Entre las estrellas, la luna y el mar sucedió una historia, como en mi primera escapada viví un sin fin de aventuras, como estuve al borde del límite de la adrenalina, de día un estudiante promedio, un empleado a medio tiempo, reservado, no muestra sus sentimientos ni emociones, cansado de la rutina que por dentro lleno de vivir una aventura, donde el valor entra a mí, solo necesito cinco segundos de valor.

Piel curtida por los azotes de la vida. Raíces injustas, condenado a un destino verdugo. ¿Y todavía puedes perdonar?

Segundos convirtiéndose en minutos, minutos en horas, horas en días y... posteriormente una eternidad, y es que, el tiempo no para... no, es un asesino silencioso que parece un chiste hasta que de pronto se convierte en pesadilla, comienza lento, ¡Hay para repartir!—Ilusos—Pero cuando volteas no queda más que un instante, no quedan más que segundos y todo termina y vuelve a empezar como un ciclo cruel y despiadado.