german335 German Martinez

Esta historia está basada en hechos reales. O al menos, eso es lo que dirían muchas de las personas que a lo largo y ancho del mundo aseguran ser víctimas del fenómeno de los visitantes de dormitorio. El tema de la vida extraterrestre me ha resultado interesante por mucho tiempo, es por eso que, con el mayor respeto posible, me he permitido hacer este relato, el cual narra cómo sería un caso real de este tipo de suceso, basándome en la información que he recopilado de diversas fuentes. Sin más que agregar solo me queda darles las gracias por leer este cuento y espero que sea de su agrado. Un abrazo.


#12 in Science Fiction Nur für über 18-Jährige.

#suspenso #secuestro #abduccion #aliens #extraterrestres #misterio
Kurzgeschichte
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Expediente 01


Al llegar a la oficina encendí la computadora y empecé a revisar mi correo electrónico, al principio no lo podía creer, pero allí estaba… Por fin tenía la respuesta que esperé por varios meses.

«Me costó trabajo, pero ella te recibirá, solo trátala con amabilidad», rezaba el texto del correo electrónico que recibí. Lo siguiente que vi fue la dirección de la joven que entrevistaría, también me adjuntaron unas fotografías, las cuales descargué y analicé en detalle.

Luego de un par de horas que destiné a ordenar algunos documentos, anoté la dirección, tomé mi abrigo y abandoné la oficina. El viaje se prolongó casi una hora, pero finalmente llegué a los suburbios. Tras confirmar que estaba en el lugar correcto abandoné mi automóvil y contemplé la zona en detalle. La casa de la testigo estaba frente a un jardín de niños. Se trataba de una vivienda cercada con paredes verdes y un pequeño rosal.

«Esa debe ser su casa», pensé iniciando mi marcha hacia la vivienda.


Cuando toqué el timbre fui recibido por una mujer cuyo semblante me hizo suponer que estaba en sus treinta y tantos, mayor fue mi sorpresa al saber que apenas tenía veintiséis años. En ese momento comprendí que las experiencias vividas la habían perturbado bastante. Aquella joven estaba bajo mucho estrés.

—¿Desea algo de beber? —preguntó ella con gentileza cuando me invitó a pasar—. Tengo merengada de mango en el refrigerador.

—¡Eso estaría muy bien, gracias! —contesté asintiendo con una sonrisa.

—Siéntese —me dijo señalándome uno de los muebles, que junto a una estantería repleta de libros, un par de pinturas religiosas y un televisor adherido a la pared decoraban de la sala—. Enseguida vuelvo.

No tuve que esperar mucho, ya que aquella joven, rubia y de ojos claros enseguida volvió con un vaso de la merengada más apetitosa y dulce que había probado en mi vida. Dedicamos unos minutos a hablar de cosas triviales como los niños corriendo por la calle y el clima, luego de eso tomé la iniciativa.

—Paola, creo que eres muy valiente al hacer esto, no todos acceden a dar su testimonio.

—¿Sera por temor a ser llamados locos?

—Pienso que la gente tiende a desacreditar lo que desconoce, muchas veces los escépticos solo son víctimas del miedo, cosa que entiendo a la perfección. La idea de que existan fuerzas a nuestro alrededor con la capacidad de afectar nuestras vidas, sin que podamos oponernos es algo que como humanos nos aterra. Nos gusta pensar que nuestro destino está en nuestras manos.

—Lo entiendo —añadió ella asintiendo.

—¿Podemos empezar? —pregunté sacando una grabadora de mi gabardina y colocándola en el centro de la mesa que nos separaba.

—Por supuesto —replicó ella casi en un susurró.

—¿Puedes contarme como estabas antes de que el evento ocurriera?

Paola asintió de nuevo y se quedó pensando unos instantes.

—Aquella noche me fui a dormir conforme lo dictaba mi rutina, ya había dejado todo listo para irme a trabajar al día siguiente, a pesar de que se nos había acumulado mucho trabajo me sentía feliz y tranquila, después de todo, habían pasado varios meses desde el último… incidente.

Yo asentí sin decir una palabra, luego ella tomó aire y continuó.

—Por primera vez en mucho tiempo había empezado a abrazar la posibilidad de tener una vida común y ordinaria de nuevo. Desafortunadamente… tres horas después de acostarme las cosas en mi vida volvieron a torcerse.

—¿Qué fue lo primero que sentiste?

—Fue un leve zumbido, por llamarlo de alguna manera, eso me despertó.

—¿Cuándo dices un zumbido te refieres al sonido que producen animales como las abejas? —pregunté.

Ella negó con la cabeza.

—Era más como el taladro de un dentista.

—Comprendo —dije—. ¿Qué pasó después?

—Sentí como las cosas en mi alcoba empezaban a vibrar, las mesas, lámparas, la cama… todo temblaba. Después mi cuerpo se paralizó, fui incapaz de moverme de nuevo. En ese momento escuché algo que sería muy similar al chillido de unos ratones, estaban muy cerca de mí. Intenté mantener la calma, pero unos rayos de luz azul aparecieron en mi habitación, atravesando las paredes de izquierda a derecha.

