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Presentación de personajes: Akira

Nombre completo: Akira Saito.

Sobrenombre: Akira Sama (de sus fans), Akira san (de los que trabajan en Z&R Sounds), AkiHime (de Daisuke y Shinichi cuando quieren molestarlo).

Edad: 35 años.

Cumpleaños: 5 de julio.

Signo: cáncer

Estatura: 1.70 mts (aprox.)

Peso: 50 kgs (aprox.)

Carácter: Es tímido e introvertido. Resulta difícil saber lo que piensa y qué le pasa. Le cuesta mucho decir lo que piensa y siente por su complejo de inseguridad. Se expresa a través de la música.

Generalmente es ingenuo y hace lo que los demás le dicen que haga (aunque sea broma). No entiende en doble sentido o el sarcasmo y la ironía, por eso prefiere hablar en una sola dirección.

Suele ser muy severo consigo mismo, al punto de sentenciarse mentalmente, (por ejemplo, si va a buscar a Liz hasta cerca de su trabajo, siente que se está volviendo un acosador)

Habilidades: compone canciones muy líricas, es un experto con la guitarra. También es bueno en el diseño de páginas web.

Hobbies: diseñar en computadora, componer canciones, limpiar.

Comida favorita: Risotto de hongos.

Si mañana se acabara el mundo: Estaría muy asustado...

Un poco más de su historia:

Akira es el hijo único de unos padres tradicionales y bastante ocupados en su trabajo, por esto pasaba mucho tiempo solo, viendo anime y sentai. Al entrar al Kinder (algo así como el jardín de infantes), se familiarizó con las canciones que allí aprendió, al igual que con las de sus series, y las grabó para aprenderlas y reproducirlas. Como la mayor parte del tiempo estaba solo, solía ir hasta la terraza y ponerse a cantar apoyado en la baranda, para luego disfrutar de los aplausos de las señoras que tendían su ropa y los vecinos que andaban por ahí. Eso le ayudaba a no sentirse tan invisible y tan solo dentro de su casa. De alguna forma, como le gustaban mucho las canciones, quería compartirlas… y sus padres no eran muy musicales que digamos.

Con el tiempo, nuestro prematuro músico comenzó a realizar sus primeras composiciones y “conciertos” para los vecinos que asomaban a la terraza, y algunos ya lo hacían por costumbre (era realmente adorable).

En la escuela primaria entró al coro y se destacó con rapidez. También se unió a los Boys Scouts y aprendió las canciones del campamento. Eso siempre animaba a sus compañeros, pero, aun así, Akira no tenía muchos amigos… Eso sí, las niñas morían por él. Era el más popular de la clase, y solo pasaba desapercibido para una chica: la que a él le gustaba… Cosas como esa le ocurrieron con mucha frecuencia… En secundaria alta, cuando se le declaró a una chica, ella lo rechazó porque estaba enamorada del capitán del equipo de básquet… Por sucesos de similar naturaleza, Akira comenzó a cultivar una personalidad insegura frente a las muchachas, ya que las que él quería lo rechazaban por jóvenes más altos, más guapos, más atléticos, etc. Sentimientos como esos llenaron sus composiciones de esa época, si bien al principio no eran canciones, sino escritos. Expresarlos así era una forma de liberarse de la soledad y miseria que sentía.

A los catorce años la regalaron una guitarra, y esto lo llenó de emoción. Antes había probado con el clarinete, pero… ya se imaginarán. En fin, se entusiasmó con su regalo apenas lo probó, ¡¡y de ahí no lo paró nadie!! Mientras tocaba diferentes canciones de diferentes bandas, luchaba por encontrar su propio sonido, su marca personal (tenía esa clase de ambiciones siendo tan joven), y en esta búsqueda, según sus propias palabas, se engañó creyendo que era bueno, y siguió adelante

Su vida se redujo a esto: la escuela, ir de camping con los BS y tocar, tocar, tocar a todas horas. Ya sentía la necesidad de tener su propia banda, y comenzó a buscar alguna buena secundaria alta donde enseñaran música. En el empeño por conseguirlo, dejó de tocar durante toda una semana (por primera vez), y estudio muy duro tres meses antes del examen, incentivado en todo momento por sus padres, quienes le prometieron una nueva guitarra si lograba aprobar. Ellos siempre lo apoyaron, aunque no podían entender bien su devoción. En vez de juguetes y consolas, le regalaban libros y cd’s (que lindo).

