Historias Inspiradoras Follow einer Story

El agua del mar rompía a sus pies con calma, fría, enterrándola en la arena con suavidad. El día no podía estar más tranquilo. El mar estaba en calma, con un sol de verano abrasador, pero que se suavizaba con la brisa marina fresca. Inspirar aquel aroma la relajaba.

Aquel era su ritual todas las mañanas antes de partir hacia la pesadilla, hacia la pena y la tristeza. Necesitaba aquel momento de paz antes de internarse en la oscuridad, pues habían sido unos meses muy largos. Aun podía escuchar los llantos, sentir el calor que emanaban las piras funerarias, aun podría recordar el olor de los cuerpos quemados....

Había pasado un año y medio desde que todo empezó a hundirse. Al principio todo eran risas, chistes...

"Es sólo un resfriado" decían muchos mientras reían con sus compañeros.

"La gripe normal mata a más gente"

Hasta que llegó la cuarentena, y tuvieron que encerrarse en las casas. Viendo desde la televisión como aumentaban los casos de contagios y las cifras de muertos se disparaban.

"Podremos controlarlo" decía los políticos.

La gente se animaba con aquellas palabras esperanzadoras. Si, sabían que podrían lograrlo y hubo un momento en que así lo pensaron, que todo se relajó, el virus remitió durante un mes, las muertes pararon y todo el mundo salió a las calles. Fue un mes de alegría que para muchos duró a penas unos minutos, pues sin previo aviso la gente empezó a morir, esta vez a más velocidad. Nadie sabía que pasaba, los médicos no tenían ninguna explicación a lo que ocurría, no podían controlarlo, ni sabían como atacaba.

La histeria se desató.

"El virus a mutado" decían los expertos.

Tanto ella como sus padres se encerraron en casa. No veían a nadie, no abrían las ventanas. La única comunicación era la televisión y las redes sociales por donde podía hablar con sus amigos, se mantuvieron así durante meses en los que veían como todo su barrio se iba quedando en silencio, aquello era una pesadilla. Esas palabras se las repetía todas las noches antes de dormir y rezaba para que cuando despertara todo hubiera sido un sueño. Pero no, cada día que despertaba el silencio se hacía cada vez más notable, algunos de sus amigos dejaron de responder.

Sus padres que habían sido los valientes en salir a la calle por comida un día, no regresaron. Aun recordaba el ataque de histeria y ansiedad que tuvo, se había quedado sola, absolutamente sola en un mundo que se iba a la mierda.

La única compañía que tuvo durante un par de semanas eran las personas que salían en la televisión, aún había gente viva, pero estaban muy lejos, tan lejos... Y a ella le daba miedo salir, a pesar de todo aún tenía miedo de morir...

Y su esperanza floreció un día en el que contestaron por una red social.

"No estás sola"

Aquellas palabras la hicieron llorar durante horas, mientras se ponía en contacto con esas personas que aún seguían vivas y le explicaron con sorpresa y horror, que había gente que no se habían contagiado. ¿El motivo? Aún no lo sabían, pero aquellos que seguían con vida decidieron juntarse, hacer una resistencia.

Ella aún se reía con pena al recordar los 4 jóvenes que la recogieron de la cueva que había sido su casa.

"Esto parece una película mala de acción" les dijo mientras conducían sin rumbo.

Todos se rieron con lágrimas en los ojos, al menos aún quedaba una esperanza. Y así lo decidieron cuando se instalaron en la que era ahora su casa o "base" como les gustaba decir a algunos. Entre todos decidieron que si ellos seguían con vida significaba que en otras partes del país podría haber gente que aún siguiera por allí, y no estaban equivocados, encontraron a varias más, a pesar de que los muertos eran más en número que los vivos. Cada vez que encontraban a alguien, los llantos eran insoportables y después, por respeto a sus familiares los quemaban. Ese había sido la misión de todos durante ese año y medio, encontrar vida, dar descanso a los muertos, intentar descubrir que había pasado... Pero era imposible, no eran científicos, no eran médicos...

Solo esperaba que en algún momento, alguien de otro país pudiera darle explicaciones. Todos los días ponían mensajes en las redes, en todas, por si alguien pudiera contestar, pero aún no habían tenido suerte, mientras tanto seguirían con su cometido...

-¿Estás lista? -se giró hacia la voz y sonrió. Su compañera la miraba con pesar, ella aún no se acostumbraba aquello.

-Si.

-¡Hey! -un grito las hizo girarse hacia el paseo de la playa. Otro de sus compañeros, un chico mayor que ellas movía las manos mientras señalaba su móvil.- ¡Han contestado....!

-¿Qué dice? -preguntó ella mirando a su compañera.

-No sé, no le escucho bien desde tan lejos... -empezó andar para ir al encuentro del chico, ella la siguió y mientras más se acercaban más se podía escuchar lo que decía.

-¡Han contestado! -gritaba eufórico.- ¡Tenemos algo! ¡Por dios! ¡Nos han contestado al mensaje!

Las dos chicas se miraron sorprendida y sus pasos ya no eran lentos, sino que echaron a correr por la playa hasta llegar a él.

-¿Quién a contestado? -preguntó ella medio jadeando.

-Un mensaje, desde Alemania -le respondió él con los ojos brillantes.- dicen que sabe que ha ocurrido...

Ella casi se cae de la sorpresa. No podía creerlo, si era verdad... si aquello era cierto...

Aquel era un día para la esperanza.