—¿A qué te refieres cuando dices rayos de luz?

—Creo que puedes imaginártelos como tubos fluorescentes, es la mejor forma de describirlos.

—Ya comprendo.

—Esa era una señal que ya conocía, entonces me desesperé, porque sabía que ellos estaban cerca.

—¿Llegaste a verlos cerca de ti?

—No —respondió Paola negando con la cabeza—, pero segundos después empecé a sentir como mi cuerpo se hundía lentamente en la cama, intente aferrarme a la armazón de madera, pero seguía sin poder moverme. Luego en una forma inexplicable comencé a caer, en ese momento fui testigo de cómo las paredes y techo de mi alcoba se hacían más lejanos a cada instante que pasaba.

El relato de Paola no me era ajeno, en el pasado había escuchado experiencias similares. Por lo que no me fue difícil imaginar lo que venía.

—Cuando desperté noté que estaba de vuelta en ese lugar. Todo era blanco, desde las paredes hasta el techo, incluso las luces que iluminaban la estancia tenían un tono blanquecino que como de costumbre, se me hizo incómodo los primeros minutos.

Sin previo aviso Paola rompió a llorar, cosa que entendí a la perfección. Por lo que esperé unos minutos.

—¿Quieres que nos detengamos? —pregunté cuando la vi más calmada.

Ella negó con la cabeza y un par de minutos después reanudó su historia.

—Después, escuché el sonido de una puerta deslizándose con suavidad, eso me indicó que ellos acababan de entrar al recinto. Guardé silencio hasta que sus débiles pisadas se escucharon cerca de mi mesa. En ese momento los vi.

—¿Cómo los describirías?

—Sus cabezas eran grisáceas, enormes y tenían esos ojos negros almendrados que me producían escalofríos. Todo el mundo cree que son enanos, pero también pude ver a unos que eran altos, casi de dos metros de altura.

—Ya entiendo. ¿Qué paso después?

—Ellos alargaron sus brazos raquíticos hacia mí, luego extendieron sus dedos y empezaron a manosear mi cabeza —dijo ella con indignación—. Yo ya no sabía qué hacer… Lloré, grité y los maldije, pero no les importaba, hiciera lo que hiciera solo me ignoraban, era como si mis palabras fueran incapaces de alcanzarlos.

—Hasta donde yo entiendo, ellos carecen de empatía. Mi teoría es que… ya están acostumbrados, después de todo tienen décadas o incluso siglos en esto.

—¡Son seres sin alma! —musitó Paola con rabia.

—¿Qué tan consciente eras de tu estado físico?

—Estaba desnuda, recuerdo que el frío de la mesa de operaciones donde estaba me molestaba, aunque ya estaba adaptándome, como siempre.

Asentí.

—Había algo que una forma bizarra me reconfortaba —dijo ella llamando mi atención, por lo que me incliné para escucharla mejor.

—¿A qué te refieres? —pregunté con curiosidad.

—Pues a que siempre que lograba alzar mi cabeza podía ver a otras mujeres como yo, físicamente todas éramos diferentes, pero también éramos víctimas, todas estábamos postradas en aquellas mesas de operaciones, incapaces de movernos o revelarnos ante ellos. Yo no sabía nada de ellas, pero comprendía las sensaciones que suponía yo, experimentaban en esos momentos. Verlas y saber que estaban allí me ayudaba de alguna manera a no sentirme tan sola.

—Ya comprendo. ¿Qué ocurrió luego?

—Uno de ellos empezó a hablar… telepáticamente, entonces dijo: «Ella está molesta».

—¿Pudiste escuchar sus pensamientos? —cuestioné con sorpresa.

—Siempre es así —indicó ella asintiendo—, ellos son capaces de entrar en mi mente, sabían lo que pensaba y yo era consciente de lo que querían decir, era como si nuestros cerebros estuvieran conectados, aunque desconozco el porqué.

—¿Qué más dijeron?

—Otro de ellos dijo: «Está bien sujeta, no podrá liberarse, en breve empezaremos la extracción del embrión» —mencionó ella con odio.

—¡Dios mío…! —mascullé con indignación mientras me cubría el rostro con las manos.

—Después empezaron a hablar con tecnicismos, hablaron de extraerme el feto y mencionaron que su porcentaje de similitud con nuestra especie era superior al ochenta por ciento. En ese momento los maldije, les dije que no lo hicieran… que no me quitaran a mi hijo.

—¿Tú no tienes pareja en estos momentos?

Ella negó con la cabeza.

—¿Pero tenías conocimiento de estar embarazada en ese momento?

—Tenía tres meses de embarazo en ese momento —indicó ella con indignación—, por aquellos días estuve saliendo con un chico. Nosotros nos cuidábamos, pero al quedar embarazada supuse que algo había fallado, yo aún no le había dicho nada, porque temía que algo pasara.

