando español. Otra de las razones y que tenía que ver con la que acababa de explicar era porque viajaría sola, jamás había hecho un viaje sola, antes me aterrorizaba el simple hecho de pensarlo, luego comprendí que era momento de hacerlo, me emocionaba el hecho de realizarlo, sería un encuentro conmigo misma.


Luego de fijar la ciudad y las fechas en que viajaría, empecé mis trámites para la visa norteamericana, si por alguna razón me la rechazaban, entonces mi primer viaje sola sería a un lugar de México, la ciudad de Puebla me había atrapado por completo y era un lugar al que siempre quise ir, así que si mi plan A que era viajar a Los Ángeles no funcionaba, entonces aplicaría el plan B con destino a la ciudad de Puebla.

1. Januar 2021 00:00 0 Bericht Einbetten Follow einer Story
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