Rindete a mi y te haré encontrar placer en el dolor. Entrégate y curare tus heridas como nadie lo ha hecho antes. Déjame destrozar tu cuerpo hasta que no sea más que la hermosa versión moribunda de una rosa. Y entonces, te conservare para siempre.

Hoy sin querer que me hablaras, solo contestaste el mensaje, si tan solo supieras lo que siento o las ideas que me ago cuando pienso en ti, se que solo eres una fantasía pero no puedo evitar sentir que estás aquí, nose que espero de rodo esto que ago o siento pero aprovecharé para entenderlo, no es tu escencia, siempre soy yo.

Corrió por el pasillo abierto, respirando, rápido sin pausas, podía escuchar su corazón bombeando por el esfuerzo. Dolía, sus pulmones sus piernas, sus brazos su existencia misma se preguntaba el porque de su cruel castigo. Podía escucharlo tras el, un gruñido profundo, los zapatos golpeando el suelo, rítmicos, aterradores cada vez más cerca. Giró en la esquina, el dolor blanco y sordo le cubrió, en segundos resbaló por la escalera directo al sótano.

Dijiste que me amabas, dijiste que somos el uno para el otro. Estaba de acuerdo, pero, eso no te daba el derecho a matar a todas las que me mirarán. Mi monstruo, mi novia, mi propio y particular, ángel de la muerte...