Finalmente, aprobó el examen e ingresó a la secundaria. En esa época, por fin consiguió un buen amigo, con quien compartía el interés por la música, y con él consolidó su proyecto de tener una banda y conocer un estudio (la primera vez que entró, casi llora).

También en ese momento, buscaba que el ritmo de la música coincidiera con el ritmo de su cuerpo, así que todas las mañanas corría con un metrónomo, pensando que necesitaba fuerza física para ser famoso, y cosas por el estilo, llenándose de una confianza sin fundamentos que posteriormente perdió. Nunca llegó a tener el buen físico que esperaba, así que lo abandonó…

Durante los Festivales de Arte de la secundaria, se encontró con sensaciones que hasta ahora no pudo volver a vivir. Con su banda interpretaban temas de otras bandas, o composiciones propias, y era tal la aceptación del público que incrementaba cada vez, que los aplausos estallaban cuando terminaban su actuación. Marcado por esas experiencias, ¡decidió que tenía que ser famoso!

Experiencias similares lo acompañaron en la universidad, durante los festivales. En una ocasión, una niña, de cinco años, entre el público se le acercó para decirle que crecería y se casaría con él. Nuestro ahora talentoso guitarrista se sintió tan conmovido por eso que, sin pensarlo demasiado, le dijo que la esperaría… Pero, cuando lo había olvidado, esa niña creció para convertirse en Tsugumi (¡esto será divertido en la historia!!).

En estos años experimentó con varias bandas. Gracias a eso, desarrollo ese sonido que tanto buscaba, según él, llamativo y un tanto extraño, similar a los de UK. Para el resto, de sus melodías brotan sentimientos, se disfruta hasta la última nota, capaz de capturar y dejar a una audiencia extasiada. Simplemente maravilloso.

Con esos méritos logró ingresar al mundo de la música, participar de conciertos y tocar ante muchísimas personas. Pero, cuando todo terminaba, se dio cuenta de que los aplausos no eran para él. Como guitarrista de soporte, nadie notaba su presencia. Qué diferente era todo eso a los mini conciertos en las terrazas y los Festivales de Arte… De allí comenzó el esfuerzo constante por no deprimirse y tratar de cumplir su objetivo: ser famoso, llegar a todas las personas para que sientan su música, que lo reconozcan desde su música…

Los años de esfuerzo dieron frutos: poco a poco, el público comenzó a notarlo, los artistas con los que tocaba lo presentaban ante todos, reconociéndolo públicamente, y cada vez más bandas querían sumarlo al escenario… Hasta que finalmente llegó lo que él esperaba: ¡la banda!! (Creo que ni tengo que contarlo)

En cuanto a las mujeres, después de la secundaria alta, en la universidad, su mala racha terminó. ¡¡¡Por fin pudo concretar romances!!! Pero… Ya se imaginarán… Su devoción por la música y la lucha constante por lograr sus objetivos provocaba que a veces deje de lado a sus novias, otras veces ellas no se sentían partícipes de lo que sucedía, se cansaban… y se iban. Cuando él les prestaba más atención, ellas ya estaban cansadas… En fin, parecía que el amor por el trabajo y el otro tipo de amor no podían equilibrarse en él…

Cuando surgió la banda y él ya cumplió sus objetivos, se dio cuenta de que ya no era tan joven… había alcanzado los treinta y todavía estaba soltero. ¡No podía ser! Mientras los demás estaban relajados con ese asunto, Akira parecía buscar constantemente a la futura madre de sus hijos, en cada mujer que lo miraba con interés, en cada romance que tenía (pero ellas no compartían esa idea, así que…). Ya comenzaban a apodarlo Miroku (por el personaje de una serie que, a cada mujer que encontraba, le preguntaba si quería tener un hijo suyo)… Lamentablemente para él, hasta ahora no pudo cumplir ese objetivo…

8. Oktober 2018 01:14 0 Bericht Einbetten 3

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