SECRETO GUARDADO.-
El clima estaba en proceso de descomposición. Ya se avistaban las nubes de tormenta. Cuando comenzó el temporal se precipitaron grandes caudales de agua, los cuales generaron miedo a Federico quien era el solitario comandante de la pequeña embarcación. Los movimientos del agua, provocaban zozobra. Ya era de noche, pero tenía que llegar. Le había prometido a su sobrino que llegaría a tiempo, que le regalaría una pluma, pero no cualquiera, sino una que había utilizado su padre, y este se la había dejado a él.
Una ola grande, casi termina en naufragio, pero el viejo lobo de mar siempre se las rebuscaba aún en las más terribles ocasiones. Un motivo para un hombre lo es todo. Nada lo detiene. Una promesa y un legado.
Pasada la situación de peligro, el hombre consigue llegar a tierra, amarra la nave al muelle y camina a la casa, allí esta él preocupado por el viaje de su familiar. Se dan un abrazo fuerte, Federico entrega el presente y ambos empiezan a llorar.
No era su calidad, sino el significado, porque esa pluma era un bien preciado, una promesa y algo guardado, un papel dentro enrollado que decía: “para mi hijo bien amado”…
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