—¿Algo como tu experiencia? —pregunté.

Ella asintió intentando controlar sus manos temblorosas.

—¿Te dijeron algo cuando les reclamaste?

—El que habló primero dijo: «No es tuyo, lo plantamos en ti, para que tu cuerpo lo alimentara y lo protegiera, pero es nuestro, todos los que te hemos quitado en el pasado han sido nuestros».

—Entiendo.

—No se ve muy sorprendido —comentó ella con el ceño fruncido.

—Estoy… familiarizado, este no es el primer caso que escucho.

Ella asintió.

—¿Te dijeron algo más?

—Me dijeron que lo hacían porque era su deseo, que lo que yo pudiera sentir era irrelevante para ellos, que éramos algo así como el eslabón más débil de la cadena y solo nos quedaba aceptar nuestro rol.

—¿Siguieron hablando?

Paola negó con la cabeza.

—Luego de eso el techo se abrió, entonces vi cómo descendía una pequeña máquina, similar a una lámpara con un brazo mecánico. La lámpara lanzó una luz rojiza sobre mi vientre. Entonces perdí la consciencia. Cuando abrí los ojos estaba en mi cama. Enseguida traté convencerme de que todo había sido un mal sueño, pero un pequeño dolor y una cicatriz circular en mi abdomen me indicaron que mis recuerdos venían de un hecho real.

—¿Qué hiciste luego?

—Me quité mi bata para dormir y pude ver la cicatriz en detalle, era la quinta.

—Sí, pude ver las fotografías antes de salir de la oficina —comenté en forma comprensiva—. Entonces te han llevado cinco veces.

—Cuando vi aquella marca le pedí a Dios que me ayudara, que esta fuera la última vez, pero algo me dice que eso no será así, sé que volveré a verlos.

En ese momento Paola rompió a llorar, yo no supe qué decir, porque era verdad, con toda seguridad ellos volverían.

8. Juli 2022 18:22 12 Bericht Einbetten Follow einer Story
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Das Ende

Über den Autor

German Martinez Saludos, me llamo German Martinez y me gusta crear historias de fantasía y ciencia ficción. Espero que disfruten los escritos en este espacio, de la misma manera que yo disfruto haciéndolos. Saludos y nos leemos pronto.

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jose antonio mayta guerrero jose antonio mayta guerrero
German, hiciste un trabajo tan exquisito como las salchipapas que comemos muchos peruanos. Debería aprender de esa narrativa que hiciste para mejorar también mis historias.
February 25, 2021, 03:55

  • German Martinez German Martinez
    Muchas gracias, compañero, tu comentario me hizo el día, me alegra mucho que te gustara este relato. ¡Un abrazo! February 26, 2021, 10:10
Rowena Draugr Rowena Draugr
Germán!! Me ha encantado, pude imaginar a la pobre Paola en todo momento. Excelente narrativa, diálogos muy bien puestos y muy buena ortografía!!!
February 18, 2021, 13:34

  • German Martinez German Martinez
    Muchas gracias por tus palabras, Rowena, me alegra mucho que te gustara este relato :D February 20, 2021, 07:17
Jancev Jancev
Ufff concuerdo con Fred, el formato entrevista te sale muy natural y tu narración hace muy fácil empatizar ponerse en los zapatos de la persona entrevistada. ¡Gran historia Germán!
November 27, 2020, 18:17

  • German Martinez German Martinez
    ¡Muchísimas gracias, Jancev! Me alegra que te gustara este cuento, me motivas a seguir con este estilo de historias :D November 27, 2020, 19:46
Fred Trespalacios Fred Trespalacios
Hombre, que potente, ya te habia dicho que el género entrevista podia ser tu segundo sello, y lo es!! Es impresionante, la tension no se detiene en ningun momento...
November 12, 2020, 04:56

  • German Martinez German Martinez
    Muchas gracias por tus palabras, Fred, me animas a continuar con este tipo de cuentos :D November 12, 2020, 19:21
Lihuen Lihuen
Escalofriante, queda en suspenso.... hay una segunda parte?
October 01, 2020, 12:56

  • German Martinez German Martinez
    Gracias, Lihuen, me alegra que te gustara esta historia. Para responderte: Tal vez no pueda continuar el caso de la joven, pero el formato del entrevistador es uno que a futuro me gustaría usar de nuevo, ando pensando en otras historias que se puedan narrar de esta forma :D October 01, 2020, 23:53
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Expediente Desconocido
Expediente Desconocido

Bienvenidos a los expedientes desconocidos, estos archivos los enviarán a una realidad que superará con creces a la ficción. Aquí muchos de los mitos y leyendas de nuestro planeta cobraran vida, dándonos una visión un poco diferente de ellos. Pero tengan cuidado, ya que este mundo puede ser implacable con los incautos. Nunca olviden que estos relatos están basados en hechos reales. Erfahre mehr darüber Expediente Desconocido.